Estamos todos sentados alrededor de la mesa. Cuando digo todos me refiero a mis amigos, a mi familia, a esas personas que a lo largo de los años me han aportado tanta felicidad. Sira, Ferran, Nico, Pedri, Eric, Gavi, Naira, Diego, mi marido Ansu y mi pequeña Iria.

Sira, una chica tan dulce, tan diferente, distinta, sensible. Sin apenas conocernos ella se acerco y ahí comenzó nuestra amistad. Una amiga tan maravillosa, atenta. Que si necesitas algo al segundo está ahí para ti. Sin duda, un regalo caído el cielo.

Ferran, alguien que siempre está dispuesto a ayudar, una persona de confiar a la que le puedes hablar de todo.

Nico, para mi es como ese hermano mayor que nunca tuve. Un chico que te cuida, una persona que está en las buenas y en las malas. Que te apoya en todo, que hace que todo sea más ameno, que te da tu confianza y su cariño.

Pedri, simpático, alegre, la persona que te levanta cuando has caído, la persona que te escucha y te da consejos.

Eric, un poco el hermano mayor de todos, amigo de todos, yo lo le estoy muy agradecida por el cariño y las veces que ha estado ahí. Consejos, alegrías, complicidad, regaño.

Gavi, el más pequeño del grupo pero el que tiene el corazón más grande. La alegría de la huerta. Que afortunada me siento al tenerlo como amigo. Si alguna vez me ha juzgado lo ha echo con el corazón y cariño. Me ha ayudado en cada problema. Su apoyo para seguir adelante. Complicidad y confianza. Alegría. Risas.

Naira, mi hermana no de sangre pero si de corazón. Mi mejor amiga, mi confidente, mi compañera, la persona que desde siempre ha estado conmigo.
La persona que tantas veces me ha tendido la mano.
Momentos buenos, tantas caídas, tantos momentos duros y difíciles y que juntas hemos sabido llevar.
Tus risas, tus palabras de apoyo, los abrazos, tu compañía. Nadie se compara a ella, es inigualable.

Diego, el pequeño Diego que ya no es tan pequeño. No es mi sobrino de sangre pero para mi lo es. Con él he descubierto lo que es querer a una persona tan pequeña que te llena tanto de vida y de felicidad.

Ansu, mi hogar. Porque con él me siento en paz. Cuando estoy con él nadie duele. A su lado todo es mucho más más bonito. Con él siento paz, estabilidad y tranquilidad. Puedo ser yo al 100% y siento que no me va a juzgar. Siento que sus brazos son mi lugar seguro. Valora mi esfuerzo y me apoya siempre.
Siempre supe el significado de hogar. Pero no lo pude comprobar hasta que sus brazos me rodearon por completo y me sentí agusto, tranquila, en casa.
Es increíble como una persona te puede transmitir tanta paz, tanta tranquilidad y lo más importante, estabilidad.
Nunca pensé que encajaría tan bien con alguien, en su vida, en sus brazos.
Tuvo que llegar él, para demostrarme que la vida no es tan mala como parece, que hay cosas bonitas, solo hay que saber verlas y valorarlas.
A su lado siento que puedo con todo, porque me da esa fuerza, ese empujoncito, para seguir cuando me vengo abajo.
A su lado todo duele menos, porque me sana, me salva. Gracias por ser, por estar y por ser mi hogar.

Iria, nuestra pequeña.
Iria llego a nuestro mundo hace dos años.
Su llegada nos cambio la vida, un día que siempre recordaremos para siempre. Hermosa, valiente, inteligente, mi corazón, mi alma, lo mejor que me ha pasado, la fuente de muchas risas y algunas lágrimas.
La princesita de mamá y de papá. Mi mayor orgullo y alegría en la vida.
Reparte alegría por donde pasa llenándolo todo a su paso de dulzura y niñez.
Nuestra razón de vivir.

He aprendido que las cosas pasan cuando tienen que pasar. No tarde ni temprano. Que dar todo no significa que vas a recibir todo. Que una los momentos son cortos y hay que disfrutarlos. Que las lágrimas no las merece quien nos hace llorar. Que el amor no se puede forzar y que aparece cuando menos lo imaginas. Que pueden haber amigos que son familia.

Lo mejor de la vida no se planea simplemente sucede. Y mi historia con Ansu sucedió.

Nuestra boda fue un momento de lo más bonito. Nos casamos en la playa, por lo civil. No fue una boda muy grande, solo asistieron las personas que tenían que asistir, no nos volvimos locos invitando a tanta gente, solo nuestro círculo más cercano. Fue una ceremonia muy íntima.
Llegué del brazo de Nico, y con mis damas de honor detrás de mi, Sira y Naira.
El pequeño Diego fue el encargado de llevar los anillos.
Lloramos al escuchar las palabras de Naira y de Gavi. Y también de mis suegros.
Nos dimos el sí quiero y celebramos el enlace en un lugar mágico y especial en donde bailamos, cantamos, reímos, saltamos. Fue un día precioso e inolvidable.

Nos fuimos de luna de miel a Egipto, ambos pensamos que era un destino interesante y que seguro que nos gustaría.

Si hace unos años me cuentan esta historia pensaría que están locos. No ha sido fácil tener la vida que tengo ahora, el camino ha sido duro y complicado pero luchando y trabajando las cosas se consiguen.
Aunque mis padres no estén aquí se que desde ahí arriba me están guiando.

No es fácil dejar toda una vida atrás, tampoco es fácil intentar construir una nueva vida. Nada en la vida es fácil. Pero lo imposible es aquello que no lo intentas.

Hoy puedo decir que me siento afortunada y completa.

- Me robaste el corazón.