26
Narra Zulema.
Dicen que el tiempo es el mejor aliado. La distancia nos ayuda a pensar con más claridad, ver la relación desde otra perspectiva.
Tres meses, tres. Es el tiempo que Ansu y yo hemos estado separados. En estos tres meses ninguno ha tenido nada con nadie, simplemente hemos intentado sanar aquello que rompimos sin quererlo y dejar que el tiempo cure y sane la herida.
Para volver a estar con esa misma persona y volver a darle una oportunidad tienes que dejar de pensar en los errores del pasado y poco a poco he ido olvidandolo. Claro está que eso no se olvida de la noche a la mañana. Lleva un proceso de tiempo.
Durante esos tres meses me he dedicado tiempo para mi, para mis amigos y también he echado los papeles para entrar en el próximo curso a la universidad. Al final me he decidido por estudiar contabilidad y finanzas, es algo que me llamo la atención y porque no darle una oportunidad.
He pasado bastante tiempo con Nico, Ferran, Sira, Pedri, Eric y obvio que si están ellos también esta Ansu.
Ansu ❤️
¿Te vienes?
¿a dónde?
A mi casa
Déjame que lo piense
Zulemaaa
JAJAJAJA
en diez minutos voy
Te espero,
preciosa❤️
No me eches mucho
de menos mientras
que llego 😜❤️
Llego a casa de Ansu y llamo al timbre esperando que me abrá. La puerta tarda poco en abrirse y cuando paso dentro, la primera imagen que tengo de él me deja muerta. Está sin camiseta y el cuerpo que tiene es de escultura.
- ¿Me vas a seguir mirando así o te vas a cercar a mí a saludarme? - pregunta alzando las cejas y con una sonrisa pícara en su rostro.
- EM si - respondo notando como el rojo empieza a tomar color en mi cara.
- Un tomatito - dice riendo.
- Idiota.
Me acerco a él y le abrazo mientras el echa mi pelo para atrás y deja un beso húmedo en mi cuello que me hace jadear.
- Te he echado de menos preciosa. - dice para previamente besarme como él tan solo sabe hacerlo.
- Yo también - le respondo agarrada a su cintura.
- ¿Tienes hambre? Estaba preparando tortitas de cacao de avellanas. - anuncia y sonrío.
- Tengo que probar esa delicia. - respondo, él aprovecha la cercanía de nuestros cuerpos aún para dejar una suave nalgada en mi culo a la vez que un leve mordisco en el hombro.
- Estás hoy un poco salidete ¿no? - pregunto y él me mira de una manera que hace que todo mi cuerpo se revolucione.
- Puede ser. - contesta dejando un beso suave en mis labios para a continuación darse la vuelta y seguir haciendo el desayuno.
Cuando terminamos de comer el desayuno. Ansu se queda mirándome fijamente, se acerca a donde yo estoy y se agacha para cogerme de los muslos y llevarme hasta la encimera.
Pone sus manos en mis muslos y aprovecho para coger un poco de cacao de avellana con los dedos y llenarle un poco la cara.
- Vas a tener que limpiar lo que has manchado señorita. - dice y yo sonrío traviesa.
- Encantada.
Rozo con la llama de mi dedo su labio inferior lentamente, abre un poco la boca y pego un grito al ver como muerde mi dedo. Acerco mi lengua a su cara y delineo sus labios para saborear el chocolate y su nariz. Tira de mi cabeza para unir su boca y la mía, con una mano me agarra del cuello haciendo que se me escapen varios suspiros.
Sus manos ascienden por mis muslos y tira de ellos para abrirlos y que él pueda colocarse entre mis piernas.
- La cosa está un poco calentita - asegura acercando su boca a mi cuello.
- Eres tú el que estás más caliente que una sartén.
- No te lo voy a negar. Al igual que no me puedes negar que tú también lo estás.
Echo mi cabeza para atrás gimiendo cuando él empieza a estimular mi clitoris aún por encima de la ropa. Aprovecho y le voy quitando el pantalón de chándal que lleva.
Los dos nos hemos quedado simplemente con la ropa interior.
Nuestros labios están hinchados y las mejillas sonrojadas.
Deja varios besos en mi abdomen y va bajando hasta el clitoris, jadeo y me agarro un poco a la encimera. Hace a un lado mi ropa interior inferior con tanta fuerza que no sé si se ha llegado a romper. Mueve su dedo en círculos, subiendo y bajando.
- ¡Joder Ansu!
- Me estás volviendo loco, nena.
Me acabo corriendo en sus dedos.
- Y ahora tú y yo nos vamos a la cama - dice cogiendome con fuerza y subiendo las escaleras.
- ¿Prefieres con condon o tomas pastillas?
- Tomo pastillas - respondo a su pregunta.
Él asiente acercándose a mi, nos besamos con ganas y siento como entra dentro de mi.
Sus manos están en mis caderas clavandose las uñas en mi piel. Baja las manos a mi culo con fuerza para acercarme si es que puede más a él. En la habitación se escucha el sonido cada vez que entra y sale de mi con fuerza haciendo que los dos gritemos de placer.
- Zule, vente conmigo.
Llegamos los dos juntos al extasi. Él sujetandome de la cintura y yo agarrada a sus brazos. Nos miramos los dos a los ojos y no nos hace falta hablar con una mirada nos lo decimos todo.
- Quédate siempre conmigo, mi princesa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro