Ansu Fati.

- Ansu no apagues más la alarma y despiértate - me dice mi hermana Angela

- No quiero despertarme.

- Te pierdes el entreno y te cae la de dios.

Abro los ojos y suspiro. Mis ganas de levantarme son nulas, pero más nulas son las ganas de llevarme la bronca del siglo por faltar al entrenamiento sin ninguna justificación y más cuando tenemos un partido a la vuelta de la esquina.

- Me voy - grito antes de salir de casa.

Me monto en el coche y doy las gracias a que al menos no bebi casi nada de alcohol, solo una copa y ni me la bebi entera. Por lo que ya no tengo ni una gota de alcohol en mis venas.

Llego al entrenamiento tras la noche de ayer y creo que hoy me van a dar más de una regañina, porque estoy agotado.

- Ansu - me grita Gavi - Que te caes.

- Estoy agotado - me llevo las manos a la cara.

- ¿Y eso por qué? - pregunta Nico - No me digas que te fuiste ayer de fiesta y tienes una resaca del quince.

- Que va, ¿quieres que Xavi me mate? - pregunto, todos rien.

- Pareces un zombie - ríe Pedri.

- ¿Entonces si no fuiste de fiesta a dónde fuiste? - pregunta Eric. - Porque no es normal la cara que llevas.

- Que amable oye - digo mirándolo mal - Después os digo, que no quiero que se enteren todos.

El entrenamiento empieza y yo quiero morirme. Las tres vueltas que nos manda Xavi se me hacen eternas, es que no veo la hora de llegar a casa y quedarme dormido. Para colmo, los días que más cansado estoy es cuando más ejercicios ponen.

- Vamos Ansu - me grita el míster - Con más ganas, muchacho.

- Hazlo tú - susurro sin que se entere.

Me dejo caer un momento al suelo pero al ver que todos mis compañeros me miran, me levanto rápidamente.

- ¿Estabas probando si estaba fresquito? - pregunta Ferran y todos se ríen.

Yo niego con la cabeza mientras todos siguen riéndose a carcajadas. Es que a quien se le ocurre tirarse al suelo, nada más ni nada menos que a mi.

- Venga que ya mismo acabamos - grita el míster.

- ¿No podemos acabar ya? - pregunto.

- No Ansu, ¿qué te pasa hoy?

- Que me duele un poco la cabeza - miento.

- La juventud de hoy en día - se queja Xavi. - Venga anda aguanta un poco más.

Díez minutos más y por fin acabamos. Suspiro y bebo agua.

- Eh eh tu no te vas - grita Gavi, cuando me ve saliendo por la puerta.

- Estoy reventado.

- Nos tienes que contar eso. - dice Pedri apuntandome con el dedo.

- Vale, pero aquí no.

- Pues vamos a tomar un café. - propone Eric.

- Vale.

Llegamos a la cafetería de siempre. Un pequeño local cerca de la ciudad deportiva, que siempre suele estar muy tranquilo.

- ¿Lo de siempre chicos? - pregunta Carmela.

- Si, Carmela - respondemos.

Todos me miran y suspiro antes de hablar.

- No os va a gustar nada. - digo y ellos se miran entre sí.

- A saber que has liado. - dice Nico.

Les cuento todo, obviamente sin entrar en mucho detalle explícito.

- ¿Has ido a un puticlub? - pregunta Eric con la boca abierta.

- Quien te ha visto y quien te ve amigo - dice Ferran golpeandome el brazo.

- Pero no fui porque quise, mis amigos me llevaron sin yo saber que iba a ir a ese lugar.

- ¿Te follaste a alguna? - me pregunta Eric.

- Sí.

-  ¿Cómo era la chica? - pregunta Pedri.

- Morena, con ojos marrones y muy guapa. Y por su acento española no es.

- ¿Hablasteis algo? - pregunta Nico

- No hacía falta hablar.

- ¿Disfrutaste verdad? - pregunta Gavi. - Porque tienes una cara.

- Mucho.

Dejamos de hablar de ese tema y miro por la ventana. Veo a dos chicas pasar por la acera mientras se ríen. Me quedo mirando a la más bajita y se parece a la chica de ayer.

¿Es ella o soy yo? No Ansu, claro que no es ella. Jamás la verás de nuevo.

La miro por un rato más hasta que termina de cruzar la calle.

- Ansu - dice Gavi pasándome la mano por la cara. -  Illo.

- ¿Qué? ¿Perdón?

Todos se ríen y me miran negando con la cabeza.

- ¿estas pensando en la chavala? - pregunta Nico y yo niego rápidamente.

- Eso es un si - dice Pedri riendo.

- Ansuuuu - gritan todos - Que te has pillado.

- ¿Pero qué cojones habláis? Que solo he tenido sexo con ella y se acabó.

Salimos de la cafetería y todos vuelven a mirarme.

- Mucha suerte en la búsqueda de tu amorcito - habla Gavi, yo le doy una colleja - Auch idiota.

- Cuando la encuentres nos avisas - dice Ferran, le saco el dedo del medio.

- Suerte con su búsqueda - se despiden y yo niego.

Me monto en el coche y resoplo. Me pongo música y justo me sale la canción que le puse anoche para que me bailará. Malditasea si es que hasta la radio me recuerda la noche de ayer. Como diría el mismísimo Bad Bunny, "porque la noche de anoche fue, algo que yo no supe explicar".

- ¿Te han echado la bronca? - me pregunta mi hermana cuando llego a casa.

- Un poco solo.

-¿No estabas muy centrado hoy no?

- No mucho - respondo y ella hace una mueca.

- ¿Sabes que me puedes contar lo que sea verdad?

- Claro que lo sé, hermanita.

Subo a darme una ducha y otra vez el recuerdo de la chica aparece en mi cabeza. Joder. Recuerdo mis labios por toda su piel, y como ella gritaba. Y acabó haciéndome una paja pensando en ella.

- Ansu, ¿no vas a cenar? - pregunta mi madre.

- Solo un poco, no tengo mucha hambre.

- Que raro estás hoy hijo - me dice mi padre.

- No es mi mejor día.

Acabo de cenar y subo a mi habitación. Me pongo a mirar el móvil, pienso en buscar el Instagram de la chica, pero no me sé su nombre. Así que el intento queda en vano.

La chica es guapa, pero es una pena que este en ese lugar y no podamos conocernos.

Pero Ansu, ¿qué dices? si tú estas muy bien solo.
¿Por qué no dejo de pensar en ella?

Ansu, vete olvidando ya de ella porque no la vas a volver a ver en tu vida.

O si el destino es muy caprichoso y cuando menos te lo esperas, pum.