Zulema.

Me asomo al balcón de la habitación del hotel. Hay una pequeña mesa blanca en forma circular con dos sillas de madera también blancas y en el medio de la mesa hay un pequeño florero con una flor. El día está nublado. Ni frío ni calor. El sol todavía no ha salido y tampoco sé si saldrá en algún momento. En definitiva, es un un día un poco raro.

Parece que todos aquí estamos como en una nube flotante de la que nunca quieres bajar. Hoy acaba esta aventura que he podido vivir muy de cerca. El mundial pone fin esta misma noche.

El sueño de todos aún no ha acabado, todavía quedan unas horas más. Aunque horas duras porque o podemos ser los campeones del mundo o podemos no llevarnos nada e irnos a casa con las manos vacías.

Están haciendo un campeonato espectacular todos y cada uno de ellos. Desde el primero hasta el último. Desde el que más juega hasta el que menos lo hace. Y a nosotros nos están haciendo disfrutar de lo lindo.

Recuerdo en 2016, cuando era muy pequeña y junto a mis padres vimos el mundial por television. Disfrutamos mucho viendo jugar a Colombia, mi selección. Gritabamos todos los goles que marcaban. Los que más los de James Rodríguez, que por ese entonces era un jugador que me gustaba mucho.

Sé que a mi padre le haría mucha ilusión estar viendo este mundial. Y es por eso, por lo que yo intento disfrutarlo lo máximo posible, por él y por mí. Por los dos.

Estamos en una época que no es nada fáciles para mí, Navidad. Quedan pocos días y yo estoy de bajón. Aunque intento disimularlo un poco. Los recuerdos de mis navidades con mis padres en Cartagena de Indias rondan por mi mente día si y día también. Recuerdos de cuando cenábamos todos juntos y abriamos los regalos de debajo del árbol de Navidad. Montar el árbol, el belén, decorar la casa, pasear por la ciudad y ver las calles iluminadas. Pequeños recuerdos que ya no volverán.

- Zulema - escucho mi nombre detrás de la puerta.

Me levanto de la silla y voy a abrir la puerta.

- ¿Estabas en el baño? Porque he llamado como tres veces - me dice Ángela, hermana de Ansu.

- No, perdona estaba distraída pensando en mi mundo.

- Perdón si te interrumpo. - se disculpa, yo niego. - ¿Estás llorando Zulema? - pregunta y es cuando me doy cuenta de las lágrimas esparcidas por mi rostro.

- Me ha dado un pequeño bajón.

Ella abre sus brazos y me abraza fuertemente. Es uno de esos abrazos que parecen que te van a romper, pero que son muy necesarios.

- Iba a ir a la planta baja a darme un masaje y después meterme un poco en el jacuzzi, ¿te apuntas?

- Por supuesto, creo que me vendría muy bien.

Ella asiente y cojo un bañador para después ponérmelo. Bajamos a bajo y dos chicas nos indican que nos subamos a la camilla y empiezan a hacernos el masaje.

Una hora después estamos las dos como nuevas.

- Zulema, veo a mi hermano súper feliz contigo. - dice y yo sonrío - Gracias por hacerlo feliz.

- Las gracias se las tengo que dar yo a él.

- Me encantaría que lo vuestro duré para siempre.

- Créeme que a mi también me encantaría.

Nos metemos en el agua y estamos un rato relajadas.

- Zule, ¿me podrías dar un consejo?

- Claro, cuéntame.

- me gusta un chico - admite.

- Ajam, ¿y qué pasa?

- Es un chico con el que nunca he hablado, simplemente lo he visto pero nunca nos hemos comunicado. Si que hemos hecho contacto visual.

- ¿Lo ves todos los días?

- Prácticamente si. Es amigo de Ansu.

- Espera, ¿es futbolista?

- Nooo, claro que no.

- Vale. Yo intentaría soltar algún tema de conversación que sepas que a él le gusta, y ir hablando poco a poco.

- ¿Crees que podré hacerlo?

- Por supuesto. Ya planeare yo algo para que esa conversación se dé.

- Gracias, Zule.

- De nada, Ángela.

Nada más que terminamos de comer subimos a las habitaciones, nos damos una ligera ducha y nos cambiamos.
Me pongo la camiseta de la selección con el dorsal y nombre de Ansu y unos pantalones vaqueros blancos.

- Que nervios - exclama Miguel.

Si nosotros los familiares estamos nerviosos, los jugadores no me quiero ni imaginar.

Al llegar al estadio que es una pasada, tanto por fuera como por dentro. El estadio Lusail, con una capacidad de 80.000 personas. El diseño del estadio Lusail refleja los cuencos artesanales que se encontraban en todo el mundo árabe e islámico durante el auge de la civilización, mientras que los juegos de luces reflejan los faroles fanar de la región. Con el paso del tiempo, el exterior dorado se desvanecerá, replicando la artesanía metálica envejecida para crear un lugar vivo con carácter cultural.

Hoy jugaremos contra Argentina, una selección que está obteniendo muy buenos resultados. Además, era una de las favoritas desde antes de que diera comienzo el mundial.

Antes de que el partido empiece nos sacamos una foto todos juntos.

Con Ansu hablé esta misma mañana nada más levantarme de la cama, y me contó que estaba nervioso como era normal. Pero que tiene esperanzas de ganar el mundial y que van a pelear por ello.

- Ya va a empezar - dice Lurdes.

No miento si digo que estoy nerviosa. Tengo el corazón que parece que se me a salir de un momento a otro. Muevo mi pierna derecha continuamente, mientras miro hacia el frente.

En el minuto doce un pequeño despiste entre Unai Simón y Eric García, hace que se nos suban las pulsasiones. Menos mal que Pau Torres ha logrado meter la puntera y desviar el balón hacia saque de esquina.

- Argentina va a ir a morder - asegura Bori.

- Esperemos que España no se venga abajo y tire lo más fuerte posible.

En el minuto veintiséis, primera cartulina amarilla del encuentro para Rodrigo De Paul, que ha arrollado a Gavi en el círculo central.

Unai Simón mete el guante fantástico repliegue de Argentina, que inicia la jugada con rapidez de la mano de Acuña, que con una jugada individual inicia la carrera desde la izquierda y filtra un pase a Lautaro, que remata en el palo derecho. Unai Simón metió el guante y otorgó un nuevo córner para los argentinos.

Pedri se lleva la segunda amarilla del encuentro, la primera para España, tras cometer una falta clara en una pugna aérea con Messi.

La falta la tira Messi y la mete por toda la escuadra.

Acaba la primera parte y las caras de los españoles es un auténtico cuadro.

¡GOOOOL DE ASENSIO! ¡GOLAZO DE ASENSIO! Centro de Dani Olmo, control y remate de volea de Marco Asensio para fusilar al Dibu Martínez. España empata el partido.

En el minuto setenta, Luís Enrique hace los primeros cambios entra Rodri por Busquets, y Ansu entra por Dani Olmo.

Tarjeta amarilla a Leandro Paredes por protestar.

Casi marca Morata, ha intentado una vaselina que ha despejado Montiel.

Otra amarilla para Giovani Lo Celso, por dar un fuerte golpe a Gavi, que se duele y luego se levanta cabreado e intenta ir a por él, pero lo paran antes de que pueda a ir más la cosa.

¡GOOOOL DE ANSU! Pau Torres saca rápido en largo y Ansu gana la espalda a Lisandro Martínez para batir por debajo de las piernas a Dibu Martínez.

Ansu, cuando todos se quitan de encima suya, se levanta y hace un corazón con sus manos mirándonos.

Minutos después el árbitro pita el final del partido y España después de 12 años, se vuelve a proclamar campeona del mundo.

Bajamos cuando nos dan permiso. Todos los hermanos de Ansu van corriendo hacia él.

- Zulema, ¿por qué lloras? - me pregunta Lurdes.

- Estoy emocionada.

Ansu me hace un gesto para que me acerque a él y corro hacia él. Me coge entre sus brazos y sonrío antes de besarle.

- Enhorabuena mi campeón.

- Que felicidad. No puedo creerlo.

- Pues creetelo, porque sois campeones.

- Te quiero princesa.

- Te quiero nene.