Narra Zulema.

Ansu ya está en Qatar. Lleva allí una semana y media, y está misma semana empieza el Mundial. Él no se esperaba ir, estaba convencido de que no estaría en esa lista pero lo está.

- Zulema, deja de hacer lo que estés haciendo que te llaman - me llama Naira. - Y seguro que es tu amorcito.

Dejo a medias el bizcocho de limón que estaba haciendo con el pequeño Diego, los dos estábamos algo aburridos y hemos decidido quitarnos el aburrimiento haciendo un postre.

Me limpio las manos y abro la llamada, que no es una simple llamada, sino que es videollamada.

- Ansu, ¿cómo se te ocurre llamarme por videollamada? Estoy horrible - cuestiono mirándome de arriba a abajo.

Llevo un pijamas de estrellistas azul, las zapatillas de estar por casa y un moño recoge mi melena.

- Estás guapa.

- No me mientas, Ansu Fati.

- Te pongas lo que te pongas siempre estas guapa, Zulema - yo niego sabiendo que me estoy empezando a poner colorada.

- ¿Cómo va todo por ahí? - pregunto.

- Hay nervios a la misma vez que ganas. Nosotros tenemos las espectativas altas.

- Yo creo que lo vais a hacer bien.

- Eso esperamos. Hay muchos aficionados españoles que esperan que disputimos un buen mundial, tenemos mucha presión y no sólo por su parte, también por parte de nosotros.

- Ansu, no dejes que la presión te pueda, disfruta y ve a por todas. No os comáis tanto la cabeza, comentarios siempre va a haber, buenos o malos pero van a ver.

- Como quisieras que estés aquí y me dieras un abrazo. - dice haciendo un puchero.

- A mi también me gustaría dártelo, pero no puede ser. Aunque te mando este beso - le lanzo un beso a través de la pantalla que le hace sonreír.

- ¿Estabas haciendo algo interesante? - pregunta y yo asiento.

- Estaba haciendo un bizcocho de limón con Diego.

-¿Un bizcocho? ¿Y no lo habéis quemado?

- Claro que no idiota - respondo sacándole la lengua. - Si somos unos cracks.

- Miedo me dais, Naira tiene que estar la pobre harta de vosotros.

- No te creas - digo haciendo una mueca.

- Guardarme un trozo de bizcocho.

- Entonces cuando vuelvas está más duro que una piedra. - bromeo y él ríe.

- Ansuuuuu - grita Diego al verlo en la pantalla - Zule te echa de menos.

- ¿De verdad? - pregunta Ansu y el pequeño asiente.

- Mucho.

- ¿Te cuento un secreto? - le pregunta Ansu a Diego.

- Si, que yo no digo nada - dice tapándose la boca.

- Yo también la echo de menos, pero shhh no se lo digas.

- Prometido, yo no abro la boca.

Hemos tenido que cortar la videollamada porque Ansu se tiene que ir a entrenar, le ha avisado Pedri porque si por él fuera en la habitación seguiría.

- Diego, vamos a terminar el bizcocho - digo y el pequeño viene corriendo.

- ¿Cuándo viene Ansu, tita?

- Esperemos que sea lo más tarde posible cariño.

- ¿Tarde por qué?

- Porque eso significaría que hemos hecho las cosas bien y que han llegado lejos.

Él asiente dejando un beso en mi mejilla. Las semanas que Diego lleva aquí, me he enamorado del pequeño. Es un niño tan atento y cariñoso que a cualquier persona la volvería loquita. No es un niño malo ni de hacer travesuras, es todo lo contrario. Un amor de niño.

- Mira tita - indica, al levantar la mirada me tira levadura a la cara.

- Diego - grita Naira a su hijo. - No hagas eso.

- Te vas a enterar - digo sacándole la lengua.

Cojo el paquete y le echo por el pelo. Los dos empezamos a tirarnos levadura como si fuéramos dos niños pequeños y estuviéramos en una guerra.

- Parar ya los dos, que sois como dos niños pequeños. - grita Naira.

Los dos paramos y nos reímos al ver cómo hemos quedado. Estamos los dos hasta arriba de levadura.

- Mira que dos por favor, no sé que voy a hacer con vosotros. - dice mirándonos a los dos - Cuando queráis os vais a la ducha.

Diego pasa por mi lado y me saca la lengua. Le sonrío y le revuelvo el pelo.

Naira se ha ido con Diego al parque y ha comprar varias cosas para el colegio de él, y yo me he quedado quitándome toda la levadura.

Pongo algo de música mientas limpio un poco la casa, porque de hacer el bizcocho todo ha quedado un poco patas arriba, un caos todo.

Nota mental: nunca intentes volver a hacer un postre con un niño pequeño, porque sale mal.

Tengo varios mensajes de Naira, y una llamada perdida. Abro los mensajes, no vaya a ser algo importante y yo aquí tan pancha.

Abro los ojos al ver las imágenes que están en periódicos y televisión, imágenes en las que salimos Ansu y yo juntos, en algunas de la mano, en otras dándonos un beso, y en otra yo subiendo a su coche. Las portadas ¿Ansu con novia? ¿Quién es la misteriosa amiga especial de Ansu? ¿Nueva WAG por el Camp Nou? Ansu y su chica, la joven morena y el español, un amor misterioso...

- No, no, no - digo llevándome las manos a la cara - Era lo que me faltaba.

- Tranquila Zule, nadie sabrá quién eres. No se te ve mucho la cara.

- Pero si en algún momento nos ven juntos, todo va a saltar por los aires.

- Zulema, tranquila de verdad, verás que no pasa nada.

- Esperamos, porque como eso llegue a manos de Alfredo no se lo que puede llegar a pasar - murmuró.

- Vamos a pensar que eso no va a pasar, pensemos en positivo.

Yo asiento no muy convencida. Sabiendo que esto puede ser una bomba de artillería.