¿Me lo quito o no me lo quito?

Es una muy buena pregunta, Kim Jisoo.

La indecisión estaba clara en ella, mordió el interior de su mejilla, pensativa hasta que aceptó la propuesta.

Todo sea por la familia.

Tomó la punta de aquel accesorio y lo levantó , dejando ver los moretones en su piel, antes perfecta y envidiada por muchas.

—¡Mi dios! ¿Qué te ha ocurrido? —dijo espantado.

—Ya hice lo que me pediste, ahora dime dónde están mi papá y mi hermano —resopló cansada y se abrazó así misma, pero dejó caer sus brazos al lado de su cuerpo debido a la punzada de dolor que sintió en su vientre al apretarlo sin darse cuenta.

—Viven en la casa de al lado.

Jisoo avergonzada formó puños con sus manos  y se dirigió a la salida.

¡Qué vergüenza!

—Recuerda ponerte el velo —recordó el hombre y ella agradeció.

...

Una parte de la familia estaba reunida. Se abrazaban constantemente e incluso en un principio lloraron de felicidad por reencontrarse.

—Como has crecido. Date la vuelta —ella asintió y cumplió el pedido de su viejo padre—. Eres preciosa.

—Hermana quítate el velo, estamos en familia —pidió.

Las manos le comenzaron a temblar. Tenía miedo que su padre actuara igual a su madre, no quería ser golpeada nuevamente tan solo por querer ser libre con la persona que amaba.

—¿Estas bien? —preguntó preocupado el oficial.

—Perfecta, pero no puedo quitarme el velo, la reina me lo ha pedido —se excusó, pero su hermano menor no le hizo caso y en un instante de vacilación se lo quitó.

Ambos exclamaron asustados al ver su cara. Al oficial casi se le sale una lágrima al ver el estado de su dulce hija.

—¿Quién te ha hecho esto? ¡Dime! Para matarle ahora mismo.

—Me he peleado con una amiga —declaró apretando la tela de su vestido.

—¿Quién es esa? ¡Lamentará haber nacido!

—¡Cálmese padre! La curaré ahora mismo.

Su hermano a los pocos minutos regresó con una hiervas curativas y algunos inciensos para la buena energía. Él sabía de esas cosas, gracias a sus estudios de medicina natural.

Encendió un incienso para relajar la atmósfera y luego preparó una medicina con las hierbas para echárselas en el rostro a su hermana y también un poco para que bebiera.

—¿Hay otro lugar lastimado? —ella señaló su vientre —Va a ser necesario que te quites todo lo que llevas puesto.

—Iré afuera para que puedan tener más privacidad —dijo el padre.

Con lentitud Jisoo se fue quitando el vestido con aro, retiró el corsé y los arrojó al suelo. Se quedó prácticamente en la ropa más íntima que llevaba.

Su hermano al revisar su vientre no observó nada extraño. Entonces el problema estaba por dentro.

—Al parecer tienes una fractura , pero con las hierbas medicinales puede curarse y también si reposas. Ahora quiero que me digas ¿quién te hizo esto? Se perfectamente que Hyemin no tiene la suficiente fuerza para hacerlo y te conozco, estás nerviosa.

Ese chico inteligente la conocía a la perfección. No podía mentirle. Tal vez él la entendiera.

—Fue mamá, ella me hizo esto.

Abrió sus ojos sin poder creérselo.

—¿Por qué? ¿Desde cuando es tan violenta?

Le explicó su situación detalladamente, paso por paso.

—Espero que me entiendas. Quiero ser libre. Siento que tengo cadenas en las manos y no me dejan hacer lo que quiero.

El joven abrazó a su hermana muy fuerte brindándole esa calidez y aprobación que le hacia falta.

—¡Hazlo! —dijo feliz—. Yo no te lo voy a impedir —acaricio su mejilla.

—No se lo digas a papá —pidió, casi rogando.

—No, pero ¿estás segura de que no los descubrirán? ¿Ya te has encontrado al chico?

—Si y no —suspiró.

—¿Sabes donde encontrarlo?

Negó con la cabeza. Ella no tenía idea donde podría estar aquel personaje. No tenía conocimiento sobre él, solamente conocía que era un buen poeta.

—Jisoo, ¿cómo te avientas a la aventura sin municiones? Sigues siendo tan precipitada.

—Está en mis venas, me gusta la aventura —su hermano la miro incrédulo.

—Eso no te ayudará a encontrar a tu amado. ¿Tienes algún plan?

—Preguntaré a algunos escritores si conocen su caligrafía, indagaré con los guardias reales, entrevistaré a pintores —soltó segura. Era un plan extenso, pero era su única salida. No disponía de mucho tiempo, solo tenía una semana.

—Te ayudaré con los guardias, tengo amistades entre ellos —ella agradeció sonriente—. Solo te pido una cosa, ten cuidado. Si los reyes descubren lo qué haces pueden matarte.

—Seré discreta, no te preocupes —miró la ventana, la figura del vecino pasaba caminando—. ¿Quién es él?

—Se mudó aquí hace unos meses, no es muy sociable. En realidad no sé mucho de él, es un misterio.

Ser misterioso llamaba la atención de Kim Jisoo, pero no era el momento de averiguar sobre él, su objetivo era buscar a su admirador secreto y pedirle escapar juntos.

—¿Él estaría dispuesto a escapar contigo? —ella levantó una ceja—. No te lo digo por nada malo, pero no lo conoces y no sabes por lo que esté pasando.

—Me ha escrito muchas veces que quiere verme, que quisiera estar junto a mi todos los días.

Él prefirió callarse su opinión, no quería estar en contra de su hermana, debía apoyarla.

—¿Cuando empezamos la búsqueda?

—¡Desde ya!