﴾56. Why am I the one?﴿
SeokJin
—No, no, amor, así no.
— ¡Deja que lo haga yo solo!
—Lo vas a romper, está al revés.
—Ya casi lo logro —y sigue dando vueltas al mango del rodillo para la pintura, forzando el ensamble por el lugar incorrecto, pero por más que lo intenta, no lo logra. Yo solo lo observo mientras lo intenta una y otra vez, como un pequeño niño armando legos. La lengua de fuera, los ojos bien clavados en su tarea, sentado con las piernas abiertas en el suelo lleno de periódico, vestido con ese traje blanco para pintar que lo hace ver tan sensual y a la vez gracioso.
No soy capaz de interrumpirlo aunque sé que saldrá mal lo que está haciendo, se ve tan hermoso, me provoca morderle las mejillas. Sé que está esforzándose por impresionarme, aunque le he dicho montones de veces que no es necesario porque ya lo amo tal y como es.
Ese afán suyo por mantenerme feliz o mostrarme sus habilidades, a veces lo vuelve un poco torpe e infantil, se pone nervioso cuando lo observo y se le caen las cosas o se equivoca, pero he aprendido a dejarlo ser. Yo también me esfuerzo por él, porque el yo de otra época lo reprendería y controlaría cada aspecto de su vida, pero con NamJoon he aprendido a ser paciente y dejar las cosas fluir a su propio ritmo.
Y al final, mi torpe y precioso novio termina por romper el jodido mango del rodillo que intentaba ensamblar a la cabeza de este. ¿Cómo lo hizo? Ni yo lo sé. El jodido instrumento es de aluminio reforzado y ya lo acaba de joder.
—Te dije que por ahí no era, Namu —me burlo de él a carcajadas y recibo en respuesta una mirada asesina por su parte. Tira las piezas rotas en un berrinche y se tira sobre mí para intentar hacerme callar la risa, pero entre más intenta taparme la boca, más me río. Entonces me abraza y rodamos por el suelo hasta que quedo sentado a horcajadas sobre él, con la respiración agitada y el abdomen doliendo a más no poder por la risa.
— ¿Por qué rompo todo lo que toco? —Pregunta entre risas, entrelazamos nuestras manos para mirarnos a los ojos y seguir sonriendo.
—Porque así eres tú, solo recuerda no romper mi corazón, solo tienes permitido destruir mi trasero.
— ¿Vas a castigarme entonces por romper el rodillo?
—Dame acá, pervertido —le quito el rodillo, descubriendo que en realidad no está roto, solo desarmado. Así que acomodo las piezas y queda perfecto.
— ¿Cómo lo hiciste?
—Te dije que lo estabas armando al revés, Namu, te voy a castigar por ser tan terco.
— ¿Ah sí? Me gustaría ver eso.
Como puede, se arrastra cerca de mí para rodearme en un abrazo, robándome un beso que sabe un poco a polvo, pero me gusta sentirlo así de cerca en este lugar, en mi lienzo en blanco que juntos estamos pintando, literalmente.
Pero él, desvergonzado como siempre, se pasa a besar mi cuello y mete sus manos bajo mi camiseta. Me encantaría seguirle el juego y hacer el amor aquí.
—Aquí no —detengo sus traviesas manos que estaban colándose bajo mi pantalón.
— ¿Por qué no? —Lame mi cuello, tratando de convencerme. Sí me encantaría, pero no.
—Porque estamos sucios, Namu, además debo estar pronto en casa para preparar la cena.
— ¿Estoy invitado?
—Tú siempre estás invitado —finalmente separa sus labios de mi piel, ayudándome a levantarme para comenzar a pintar.
— ¿Necesitas que compre algo?
—No, solo ayúdame vigilando que HoSeok no se coma el queso antes de ponérselo a la pizza.
— ¡Pizza! No sabía que cocinabas pizza.
—Sé hacer de todo, mi amor.
Estamos por comenzar a besarnos otra vez, pero entonces escucho los celulares de ambos vibrar, dándome a entender que alguien acaba de mandar un mensaje al grupo.
—Oh no, malas noticias —Nam mira el mensaje y lo lee mientras yo cubro los enchufes con cinta.
— ¿Qué ocurre?
—Los padres de JiMin están en la ciudad.
— ¿Qué tiene eso de malo?
—Que su secreto está en peligro y además su padre no sabe que estoy aquí. Verás, él me odia por ser gay y artista.
—Ay no...
—Tendremos que posponer a cena en caso de que vayan a tu casa, Jinnie —suspira con desilusión.
—No nos queda de otra —me acerco y lo abrazo por detrás, veo que los demás también respondieron, entonces tomo mi teléfono y le escribo un mensaje también.
Bien, esto es algo molesto. Pero es JiMin y no podemos arriesgarlo solo por nuestras necesidades. Él se ha vuelto tan importante para mí como HoSeok y JungKook, así que tendremos que ayudarlo a toda costa para protegerlo de sus padres y de cualquier sospecha que puedan tener sobre él y sobre nosotros, pues si se enteran de que nosotros somos una familia de homosexuales... seguro nos lo arrebatan para siempre. Y si pierdo a ese retoño, no me lo perdonaría jamás.
—Espero que todo salga bien, al parecer estarán tres días aquí.
—Yo espero que no se quieran quedar en la casa, porque no hay suficiente espacio y sería incómodo para Hobi.
—Se quedarán en un hotel —aclara NamJoon—. Su padre sí es invasivo, pero no a ese grado. No pasarán de controlarlo todo el tiempo mientras estén aquí y llevárselo a dormir con ellos, tal vez.
— ¿Siempre han sido así?
—Desde que yo lo conozco, sí. No tienes idea de lo horrible que lo asfixian sus padres.
—Pobre JiMin. Espero que las vacaciones pasen pronto, ha de ser un horror vivir ocultando tu identidad.
—Hasta ahora lo ha logrado, pero vivir fuera de casa siempre te cambia, solo espero que pueda disimular todos los cambios que ha tenido, su padre siempre está al pendiente de él, es un experto acosando a su hijo.
—Y hablando de cambios, ¿no has notado que se ha aislado un poco últimamente?
—Claro que lo he notado. Pero es porque siempre está con YoonGi, él es su principal tema de conversación y su ocupación. Si no fuera por el toque de queda, no lo veríamos en todo el día —responde él, tan preocupado como yo.
— ¿No notas algo extraño en esa relación?
—Sí, hay algo que no me termina de agradar. Es decir, ahora que JiMin nos contó sobre los ataques de pánico de YoonGi, me quedó todo más claro, pero no me agradó para nada que maltratara a Minnie.
—A mí tampoco, además YoonGi no se integra mucho. Entiendo que sea introvertido, pero siento que JiMin lo justifica demasiado.
—Me preocupa que lo idealice en exceso.
— ¿A qué te refieres? —Mientras yo termino de poner la cinta, NamJoon prepara la pintura en la bandeja.
—Es como si cubriera todas las imperfecciones y lo viera como un ser superior, eso incluye justificar todo lo que hace con el tema de sus trastornos mentales y la medicación. Es decir, no ve la realidad porque está enamorado, cree que está viviendo un amor de cuento de hadas.
— ¿Y no es algo parecido a lo que pasa con nosotros? —Me atrevo a preguntar, porque sí que me pareció demasiado similar.
—No lo creo. Tú y yo estamos en nuestra etapa de intenso enamoramiento, pero estamos conscientes de eso. Sabemos que llevamos poco siendo pareja, hemos tenido desacuerdos pero también somos capaces de tener conversaciones difíciles. Como esa vez que me dijiste que me regresara a mi departamento, fuiste realista porque sabías bien que ya necesitábamos ese espacio y yo lo acepté porque te respeto. Pero JiMin...
—Pareciera que vive solo por YoonGi —completo y él asiente como si me hubiera ganado la lotería.
—Me preocupa que se vuelva codependiente, porque JiMin no ha tenido una educación sana en cuanto a amor y emociones. Es como dijiste la otra vez, llegó aquí como una olla a presión y en cuanto vio la oportunidad, explotó.
— ¿Crees que deberíamos hablar con él?
—No lo sé, no quiero invadir su privacidad ni meterme tanto en eso porque es su vida, su relación y él sabe lo que hace, pero...
—Pero sabes que hay cosas extrañas en esa relación —otra vez, parece que le leo la mente.
—Sí, además lo noto decaído y a veces con los ojos llorosos, pero me evade las preguntas cuando me intento acercar.
—Sé que deberíamos esperar a que él se acerque, pero yo no me voy a detener si lo veo demasiado decaído, ya me está empezando a preocupar más de lo normal.
—A mí también, Jinnie. Tal vez deberíamos conversar con él antes de que sus padres se lo lleven a Busan, si es que tenemos oportunidad.
—Me prometí que no sería tan controlador, pero JiMin es mi familia y estoy seguro de que él nos considera mucho más cercanos que a su propia familia. Hablaré con él.
Conmovido, NamJoon deja lo que está haciendo y me planta un enorme beso. Ya nos hemos distraído demasiado al trabajar, a este paso terminaremos de pintar el año que viene.
—Mueve tu lindo trasero, Kim NamJoon, este café en gestación no se va a pintar solo.
—Como ordene el jefe —él toma uno de los rodillos largos y yo me quedo con el pequeño.
Con algo de música de fondo, ponemos manos a la obra.
Se siente muy hermoso esto que estamos haciendo: pintando el lugar que me devolverá la estabilidad profesional, o al menos eso esperamos.
Limpiar fue difícil, pero la ayuda nos dieron los chicos aligeró bastante la carga de trabajo. Desempolvaron y fumigaron al profundidad, sacaron la basura y limpiaron las ventanas. Yo, con mis alergias, sufrí bastante, pero NamJoon se aseguró de que todo quedara aspirado y libre de polvo. Cuando por fin evaluamos todo y revisamos que no hubiera moho en las paredes, procedimos a pintar.
Elegí rosa, blanco y morado, espero que quede tan bien como lo imaginé. También compramos pintura negra para escribir con tiza encima, un detalle que, según los chicos, le dará un toque moderno al lugar y atraerá la atención de las personas jóvenes.
Durante el resto de la tarde, alternamos entre pintar, comer algunos bocadillos, besarnos y chismear un poco más sobre esa relación extraña que tiene JiMin con YoonGi. Hay algo intrigante ahí, definitivamente.
Por ejemplo, he notado a JiMin con semblante triste o cansado cuando desayunamos juntos por las mañanas. Aunque el tema de la salud mental de YoonGi quedó aclarado, él insiste en que su novio se está adaptando a los medicamentos y que a veces no está de buenas, pero yo creo que hay algo más que un simple mal humor como efecto secundario.
Tengo un mal presentimiento, pero no puedo asumir nada porque no conozco suficiente a YoonGi como para hacer una hipótesis. Me gustaría mucho invitarlo a comer nuevamente, pero JiMin insiste en que es muy tímido y en que necesita que le den más tiempo para que entre en confianza. ¿Pero cómo es que YoonGi va a entrar en confianza con nosotros si se rehúsa a entrar a la casa cuando lo invitamos?
Una esencia extraña rodea a ese chico, tengo miedo de que JiMin termine muy lastimado. Y si YoonGi lo lastima, juro que no tendré piedad con él y sacaré todo mi instinto sobreprotector si es necesario.
Nadie le hace daño a mis polluelos y quiero proteger a JiMin. Pero no podré hacerlo si él no confía en mí para decirme lo que pasa. Y no es que esté siendo paranoico, sé que algo extraño pasa.
JiMin
Anoche tuve que quedarme en el hotel con mi familia, cosa que me impidió siquiera lavar mi uniforme, estudiar suficiente para mi examen final de histología y dormir suficiente porque estuvimos charlando hasta las dos de la mañana.
Mi madre está fascinada conmigo y con la forma en que me he adaptado a la gran ciudad capital, dice que soy su héroe por vivir fuera de casa y hacer todo lo que ella siempre deseó cuando era joven. Mi hermana también está maravillada con todo lo que le cuento de mis amigos y de cómo nos llevamos, como si fuésemos una familia.
Mi padre por su parte, lo único que hizo hasta que nos dormimos fue ver televisión y repetirme una y otra vez que quiere conocer a Jin y Hobi para ver con qué clase de gente me junto, también me estuvo recordando que debo conservar mi excelente promedio para mantener la beca, que no debo tener novia, que me veo "más hombre" con el cabello normal, y bla, bla, bla... sus habladurías controladoras y machistas de siempre.
Y ahora estoy muriendo de sueño en la escuela porque no dormí suficiente, intento estudiar un poco más antes del examen pero es algo difícil porque estoy somnoliento y fastidiado. No he visto a YoonGi hoy, tuve que mandarle un mensaje en la mañana para que no pasara por mí debido a que estaba con mis padres, cosa que contestó con un simple "ok". Me pregunto si no se habrá enojado por eso...
— ¡JiMin! —SeulGi me sorprende con su chillona voz y se sienta en la butaca junto a mí.
—Hola SeulGi. ¿Estudiaste?
—Claro que estudié. ¿Por qué te ves hecho mierda?
—Porque ESTOY hecho mierda.
—Seguro no dormiste por hablar toda la noche con tu noviecito.
—Bueno fuera, pero fue porque mi familia está aquí y me desvelaron.
— ¡Tu familia! Eso es genial. ¿Te irás a Busan?
—Sí, no me queda de otra —expreso mi desagrado con una mueca, no lo puedo evitar, mi cara tiene subtítulos.
— ¿Por qué no suenas nada feliz? ¡Es tu familia! ¿No estás feliz por verlos?
—Sí estoy feliz, pero me iré y no veré a YoonGi ni a ustedes por algunas semanas, serán las vacaciones más largas de toda mi vida.
— ¡Oh, vamos JiMinnie! —Me da un apretón en el hombro—. Sé que tu familia es algo pesada, pero ni YoonGi ni nosotros nos vamos a olvidar de ti. ¡Ve a disfrutar de la navidad y de las vacaciones!
—Lo intentaré —respondo para nada convencido.
El timbre suena y TaeMin entra corriendo, justo detrás de la profesora. Todo el salón queda en un profundo silencio, solo el eco de sus tacones y el golpe brutal del maletín contra el escritorio.
Saca los exámenes del maletín y comienza a repartirlos.
—Tienen una hora y media —empieza a dictar sus órdenes con su voz tan firme que da miedo—. Si los descubro copiando, reprobados. Si voltean a pedir sacapuntas o borrador, reprobados. Si alguien se levanta, reprobado.
Cuando el examen llega a mí, casi se me va el alma del cuerpo. Es largo, exageradamente largo. Casi siento que me voy a quedar en blanco, estoy tan nervioso y cansado, lo cual me hace odiar aún más a mi papá por llegar de improviso solo para desvelarme. Tan exigente es con el tema de las calificaciones, pero no es capaz de entender que necesito tiempo y tranquilidad para estudiar.
Respiro hondo, tratando de tranquilizarme y enfocarme. Siento que no estudié lo suficiente, pero tengo que intentarlo y dar lo mejor de mí. No puedo reprobar o seré un fracasado. Si repruebo, perderé la beca, no podré seguir estudiando, me regresaré a Busan y no volveré a ver a YoonGi ni a mis amigos.
Muy bien... aquí vamos.
Empiezo a contestar lo más rápido y acertado que puedo, haciendo doler mis dedos de lo rápido que escribo y de lo mucho que aprieto el lápiz contra el papel. Me doy cuenta de que sí sé la mayoría de las cosas, que valieron la pena las horas que me desvelé para leer.
Tal vez hubiese tenido más tiempo si no pasara tanto tiempo con YoonGi en las tardes, pero la verdad es que me las he arreglado para seguir bien en la escuela y también estar con mi novio. Pasar tiempo con él también es muy importante, por eso me va a doler mucho irme a Busan mañana.
Pero... podría quedarme otro día más.
Se me acaba de ocurrir la mentira perfecta para pasar una mañana entera con YoonGi, sin consecuencias.
Termino mi examen mucho antes de lo que esperaba y salgo rápido del salón. Corro con mi mochila por los pasillos húmedos debido a la lluvia matutina y voy a donde se supone que YoonGi debería estar en estos momentos. Veo desde afuera su cabeza plantada en un examen que está haciendo y me quedo observando su perfección desde lo lejos. Se ve tan lindo y sabio.
Me instalo a un lado de la puerta de aquel salón donde está y espero, ansioso y con la felicidad revolviéndome todo por dentro. ¡No puedo esperar a que salga y poder contarle mi plan!
Cuando la puerta del salón se abre, me exalto esperando que sea YoonGi, pero son solo dos chicas con caras tristes que de seguro fallaron la prueba. Bien, esperaré un poco más.
Saco mi teléfono para distraerme un poco, pues la espera me está matando. Hay un mensaje de mi padre diciéndome que pasará por mí cuando salga. Lo ignoro y me meto a tontear en mis redes para distraerme de la ansiedad que me causa.
— ¿Me estás esperando o qué? —Escuchar su voz es como si me hablara un ángel en persona.
Lo veo y mi corazón se acelera, da brincos de felicidad. No puedo evitar lanzarme a sus brazos y apretarlo fuerte contra mí. Él me corresponde, pero con menos fuerza de la que esperaba.
—Sí, amor —me despego de él para observar su rostro. Su cara de póker está más acentuada el día de hoy, temo que esté enojado conmigo porque ayer dejé de mandarle mensajes porque estaba con mi familia.
—Tengo clase.
No reacciono, solo sonrío, fingiendo que no me dolió su indiferencia.
— ¿Te puedo acompañar hasta tu salón? Tengo una idea maravillosa para que podamos despedirnos antes de que me vaya a Busan.
Y de inmediato tuerce los ojos, dándome a entender que le desagrada que me vaya. Empieza a caminar con dirección a su siguiente aula y yo camino junto a él.
— ¿Qué pasa, Yoon?
—Nada, lo de siempre —y ni siquiera me mira. Creí que estábamos bien.
— ¿No dormiste bien?
—No.
— ¿Podrías detenerte un momento y escuchar lo que tengo que decir? —Pido con cierto miedo.
—Dilo mientras estamos caminando, acompáñame al baño.
—Bien —sonrío un poco y lo tomo de la mano, entrelazando mis dedos con los suyos, pero él no aprieta mi mano como yo lo hago. Y siento dolor por eso, una punzada extraña en ambas manos, un nudo doloroso en la garganta y repentinas ganas de llorar por no recibir su afecto.
—Suéltalo —dice cuando entramos al baño, él se recarga en una pared y me observa.
—Estaba pensando que... —me acerco a él con coquetería—. Tal vez podría contar una mentirita para quedarme un día más y pasar juntitos una mañana entera en tu casa.
— ¿Y hacer qué?
—Ya sabes... —me acerco más hasta que estoy casi por besarlo en los labios, pero me alejo de su rostro para bajar y depositar un tierno beso en su cuello. Se estremece y jadea un poco cuando lo hago. Bingo.
— ¿Y qué mentira vas a contar? —Excelente, lo logré. Se aferra con ambas manos a mi cintura por debajo de mi grueso abrigo.
—Diré que tengo clases por recuperar y un examen final pasado mañana —lo beso de nuevo antes de abrazarlo hasta que ya no queda nada de distancia entre nosotros.
—No te van a creer.
—Lo harán, tengo mis modos para convencer y manipular a mi padre, la escuela es importante para él, así que es la excusa perfecta —de su cuello, paso a sus labios, recibiendo su cálido aliento en un beso un poco perezoso, pero lindo.
—Creí que tú eras el títere.
—Confía en mí, pero deberás pasar por mí a mi casa temprano, como si fuéramos a la escuela.
— ¿Me vas a hacer despertar temprano el primer día de vacaciones? Estás loco, Park —rezonga, amenazando con retirarse, pero yo lo retengo con otro beso en el cuello, sé que le encanta.
—Hazlo por mí, no te veré en muchas semanas —hago un puchero con mis labios, logrando sacarle una sonrisa.
—De acuerdo, solo porque te tengo muchas ganas, JiMinnie —me aprieta más contra él, llenándome de ganas de desnudarlo en este momento, pero solo me limito a besarlo, esta vez lamiendo su labio y después chocando su lengua con la mía.
Pero el estruendo de la puerta abriéndose me obliga a retirarme abruptamente, con el corazón acelerado y las mejillas calientes.
— ¿Interrumpo algo? —Es TaeMin, qué alivio.
—No, ya nos íbamos, voy a acompañar a YoonGi a su salón.
—Sabes que tenemos una hora libre, ¿verdad? —Dice él y nos da la espalda para ponerse a orinar. Yo me quedo tieso aún por la vergüenza, mientras que YoonGi solo expresa un rostro de desagrado hacia mi amigo.
— ¿Y eso qué? —Busco la mano de YoonGi, pero él se cruza de brazos y no me mira. Duele.
—Hay que estudiar de nuevo para el siguiente examen, necesito tu ayuda porque no entendí algunas cosas.
—Oh, tienes razón, tenemos que repasar. ¿Te veo en el receso, Yoon? —Trato de buscar su aprobación, pero apenas me mira. Estábamos bien... ¿Qué pasó?
—Tal vez, nos vemos.
Sin darme un último beso o una mirada, se va. Me quedo con ganas de llorar, pero no puedo mostrarme débil o TaeMin comenzará a hacer preguntas.
—Un día te van a pescar y no te gustará —se burla, luego procede a lavarse las manos.
—Sólo nos estábamos besando. ¿Qué tiene de malo? Además toda la escuela sabe que somos novios.
—Lo sé, pero no te expongas demasiado, Minnie, los chicos son crueles a veces. Salir con el hijo del rector no te hace inmune al acoso escolar. ¿Qué no recuerdas cómo te fue en la fiesta? Saliste lastimado por un homofóbico de mierda.
—Pero lo de la fiesta ya quedó en el pasado, YoonGi dijo que estaba resuelto —no puedo evitar sentir desagrado al recordar lo que pasó.
— ¿Y nunca le preguntaste qué pasó exactamente?
—No quiero molestarlo con ese tema, solo sé que probablemente su padre tuvo que ver, porque nadie me dijo nada y tampoco hay videos o fotos circulando por ahí.
—Mira, no quería tocar el tema porque tampoco me agrada hablar de eso, pero...
— ¿Pero qué?
Bueno, comienzo a sentirme nervioso. ¿Por qué tanto maldito misterio? En realidad, lo único que me interesa al respecto es que nadie me moleste.
—No hables sobre esto con YoonGi, pero escuché un rumor sobre el chico que te agredió. Su nombre es Mingyu, dicen que siempre abusaba en las fiestas de novatos a cualquiera que fuera gay o lo pareciera.
—No me extraña eso, TaeMin. No recuerdo su rostro ni nada, pero es algo que se puede deducir sin tanto problema. ¿Dónde está el misterio en eso?
—Dicen que YoonGi fue una de sus víctimas.
Me quedo boquiabierto, sin saber qué decir. ¿Qué mierda?
—No le digas que yo te dije —está totalmente asustado, así como yo sorprendido.
—No lo haré, pero... ¿Estás seguro?
—Yo solo sé lo que escuché.
—Pero... pero si lastimó a YoonGi, ¿por qué no lo expulsaron?
—Dicen que lo mandaron de intercambio por unos meses pero luego regresó. Ya no se le ha visto, así que es probable que lo expulsaran o solo lo enviaran a otra escuela. Su padre es rico, probablemente lo encubrieron de alguna manera.
—Todo eso que dices es demasiado fuerte, mejor no me hubieras dicho nada.
—Tenías que saberlo en algún momento, me extraña que YoonGi no te dijera nada.
Ambos salimos del baño, dirigiéndonos a la cafetería para encontrar a SeulGi y estudiar, pero yo ya no puedo pensar en nada más.
—A veces a YoonGi le cuesta hablarme de esas cosas difíciles, pero si no me lo dijo seguro lo iba a hacer en algún momento.
— ¿Seguro?
—Él es así, introvertido, tiene sus propios tiempos para contarme cosas importantes e íntimas, no es un libro abierto como otras personas y está bien —lo defiendo, porque mi amigo parece acusarlo con la mirada.
—Si tú lo dices... pero de todas maneras no le digas nada sobre esto, no quiero que el hijo del rector me odie, si no es que ya lo hace. Me miró como si me odiara.
—No te odia, solo durmió muy mal anoche.
—Ay Minnie.
— ¿Qué?
—Estás muy enamorado, ¿verdad?
—Sí, pero no sé qué tiene que ver con nuestra conversación,
—Nada, amiguito, vamos a estudiar.
Él me toma de los hombros para apresurarme, cambiando de tema drásticamente justo como sabe hacerlo para volver cómico algo incómodo. Y se lo agradezco, porque la conversación no iba a ningún lado.
No pienso explicar a todas las personas lo que sucede con YoonGi porque sería invadir su privacidad y, además, ellos no lo pueden entender. Solo yo lo conozco de una manera profunda y única como para apoyarlo cuando está de mal humor.
Donde ellos ven una cara de amargura, yo veo sus cicatrices y la historia difícil que formó su carácter. Solo por eso estoy dispuesto a ser su escudo frente a todos los que cuestionen su forma de ser. YoonGi es un ser humano maravilloso, sensible y amoroso, me frustra que los demás no lo puedan entender.
¿Por qué parezco ser el único capaz de ver la realidad?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro