﴾42. Rainbow lemon﴿
Nota: el siguiente capítulo contiene imágenes, por lo que es necesario encender wifi/datos.
Querido YoonGi:
Este primer mes de novios ha sido increíble, no tengo palabras para describir lo inmensamente feliz que soy a tu lado.
Sé que fue difícil para ti contarme sobre la situación de tu intento de suicidio y sobre tu familia, pero entérate de que puedes confiar en mi todo lo que quieras, porque yo me siento honrado cuando me cuentas algo de ti que otros no saben.
Sé que estás roto, pero también que estás lleno de amor y de actitudes bonitas que yo te ayudaré a explotar.
También me siento honrado ahora que sé cuán importante soy para ti, y nunca en mi vida imaginé que yo tendría tanta importancia en la vida de alguien. El saber que funciono para ti como alguien que te hace sentir mejor, que te ayuda a conciliar el sueño y sentirte vivo... Oh, mi vida, eso para mí lo es todo.
Te has convertido en mi todo en tan poco tiempo, y cada tarde que paso a tu lado vale oro, deseo que podamos pasar juntos mucho tiempo y que algún día puedas terminar de florecer, pues sé que aún hay cosas que te hacen sentirte triste y vacío.
Pero yo me encargaré de ser tu héroe, así como tú lo has sido conmigo. No sólo te convertiste en mi salvador el primer día de clases y en esa fiesta, sino que también me rescataste de las inseguridades que me implantaron mis padres y de la forma en que me tratan.
Estar contigo me ha dado el valor para enfrentar poco a poco a mi padre con coraje y empezar a defender mi privacidad y mi individualidad, espero que algún día él entienda que ya soy mayor y que no necesito de tantos cuidados como antes, y eso me lo has enseñado tú. Eres tan independiente, tan admirable por la forma en que has logrado vencer tus demonios desde que eras tan solo un niño.
Todas esas cosas horribles que tu madre te hizo, mi amor, todo ese rechazo que cayó sobre tus hombros y ese dolor que penetró tu alma, todo eso me voy a encargar de alejarlo. Y no por mi propia voluntad, sino porque tú mismo me lo estás permitiendo y yo me siento dichoso porque me has dado la oportunidad de entrar a tu vida y repararte.
Con el amor que nos tenemos va a ser suficiente, mi vida.
Tú nunca vas a leer esto porque las cursilerías de este tipo no son lo tuyo y seguro te vas a burlar de mí porque soy un romántico de primera que desborda amor por todas partes. Así que dejaré esta carta en mi cuaderno, esperando que este mensaje llegue a ti de alguna forma, a través de mi cariño.
Otra cosa: perdón por ser tan torpe a veces, es que no puedo evitar ponerme nervioso ante ti. Quisiera pedirte una cosa antes de acabar esta carta, por favor no te burles de mí cuando soy torpe o digo cosas fuera de lugar, porque me duele. Sé que eres mucho mejor que yo y que tengo un montonal de cosas que aprender de ti, pero a veces sí siento que te pasas un poquito conmigo cuando me llamas "niño estúpido". Espero que entiendas eso y que logres leer mi rostro cuando me siento mal al recibir tus burlas, porque la verdad no puedo decírtelo de frente, porque sé que las burlas a veces las dices con cariño y no quisiera rechazar esa forma de amor que me das.
Incluso a veces temo ser demasiado tonto o no ser suficiente para alguien como tú, tan sabio y sensato, tan lógico y con su vida bien planeada, no como yo que soy sólo un aprendiz, un pequeño tonto que tiene que entender aún cómo funciona el mundo real.
Pero te amo sobre esas pequeñas cosas, y sé que entenderás lo de las burlas tarde o temprano, porque las parejas tienen que aprender a leerse entre ellas, saber lo que el otro quiere sin siquiera preguntarlo es algo muy importante, es la prueba misma de la bellísima conexión que los une. Y así quiero que sea, sé que cambiarás eso porque me amas y soy importante para ti. Sé que me tomarás en cuenta y lo entenderás sin que te lo diga, porque estamos conectados, estamos destinados.
Siempre tuyo, Park JiMin.
JiMin
Soy un maldito cobarde.
¿Por qué me negué a continuar cuando por fin estaba por pasarme lo más hermoso que le puede pasar a alguien con el amor de su vida? Estábamos a punto de hacerlo, tan solo a un par de besos de distancia para por fin unirnos como he estado soñando desde que empezó a gustarme.
— ¡Park JiMin! —me grita la profesora. Por su rostro enojado, puedo deducir que me estaba preguntando algo y no le hice caso... otra vez.
—Perdón —el maldito calor sube a mis mejillas y mis manos sudan—. ¿Sí, profesora?
—Es la tercera vez en este día que te pregunto algo y no respondes, Park. Tómate el día y regresa mañana bien dispuesto a trabajar, o puedes empezar a ahorrar para tomar el examen extraordinario.
—Sí, profesora, disculpe —todas las miradas de mis compañeros se clavan en mí como agujas y SeulGi me acusa en silencio con cierta decepción, así que no me atrevo a voltear atrás donde está TaeMin, pues también debe tener el mismo semblante de desaprobación.
Tomo mis cosas y salgo del aula, al menos un poco aliviado porque ya es la última clase. Afuera está nublado y húmedo por la lluvia que cayó esta mañana, el frío comienza a filtrarse en la ciudad y ya no es posible salir sin un suéter. El clima me gusta, pero a la vez me hace sentir muy nostálgico y eso me lleva a sobrepensar más de lo habitual. Camino con la mirada en el suelo, los pasillos están resbalosos y solos, no sé a dónde voy, sólo avanzo. Mis pensamientos están inmersos en mi maldita cobardía con YoonGi el sábado y en lo que estaba pasando por mi mente cuando me arrepentí.
Todos los homosexuales mueren de SIDA.
Están enfermos, son el cáncer de la sociedad.
Qué bueno que tú siempre has sido todo un hombre.
Recuerdo cuando yo era tan solo un mocoso de siete años y empecé a sentir cierta atracción por las "cosas de niñas". Una vez, mi padre me llevó a un gigantesco mercado por mi cumpleaños y me dejó elegir tres juguetes, yo corrí directo al pasillo de las muñecas y elegí las más bonitas que encontré: una Barbie doctora, una preciosa Mujer Maravilla con todos sus accesorios y una Sailor Moon de peluche que hacía sonidos al presionar su panza. Pero cuando se las llevé a mi padre para que las pagara, de inmediato las arrebató de mis manos y me jaló con violencia al pasillo donde había carritos, figuras de acción de súper héroes masculinos, armas de juguete y más de esos juguetes que ya tenía a montones y no me gustaban para nada. Era la primera vez que yo podía decidir qué juguetes tener y mi padre arruinó esa oportunidad.
Me dijo que sólo los maricas y las niñas jugaban con muñecas y me obligó a elegir juguetes "de hombre". A partir de entonces supe que algo andaba mal en mí, pues me seguían gustando las muñecas, las faldas y el maquillaje. Sé perfectamente que el hecho de que te gusten esas cosas no significa que necesariamente tengas que ser homosexual y que la gente puede tener todo tipo de gustos independientemente de su orientación sexual, pero yo era de esos niños afeminados que se les notaba desde pequeños que crecerían de forma "desviada", pero mi padre se negó rotundamente e intentó "hacerme un hombre" a toda costa.
JinSil noona y yo hemos sido amigos desde que muy pequeños, crecimos juntos porque éramos vecinos e íbamos a las mismas escuelas, nuestras madres se hicieron amigas y, en consecuencia, ella y yo también. A pesar de que es solo un par de años mayor que yo, hicimos una conexión muy bonita donde ella cuidó de mí siempre. Entonces se convirtió en mi primer lugar seguro, con ella siempre pude ser yo mismo.
Recuerdo cómo nos encerrábamos en su casita del árbol y ella me maquillaba y vestía como una princesa, me daba consejos de belleza y siempre me guardó el secreto, pues sabía que mis padres eran estrictos y que no permitían en mí esa clase de cosas.
Cuando descubrí mi homosexualidad, ella fue la primera en saberlo después de NamJoon hyung y se puso muy feliz por mí, pues dijo que ya lo presentía. Entonces, para cubrirme y evitar que la gente supiera, comenzamos a actuar como esos novios de manita sudada. Solo una vez la besé, en la mejilla para ser exactos y con la intención de que nos vieran porque la gente en la escuela comenzó a sospechar de mí por actuar "afeminado". Entonces comenzamos a pasar mucho más tiempo juntos, nos abrazábamos de vez en cuando y la gente dedujo que éramos pareja. Nunca tuvimos problemas con eso y ella tampoco, pues es tan diferente como lo soy yo: descubrió que era asexual poco después de que yo le revelara mi secreto.
Cuando cumplí diecisiete y decidí teñirme el cabello, mi padre lo tomó como acto de rebeldía y me quiso obligar a raparme, pero me negué completamente y mi madre se puso de mi lado. Sí, increíblemente ella me defendió, a pesar de que también es sumamente homofóbica.
"¡El tinte en el cabello es para maricas y mujeres!", me gritó mientras corría tras de mi por toda la casa con el cinto en la mano, pero mamá intercedió y los golpes fueron para ella por querer defenderme. Por más que quise hacerlo entrar en razón, no fue hasta que dejó a mi madre tirada en el suelo que la culpa empezó a remorderlo. Para calmar las aguas, le dije que tenía un noviazgo con JinSil noona y hasta tuve que mentirle con que ya nos habíamos acostado para que se calmara.
Antes de eso, él ya golpeaba a mamá cuando llegaba borracho los sábados en la noche, pero nunca lo hizo de forma tan brutal como entonces y debido a la culpa, consintió a mi madre por meses y no volvió a ponerle una mano encima, pero yo me sentí terriblemente culpable porque ella recibió los golpes que a mí me tocaban. Nunca había recibido golpes de mi padre por mi culpa, esa fue la primera y única vez, suficiente para que nada volviera a ser igual entre nosotros. Ella se volvió distante, mi hermana más hermética, mi padre más adicto al trabajo y a sobreexigirme, y yo cada vez más harto y deseoso de huir.
Amo a mi madre sobre todas las cosas en esta tierra, incluso ella está un centímetro arriba de mi YoonGi en la escala de amor que tengo para dar. Ella nunca ha estado de acuerdo con los homosexuales y siempre ha concordado con mi padre en esa línea de pensamiento, pero siempre sentí que ella era menos rígida que mi padre pues, cuando me teñí, el único que reaccionó mal fue él, a mi madre sólo le dio risa y me dijo que parecía una zanahoria andante.
Estando ahí, a oscuras y excitado con las manos de YoonGi tocándome desesperadamente, recordé todas esas cosas y sentí miedo, la culpa me sobrepasó y mi erección se fue a la mierda en cuanto esas escenas violentas se reprodujeron en mi cabeza. Tuve que decirle a YoonGi que tenía miedo, pero no pude decirle la verdad, simplemente no pude, estaba paralizado y terminé llorando cuando volví a casa, tanto por arrepentirme como por todas las consecuencias que habrá si mis padres se enteraran.
La ansiedad se apoderó de mí, sólo podía pensar en mi madre y en lo mucho que mi padre la golpearía si intentara defenderme, aunque no sé con certeza si ella hará eso cuando se entere de lo que soy... A veces incluso me siento como un maldito monstruo anormal dentro de esa familia, a pesar de que sé perfectamente que ser gay no tiene nada de malo.
Pero YoonGi tiene razón en algo: ellos no tienen por qué saberlo, ¿verdad? Y a mí no tendría que importarme una mierda lo que ellos piensan, mucho menos estando en plena acción con mi novio. YoonGi tiene razón y yo creo al cien por ciento en cada palabra que sale de sus sabios labios.
A la mierda, voy a hacerlo.
Voy a hacerlo porque quiero y porque YoonGi y mis amigos me dan las fuerzas que necesito para no sentirme culpable de ser quien soy. Voy a hacerlo porque ya tengo ganas de que YoonGi me parta en dos, porque ya necesito tenerlo dentro de mí, porque tengo derecho a vivir mi sexualidad como se me de mi maldita gana.
Sí, a la mierda.
A la mierda con mis padres y sus estupideces homofóbicas.
—Mmh...Yoonie ...
No pensé que se portaría así, tan... fogoso, pero me encanta. Ni siquiera me dejó comer, a pesar de que le dije que tenía algo de hambre, pero insistió en que comeríamos después porque no había suficiente tiempo.
Y heme aquí, con él trepado encima de mí, besando mi cuello como si quisiera comerme. Esto es diferente, porque lo siento más necesitado que otras veces. Antes lamía mi cuello con suavidad, pero ahora me deja saliva por todas partes y toca lugares donde yo no sabía que era sensible, hasta que me hace jadear por más. Sus labios callan mis peticiones, casi obligándome a abrir la boca por lo hambriento de su beso. Nunca me había besado así y me encanta, sobre todo porque ahora lo tengo completamente sobre mí, con mis piernas abiertas para él.
Lo único que nos separa de hacer esto más profundo es el pantalón del uniforme y la ropa interior, porque desde que entramos a la casa nos deshicimos de las camisetas y se fue directo a toquetear mis pezones. Ahora su pecho se restriega contra el mío y, aunque me avergüenza un poco, nuestras caderas se rozan con más libertad que antes y puedo sentir lo duro que está. Me encanta.
— ¿Seguro que quieres hacerlo? —Pregunta, pero no soy capaz de articular palabra, no con sus manos acariciando mi cintura, peligrosamente hacia mis caderas donde descubrí que soy muy sensible.
—Se siente bien, Yoon...
No puedo ni abrir los ojos, solo sentir, gemir sin filtros y retorcerme cada vez que sus dedos rozan los huesos de mis caderas. No conforme con tenerme así, lame mis pezones otra vez, succionándolos como si quisiera obtener algo de ellos. La sensación es agradable y embriagadora.
— ¿JiMin?
¿Por qué se detiene? Lo siento alejarse y parar con los toques, lo cual me frustra porque mi cuerpo estaba disfrutando de las nuevas sensaciones y de esos truquitos que YoonGi se tenía tan guardados.
— ¿Qué pasa? —No puedo evitar rezongar un poco y mirarlo con algo de desconcierto.
—Te pregunté si estás seguro de hacerlo, contéstame.
— ¡Que sí, mierda, que sí! —No sé de dónde salió eso, pero no me importa, solo sé que lo necesito y no quiero parar. ¿Por qué hace tantas preguntas?
—Vaya, ¿desde cuándo hablas tan mal? —Me sonríe con esa mueca perversa y continúa con su trabajo en mis pezones.
—Es tu... es tu culpa. Ah... por favor, quítame la ropa, ya no lo soporto más.
—Entonces... ¿estás dispuesto a seguir hasta el final, gordito?
Bien... ahí está otra vez ese maldito apodo. ¿Por qué ahora?
—No... no me digas así —rezongo de nuevo, pero no me puedo enfadar mucho porque ahora decidió bajar sus labios hacia mis zonas sensibles en las caderas. Sin querer, empujo mis caderas en respuesta y eso le causa gracia.
—Pero si es lindo, mírate, tus piernas son preciosas —entonces baja mi pantalón, dejándome vergonzosamente desnudo porque se lleva también mi ropa interior en el camino.
Me mira mordiéndose los labios y sus manos van directo hacia mis muslos, apretándolos con tal fuerza que me hace gemir por lo bien que se siente. Para mi suerte, la luz está apagada, porque todavía no me siento listo para que me vea. Solo tenemos la iluminación que entra por la ventana y es todo, pero suficiente para que pueda distinguir sus gestos al tocarme y mirarme.
— ¿De verdad te gustan? —Tímidamente, permito que las abra, dejo que sus manos exploren tanto como él quiera. Noto que le gusta demasiado, porque comienza a besar y tocar todo lo que puede, centrándose demasiado en mis piernas hasta que, otra vez, me hace retorcer al lamer y tocar partes curiosamente sensibles. Quién se iba a imaginar que mi pantorrilla me iba a hacer gemir de gusto al ser besada por los labios correctos.
—Me encantan demasiado, son preciosas —su lengua me recorre desde la rodilla hasta la cadera, deteniéndose por un momento para besar ahí, pero ni siquiera toca mi pene. ¿Por qué no me toca? Está tan cerca y no lo hace... Solo se dedica a ir hacia arriba otra vez, centrándose en mi cuello y otra vez besándome con voracidad.
Ahora me tomo la libertad de rodearlo con mis piernas y restregarme como puedo, estoy ardiendo y me urge ese contacto. Él se ríe un poco ante esa insistencia mía, no puedo interpretar ese gesto porque estoy demasiado caliente para pensar.
— ¿Quieres que te toque, Minnie? —Me mira a los ojos y siento su mano acercarse muy lento hacia mi pene, pero sigue sin tocarlo.
—Sí, por favor —le ruego jadeando, nunca había estado tan necesitado en mi vida como ahora.
— ¿Quieres tenerme adentro? ¿Quieres ser mío y de nadie más? —Ahora usa solo las puntas de los dedos, acaricia mi vientre y nuevamente me estremezco de necesidad.
— ¡Sí, por favor, ya! —Lo escucho reír de nuevo, ahora siento que se burla de lo necesitado que estoy, pero es divertido porque me está provocando como los chicos de los libros que me gustan, así que le sigo el juego.
—Bien, pero antes vas a hacer algo para mí —abruptamente, se separa de mí y lo siguiente que siento es el choque de la luz contra mis ojos. Me cubro como puedo, confundido, esto no estaba dentro de lo que yo tenía planeado y me apena que me vea desnudo con tanta luz.
— ¿Qué estás haciendo? —Está con el clóset abierto, rebuscando hasta que encuentra algo.
—Buscando el... ¡Aquí está! —Con una enorme sonrisa, saca el unicornio que ganó para mí en la feria.
— ¿Qué haces? ¿Para qué quieres el peluche? —Aunque me alegra verlo feliz, no puedo entender. Me siento en la cama con las piernas retraídas, un tanto decepcionado, mi erección se fue a la mierda.
Sin responder mi pregunta, deja el peluche sobre la cama y me jala de los tobillos hasta atraerme hacia él con las piernas abiertas.
— ¡Oye! ¿Qué haces? —No entiendo nada, pero no me resisto, este comportamiento suyo es tan curioso. Pero la ligera incomodidad que sentí se va a la mierda cuando, de la nada, mete mi pene en su boca y comienza a succionarme de manera que me hace gritar de repente.
¿Esto es real? Jamás hubiera imaginado que YoonGi haría esto en nuestra primera vez, pero es jodidamente bueno. Muchas veces en mi vida imaginé cómo sería el sexo oral, pero es mucho mejor de lo que imaginaba. Su lengua ahí se siente demasiado bien, estoy tan sensible que podría venirme en su boca. No sé de dónde sostenerme, así que solo jalo un poco su cabello y afirmo mis pies sobre la cama, tratando de resistir.
Sus manos hacen que sea muy difícil contener mis reacciones, porque otra vez toca ahí en mis caderas, obligándome a embestirlo y a gemir sin inhibición alguna. Lo siento cerca, si no se detiene ahora, voy a llenarle de semen la boca.
Pero cuando estoy a punto, él se retira de golpe. Me quedo con los ojos cerrados, esperando por sentirlo cerca de nuevo y que me ayude a terminar lo que empezó, mi pobre erección ya se tornó dolorosa por la estimulación a medias.
Sin embargo, nada. Abro los ojos, respirando erráticamente y lo busco con la mirada. Él me está viendo desde su lugar al pie de la cama, sonriendo con los brazos cruzados.
—Yoon, ¿qué pasa?
—Ahora monta a ese unicornio mientras yo me toco.
— ¿Qué?
Esperen. ¿Qué mierda?
—Que lo montes —sin que yo pueda anticiparlo, toma mi pene con fuerza y aprieta la punta, provocándome un espasmo terrible y placentero que se esfuma, haciéndome desear más.
—Pero...
—Después de eso, seguiremos en lo que estábamos.
No estoy entendiendo nada. ¿Esto es alguna especie de fetiche raro? Es decir, claro que sé de eso, he leído mucho al respecto, pero tengo la mente demasiado nublada por la excitación como para negarme. Además... la idea me parece atractiva. Nunca antes monté un peluche, solo mis almohadas, pero...
—Está bien —accedo y YoonGi pone sobre el peluche una toalla limpia que saca del cajón.
Aunque me siento apenado de que vea mi cuerpo en una pose tan ridícula, me siento de piernas abiertas sobre el juguete y de inmediato el cosquilleo me hace temblar. Es suficientemente firme como para frotarme y conseguir un orgasmo.
—Mécete —escucho la orden, pero me quedo un poco atontado. Sé lo que debo hacer, pero no estoy seguro de cómo quiere YoonGi que lo haga—. Así, deja que te enseñe.
Se acerca por detrás y me toma de las caderas para dirigir mis movimientos. Intento soltar mi cuerpo para ser instruido, realmente quiero aprender de él tanto como pueda y si eso significa montar ridículamente un peluche para complacerlo, lo haré.
Al tomar el ritmo con mis caderas, comienzo a sentir la agradable fricción, eso combinado con las enormes y sensuales manos de YoonGi tomándome y sus labios besando mi espalda... creo que podría repetir esto. Me aferro al cuello del pobre unicornio con cabello de arcoíris que está siendo profanado por la perversión de mi novio.
Quisiera que siguiera besándome mientras monto esta cosa, pero me abandona una vez que el ritmo de mis caderas es constante.
— ¿Te gusta? —Se para frente a mí, otra vez con esa sonrisa de experto burlándose del pobre principiante.
—Sí, se siente... Ah... Yoon, al menos bésame, por favor...
Aunque me veo en la necesidad de rogar, continúo meciéndome con las rodillas bien firmes en la cama y mis manos jalando al pobre felpudo para obtener más presión, una y otra vez, adelante y atrás con suavidad.
—No seas impaciente, Minnie —lleva sus manos lentamente hacia su ropa y comienza bajándose lentamente todo hasta que queda gloriosamente desnudo frente a mí.
Lo que veo me deja boquiabierto, impresionado y deseoso de poner mi boca ahí.
—Es... es grande —es todo lo que puedo articular, estoy embobado por lo precioso que es, pero me indigna un poco que la primera vez que veo su hermoso pene sea sobre un jodido peluche, obteniendo placer de esta fricción y no de YoonGi.
—No te detengas, déjame ver cuánto te gusta —y se masturba descaradamente frente a mí, restregando en mis narices que él si puede tocar eso que tanto quiero.
No puedo dejar de mirar cómo lo hace, me siento como si estuviera viendo una porno muy especial, solo para mí, única, así que actúo en consecuencia de ese placer visual que YoonGi me está regalando. Me muevo con más rapidez a medida que él hace lo mismo con su mano. De vez en cuando, conectamos miradas y noto que sus ojos se pierden en mis piernas y en el movimiento que hago.
Así que a ese grado es su obsesión con esa parte de mi cuerpo... me parece lindo.
—Eres un pervertido. ¿Te gusta mirarme mientras hago esto? —Su voz no es tan estable como antes, a pesar de que sonríe con altanería, eso solo puede ser señal de que está por llegar, al igual que yo.
—Sí, me encanta, tú también eres un pervertido —y ya no puedo más.
Sé que lo que voy a hacer es exponerme demasiado al ser la primera vez que estoy desnudo frente a él, pero mi calentura puede más que mis inhibiciones.
Me inclino por completo sobre el peluche, extendiendo mis piernas hasta que quedo recostado y provocando la suficiente presión para obtener mi orgasmo, tal y como o hago en casa con mis almohadas. Abrazo fuerte al peluche y lo embisto rápidamente sin dejar de mirar a mi precioso novio tocándose mientras me ve. Gimo fuerte contra el peluche y dejo que mis caderas hagan lo suyo, mi trasero tiembla inevitablemente al igual que todo mi cuerpo cuando, finalmente, una última estocada es suficiente para desplomarme en un ruidoso orgasmo.
—Abre los ojos, Park —me ordena, pero a duras penas puedo abrir los ojos porque el orgasmo me dejó somnoliento. Pero el esfuerzo vale la pena.
YoonGi hinca una de sus piernas sobre la cama y se sostiene para masturbarse descontroladamente hasta que, al fin, se deja ir. Sus gruñidos son tan sensuales, el temblor en su cuerpo y su cara de placer me embrujan y me obligan a mantener la mirada en él. Su semen salpica un poco sobre mi brazo, otra parte en el peluche y el resto sobre la cama, formando un precioso desastre que disfruto de principio a fin.
Se rinde a mi lado, jalándome con torpeza hacia las almohadas, patea el pobre peluche hasta tumbarlo al piso, hasta que solo somos nosotros dos, abrazados y desnudos, regulando nuestro agitado corazón con pequeños besos en los labios.
— ¿Qué fue todo esto? —Pregunto con la voz baja y un tanto ronca de tanto gemir.
—Fue mi venganza por dejarme con las ganas el sábado.
—Mmh, qué malvado eres conmigo, yo también tendré que castigarte entonces.
—Sobre mi cadáver, gordito.
—No me digas... ah, olvídalo. Feliz primer mes, Yoonie.
—Sí, ya déjame dormir, shh.
— ¿Qué?
—Sí, tomemos una siesta.
—Pero creí que...
—Otro día, JiMin —interrumpe con su voz somnolienta el berrinche que estoy por hacer—. No tenemos tiempo ya, ahorita nos despertamos para comer y te llevo a casa. ¿Sí? Te quiero.
Y cierra sus ojos para no contestarme más. No puedo evitar sentirme ofendido por esto, porque aunque también estoy un poco agotado por el orgasmo, pudimos haber continuado...
Pero bueno, no puedo culparlo, esto es en parte mi culpa por provocarlo, son las consecuencias de mi cobardía y debo aceptarlas. Sin embargo, me siento feliz porque aunque este encuentro fue bastante extraño, lo disfruté porque pude ver a YoonGi desnudo por primera vez, disfrutando y, lo mejor de todo, babeando como loco por mis piernas. Eso no me lo esperaba, pero me gustó mucho esta faceta de él, tan experimental, sexy y con cero inhibiciones.
Me gusta este YoonGi, pero me gusta mucho más saber que soy la razón de que él sea tan amoroso y espontáneo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro