﴾27. 5HiT! 5/5﴿
SeokJin
Miseria es la primera palabra que cruza por mi mente cuando despierto a solas, esta vez en una habitación diferente, más privada pero igual de gris y deprimente. No puedo creer que todavía estoy vivo, aunque sé que estoy despierto, quisiera que solo fuera una pesadilla o un turbulento paso a la muerte definitiva.
Estoy tan enojado, frustrado, triste y asqueado de mí mismo, no soporto verme despertar después de estar al borde de la salvación, hecho mierda física y mentalmente. Y todo es culpa de NamJoon. Tengo tantas ganas de asesinar a ese bastardo que me sacó del baño justo cuando me encontraba a nada de irme. Si tan solo se hubiera esperado unos minutos más para subir a entrometerse, hubiera podido librarme de la espiral de vergüenza y miseria en la que me estaba sumiendo lentamente.
Un corte, uno más y ya no tendría que preocuparme de estar presente cuando mis peores miedos se hicieran realidad, cuando mis demonios finalmente me alcanzaran para cobrar las facturas de mis errores. Sin embargo, estoy aquí.
No quiero verles las caras a los chicos, no puedo, será imposible de soportar. Si ya van a sentir odio y asco por mí debido a mi horrible pasado, ahora tendrán otra razón para avergonzarse de mí, del suicida que falló. Estoy acabado. Estoy muy seguro de que cuando alguien en el restaurante sepa esto, correrán la noticia y me quedaré sin trabajo, sin familia, sin amigos, nadie. Sólo yo y la miseria que ama mi compañía.
Ahora seguro volveré a las calles, como antes. Cuando ellos me abandonen, el dinero se me agote y nadie quiera comprar mi casa o rentar una de mis habitaciones, todo tendrá mucho menos sentido que ahora. Y aunque sobreviviera a eso, ya no soy capaz de ganarme la vida de otra manera, solo cocinando, jamás podría volver a recurrir a mi cuerpo para sacar dinero. No puedo, simplemente no puedo seguir con esto. Sólo quiero irme para siempre y que nadie intente rescatarme. Quiero morir, así tenga que volver a intentarlo mil veces.
Sé que NamJoon dijo que si sigo aquí es por alguna razón que probablemente no entiendo, algo "superior" que me obligó a quedarme en esta vida, pero él no entiende la magnitud de mi problema, no sabe todo lo que me costó mantener mi secreto como para que un idiota que me odia (y que no conozco) de pronto sólo lo publique como si nada, con el único fin de destruirme. No sabe, no sabe nada. Ninguno sabe nada ni podrá comprenderme nunca. Si los chicos no llegan a odiarme, sentirían lástima por mí y lo peor que me puede pasar es eso: ser el pobre chico que lo perdió todo y vivir de las limosnas de otros... ser lo que era antes.
Es tan aterrador estar solo con mis propios pensamientos, con este infierno personal que solo me hunde más en cada minuto que pasa. Antes, apaciguaba mis demonios con la compañía de mis chicos, pero ahora ellos no están aquí, me encuentro totalmente solo. No los culpo por no venir, me merezco ser despreciado e ignorado después de todas las porquerías que hice para tener éxito. Nadie se merece más odio y desprecio que yo ahora, así si ellos deciden no venir, no los culparé ni les guardaré rencor, estoy preparado para dejarlos ir, con todo el dolor de mi corazón, por su propio bien.
Ahora solo queda esperar la próxima oportunidad para poder irme definitivamente, después de todo, ya no me queda nadie.
Nadie.
Omnisciente
Los cuatro chicos siguen esperando, pero esta vez en una sala diferente. SeokJin ha sido trasladado a una habitación individual, la enfermera joven les dijo que recibiría la visita de un psiquiatra a lo largo del día para su evaluación y decidirían si iría o no a casa pronto. Debido a que volvió a perder el conocimiento después de la visita de NamJoon, se restringieron las visitas por un poco más de tiempo para mantenerlo estable emocionalmente.
Tienen miedo y preocupación, están ansiosos por ver a SeokJin, pero temen que este no quiera recibirlos, que se lo lleven al psiquiátrico, que no sea el mismo de antes, que no se permita recibir el amor que están dispuestos a darle. NamJoon, en especial, teme que lo odie no solo por ser un huésped entrometido y destruir su puerta, sino por arruinar sus planes. Él mismo sabe lo difícil que es vivir y que a veces las personas no encuentran otra salida, no lo juzga por tomar esa decisión, pero tampoco puede dejar de pensar en que necesita estar a su lado y apoyarlo para que no vuelva a intentarlo. Aunque suene extraño, de alguna manera sintió una pequeña conexión con él cuando se vieron por primera vez. Quizá JiMin exageró un poco cuando le habló de esas "señales" que el mismo NamJoon no alcanzó a ver, ¿pero y qué si algo bueno resultaba de esto? Al menos una amistad. Si bien, había planeado conocerlo con planes románticos, ahora lo único que quiere es permanecer ahí como un apoyo, tanto para JiMin como para SeokJin.
Por otro lado, Taehyung y HoSeok temen que los eche de la casa y no volver a saber de él, pues SeokJin siempre fue un gran cobijo para estos dos, a pesar de que Taehyung vive cómodamente con sus padres, este siempre se ha sentido mejor recibido en casa de SeokJin. El mayor los cuidó, aconsejó, alimentó y amó tanto como pudo. Temen perder ese amor y ese calor de hogar que solo SeokJin les ha podido brindar, lo necesitan, lo aman como si fuera su propia sangre, su hermano de toda la vida.
Lo mismo siente JiMin, a pesar de no conocer a SeokJin tanto tiempo como los demás. Aun así, lo quiere tanto que teme que, si regresa pronto a casa, intente suicidarse de nuevo. Le aterra inmensamente perder la pequeña familia que se estaba formando, no quiere que se disuelva el único hogar donde se le ama y se le acepta tal y como es. Pero algo que teme más, es que la noticia se expanda hasta sus padres. ¿Qué pasará si su padre se entera de que lo mandó a vivir con una persona con esa reputación? Le aterra pensar en lo que pasará después, no solo con SeokJin, sino con el hecho de que podría prohibirle ver a sus amigos o incluso regresarlo a Busan.
Por el lado de JungKook, fue avisado sobre lo que pasó desde la noche del incidente, pero al estar en otra provincia con su grupo grabando videos, prometió ir lo más pronto posible, tuvo que rogarle a su mánager para que le consiguieran un boleto a primera hora. Casi se vuelve loco porque no le permitieron regresar esa misma noche a Seúl. SeokJin lo cobijó especialmente a él por ser el más pequeño y con los sueños más altos, siempre lo motivó y le subió el autoestima, haciéndole creer que podía hacer todo. Le brindó el amor más puro, ese año viviendo juntos fue el más hermoso, a pesar de que terminó mal, lleva en su corazón todos esos momentos bellos con él y los atesora, pues por mucho tiempo, SeokJin fue su mundo entero. Y ahora tiene una tristeza profunda al saber que su mundo atentó contra sí mismo. En parte, se culpa por eso, por haberlo lastimado, por no estar con él cuando lo necesitaba. ¿Qué tanto tuvo que pasar para que intentara desaparecer?
De vuelta a la sala de espera, encontramos que todos están silenciosos, llenos de ansiedad, esperando recibir más noticias. Taehyung no deja de balancearse en su silla mientras se come las uñas, HoSeok va por agua cada cinco minutos y camina en círculos por todo el pasillo, JiMin está con la mirada perdida, rumiando pensamientos como siempre, y NamJoon se rasca la cabeza compulsivamente, dejando sus dedos llenos de grasa capilar debido a que no se baña desde ayer. Entonces, una enfermera de cabello canoso sale por la enorme puerta con cristales opacos que da al ala de habitaciones, llamando la atención de todos los presentes.
— ¿Familiares de Kim SeokJin?
Los cuatro se reaccionan rápidamente y se acercan a la enfermera, con ojos desesperados y sonrisas nerviosas. ¡Por fin!
— ¿Los cuatro vienen con él? —Pregunta con voz amargada y despreciable, los mira de arriba a abajo, juzgándolos y haciendo una mueca de desagrado con su boca, arrugando la nariz.
—Así es —tartamudea HoSeok—. ¿Está despierto? ¿Podemos verlo?
—De dos en dos, no puedo permitir tanta gente en una sola habitación, ¿quiénes primero? —. Se les queda viendo con fastidio, los chicos se ven unos a otros sin responder, desesperando a la anciana—. No tengo todo el maldito día, decidan ya.
—Iremos Tae y yo primero —decide HoSeok—. Después JiMin y NamJoon.
— ¿Y qué esperan? Muévanse —gruñe la mujer y se gira hacia el pasillo.
Taehyung toma de la mano a HoSeok y ambos siguen a la enfermera por el largo pasillo. Izquierda, derecha, otra vez derecha, habitación once. Respiran hondo al mismo tiempo cuando están frente a la puerta cerrada, la enfermera enfadada les advierte guardar silencio y no alterar al paciente, estos asienten con sus mandíbulas tensas y los cuerpos temblorosos. La mujer mayor se aleja, dejándolos solos frente a la habitación.
— ¿Listo, Tae? —Pregunta a su novio, el otro asiente y toma su mano con fuerza.
HoSeok, con su mano temblorosa y sudada, gira la perilla y empuja la puerta lentamente, escuchándola chillar. De inmediato pueden ver a SeokJin acostado en su cama con la mirada perdida en el techo y los ojos rojizos, una máquina le mide los signos vitales y tiene las muñecas vendadas, una aguja en su brazo le suministra suero con medicamentos para el dolor.
— ¿Jin hyung? —Taehyung se acerca y le llama con voz bajita, acercándose a pasos torpes hacia la cama, SeokJin lo voltea a ver y sus labios inmediatamente se contraen en un puchero, sus ojos empapan sus mejillas de sal.
No puedo creer que sí vinieran, piensa SeokJin.
—Taehyung... Hobi... —Susurra antes de dejar salir un enorme sollozo que hace eco en la habitación.
— ¡Jin hyung! —Grita Tae, sus ojitos se ponen llorosos, corre hasta el mayor y de inmediato se le echa encima con un abrazo fuerte, pegando su nariz al cuello de este. SeokJin le recibe el abrazo con dificultad, pues le pesan los brazos y las heridas duelen mucho; siente más peso sobre su pecho pues HoSeok se une también al abrazo desde el otro lado de la cama.
Permanecen llorando y abrazándose por largos minutos, SeokJin les acaricia el cabello suavemente a ambos y empieza a sentir que tal vez... sólo tal vez y por un instante, valió la pena haberse quedado, pues los abrazos de sus niños se sienten cálidos, nada parecido al disgusto que esperaba recibir. Sin embargo siente que le van a tener lástima. No sabe cómo empezar a explicarse.
HoSeok y Tae se levantan y dejan de ejercer presión sobre el mayor, cada uno se sienta a un lado de la cama, tomándole una mano y mirándolo con mucha felicidad y asombro.
—Chicos... yo... no sé cómo explicar... es que yo...
—Shh —lo calla HosSeok, dándole un pequeño apretón a su mano guardada entre las suyas—. No tienes nada que explicarnos, hyung, nada de lo que digas o hagas va a evitar que te amemos como siempre.
—Te amamos mucho, hyung —expresa Taehyung enérgicamente, a pesar de su voz ronca por el llanto—. Por favor quédate con nosotros para siempre, te necesitamos, no queremos que estés triste nunca más. ¡Haremos lo que tú quieras! Pero por favor... no vuelvas a querer irte de esta forma.
SeokJin se siente confundido. ¿Cómo es que dicen quererlo después de todo lo que saben ahora sobre él? ¿Cómo es que están aquí y no en su casa haciendo sus maletas y alejándose para siempre, abandonándolo? ¿Sentirán lástima por él? ¿Y dónde están JiMin y Jungkook? Seguro ellos sí están asqueados por su terrible secreto recién revelado, por eso no vinieron a verlo.
—Ustedes no se merecen esto —dice tras tragarse el horrible nudo en la garganta—. Yo soy sólo una vergüenza, un farsante, ¡un maldito sucio que no hizo nada por sí mismo!
— ¡Jin hyung, ya basta! —Interrumpe HoSeok, arrugando el entrecejo y aterrándose por las afirmaciones tan crueles del mayor hacia sí mismo—. No pienses de esa forma, no, no y no. Nunca hemos creído eso de ti, ni siquiera después de esa estúpida nota, ¿entiendes?
—Pero yo... yo ya lo perdí todo, ya no puedo darles nada, seguro ya no tengo empleo por lo del periódico, con lo que tengo ahorrado no duraremos mucho, tendré que vender cosas, ¡estoy arruinado! ¿No lo entienden? ¡No tengo nada que ofrecerles!
— ¿Crees que te queremos por tu dinero o tus cosas? —Le regaña HoSeok—. ¡No, hyung! Nosotros te queremos porque nos sentimos bien contigo, eres nuestro mejor amigo, si crees se vienen tiempos difíciles por tu empleo, lo resolveremos de cualquier forma, juntos.
—Juntos —recalca Taehyung—. Como siempre, justo como una familia. Tú mismo nos enseñaste a cuidarnos entre nosotros, eso te incluye.
Eso fue una bofetada con guante blanco para los pensamientos caóticos de SeokJin. Sigue confundido, pero un poco menos hecho mierda por dentro después de recibir ese amor que no esperaba. Aun así, su futuro se ve opacado por una bruma gris de miedo, al pensar en eso sólo tiene deseos descansar y no saber nada del mundo exterior, quisiera quedarse para siempre bajo el abrazo de sus chicos y ser cuidado hasta sentirse mejor. El miedo lo inunda, pero el cansancio es mucho mayor a estas alturas. Emocionalmente está tan jodido que no puede motivar a su cuerpo a querer salir adelante como siempre lo hizo. Ahora más que nunca, necesita protección.
— ¿Quieres que ente JiMin a verte? —Pregunta HoSeok, al verlo tan dubitativo y ensimismado.
— ¿JiMin está aquí? ¿Dónde está JungKookie?
— ¡Claro que está aquí! ¡Y NamJoon también! JungKook llegará dentro de poco, anoche le avisamos pero el mánager solo le pudo conseguir un pasaje para esta mañana, pero vendrá, tenlo por seguro —le responde HoSeok, emocionado, pero la atención de SeokJin se va por otro lado.
NamJoon. No sabe qué decir o hacer respecto a ese bastardo que le arruinó los planes, pero ahora que su cien por ciento de dolor y autodesprecio ha bajado a noventa y nueve, tal vez pueda considerar hablar decentemente con el tal NamJoon.
—Quisiera verlos, entonces.
—Nos iremos para que puedan entrar ellos —dice Taehyung—. No nos moveremos del hospital si no es para llevarte de vuelta a casa. Si necesitas algo, sólo pídelo, ¿de acuerdo? Más tarde te traeremos comida, porque la del hospital apesta.
SeokJin ríe al respecto, pero quiere llorar de nuevo ante esas palabras que siente no merecer. Entonces, ambos chicos se acercan para darle un beso en la frente y se van, muy felices porque pudieron ver a su amigo después de una larga y difícil noche. Salen de la habitación y, menos de cinco minutos después, NamJoon y JiMin ya están dentro. El menor no puede evitar soltar el llanto con mucha fuerza y arrodillarse junto a SeokJin. El mayor lo mira con tristeza y le acaricia sus oscuros cabellos con amor, mira de reojo a NamJoon, quien se para junto a la ventana, no le presta mucha atención a pesar de que tiene tanto qué decirle.
—JiMin, mírame —el menor levanta su cabeza y cruza sus ojos vidriosos con los de SeokJin—. Perdóname, JiMin.
—No hay nada por perdonar, no lo hay —llora a mares, rompiendo el corazón del mayor—. No vuelvas a hacer algo así, jamás, no sabes cuánto miedo tuvimos de perderte.
—Lo sé, Minnie —le responde en voz baja mientras sigue pasando sus dedos por el cabello negro desordenado del menor—. Pero lo importante es que sigo aquí...
SeokJin lo mira con ternura y le ofrece una pequeña sonrisa, esta vez más genuina, entonces dice:
—Pero no te preocupes, pienso quedarme todavía un rato más a seguir molestando.
JiMin, conmocionado, se levanta del suelo y envuelve a SeokJin en un cálido abrazo, recibiendo lo mismo por parte del mayor. Este le da un apretón muy fuerte, a pesar de sentir dolor y tener pocas fuerzas. El contacto suave de ese abrazo lo revitaliza, le hace sentir menos miserable y aterrado con su vida. Se da cuenta de que estaba equivocado: sí tiene amor, no está solo, al menos la familia que tanto se esforzó por construir todavía está ahí.
—Déjame a solas con NamJoon, necesito hablar con él —susurra al oído de JiMin. Este se separa del abrazo y le sonríe ampliamente, haciendo casi desaparecer sus ojitos tras los párpados hinchados por el llanto.
—Bien, iré afuera —se levanta completamente y le da un apretón al hombro del mayor, sonriéndole. Camina hasta NamJoon, quien está embobado viendo por la ventana y llama su atención.
—Él quiere hablar a solas contigo —le dice en voz baja, este le responde abriendo sus ojos de par en par.
— ¿En serio?
— ¡Sí! Los dejo solitos —se dirige hacia la puerta y, antes de salir, le da a SeokJin una sonrisa pícara y se despide con su mano.
NamJoon se queda ahí, de pie y mirando a SeokJin con miedo. Después de lo que le dijo hace rato, espera que pase lo peor.
—Acércate, por favor —pide SeokJin mientras intenta sentarse en la cama a duras penas, pero no puede sostenerse y se da un golpe en la cabeza contra el respaldo de la cama, soltando un gemido de dolor.
— ¡SeokJin, no! —Alarmado, NamJoon se acerca rápido para ayudarlo a sentarse—. No hagas eso, estás débil.
Ante esto, el mayor le lanza una mirada de enojo, siente un peso en el pecho que le dificulta respirar. Sí, soy un maldito débil que necesita ayuda, gracias por recordármelo, piensa en automático. NamJoon se sienta a su lado y juguetea ansioso con la orilla de la sábana. SeokJin se traga su orgullo al verlo tan apenado y serio. Lo mira en silencio un rato, apreciando sus finas facciones y su cabello grasoso sin lavar, las ojeras bajo sus ojos y su apariencia desalineada. Él está así por mi culpa, piensa con mucho remordimiento.
—Oye —habla finalmente—. Quisiera disculparme por haber sido grosero contigo.
NamJoon reacciona con una mirada llena de asombro, conectan sus miradas y sienten... sienten algo.
—No tienes que disculparte por nada —responde, formando una ligera sonrisa y apenándose un poco—. Entiendo muy bien que reaccionaras así, te debes estar sintiendo extremadamente mal, no te culpo si me odias.
SeokJin le toma la mano que juguetea con la sábana y la envuelve con las suyas, acariciándole los nudillos.
—Sí que te odio, pero estoy considerando no hacerlo —le regala una sonrisa cansada, pero genuina.
— ¿Ah sí? —NamJoon se sonroja y le corresponde la sonrisa, su vientre cosquillea al sentir su mano envuelta en el calor de las caricias ajenas—. ¿Y qué te hizo considerar no odiarme?
—Tienes un corazón muy noble, me salvaste la vida aun cuando yo no quería, por ti tuve la oportunidad de darme cuenta de una cosa.
— ¿De qué te diste cuenta?
—De que tengo más amor del que merezco, soy una horrible persona y aun así los chicos me quieren. Lo que leyeron en el periódico debió darles razones odiarme, pero siguen aquí, incluso Kookie está viajando a verme.
—No eres una horrible persona, SeokJin. A mi parecer, eres realmente hermoso.
El mayor se sonroja, suelta la mano de NamJoon y se cubre la cara. Está consciente ahora de que debe lucir muy feo tras todo lo que pasó. El otro le quita las manos de la cara, lo mira un poco más de cerca y sonríe suavemente para él.
—Precioso, una obra de arte.
—No es cierto, no seas idiota —le dice, nervioso y con los ojos comenzando a ponerse vidriosos nuevamente.
—Yo jamás miento, SeokJin, digo lo que es y nada más.
—Qué idiota eres, ¿no te parece de mala educación coquetear conmigo después de que intenté matarme?
—No coqueteo —se apena un poco, pero una risita traviesa le gana—. Solo trato de... olvídalo, sí estoy coqueteando. ¿Es inapropiado?
—Lo es —se sonroja muchísimo, pero no le permite deshacer la unión entre sus manos—. Pero no me molesta, solo me parece extraño, estoy en un momento muy oscuro y tú me encuentras atractivo, no lo entiendo.
—A decir verdad, yo tampoco. Perdón si te incomoda, a veces soy un poco imprudente, eh... —nervioso, agacha su mirada e intenta alejarse, pero el otro lo retiene.
—Cállate —le ordena con algo de severidad, pero luego ambos se miran y sueltan una pequeña carcajada—. Ven aquí.
SeokJin abre sus brazos, invitándolo a acercarse. El otro accede, lo rodea con sus brazos, acariciándole tiernamente la espalda y apoyando su rostro contra el cuello del mayor, quien comienza a llorar de nuevo ante lo bien que se siente ese contacto y todas las emociones turbulentas que le atormentan.
— ¿NamJoon?
—Dime.
—Gracias por salvarme.
—Solo hice lo correcto, no tienes que agradecerme nada.
—Sí tengo qué —se separan del abrazo, pero permanecen cercanos—. Cuando estaba en la cama, entre vivo y muerto, tú me pediste que me quedara contigo. Mientras estaban sedándome, obligándome a quedarme quieto para suturarme, eso que dijiste no paraba de sonar en mi cabeza. ¿Qué significa?
—Quería que permanecieras consciente —explica, conmovido por sus palabras—. En ese momento, estaba rogándote por permanecer vivo y lo hiciste. ¿Por qué pensaste tanto en eso?
—No lo sé, pero te hice caso. ¿Pero qué significa quedarse? Ya estoy aquí, pero no sé qué hacer ahora, no puedo solo quedarme en el mundo y ya, tengo miedo.
—Un paso a la vez, primero tienes que recuperarte —le habla con paciencia y ternura—. Quedarse significa muchas cosas, no solo seguir respirando.
— ¿Y tú por qué decidiste quedarte aquí? Es decir, en el hospital. No me conoces, me porté como un imbécil contigo, pero estuviste toda la noche aquí, soportaste mis insultos y ahora me coqueteas.
—Bueno, me pareciste muy lindo en la foto que JiMin me envió ayer.
— ¿Qué? Ese pequeño diablo, le dije que no quería nada de romance y de todas formas insistía en que te conociera.
—Lo sé, yo le dije que no exagerara, pero él cree en esas cosas del destino, soy culpable de que piense así, lo siento.
—Es un niño todavía, no entiende lo complejas que son las relaciones humanas.
—Dejemos que sea inocente por un rato más —ríe y SeokJin le sigue la corriente.
—Pero eso no responde a mi pregunta. ¿Por qué te quedaste?
—Porque estaba preocupado por ti, sé bien que no nos conocemos, pero yo tenía intenciones de hacerlo, aún las tengo.
—No quiero que te ilusiones de más, no estoy para eso, de verdad, yo...
—Hey, no es lo que piensas —interrumpe—. Vine a Seúl primero que nada, por trabajo, también por JiMin, realmente estaba emocionado por conocer a las personas con las que me dijo que vivía. No esperaba que me parecieras atractivo, pero solo me quedaré si tú me lo permites, lo último que quiero es ser una molestia para ti.
—NamJoon, quédate conmigo —le pide con mucha seguridad en su voz, a pesar de que tiembla por las lágrimas derramadas. El mencionado sonríe ampliamente, su corazón se acelera porque, aunque mantiene sus ilusiones a raya, para él quedarse tiene un significado enorme y sagrado.
—Claro que me quedaré, pero quiero que me prometas algo —toma de la mesita un pañuelo y le limpia el rostro suavemente.
— ¿Qué cosa?
—Tienes que recuperarte de esta derrota que has tenido, ahora no solo tienes a los chicos, me tienes a mí también, te ayudaremos en lo que sea necesario, pero tienes que prometer que lo vas a intentar, a pesar de toda la oscuridad que te ronda y de todo lo que pase allá afuera, en el mundo real. Quiero que comas bien, que duermas bien, que atiendas tus necesidades y nos dejes estar a tu lado mientras haces todo eso.
—Pides demasiado. ¿Siempre eres así de parlanchín y dramático? —Le regaña, pero ambos ríen porque la situación es algo irónica.
—Un poco, soy artista, después de todo, mi trabajo depende del drama —se encoge de hombros, haciendo evidente su situación, lo cual a enternece a SeokJin.
—Bueno, señor dramático, no puedo prometerte que voy a mejorar rápido, pero... puedo hacer el intento —contesta con timidez, sonrojado por las atenciones que el otro le da. Entonces, se sonríen en complicidad y vuelven a abrazarse.
—Con eso basta.
A pesar de que aún siente su corazón roto y un miedo inmenso, SeokJin se permite hundirse en ese abrazo que es muy diferente al que sus chicos le dan. La calidez de NamJoon es como una manta cálida en invierno, suave y con olor a hogar.
¿Tendrá el valor de seguir, solo porque un completo extraño lo salvó en el momento exacto? ¿Qué significa la llegada tan repentina de NamJoon, sus coqueteos tontos y esa aura de quietud y franqueza que emana? No tiene respuesta a esas preguntas, lo único que sabe es que está vivo y se siente tonto por pensar en que quizá se siente atraído por NamJoon, aun cuando está derrumbado por dentro.
Quizá la luz al final del túnel no es la muerte, sino una nueva oportunidad para vivir y, si el clima es favorable, tal vez para amar de nuevo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro