﴾2. Welcome home, son﴿
JiMin
La molestia de la charla con mi padre, se diluyó a medida que iba mirando la carretera, abrazado de mi mochila y perdido en mi música, pero el comentario de mi hermana sobre el "secreto", me mantuvo pensativo durante todo el viaje. Decidí no prestarle más atención, porque al pensarlo bien, dudo mucho que sepa sobre mi orientación sexual.
Que yo sepa, jamás me encontró viendo porno, nunca insinué nada frente a ella e incluso llegó a ver cómo yo besaba a JinSil en la mejilla (nunca en los labios, porque esos los reservo para mi gran amor de verdad). Pero... aún así no puedo confiar en ella. ¿Y si me vio y no me di cuenta? ¿Y si alguna vez husmeó en mi teléfono y encontró las conversaciones que tenía con NamJoon? ¡Ya basta, no quiero seguir pensando en eso! Pero es inevitable, mi cabeza ya se llenó de pensamientos paranoicos y no me tranquilizaré hasta preguntarle.
Como sea, más tarde le haré una llamada, porque no quiero quedarme con la duda, no dormiré esta noche si sigo pensando en eso. Por lo pronto, miro por la ventana luego de cuatro horas de viaje, la bella imagen de Seúl me deja apantallado, como si la visitara por primera vez.
La razón por la que se siente tan diferente a las otras veces que vine, es porque ahora sé que es mía, mi ciudad, donde seré yo mismo, conoceré personas grandiosas y haré todo lo que siempre quise en total libertad.
Bajar del autobús, estirar las piernas, respirar el aire de una nueva etapa en mi vida, cada pequeño paso es maravilloso y me llena de una esperanza que no sentí jamás. No me olvido de llamar a mamá para avisarle que he llegado sano y salvo, ella expresa que está feliz por mí, pero sé que está triste, su voz quebradiza la delata. Al hablar también con mi padre, me da el sermón de siempre, pero esta vez agregando algunas cosas que me molestan.
—Cuídate, no andes de noche en la calle, come bien, prohibido tener novias o sexo, concéntrate en tus estudios, quiero excelencia.
Tan molesto... ahora me doy permiso de rodar los ojos, porque no puede verme y puedo enojarme con libertad. ¡Qué bien se siente hacer eso! Antes, primero recibía un golpe en la mano si ponía mis ojos en blanco frente a un adulto. Ahora no habrá más de eso.
Mis nuevos roomies me dijeron que esperarían por mí en la central de autobuses, pero no los veo por ningún lado. Trato de buscar a un chico con cabello rojo, porque así es como luce HoSeok, o una camioneta negra, pero tampoco la veo.
Salgo al pasillo del exterior con mis tres pesadas maletas y tomo asiento para esperarlos, seguro ya no deben tardar porque les avisé la hora exacta a la que llegaría. Me decido a buscar el contacto de mi hermana para llamarle, pero luego, un olor asqueroso interrumpe de golpe mi concentración: cigarro.
A unas tres sillas de mí, está sentado un chico que revisa su celular mientras sostiene esa asquerosidad entre sus dedos, humeando el olor más desagradable del mundo. ¡Ugh! Apenas lo percibo, me alejo un poco, mostrando con mi rostro un obvio disgusto que él nota de inmediato, entonces dirige una mirada burlona hacia mí.
— ¿Te molesta algo, niño?
—No... ehm... no, para nada... —intento disimular el miedo que siento de pronto, pero al parecer no quiere dejar de prestarme atención. Siento que no es de fiar... ¿Y si es un pandillero e intenta asaltarme?
—Mirate nada más, estás todo nervioso. No eres de aquí, ¿verdad? —Su voz se escucha amenazante por lo grave que es. Yo no le respondo, solo desvío mi mirada y me subo la mascarilla para evitar que el olor siga molestándome.
Maldita sea, HoSeok, llega pronto, tengo miedo.
Por un momento, creí que el tipo ese me iba a dejar en paz una vez que notara que lo estoy ignorando pero, para mi desgracia, él se levanta de su asiento y para frente a mí, haciendo más intensa la peste a cigarro. Lo observo con más molestia que la primera vez, pero me siento intimidado por su aspecto, con esa sudadera negra y la capucha puesta, el cigarro en la mano consumiéndose solo y su cara seria. Desvío mi mirada otra vez, no pienso hablarle, y si se me acerca un centímetro más, no sé qué diablos haré; cagarme de miedo, tal vez.
—Vaya que eres lindo. ¿Qué tanto llevas en esas maletas? Pareces una chica, llevando tantas cosas. ¿Esperas a alguien? —Con descaro, tira el cigarro al suelo junto a mi pie, lo pisa y se atreve a tocar mi barbilla con esos dedos que apestan a tabaco.
—Oye... aléjate un poco, no me gusta que me toquen sin mi permiso —mi voz es pequeña, porque estoy asustado. ¿Cómo es posible que justo en mi primer día en Seúl me pasen estas cosas? Estoy que me cago de miedo y HoSeok no llega...
Siento náuseas por el miedo y el olor, creo que me desmayaré si no se aleja. Quisiera pedir ayuda, pero el mismo temor no me deja moverme.
—Tranquilo, si te portas bien conmigo sólo me llevaré la mitad de tus cosas.
Mierda. Que alguien me salve.
—Por favor... no me hagas daño —sin poder evitarlo, empiezo a llorar—. Te daré dinero. ¿Es eso lo que quieres? No me lastimes ni te lleves mis cosas...
Entonces, escucho una voz aguda a lo lejos.
— ¡TaeHyung, ya fue suficiente!
—Hola, Hobi —contesta mi agresor, él opaca mi visión y no puedo saber aún a quién le habla—. Tranquilo, solo lo asusté un poco.
¿Qué mierda está pasando aquí? ¿A quién putas le habla este tipo que apesta a cigarro? Para mi tranquilidad, él se aleja y al fin puedo respirar, limpio las lágrimas de mis ojos y enfoco mi borrosa vista. El chico del cigarro se aleja y va al encuentro de otra persona... es...
— ¿HoSeok?
— ¿JiMin? ¡Hola! Soy yo, disculpa que TaeHyung te molestara tanto, solo queríamos gastarte una pequeña bromita, pero se pasó de la raya. ¿Estás bien? ¡No llores, pequeño, perdón! —Noto su enorme sonrisa, entonces se acerca corriendo y me abraza fuerte—. TaeHyung, idiota, lo hiciste llorar, y además apestas a cigarro, te dije que eso no era necesario, asco.
— ¿Entonces se conocen? —Me despego de él, ya más aliviado. Ellos dos se ríen y se miran mutuamente.
—JiMin, él es TaeHyung, mi novio. No lo dije cuando hablamos por teléfono porque tu papá sonaba aterrador, pero espero no te moleste que yo sea gay.
¿Molestarme? ¡Es fantástico! De estar asustado y confundido, paso a sonreír y casi reírme a carcajadas por lo tonta que fue la escentia de TaeHyung.
—No me molesta, para nada. Por cierto, mucho gusto, TaeHyung —me dirijo hacia el otro chico, quien ya se ha quitado la capucha y puedo ver que es tierno porque está sonriendo.
—El gusto es mío, y disculpa por hacerte llorar, pero eso significa que soy un gran actor, ¿no?
—Soberbio y grosero es lo que eres, ni siquiera fumas y encendiste esa porquería —HoSeok le da un zape amistoso y todos nos reímos—. Bueno, ¿estás listo para irnos? Jin nos espera en casa para darte la bienvenida con buena comida y seguro un interrogatorio.
— ¿Se va a vengar de mi papá por hacerle tantas preguntas?
—No, más bien es cosa de rutina, Jin es muy quisquilloso, pero es buena persona y te tomará mucho cariño si se lo permites.
—Eso espero...
—Bueno, a movernos, que la comida nos espera.
Cada quién se lleva una maleta, TaeHyung se queja un poco de lo pesadas que están, y se disculpa otra vez por los comentarios que hizo. Al parecer sí es un buen actor, porque yo casi me desmayo de miedo. O quizá es solo que soy demasiado sensible, no lo sé.
Pero puedo perdonarles la bromita pesada, ya no importa, fue divertido al final, a pesar del asqueroso olor a cigarro. Ellos son mis nuevos amigos ahora y me pone mucho más feliz saber que HoSeok es gay, así que no tendré ningún problema en ser yo mismo. ¡Esto se pone cada vez mejor! Sería una locura si, justo hoy, comenzaran a aparecer las señales que me van a llevar hacia mi amor destinado.
No quiero esperar tanto, ¡quiero encontrarlo ya!
El asunto con estos roomies fue algo complicado. Papá insistía en que me ingresaran a una casa de asistencia donde estaría controlado por una anciana que me daría de comer todos los días en horarios estrictos y regularía mis horas de llegada a la casa, pero mi madre apeló por mí, y ella fue quien propuso buscar compañeros de piso.
Fueron días tormentosos los de la búsqueda, porque papá puso demasiados peros, me puso de nervios y estuve a punto de decidirme por la casa de asistencia, con tal de que me dejara en paz. Pero, por obra del destino quizá, nos encontramos con un anuncio decente, lo suficiente para convencer a mi papá, pero solo en un cincuenta por ciento.
Cuando llamó a SeokJin y a HoSeok, les hizo un montón de preguntas y hasta los obligó a una videollamada para ver la casa, ya que en ese momento no podíamos ir a Seúl. Y luego de una revisión minuciosa que me dio bastante pena, papá se decidió por esa casa y esas personas.
Curioso, ¿verdad? Estoy seguro de que si HoSeok le hubiera contado que es gay, no me hubiera dejado venir a vivir con ellos, pero cuando nos conozcamos mejor, podré hablarles más sobre mi familia y seguro entenderán si les digo que necesitamos mantener el secreto, por el bien de todos.
—Bienvenido, JiMin, esta es tu casa ahora. Arriba está tu habitación, pero antes de instalarte, hay que comer. Debes estar hambriento —HoSeok me sonríe al abrir la puerta y entonces entramos con todas las maletas, descansado al fin del calor.
—Si, aunque comí un poco de gimbap que mamá me puso en la lonchera, ya tengo hambre otra vez.
Mi nueva casa es maravillosa. Cuando entramos, me tomo unos breves segundos para observarla y asimilar que ahora viviré aquí. Veo una cómoda sala color naranja, la cocina está hasta el fondo y hay un pequeño estudio junto a las escaleras, con un televisor y otro sofá; en el mueble de la televisión hay una consola con algunos videojuegos y libros alrededor. ¡Este lugar es tan encantador! Ansío subir a mi nueva habitación para acomodar mis libros, mi ropa y todo el montón de tonterías que traigo.
Un olor agradable a carne cocinándose me llega de pronto, siento a mi estómago protestar en respuesta. Luego, escucho algunos ruidos desde la cocina.
— ¡Jin! ¿Está lista la comida? —Grita HoSeok.
— ¡Ya casi! —Responde él desde la cocina. Parece que es momento de conocer a mi otro roomie. En el umbral de la cocina, él aparece con una pose deslumbrante, digna de un amo de casa. Trae un mandil rosa que dice "La mejor mamá del mundo", porta una espátula grasosa en una mano y la otra se la coloca en la cintura.
—JiMin, él es Kim SeokJin, el dueño de la casa y el mayor aquí, pero no lo respetamos, aunque tenga casi treinta —dice HoSeok, riéndose burlón, y luego cierra la puerta tras nosotros, TaeHyung se tira en el sillón como si fuera el rey de la casa.
Entonces suelta una risita cómplice con el comentario de su novio y es regañado al instante por SeokJin, quien lo señala con la punta de la espátula.
—Tengo veintiocho todavía y tú eres un mocoso irrespetuoso. No les hagas caso, JiMin. Me da mucho gusto conocerte al fin en persona —su cara se ve adorable al enojarse, porque abulta sus labios, parece más bien estar actuando así a propósito
—El gusto es mío, SeokJin hyung —hago una reverencia, la cual él no responde porque mira con fastidio a HoSeok, pero se acerca a mí.
—Antes de que te pongas cómodo, tengo que hablarte sobre las reglas en esta casa —afianza la mano en su cintura y alzando la punta de la espátula grasosa hacia mí, pone una cara de diva autoritaria y de inmediato siento desagrado. ¿Reglas? ¿Dónde mierda estoy? ¿De vuelta en Busan?
— ¿Reglas? —Titubeo e intento guardarme el desagrado.
—Sí, jovencito, reglas. Quiero ser muy claro desde el principio, no quiero tener conflictos contigo.
—No jodas, Jin —se queja HoSeok—, no seas duro con JiMin, apenas viene llegando, déjalo instalarse y comer primero y más tarde hablan sobre tus reglas de mamá.
— ¡Ash! ¡No me respetan ni siquiera por mi edad! —Se queja Jin, cruzándose de brazos y haciendo más pucheros-. Bueno, niños, lávense las manos para comer, luego vienen y me ayudan a poner la mesa.
Los tres hacemos caso, yo ni siquiera sé por qué lo dejo que me mande, pero lo hago a regañadientes. Como niños, casi hacemos una fila en el baño para lavarnos las manos. Yo solo me quedo en silencio, pensando en por qué demonios terminé aquí recibiendo órdenes, se supone que no sería así. El tal Jin se porta como mi papá y mi mamá juntos.
—No te preocupes por Jin —me dice HoSeok casi en secreto mientras secamos nuestras manos—. Al principio fue así conmigo también, pero es una buena persona, no te enfades con él, cambia esa cara.
— ¿Me veo muy obvio? —me río un poco de mí mismo, acabo de darme cuenta de que mi rostro delató la incomodidad.
—Un poco, pero te entiendo. Ahora sonríe y vamos a comer, te prometo que Jin te caerá muy bien, no lo juzgues antes de conocerlo.
Bueno, tiene razón, quizá estoy siendo prejuicioso solo por esta primera impresión autoritaria que tengo de él. Le contesto con una sonrisa, ya más relajado y dispuesto a abrir mi mente para sentarme con tranquilidad en la mesa y ayudar a servir los vasos con un jugo de melón que huele muy bien.
Cuando todo está listo, con la comida y los acompañamientos en la mesa, estamos listos para hablar. Es Jin quien comienza con quisquilloso interrogatorio del que habló HoSeok.
—Así que... JiMin —carraspea para llamar mi atención—. ¿Tienes novia? ¿Consumes drogas? ¿Tomas algún medicamento controlado? ¿Eres sonámbulo?
— ¡SeokJin, no! —grita HoSeok, molesto—. No seas tan preguntón, lo vas a asustar. Además esas preguntas están de más.
—No, no, está bien. Creo que es bueno que Jin me conozca mejor —comento, sintiendo un poco de vergüenza. Odio el tono que usa SeokJin para preguntar sobre mi vida, pero creo que es justo que tenga sus respuestas—. Bueno... yo no hago cosas malas, no consumo drogas, tampoco tomo medicamentos extraños ni me levanto dormido. Y pues... no tengo novia, ni la tendré porque soy... eh, soy gay.
Al escuchar esto, Jin hyung abre grande sus ojos y casi se le cae el bocado que mastica debido a la sonrisa que esboza.
— ¡Gay! ¡Tenemos otro más en la familia! ¿Eres virgen? Tienes cara de virgen.
— ¡Jin! —grita HoSeok, esta vez más enfadado que la primera vez—. ¡Deja de interrogarlo de esa forma! No hables de esas cosas que estamos comiendo, por favor. Para ser el mayor de la casa y tener complejo de madre, eres muy indiscreto e irrespetuoso.
— ¡Lo siento! —Ahora sonríe, como si fuera inocente—. Es que parece ser obra del destino que todos hayamos terminado viviendo juntos. Y discúlpame, JiMin, pero tengo que conocer bien a mis retoños para poder cuidarlos y aconsejarlos. Soy el mayor aquí y esta es mi casa, es mi deber.
— ¿Retoños? —Casi me atraganto con la comida cuando escucho eso.
—Verás... —TaeHyung se incluye en la conversación, había estado muy callado, pero riéndose de la situación—. Jin tiene el sueño frustrado de ser mamá, pero como nació hombre, gay y le sale caro adoptar un niño o rentar una matriz, nosotros tenemos que sufrir la tortura de actuar como sus hijos, y ahora eres un retoño más en esta familia de maricas. ¡Bienvenido, hermano!
Todos soltamos una carcajada, incluso SeokJin, el cual creí que se ofendería con el comentario de TaeHyung, pero parece ser de carácter tranquilo, aunque se esmere demasiado en su rol. Creo que SeokJin me empieza a agradar.
—Ustedes no podrían vivir sin mí, niños malcriados, nadie más les cocina como yo... Pero bueno, —SeokJin apaga las risas, mostrando un semblante más calmado—, poniéndonos serios, te hablaré sobre las reglas en esta casa, como te dije al principio, JiMin.
— ¡Ya, Jin! —Pobre HoSeok, ya se ha quejado demasiado hoy—. ¿Podemos, por favor comer tranquilos y hablar de eso después?
—Ya, no reniegues o no habrá postre —reprende, a lo que HoSeok hace un puchero y sigue comiendo. Lo cual confirma que la dinámica en esta casa se trata de obedecer al mayor como si fuera la mamá de la casa, a pesar de que HoSeok diga lo contrario.
—Como te decía, JiMin —continúa—, sé que has de estar pensando que es genial vivir fuera de tu casa, sin tus padres y empezar a probar la libertad, —mierda, parece que leyó mi mente—, pero la situación es la siguiente: estés donde estés habrá reglas y mi casa no será la excepción. Las mías son simples. Recoges y lavas tu plato después de cada comida, una vez a la semana te toca hacer la limpieza de la planta baja. Yo dejo cocinada solo la comida de medio día, así que si quieres desayunar o cenar, tú te preparas tu comida, pero al terminar quiero mi cocina limpia tal y como siempre la dejo. No me importa a qué hora llegues a casa, siempre y cuando no hagas escándalo ni invites gente indeseable. La ropa se lava los fines de semana, sin excepción, toda la ropa junta. Si no quieres que HoSeok se ponga tus calzones, hazme el favor de ponerles una etiqueta. ¿Fui claro?
Por todos los infiernos, este cabrón de verdad se oye como mi mamá. ¿A caso me están jodiendo? Pero bueno, al menos le importa un carajo a qué hora entro y salgo. Asiento con mi cabeza, sonriendo, aunque por dentro me está brotando el instinto de mandarlo a la mierda por ponerme reglas, pero logro calmarme, debo intentar ser positivo a toda costa.
Después de todo, todo es mejor que estar en Busan. Aquí puedo ser yo mismo, aunque me pongan más reglas tontas, SeokJin parece ser una buena persona.
Al terminar de comer, todos lavamos nuestros platos y ponemos en orden la cocina, tal y como a Jin le gusta. No fue tan difícil complacerlo, creí que sería un loco de la limpieza, pero al parecer solo exageró un poquito.
Entonces, al fin tengo tiempo de subir a mi nueva habitación, dejando al resto de los chicos abajo. Observo nuevamente mi cuarto desde la puerta y suelto un suspiro de satisfacción. Lo amo, es espacioso, tiene un gran ventanal del techo al piso, hay salida hacia el balcón, un clóset y un gran librero donde voy a acomodar todas mis cositas.
Luego de casi una hora de limpiar y acomodar, ya casi logro poner todo en orden, solo me falta sacar mis pocos libros y acomodarlos por tamaño en el librero. Me agacho sobre mi maleta y empiezo a sacarlos uno a uno, diciendo los títulos en voz baja, simplemente porque me gusta hacer inventario de estas cosas que son tan preciadas para mí.
—Bajo la misma estrella, 50 sombras de Grey, 50 sombras más oscuras, 50 sombras liberadas, Buscando a Alaska, Maze Runner, Delirium, Julieta, Justina, 120 días de sodoma, La filosofía del tocador...
Entonces, siento una presencia cerca de mí, un escalofrío me atraviesa la espalda. Al voltear, veo TaeHyung con las manos en sus bolsillos y la cabeza agachada, mirándome con sus oscuros ojos de una forma que me perturba, parece enojado.
—Vaya, veo que te gusta leer —su voz suena mucho más grave que antes.
—Así es —le contesto sin mucha emoción en mi voz, pues su presencia de pronto me genera incomodidad. ¿Está actuando de nuevo?
—Y te gusta lo erótico, vaya pervertido. ¿En serio? ¿El Marqués de Sade? Eres un enfermo.
— ¿Perdón? ¿Por qué dices esas cosas tan feas, Tae? ¿Me estás intentando juzgar?
¿Cómo se atreve? ¡Nadie se atreve a juzgarme de esa manera! ¡Nadie puede llamarme pervertido, salvo yo mismo, carajo!
—Para ti soy Kim TaeHyung, y te diré una cosa seria: si pones una mano en HoSeok, juro que haré que Jin te eche de la casa. ¿Entendido?
Me quedo callado y lo miro con los ojos muy abiertos e impresionados, casi con miedo. Este tipo está celando a su novio y se ve peligroso. ¿Se estuvo haciendo el amable conmigo todo el tiempo o solo está bromeando de nuevo? ¿Y si realmente me odia sin razón y es un celópata? Estuve decidido a contestar que yo no haría tal cosa porque HoSeok es solo mi amigo, pero de la nada su expresión se ablanda y suelta una carcajada que seguro los vecinos pueden escuchar.
— ¡De verdad te la creíste! —se burla de mí, mi rostro se pone tan rojo como el cabello de HoSeok.
— ¿Qué?
—Es increíble cómo caíste en mis bromas dos veces en un solo día. ¡Ja! Debí haber grabado tu expresión. ¿Acaso no soy un gran actor?
—Oye, ¿qué está pasando aquí? —Escucho a HoSeok hablar desde el umbral de mi habitación.
—Nada, mi amor. Solo le daba su novatada a tu nuevo roomie, es realmente tierno, cuídalo porque parece ser un poco ingenuo.
—Grosero, discúlpate, fue suficiente de bromas por hoy.
No sé qué decir, aunque agradezco que HoSeok intervenga por mí, porque yo no podría pedirle que deje de hacerme bromas, supongo que esa es su manera de hacer amigos.
—Ya, cabeza de zanahoria, perdón, pero tenía que jugarte una broma más. Ahora ya sé que aguantas poco, pero seamos amigos —asiento con mi cabeza, tratando de sonreír, él lo toma bien, así que se aleja de mí para ir con su novio—. Debo irme, amor, mi mamá me necesita en casa. Te veré mañana, ¿de acuerdo?
HoSeok lo envuelve en un abrazo y le da un beso que resuena en toda la habitación.
—Claro, TaeHyungie, te llamaré antes de dormir.
Y el estúpido bromista se va, riéndose una vez más de mí. HoSeok se acerca, riendo un poco también.
—Oye, disculpa a Tae, a veces es muy pesado con sus bromas, pero le caíste bien.
—Está bien, pero de verdad me asusté, creí que era un celópata o algo parecido. ¿De verdad no planea matarme? —HoSeok se ríe fuerte de mí, es tan lindo.
—Claro que no, JiMin, es un pan de dios, es muy amable y una excelente persona, pero un cabrón cuando se trata de hacer bromitas, tú permanece tranquilo, con el tiempo te caerá mejor.
—Bueno, espero que sea así con Jin también.
—Oye, no te preocupes tanto por las reglas de Jin —se sienta junto a mí en el piso y me revuelve el cabello—. A veces puede ser un poco pesado, de hecho lo he notado un poco extraño en su humor estos días, pero es una persona muy dulce, ya viste que te adoptó y oficialmente eres un retoño más aquí.
—Sí, es algo extraño porque nunca he estado rodeado de otras personas como yo, pero me gusta. Muchas gracias por ser tan cálidos conmigo.
—No hay nada qué agradecer, aquí somos libres y nos cuidamos los unos a los otros —me revuelve el cabello una vez más y se levanta del piso—. Escucha, mañana tenemos planeado salir a un bar a beber algo y celebrar el cumpleaños de un amigo. De hecho, esta era su habitación antes, pero se mudó hace como un año porque estudia al otro lado de la ciudad. Hace tiempo que no lo vemos. ¿Te gustaría ir con nosotros? Quizá encuentres a un lindo chico con quién ligar.
¿Un bar? No suena como algo que mi padre aprobaría... ¿Ligar? Mucho menos.
—¡Claro, vamos!
Por fin, esta es la oportunidad que he estado esperando. Mañana saldré con mis nuevos amigos y quizá en ese bar, las señales empiecen a aparecer poco a poco, deberé estar atento, pues el amor de mi vida podría estar en cualquier lugar.
Oh, bendita libertad, ¡no te acabes nunca!
Gracias por leerme :)
¿Cómo va todo? ¿Te está gustando?
Un abrazo,
AgustDina🌟
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro