﴾18. Sweet emotion﴿
YoonGi
Estuve contemplando la pantalla como un imbécil por casi diez minutos, ido, como si estuviera dopado. Cuando fui consciente de que había permanecido en esa posición, recostado con el teléfono casi pegado a la cara, me moví y cada músculo de mi cuerpo dolió por estar en el suelo. Fue entonces que vi lo que había hecho y me reproché mil jodidas veces. ¿Soy imbécil, o qué?
Estaba por deshacer tal atrocidad, incluso lo iba a bloquear y comenzar a evitarlo por todo lo que me restaba de mi estadía en esta jodida escuela, pero BaekHyun me encontró antes de que pudiera hacer cualquier cosa, con su ruidosa presencia se disculpó por haberme presionado para lo de la fiesta. Me jaló para volver a clases, pues nuestra hora de almuerzo estaba por acabar.
Cuando entré al aula, me olvidé por completo de la existencia de mi teléfono, así tal cual. A veces me pasan esas cosas, la distracción de mi cabeza es tan intensa que incluso me olvido de que tengo un teléfono o una vida qué atender. Pero al menos pude estar medianamente atento a la clase, hasta que el día terminó y me esfumé de todos, especialmente de BaekHyun porque no tenía ganas de quedarme a una tutoría más o a que me insistiera por el tema de la fiesta. Por lo pronto, lo dejé que se las arreglara solo, pues no tenía ganas de seguir soportando el exterior.
Mi plan al salir de la escuela era largarme a casa, encerrarme el resto de la tarde, ignorar a todos para poder recargar mi batería social y volver a revivir al siguiente día. Tenía tanto jodido maldito exagerado sueño, pero mis sentidos se alertaron al máximo cuando el imbécil de Park me tiró al piso. Juro que quería golpearlo. Su cara de idiota preocupado me enfadó tanto, quise gritarle que se alejara, que me dejara solo y que no volviera a acercarse a mí, pero cuando comenzó a ayudarme con una urgencia muy peculiar, nuevamente me sentí arrepentido de tratar mal a un chico como él, tan inocente y torpe.
Al levantarme y mirarnos, pude ver que realmente estaba consternado por lo que acababa de suceder, era real, una persona que no era ni BaekHyun ni nadie de mi familia estaba viéndome con tanta preocupación que cansaba, incluso se me quedó mirando como un idiota, cosa que yo también hice. En ese momento, no pude apartar mi vista de sus brillantes ojos y de sus malditas mejillas regordetas y rojas de vergüenza. Tan bonito.
De alguna manera, quedé envuelto en la lástima y ternura que me provocó verlo tan preocupado por mí, que terminé llevándolo a casa y conversando con él. Aunque me costó disculparme por comportarme grosero, descubrí que mi humor mejoró e incluso me sentí más ligero al conversar con él. Claro, no dejaba de ser ruidoso, preguntón y demasiado rosa para mi gusto, pero... para mi sorpresa, su compañía me agradó.
Si bien, por experiencia he aprendido que nada bueno sale de abrirse ante otra persona y mostrar vulnerabilidad, cuando le conté sobre los "días malos" que tengo a veces, no se sintió tan mal. Incluso la compasión que sintió hacia mí después al ofrecerse para hablar, me causó gracia y llamó mi atención. Lo último que quiero es causarle lástima a alguien, no me gusta andar por ahí victimizándome para llamar la atención, pero hablar con JiMin me hizo sentir... no lo sé, bien.
Cuando se bajó del auto, dejó un suave aroma tras él, quizá su suavizante o su perfume, pero también dejó algo en mí que me da miedo identificar o siquiera describir. ¿Es comodidad? Tal vez. Aunque las preguntas sobre la fiesta de novatos definitivamente las evadí, la oferta de mantener una amistad al final no me pareció tan monstruosa como lo creía al principio.
Y bueno, ya veremos qué tanto me dura el gusto de sentirme cómodo con una persona. Estoy seguro de que no va a tardar en salir con alguna estupidez, porque siempre me pasa. Confío en alguien, le muestro quién soy en verdad, termina juzgándome y alejándose, incluso hablando mal de mí con otros. Es un ciclo en el que estoy encerrado, porque nadie puede entenderme.
Quizá deba arrepentirme, quizá deba bloquearlo de todas partes, ignorarlo y evitarme la fatiga de volver a pasar por lo mismo.
O quizá no.
JiMin
Estuve eufórico por un buen rato, creo que incluso TaeHyung se hartó de mí, siendo él tan paciente y extrovertido. Pero es que no pude evitar ponerme como un loco mientras les contaba lo que pasó durante ese viaje en auto con YoonGi. Ellos me felicitaron por el gran logro, pero yo todavía no podía creerlo y tuve que seguir hablando de ello hasta que los vi torcer los ojos. Cuando Jin llegó a casa, fue lo mismo. Él estaba tan feliz por mí, pero yo me comencé a sentir inseguro sobre qué hacer después.
Es decir, ya obtenido el número de teléfono, tuve la necesidad de tomar cartas en el asunto y hacer algo, acercarme, buscar una conexión más profunda. Sin embargo, Jin me advirtió que debía ir con calma, pues no solo tengo que enfocarme en la escuela, sino que ir demasiado rápido, según él, podría hacer que me decepcione o que él se espante con tanta intensidad mía.
Y sé que tiene razón, especialmente porque me costó dos semanas el logro de llamarnos oficialmente "amigos", ya que desde que lo conocí estuvo distante y comportándose gruñón. Pero ya no más, de alguna manera, incluso si me tardo más, voy a lograr conocer al chico dulce que sé que se esconde detrás de esa cara plana de emociones que siempre carga. Ya me ha demostrado que le importo, que me considera diferente al resto de las personas que le rodean. ¿Y cómo no? Si el destino nos quiere juntos, obviamente que él iba a encontrar en mí ese aspecto diferente que estaba buscando en una persona, solo es cuestión de tiempo para que las cosas se den, para que las señales del universo nos muestren con más fuerza que debemos estar juntos.
Ni siquiera puedo dormir bien, no he pegado el ojo desde que me acosté en la cama, estoy tan inquieto, quizá debería levantarme a hacer tarea o algo así, pero si lo hago definitivamente no dormiré nada y necesito energías mañana. Sin embargo, cuando estoy ya tranquilizándome para descansar, mi teléfono vibra inesperadamente.
La euforia vuelve a mi cuerpo cuando veo de quién es el mensaje. ¿Podría este día ser más perfecto? ¿Será hoy mi primera noche quedándome hasta tarde hablando con mi futuro novio?
<Min YoonGi>
Hola, Park. ¿A qué hora entras mañana?
<Park JiMin>
Hola, hyung. Entro a las ocho todos los días, ¿por qué la pregunta?
<Min YoonGi>
Paso por ti a las 7:30, solo si tu remedo de mamá te deja salir con un extraño.
<Park JiMin>
Ya no eres un extraño. Jin hyung está contento porque al fin tengo otro amigo en la escuela, así que con gusto te veré a esa hora.
<Min YoonGi>
Bien, ahora vete a dormir. Un nerd como tú no debe desvelarse. Hasta mañana.
<Park JiMin>
Hasta mañana, que descanses :)
Bueno... quizá no será hoy mi primera noche romántica mensajeando con mi alma gemela, pero pasará, estoy seguro. ¿Ahora ven a lo que me refiero? Algo ha pasado en YoonGi, algo especial que tiene que ver con nosotros y con el futuro amor que cultivaremos juntos, estoy seguro de que así será. Si no fuera de esa manera, ¿entonces por qué se habría tomado la molestia de ofrecerse para llevarme a la escuela?
El hecho de que quiera verme desde tan temprano, hace que mi piel se erice y las mariposas vuelen enloquecidas en mi estómago.
¡No puedo esperar!
Jin hyung dice que si quieres enamorar a alguien, primero debes procurar su estómago, darle de comer a esa persona especial algo que le guste, demostrar interés en que coma bien, que sea feliz con algo dulce o salado, con cualquier cosa que le guste comer. Así que el resto de mi semana lo dediqué a buscar cómo hacer feliz a YoonGi a través de ese medio. La comida nunca falla.
La mañana que pasó por mí a la escuela, le pedí a Jin hyung que me regalara una rebanada del pastel de chocolate que quedó de la visita de JungKook. Él estuvo más que contento de apoyarme en el proceso de conquista, de hacerme notar para que YoonGi se dé cuenta de que las señales apuntan hacia mí, tal y como yo me di cuenta de que él era el indicado.
Entonces, puse el postre en una cajita de cartón desechable con un tenedor. Estuve listo al pie de la puerta desde las jodidas siete de la mañana. Hobi me llamó exagerado en broma, pero es que no había manera de reaccionar diferente cuando el amor literalmente estaba tocando mi puerta.
Y, en efecto, llegó casi retumbando los vidrios de la casa. Por lo que puedo ver desde que lo conozco, andar con música alta es como su marca personal, como su forma de llamar la atención. No digo que sea una clase de serenata, pero sí algo que utiliza para ser él mismo, con su música diferente. ¡Y me encanta!
Me recibió en su auto con una sonrisa un poco adormilada, su rostro se veía cansado, pero con mejor semblante que el día anterior. Sin embargo, para mi mala suerte, el pastel no le gustó. "No me gusta el pastel en general", fue lo que dijo y decepcionó completamente a mi corazón emocionado, "pero sí me gustan otro tipo de tartas, como la de nuez o la de limón".
Me sentí idiota. ¿Por qué demonios no le pregunté primero si le apetecía el pastel? De cualquier forma, no lo aceptó y tuve que guardar el pastel en mi mochila para comerlo más tarde, pero al menos él decidió hablar de otras cosas mientras íbamos a la escuela. Me preguntó por mis materias, si había hecho amistades nuevas, si los maestros me caían bien y de esa manera, el tema incómodo del pastel quedó olvidado y yo, más tranquilo.
No me rendí, así que le saqué tanta información como me fue posible y tomé notas mentales de todo lo que hablamos. Le gustan las tartas, no el pastel, prefiere el café caliente antes que el frío, igual que yo. Puede comer cualquier cosa, siempre y cuando no sea demasiado picante, ¡como yo! Al parecer, tenemos algunas cosas en común respecto a la comida, por lo que quizá cuando tengamos citas, todo funcionará a la perfección. Entonces, seguí intentando.
El día del fracaso del pastel de chocolate, no me llevó a casa por la diferencia de nuestros horarios de salida, pero eso me dio tiempo de buscar qué llevarle al siguiente. Como ya me ubico mejor en los alrededores, decidí ir a la repostería cercana a la casa y encontré una pequeña tarta de limón individual, se veía bastante apetitosa. Me aseguré de que fuera fresca y la compré para consentirlo. Obviamente, los chicos me hicieron burla cuando les dije que no se la comieran porque era para YoonGi, luego Jin me dijo que me enseñaría a cocinar ese tipo de tartas para que pudiera "enamorarlo" a través del estómago con algo hecho por mí.
Entonces, el día siguiente cuando pasó por mí muy temprano, le di la tarta y cuando la recibió me regaló una leve sonrisa, noté que se veía incluso más despierto que el día anterior, eso me dio muchísima paz, porque quizá estaba teniendo más días buenos que malos. A pesar de que no me contó nada sobre esos "días malos", sé que solo es cuestión de tiempo para que nos conozcamos mejor y entonces tenga la confianza de decirme lo que le pasa.
Además, no es como que tengamos mucho tiempo para conversar. Cuando nos topamos por los pasillos, noto que ya me saluda con más entusiasmo que antes, también en la hora del almuerzo. Pero al estar rodeados de tantas personas y con el tiempo encima, no es posible que nos acerquemos, especialmente porque todavía no les he dicho a mis amigos sobre lo que está pasando.
Pero los escasos diez o quince minutos que hemos pasado en las mañanas, han sido sumamente valiosos. Puede que nuestras horas de salida sean diferentes, pero el resto de la semana estuvo pasando por mí a las siete y treinta sin falta, puntual y con mejor semblante cada día y yo, como me lo propuse, con algo dulce para él. Lo he podido conocer mejor, al menos ya sé los nombres de las bandas extranjeras que le gustan y me ha contado un poco sobre su vida, solo sé que vive con su hermano y con su papá, que su madre vive en Estados Unidos, que es cercano a sus abuelos y... nada más.
He notado que es de pocas palabras, aunque cuando me ha explicado sobre la música que le gusta, parece hacerlo con tanto intelecto, lo cual me confirma lo que ya suponía desde el principio. Es tan culto e inteligente, además se interesa por que yo lo sea también, por lo que me ha prometido que pronto me prestará libros nuevos para cultivarme.
Y al fin, el tan esperado día de la fiesta de novatos ha llegado. Casi no puedo contener las ganas de insistirle para que vaya, pero por la reacción que tuvo la primera vez que se lo mencioné, prefiero no hablar de eso al respecto.
Entonces, sin falta el destino lo pone frente a mi puerta a las siete y treinta y dos de la mañana. Hobi se despide de mí, deseándome suerte y haciendo ojitos perversos, los mismos que me hace cada vez que hablo de YoonGi. Cuando entro a su auto, noto que su rostro se ve más cansado que el día de ayer, pero no hago ningún comentario al respecto.
—Buenos días, hyung.
—Hola, Park, no tienes que ser tan formal siempre, me haces sentir viejo.
—Lo siento, es la costumbre, pero si te molesta dejaré de hacerlo.
—Como quieras, vámonos —él conduce como siempre, con su vista bien plantada en el camino, noto que esta vez no trae la música tan alta como los días anteriores y además su voz está algo apagada.
—Ehm, te traje algo —aunque no me ve, le pongo el mousse de chocolate en el pequeño cajón frente a la palanca de cambios para que lo vea—. Es mousse de chocolate, Jin hyung me enseñó a hacerlo, espero que te guste.
—Cada día me agradas más —sonríe inesperadamente y me revuelve el cabello con algo de torpeza. Y yo no podría estar más contento, tanto que no me detengo al sonreír como bobo, me siento todo caliente de la cara, pero no me importa que me vea reaccionar así.
—Eso me alegra —contesto medio conteniendo el aire, estoy eufórico. ¡Está funcionando, lo estoy logrando, se está dando cuenta de que soy el indicado para él!
—Pero si me da diarrea por tus experimentos culinarios, tú pagarás la cuenta del hospital.
—Hey, Jin hyung me enseñó, él es el experto, lo hice todo bajo su supervisión así que no te preocupes —río un poco por su tonta broma, me gusta su sentido del humor, incluso me recuerda al de mi hermana, un tanto rudo, pero sin dejar de ser lindo.
—Más vale —suspira y seguido de eso, bosteza.
— ¿No dormiste bien?
—No —se queda en silencio, yo no sé qué más decirle, pero cuando parece que esto se convertirá en un trayecto incómodo, él vuelve a hablar—. Tuve una noche horrible, no podía dormir, tenía calor y los estúpidos vecinos estaban festejando algo, tuvimos que llamar a la policía para que los callara.
—Oh, es una pena. ¿No duermes con ventilador?
—No lo soporto, detesto el ruido y por las mañanas amanezco con la garganta reseca.
— ¿Te sirven unos tapones para los oídos? Puedo regalarte un par de los míos, sin problema.
—No te preocupes —suspira otra vez, no sé qué hacer para que sonría, para ayudarlo, siento que debo hacer algo al respecto, ¿pero qué?
—Pronto se acabará el calor, ya lo verás, entonces podrás dormir bien.
—Sí, como sea. ¿Ya estás listo para la fiesta?
—Eh, sí, iré con SeulGi y Taemin, ella pasará por nosotros en el auto de su madre. ¿Tú no te has animado a ir?
—Puede que sí, pero no estoy seguro.
—Sería lindo que pudieras ir, así tendríamos más tiempo para conversar y conocernos más.
—Si vas con tus amigos, no lo creo. Ya quedaste con ellos. Además, las fiestas me dan pereza.
—Bueno, como tú digas, aunque sin problema puedes juntarte con nosotros, ellos son bastante amigables.
—Nadie quiere ir a una fiesta con el hijo del rector, JiMin.
—Yo sí —contesto firmemente y pongo mi mano sobre su hombro—. No me importa que seas el hijo del rector, sabes que tampoco creo que lo que dicen de ti. Si decides ir a la fiesta, te prometo que no estarás solo.
—Si me animo a ir, te buscaré allá, pero no me esperes como un perrito solitario, Park, la fiesta es para que los novatos se diviertan.
—Está bien —siento el ambiente aligerarse bastante entre nosotros, al menos sonríe ligeramente y el resto es conversación sobre la escuela hasta que llegamos finalmente.
—Escríbeme si sales temprano, para llevarte a casa. Hoy no tengo muchas clases.
—Claro, espero verte más tarde —nos quedamos viendo por un par de segundos más, luego caminamos juntos hasta que cada quién toma su camino hacia el edificio que le toca.
Yo no puedo quitarle la vista de encima cuando se aleja, se ve tan hermoso incluso con cara de somnolencia, incluso caminando algo encorvado por el cansancio, no deja de ser la persona que claramente está destinada para mí. Mientras camino y voy fantaseando, alguien me acecha desde atrás y jala mi mochila. Son mis amigos.
—Así que ahora eres muy amiguito del hijo el rector —ella me mira con los mismos ojos que utiliza HoSeok para molestarme, pero esta vez me ponen nervioso.
—Eh, yo, eh...
—No te hagas el tonto, JiMinnie —me regaña TaeMin—. Te hemos visto toda la semana entrar y salir de la escuela con el tal Min YoonGi. ¿Desde cuándo son tan cercanos? ¿Están saliendo o algo?
— ¿Qué? ¡No! Nosotros, nosotros solo...—Estoy por entrar en pánico, detesto ser tan transparente, pero no puedo evitar verme inseguro y sin saber qué responderles.
—Ya, Minnie, no te pongas así —ambos ríen y me dan pequeños empujones, yo no entiendo nada.
—No pasa nada si son amigos, pero no creímos que serían así de cercanos, siendo él tan... apático y gris —dice TaeMin, haciéndome enfadar un poco por ese comentario sobre YoonGi.
Entonces, es cuando decido que no voy a ocultarlo más. Si ellos deciden alejarse de mí por ser homosexual, que sea ahora y no después, cuando probablemente YoonGi y yo nos hagamos novios y sea demasiado evidente.
—Chicos, tengo que decirles algo —me siento en la banquita más próxima y ellos se acercan a mí, quedándose de pie.
— ¿Ya nos vas a decir que eres gay?
—Yo soy, eh... no, espera, ¿cómo lo saben?
—Amorcito, es evidente —ríe SeulGi y se sienta junto a mí, rodeándome con su brazo—. Soy una fujoshi experta y mi radar nunca me falla. Además, no eres muy discreto, hemos notado cómo se te van los ojos por YoonGi. ¿Desde hace cuánto te gusta?
—No sé, tal vez un par de semanas.
—JiMin, eso es prácticamente desde que entramos a la escuela. ¡Nuestro Minnie quedó flechado por el hijo del rector! —Se burla TaeMin, también me abraza, pero yo me siento extraño.
— ¿Esto quiere decir que no están molestos conmigo? ¿No me van a dejar de hablar?
—JiMin, no seas idiota —me regaña SeulGi—. Además, soy lesbiana, jamás podría segregar a uno de los míos.
— ¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué nunca me lo habías contado?
—Porque creí que se me notaba —se encoge de hombros, diciendo aquello con toda la ligereza del mundo.
—Y yo soy un poquito bisexual —dice TaeMin.
—Eres un bicurioso, pero te da miedo aventarte con un chico, TaeMin cobarde.
—Genial, el gay, la lesbiana y el bicurioso, ¿cómo fue que terminamos juntos? —Comienzo a sentirme más tranquilo, más en confianza, pero sorprendido.
—Era destino, quizá —dice SeulGi—. Ya sabes, el diablo los hace y ellos se juntan.
Todos reímos un poco por las circunstancias que nos llevaron a confesar tales cosas. Es decir, ellos jamás me preguntaron por mi orientación cuando me conocieron y yo asumí que ellos eran heteros solo porque TaeMin habla de lo mucho que le gusta la tal HyunA y SeulGi se la pasa hablando de los fanfics homosexuales que escribe, pero no creí que fueran tan similares a mí.
Pero bueno, he descubierto que incluso para hacer amigos, el universo manda señales aunque a veces no sean tan evidentes como con el amor. ¿Y qué podría ser mejor que esto? Ahora tengo amigos que me comprenden, con quienes puedo hablar de lo mucho que me gustan los ojitos de YoonGi y su forma tan culta de ser.
¡Nada podría salir mal!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro