﴾14. Redención﴿
Aunque hubiera querido cuestionar a SeokJin, este no le dio la oportunidad. Se quedó dormido apenas pronunció esas palabras que sonaron demasiado lastimeras, definitivamente nada acorde a lo que JungKook recordaba de él. Le dolió mucho verlo en ese estado, pero finalmente se resignó y decidió dormir también.
Sin embargo, el despertar es bastante doloroso, la resaca no se compara en absoluto a todo el revuelo que hay en su corazón y en su cabeza. Lo primero que SeokJin ve al abrir los ojos, es el peor error que cometió en su vida. En silencio, recuerda palabra por palabra de lo sucedido la noche anterior, como si se tratara de una película vergonzosa y cruel.
Entonces, esos enormes y brillantes ojos de Bambi se abren en la cama contigua, una sonrisa avergonzada se dibuja en el rostro de ese chico que amó hasta que su corazón quería apuñalarse a sí mismo, por quien estuvo dispuesto a sacrificarlo todo en el pasado.
—Buenos días, Jinnie hyung —agacha la mirada, pero mantiene su sonrisa.
SeokJin se esfuerza por sentarse al borde de la cama, con dolor de cabeza, sensibilidad a la luz y unas terribles ganas de vomitar que se contiene.
—Buenos días.
— ¿Cómo te sientes?
—Tal cual como me veo —responde con un tono sarcástico, el menor se levanta también, pero ni siquiera parece que haya tenido una noche, se ve fresco como si hubiera dormido suficiente.
— ¿Recuerdas qué pasó anoche?
—Claro que lo recuerdo —sus labios forman una mueca de molestia—. Creo que te debo una disculpa y también un agradecimiento. Estaba muy borracho, ese tipo del bar se hubiera aprovechado de mi ebriedad si no hubieras llegado. ¿Qué demonios hacías anoche en ese jodido bar, a todo esto?
—Lo que todo el mundo va a hacer a un bar gay —se encoge de hombros, avergonzado—. Pero eso no importa, más bien estoy preocupado por ti. Anoche hablamos de tantas cosas que...
—No necesitas repetirlo, lo recuerdo perfectamente —suspira, no sabe si seguir enojado o apenado ante él—. Ahora que estoy sobrio, necesito que sepas una cosa.
—Dime.
—Yo también mezclé mi necesidad de amar, con la de cuidar a alguien indefenso. Nadie cuidó de mí cuando yo era joven, estuve muchos años sintiéndome solo y... cuando llegaste tú de Busan, con solo una triste mochila cargando y tu carita llena de esperanza...
Sus ojos se llenan de lágrimas, los recuerdos de ese día se mezclan con los de su cruel adolescencia, con todo su pasado que le lastima. JungKook se sienta a su lado, ofreciéndole un abrazo que el mayor no duda en tomar, se aferra a él como un náufrago a una tabla en medio de un violento mar que amenaza con hundirlo y ahogarlo. El llanto fluye por algunos minutos, hasta que el corazón de SeokJin se siente más calmado.
—Me vi a mí mismo en ti —continúa SeokJin—. Me aferré tanto a cuidarte que me enamoré, pero olvidé por completo a lo que venías a Seúl y quise retenerte de alguna manera, lo lamento. Lamento mucho que lo nuestro sucediera, no quiero odiarte más, solo quiero que sigas siendo mi pequeño amigo al que quería guiar y cuidar.
—Lo sé —también llora, pues ver el alma desnuda de su mayor en ese momento le hace doler el corazón—. Pero ya no soy pequeño, Jinnie, he crecido y ahora puedo cuidar mejor de mí. Gracias a ti y a los chicos fue que aprendí, ese año que estuve viviendo con ustedes crecí tanto y fui tan feliz. Pero el tiempo que pasé alejado de ustedes me hizo entender que fueron mucho más importantes de lo que creía, realmente los he extrañado.
—Eso me duele, el saber que ya no me necesitas más. Eso es lo que me ha dolido desde el día en que te marchaste, pero a la vez me enorgullece ver que ya estás madurando.
—No se trata de necesitarte, se trata de entender que ya somos otras personas, quizá perdonarnos y si se puede, seguir siendo amigos. Quiero que seas feliz, hyung. Estos dos años que estuve evitándote a ti y a los chicos, realmente me dolieron, por eso decidí volver a ustedes, aunque tenía la sensación de que tú no lo ibas a tomar tan bien, por obvias razones.
—Por supuesto que no lo tomé bien. Cuando HoSeok me dijo que comenzaste a enviarle mensajes, le reclamé pero evité que me hablara de ti, hasta que Taehyung también me insistió en que debíamos volver a verte para aclarar todo, pero el día de tu cumpleaños, en el bar... no pude evitar ponerme agresivo al ver cómo te le lanzabas a JiMin, cómo actuabas como si nada pasara.
— ¿Estabas celoso?
—Sí, pero también estaba aterrado de que lo lastimaras, él es un chico fácil de ilusionar, está enamorado del amor, todavía le hace falta madurar un poco. No debí dejar que saliera contigo en primer lugar.
—Te prometí que iba a hablar con él hoy para aclararlo, ya no quiero que seamos enemigos. Sé que probablemente me odia.
—Lo hace, no tienes idea de qué tanto le dolió que lo lastimaras.
—Bueno, tan mal no creo que esté, el día que estuvimos en el café, otro chico llegó a buscarlo, como si fuesen a tener una cita.
— ¿Hablas de ese tal YoonGi?
— ¿Así se llamaba? Ni siquiera recuerdo su aspecto, solo que parecía haberse citado con JiMin.
—Yo no sé nada de eso, pero no es de mi incumbencia. Si JiMin no quiere explicarte nada sobre eso, no está obligado a hacerlo. Además, el hecho de que viera o no a ese tal YoonGi, no quiere decir que no le doliera lo que le hiciste.
—Bueno, lo hablaremos en su momento, ¿pero sabe de lo que pasó entre nosotros?
—Solo una parte, tuve que decirle vagamente lo que pasó porque estaba preocupado por mí. Pero hoy tenemos que contárselo todo y tienes que disculparte.
—Lo haré —suspira, resignado, ambos parecen más compuestos tras esa charla más sobria y a consciencia—. Hyung, puede que no necesite ahora de ti lo mismo que antes, pero sí hay algo que quiero: a mi familia de vuelta. Ustedes fueron eso para mí y lo siguen siendo. Pero cualquiera que sea la decisión que tomen, la aceptaré.
—Te costará volver a ganarte mi confianza, pequeño traidor —le da un pequeño empujón con su codo, pero sonriendo como señal de que las cosas se han aligerado entre ellos.
—Lo sé, haré lo que sea necesario para salvar esta compañía.
Ambos ríen ante la tonta broma, se dan un pequeño abrazo, donde SeokJin encuentra esa paz que estuvo buscando en los últimos dos años. Es entonces que se da cuenta de que ya no ama a JungKook como antes, porque su mente y su corazón encontraron las razones de todo lo que pasó y es como si el amorío secreto que mantuvieron por casi un año, hubiera sido solo un escalón para darse cuenta de cómo sus destinos se entrelazaron y los llevaron a ser quienes eran.
Al menos para JungKook había un futuro, eso pensó SeokJin tras separarse del abrazo y tomar su camino hacia la casa, respirando hondo en silencio y rebuscando en sus cabezas las palabras adecuadas para contarle todo a JiMin.
—No me chingues la existencia —maldice JiMin para sí mismo en cuanto ve a JungKook bajar de la camioneta.
¿Y ahora qué?
Se queda paralizado en el umbral, apretando la mandíbula y a punto de entrar en pánico. ¿Qué demonios significaba eso? ¿Qué clase de señales extrañas le está enviando el universo al poner a JungKook frente a su puerta, cuando YoonGi está llamándole por otro sendero más prometedor? Si de algo está seguro, es que todo apuntaba desde el principio a YoonGi, incluso si no se dio cuenta de ello.
Por un instante, intenta buscar un culpable, sus ojos apuntan hacia SeokJin, quien se baja de la camioneta luciendo un aspecto deplorable. Él mismo había decidido que no volverían a ver a JungKook, pero sin avisarle absolutamente nada, ahí están ambos. Juntos. ¿Dónde pasaron la noche? ¿Hicieron algo juntos? ¿A caso revivieron algo de lo que tuvieron en el pasado? Comienza a nacer un enojo hacia SeokJin y una confusión enorme. Tiene ganas de huir, pero no, es momento de enfrentarlo, de reclamarle a JungKook por todo lo que pasó para ya poder darle un cierre a eso y seguir las señales hacia donde corresponde: con YoonGi.
— ¡JiMinnie! —SeokJin se baja de la camioneta y apresura el paso hacia la entrada antes de que pueda cruzar una palabra con JungKook, quien permanece con la cabeza agachada y camina tras el mayor. —Luces bellísimo hoy, corazón, tu cabello se ve radiante hoy. ¿Ya desayunaste? Le dije a Hobi que te preparara el almuerzo.
— ¿Qué le ocurrió, hyung? ¿Dónde estabas anoche? Me preocupé por ti y... ¿Estás bien? —El rostro de JiMin refleja de inmediato la sorpresa y la preocupación al verlo así, todo ojeroso y despeinado, para nada parecido a la imagen impoluta que está acostumbrado a ver en SeokJin, ni siquiera andando en fachas por la casa.
Finge no haberse percatado de la presencia de JungKook y se concentra en interrogar a SeokJin, JungKook está tremendamente incómodo, escondiendo su presencia tras los anchos hombros del mayor, quien finge estar bien, aunque esta vez sea difícil convencer a los ojos ajenos.
—Todo está bien, cariño. Te llevaré a la escuela y... También vino JungKook a hablar contigo. Bueno, más bien, ambos queremos hablar contigo y expresarte algunas cosas.
—Pero... hyung, yo no creo que ahora sea el momento adecuado.
— ¿De qué hablas? Arrastré a este idiota hasta aquí para que se disculpara por todo. Vamos, hoy tus clases empiezan más tarde.
—No, hyung, de verdad creo que justo ahora yo no...
—Por favor —finalmente, JungKook deja atrás su cobardía, se deja ver por completo y mira a JiMin con bastante vergüenza—. Sé que sigues enojado conmigo por lo que pasó, pero de verdad quiero... queremos hablar contigo para que todo se calme.
—Pues yo estoy calmado y no quiero hablar contigo en absoluto —su cara dice lo contrario, está rojísimo de enfado, por lo que SeokJin se acerca, pone sus manos en los hombros del menor y lo acaricia con aires de paternidad.
—JiMinnie, sé que en los últimos días te he llenado la cabeza del odio que le tuve a Kookie, pero ahora las cosas son diferentes, vayamos adentro a hablar o vamos a tomar un café cerca de la Universidad.
—Está bien —no puede decirle que no a SeokJin, aunque está bastante confundido, sospechando lo peor—. Que sea un café, tengo miedo de que esto se extienda mucho y no quiero llegar tarde. Planeaba ir primero a la biblioteca a avanzar tareas, pero usaré ese tiempo solo por ti, hyung.
—Buen chico —le da un breve abrazo, pero dicha cercanía le extraña a JiMin, pues el mayor huele a una clara resaca y a sudor.
Los tres suben a la camioneta, HoSeok y Taehyung los observan discretamente desde el balcón, sospechando de todo lo que sucede. Definitivamente no se esperaba que SeokJin llegara a casa con JungKook, todo es confuso, por lo que ellos dos prefieren estar al margen del asunto, hasta que sea SeokJin quien aclare todo.
El silencio dentro del vehículo es casi violento, las respiraciones de los tres casi parecen partir el aire tenso que los rodea, SeokJin decide poner algo en la radio para aligerar todo, abre las ventanas, pues está avergonzado de la peste de su resaca. También está sorprendido de que su aspecto personal le importe una mierda en ese momento. ¿Cuándo fue que cayó tan bajo?
Después de casi diez tediosos minutos que se sintieron eternos, se estacionan a un par de cuadras de la Universidad, frente a un café de autoservicio.
—Tomen lo que quieran, yo pago —ordena SeokJin, ambos menores se miran con duda, pero JiMin toma la delantera en la máquina de café, más para demostrar desdén, que por estar urgido de tomar su bebida.
Se sirven, incómodamente, un americano cada uno, toman de la máquina expendedora sus pastelitos y ni un solo sonido sale de sus bocas hasta que se sientan mirándose a la cara en la mesa circular afuera del local, después de que SeokJin paga.
— ¿Pasaron la noche juntos? —finalmente es JiMin quien rompe el silencio, pues montones de suposiciones dañinas pasaron por su cabeza desde que se subió en el vehículo hasta que el café llenó su vaso.
—Sí, pero no es lo que estás pensando —responde rápidamente SeokJin—. Anoche fui a un bar, lamento no haber llegado a casa. Me sentía algo perdido y decidí ir a tomar un trago, pero me emborraché mucho y terminé enredado con un chico, luego me encontré por casualidad con JungKook y me salvó de tener una experiencia nada buena de recordar.
—Ajá, y luego... ¿durmieron juntos?
—JiMin, si lo que estás insinuando es que tuvimos sexo, pues no, estás equivocado —interrumpe JungKook, incómodo hasta la médula—. Simplemente lo llevé a un motel para que pudiera dormir.
— ¿Y por qué no lo llevaste a casa?
—JiMin, estábamos borrachos los dos —agrega SeokJin, avergonzado—. Caminamos como pudimos hasta el motel más cercano. No era mi intención toparme con él, pero estaba solo, ebrio y no tuve opción. Anoche estuvimos hablando y creo que es momento de que te contemos las cosas tal y como sucedieron. Si vas a vivir conmigo y con Hobi un largo tiempo, es necesario aclarar todo, eres parte de nuestra familia ahora y no quiero que asumas la verdad por ti mismo.
—Oh... —ahora es JiMin quien está avergonzado, pues ve los ojos de SeokJin llenarse de unas lágrimas bastante sinceras—. Perdón, de verdad, no quería faltarte al respeto, hyung. Es que... es que me habías dicho que odiabas a JungKook y realmente pensé lo peor cuando los vi llegar. Lo siento.
—Está bien, corazón, no tienes que disculparte. Yo debí decirte todo desde el principio, pero acababas de llegar con nosotros y no quería enredarte en tantos dramas innecesarios.
—Quiero escuchar la verdad —toma las manos de SeokJin, mirándolo con compasión y una sonrisa.
—Bueno...
SeokJin comienza a contar, ocasionalmente siendo interrumpido por JungKook por uno que otro detalle, pero entre más ellos le cuentan, JiMin se compadece tanto de todo lo que pasaron juntos, de tanta crueldad que el destino les hizo pasar. Entonces observa a SeokJin ser más vulnerable que nunca desde que lo conoció, contándole de manera ambigua cómo se sintió cuando JungKook llegó a su vida. Parte de él quiere también comprender a JungKook, pero le cuesta demasiado, pues piensa que el hecho de querer ser libre en una ciudad nueva, no justifica el dañar el corazón de otras personas.
—Entonces... ¿Hobi siempre supo de esto?
—Sí —contesta SeokJin con la cara roja de vergüenza y restos de lágrimas—. Pero yo le dije que se mantuviera callado, él realmente solo fue una víctima del drama porque quedó justo en medio de todo, guardando secretos, quedándose en silencio, si a alguien puedes culpar y odiar por no decirte nada, es a mí, él solo estaba respetando mi decisión de no seguir dándole vueltas al asunto.
—Jamás podría odiarte, hyung, no has hecho otra cosa más que cuidar de mí y ayudarme desde que llegué a Seúl —su enorme sonrisa de blancos dientes llena de calidez el corazón del mayor—. Pero yo aún... aún necesito escuchar algo de ti —apunta hacia JungKook, su mirada cambia de la dulzura hacia la dureza en un instante.
—Y a mí es a quien sí mereces odiar, definitivamente —responde JungKook, tomando suficiente valor para enfrentar su grandísimo error.
—Solamente por el respeto que le tengo a Jin hyung, dejaré que te expliques, porque sí fuiste bastante idiota.
—JiMin-ah, no voy a justificarme absolutamente de nada —es franco al hablar, levantando su barbilla con valentía—. Estoy consciente de que interpreté mal tus deseos cuando te conocí, el hecho de que me hayas besado primero no significaba que yo tuviera el derecho de asumir cosas que no eran. Te pido disculpas sinceras por haberte faltado al respeto en esa cita que tuvimos, fui un grosero, debí haberme disculpado en el momento. Estoy... estoy siendo sincero, no solo por Jin, sino porque no he sido una buena persona en mucho tiempo y realmente quiero ser mejor. No te pido que seamos amigos si no quieres, solo me gustaría que aceptaras mis disculpas y que sepas que no volveré a faltarte el respeto nunca más ni a sugerirte cosas sexuales.
— ¿Y no vas a disculparte también por haberme negado?
— ¿De qué hablas?
—YoonGi me dijo que se topó contigo en el café ese día y que fingiste no conocerme.
—JiMin, solo estaba evitando un problema, el tipo parecía tener mala actitud y solo quería irme de ahí, estaba muy avergonzado.
—De todas formas me pareció tonto que fingieras no conocerme —reniega, pero la conversación se ha tornado absurda ante los ojos de SeokJin.
—Chicos, creo que quedó claro el punto aquí —toma la mano de cada uno y los observa con cariño—. Minnie, la reacción de Kookie ese día quizá no fue la mejor, no me estoy poniendo de su lado, solo quiero saber cómo te sientes con esto que acabas de escuchar.
—Yo... —suspira con sus mejillas enrojecidas, pues en efecto fue demasiado lejos con sus reclamos—. Me siento mucho mejor, no creo que pueda ser tu amigo tan rápidamente, JungKook, pero puedo darte el beneficio de la duda solamente si Jinnie hyung se siente cómodo. Además, por lo que sé, aún necesitas que Hobi y Tae te acepten de nuevo.
Por un instante, JiMin mira a JungKook a través de la compasión, pensando que quizá fue un poco duro al juzgarlo, cuando las razones por las cuales es como es, tienen un antecedente algo doloroso. Ser rechazado por sus padres solo por querer ser bailarín, correrlo de casa ante la sospecha de ser homosexual, tener que dividir su dinero en pequeñísimas partes para sobrevivir en el cruel mundo de los trainees... Quizá, solo quizá... podría ver bondad en él.
—Estoy consciente de eso, la verdad me siento mucho mejor ahora que lo saqué de mi pecho —logra soltar una risa bastante relajada que aligera el humor de los otros dos.
—Y yo me siento mejor ahora que pudimos hablar —SeokJin se siente orgulloso, al menos esa parte de su vida no está tan rota.
—Entonces ahora deberíamos volver a casa, estoy ansioso por hablar con Tae y Hobi y luego...
Algo interrumpe el agradable ambiente que se ha formado en esa mesa, un Derby blanco tocando música estruendosa pasa por ahí y al bajar los vidrios, es Min YoonGi quien asoma la cabeza, llamando la atención con esa canción en volumen demasiado alto.
Fear of the dark, una de sus favoritas, nunca se había escuchado tan desagradable para JungKook, porque el vehículo que la lleva pertenece al tal YoonGi, quien saluda desde su lugar. De solo recordar su voz tan pedante aquel día... siente mucha repulsión.
— ¡Oye, Park! —grita por encima de la música—. ¡Ya es tarde, deja que te lleve!
Entonces, JiMin se pone rojísimo como un tomate, se para de golpe y lo saluda a penas con su tímida mano. Durante toda la semana pasada estuvo apenas saludándolo, viéndolo ser tímido a lo lejos en los pasillos de la escuela, esperando el momento indicado para acercarse. Y justo ahora se le presenta como la señal máxima, entrando en su semana de la manera más ruidosa posible como diciendo "¡Hey, el destino está tocando tu puerta, deja de compadecerte de otro y hazle caso!"
—Eh, Jin hyung, creo que ya debería entrar a la escuela. Me iré con YoonGi, si no les molesta.
—Para nada, ve, ya te quitamos mucho tiempo, pero te agradezco que nos hayas permitido este momento.
—Fue la mejor decisión —sonriente, se levanta y le regala un abrazo a SeokJin, se despide de JungKook con un ligero ademán, pero su cara de felicidad aumenta cuando se da la vuelta y se dirige a ese auto que todavía está emanando ruidos extraños que no entiende por qué, pero le gustan solo porque YoonGi viene agregado a ellos.
—A JiMin le gusta ese tal YoonGi —comenta JungKook cuando el auto se va, dejando un rastro de Iron Maiden que se atenúa lentamente.
—No lo creo, no se ve como la clase de chico que a JiMin le atraería, es un poco sombrío.
— ¿Viste cómo se levantó a la velocidad de la luz cuando vio a ese tipo? De mí te vas a acordar cuando algo suceda entre esos dos. A JiMin le gusta YoonGi.
—No digas tonterías, solo es su compañero, termina tu café y vamos a casa.
Su corazón brinca a mil por hora, casi saliéndose de su pecho por lo emocionado que está. Sus labios quieren esbozar una aparatosa sonrisa que le haga doler las mejillas de gusto, pero se contiene lo más que puede.
—Buenos días, YoonGi hyung.
—Buenos días, Park —baja el volumen de la música, ahora ya no suena estruendosa, lo cual JiMin agradece para sus adentros.
—Me espanté un poco cuando llegaste, no esperaba verte hoy.
—Ni yo, pero te vi de lejos y creí que quizá necesitabas otro rescate.
—No, para nada —ríe, un poco extrañado de ese comentario.
—Ahí estaba ese tipo que te hizo llorar aquel día en el café, ¿van a volver o algo así?
— ¿Qué? No, para nada —aclara rápidamente, un tanto nervioso—. Solo estábamos hablando, él se disculpó sinceramente. Él... bueno, es un viejo amigo de Jin hyung y me invitaron a tomar café esta mañana para hablar.
—Ah, ya veo —expresa una mueca desinteresada, sin quitar la mirada del camino—. Entonces no necesitabas un rescate y yo llegué a entrometerme.
—No, ya habíamos terminado de hablar, no te preocupes —por alguna razón, siente la necesidad de quedar bien con él, de explicarle todo—. En realidad ya estaba por irme, parece que llegaste en el momento exacto.
—Ah, menos mal, ya iba a sentirme avergonzado y a llorar como un bebé —su tono no es para nada genuino, suena más bien como sarcasmo, pero eso hace reír a JiMin.
—De todas formas, me agrada que hayas pasado por mí, toda la semana pasada al parecer estuvimos ocupados y no tuvimos oportunidad de hablar.
—Sí, claro, porque nos explotan más a los estudiantes que a los oficinistas.
—Puede ser —ríe JiMin, pero un poco apenado porque el otro no parece sonreír en absoluto—. Pero bueno, comencé a leer el libro que me prestaste.
— ¿Qué libro?
—El de... eh, La insoportable levedad del ser.
—Ah, ese libro, creí que lo había perdido, así que te lo di.
—Sí, eh, el día que me rescataste de JungKook en el café.
—Claro, discúlpame, estos medicamentos me tienen con la memoria borrosa.
— ¿Qué medicamentos?
—Paracetamol, como sea. ¿Qué te pareció el libro?
JiMin se queda dudando, pues la conversación se ha tornado algo incómoda y le sorprende que para YoonGi no haya sido algo importante el prestarle un libro, también eso de los medicamentos le suena extraño. Parece plano de sus emociones, como si nada le afectara.
—Por ahora me está gustando mucho, nunca había leído un libro así, es diferente.
—Profundísima tu reseña —bosteza sin gran interés y se estaciona finalmente afuera de su facultad—. Pero si te gustó ese, termínalo y después te presto otro. Necesitas cultivarte más.
—Claro, siempre estoy dispuesto a leer cosas nuevas. Eh, YoonGi hyung, ¿estás bien? Luces cansado.
—Estoy bien, ya te dije, el paracetamol. Bueno, ya llegamos, hora de entrar a clases.
JiMin se siente un poco aturdido por la conversación, más que nada por lo rápida y extraña que fue. ¿A caso usó sarcasmo en algún momento? Su mente todavía no lo puede procesar por estar preocupado del semblante de YoonGi.
—Te agradezco mucho que me trajeras, fue un lindo gesto.
—No te acostumbres, Park.
Y así con la misma cara de póker del principio, se baja del auto, pone los seguros y se aleja rápidamente hacia su edificio, dándole la espalda y dejando a JiMin con un sabor extraño de boca, parado al lado del auto, como esperando que algo más suceda.
¿Por qué YoonGi actuó de esa forma tan fría cuando su carácter había sido totalmente contrario aquel día en el café? Es decir, claro que ese día en el café (y desde que lo conoció), percibía que su manera de hablar era demasiado directa, no estaba acostumbrado a que la gente le hablara así. Sin embargo, más que estar enfadado de recibir ese trato, se sentía preocupado. ¿Había hecho algo mal, acaso, algo que hizo enfadar a YoonGi?
¿No se supone que las señales lo estaban llevando por buen camino? ¿O era que el destino le puso en frente a una persona difícil de descifrar, para retar a su corazón y obligarlo a luchar por conseguir el amor? Todo se siente confuso, incluso dentro de sí tiene un poco de miedo de buscar un poco más a YoonGi para preguntarle si todo está bien. ¿Y qué con eso de los medicamentos?
Tras pensar y repensar, rumiando sus pensamientos mientras camina hacia su primera clase, nota una sensación extraña en su cuerpo. Se trata de un dolor completamente nuevo para él, unas extrañas punzadas que atraviesan violentamente las palmas de sus manos, pasando a formarle un nudo en la garganta. Ese dolor no tiene sentido, no se ha golpeado ni torcido nada.
Se detiene un momento, observando sus manos, luego sus ojos comienzan a lagrimear y en su cabeza los pensamientos chocan unos contra otros, hasta llevarlo a descubrir ese sentimiento extraño que está experimentando: rechazo.
¿Hay alguien aquí que ya haya leído esta wea y esté releyendo?
Para que me den su opinión jejeje
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