Baby, please don't leave me
☆☆☆
Un omega rubio entró a la habitación de hospital cautelosamente, sus ojitos se mantenían llorosos y sus manitas temblaban por las secuelas del llanto que aún atacaban su cuerpecito.
—Hola, mi jeonggukie — Su suave y entristecida voz retumbó en el lugar, creando eco en la silenciosa habitación en la que solamente persistía el sonido del monitor de signos vitales.
Jimin se acercó hasta la camilla donde su esposo se mantenía postrado, comenzó a acariciarle delicadamente su largo cabello, comenzando a sollozar al observar su delgado y demacrado rostro.
—T-tu cabello ha crecido tanto mi ggukie, me recuerda tanto a la época en la que nos conocimos. —Un doloroso sollozo se escapó de sus belfos al recordar aquellas fechas.
—R-recuerdo tu look de chico malo a la perfección; con tus chaquetas de cuero y perforaciones te veías como todo un rompecorazones, p-pero en realidad tu eras el chico más dulce de toda la universidad. Tu siempre fuiste tan bueno conmigo y-y... yo, n-no sabes lo mucho que te extraño mi amor —Jimin rompió en un llanto desgarrador, tomando entre sus pequeñas manitas la mano derecha de su alfa, soltando todo su dolor en forma de espesas y calientes lágrimas.
Su esposo llevaba más de un año postrado en esa camilla, había caído en un coma luego de haber sufrido un desastroso accidente de auto en una noche lluviosa.
La esperanza que despertara de ese coma era muy baja. Al principio, los doctores habían dicho que no duraría más de cuatro meses, pero, un año y seis meses después, jeongguk seguía sin dar señales de despertar.
El pequeño omega trataba de calmar sus sollozos, ahora, acurrucado suavemente en el pecho de su amado, acariciando sus pectorales con la mayor delicadeza del mundo.
El respirar de su alfa era lo único que aún le daba esperanza, sentir como su pecho subía y bajaba bajo su mejilla le daba un sentimiento de falsa seguridad.
También, que el vínculo entre ellos que se mantenía, simplemente como una corriente eléctrica entre ambos que le decían a jimin que su esposo seguía vivo, aunque ningún pensamiento o emoción podía ser transmitido por este.
— Nuestros hijos han crecido tanto, mi ggukie. Nuestro soobin ya ha comenzado la primaria, y la pequeña yuna comienza clases el otro mes. Todos en casa te extrañamos muchísimo amor, miri sigue esperando por ti todos los días frente a la puerta. —Jimin relató acerca de sus bellos hijos, con su voz frágil y ronca de tanto llorar, al fin un poco de calma llegaba su ser al estar cerca de su alfa y al poder sentir su calmante olor a café.
Su hijo mayor tenía siete años, un bello niño de cabello azabache y hoyuelos simpáticos, y una nena de tres, con ojos tan grandes e hipnotizantes como los de su papá jeongguk.
Los niños eran dos bolitas desastrosas de amor y ternura, quienes iluminaban los oscuros días de jimin. Ambos nenes extrañaban a su padre alfa tanto como su padre omega, ninguno lograba comprender del todo porque su papi dormía tanto, pero ellos tampoco perdían la esperanza de que despertara.
— Yo también te extraño mucho mi conejito, extraño tus sonrisas, tus voz, tus caricias, tus besos. Me haces demasiada falta — Su voz volvió a quebrarse, nuevas lágrimas salieron de sus ojitos, mojando la bata de hospital de su esposo.
Su llanto fluyó con menos intensidad esta vez, solo el escuchando los latidos pausados retumbar en el pecho de jeongguk.
Luego de un rato sollozando, se levantó del pecho de su esposo, observando su rostro y acariciando su cabello de nuevo. Sus llorosos e hinchados ojitos se pasearon por el delgado rostro del alfa, bajando su manita hasta su mejilla y acariciando ahí.
Plantó un cariñoso beso en su frente y luego en su prominente nariz, frotando la suya pequeñita contra ésta.
—T-te amo mi ggukie, nunca dejaré de hacerlo. H-hoy he venido inesperadamente porque... n-no no se si te volveré a ver —Los bruscos sollozos volvieron a atacar su cuerpo al decir esas palabras —Tus padres q-quieren... e-ellos quieren desconectarte —Dijo lo último en un doloroso susurro — Quieren que descanses en paz por fin, pues nadie sabe si despertarás de este horrible accidente.
— Yo no puedo tomar la decisión absoluta mi amor, e-ellos también son parte de tu familia y... a-además... además ellos tienen razón. —Sus sollozos comenzaban a hacerse demasiado dolorosos y constantes, dificultándole la tarea de hablar.
— Yo soy quien quiere mantenerte a mi lado, aún si no tengo por seguro que despertarás. Nunca pierdo las esperanzas, pero tu sufres estando aquí y yo... e-estoy siendo tan egoísta, por no querer dejarte ir.
— M-me rehuso a pensar que... que te irás de mi lado, me rehuso a pensar que ya no hay esperanza de que despiertes... pero, ya no se que pensar.
—S-soy un egoísta por lo que estoy a punto de pedir... p-pero... p-porfavor, no nos dejes solos. Tus angelitos te extrañan mucho, yo te extraño mucho, te necesitamos en nuestras vidas. Moriré si no puedo volver a estar a tu lado. S-solo le pido a la diosa luna que nos de otra oportunidad como familia. —El pequeño omega terminó, completamente destrozado.
Tomó la mano de su esposo nuevamente, solo dejando que las lágrimas se derramaran por sus mejillas y cayeran encima de las mantas de la camilla.
Pasaron así varios minutos, solo el sollozando y el monitor aún funcionando.
Entre su llanto desgarrador, pudo escuchar un leve movimiento por parte de su alfa, y seguido de eso, un suave apretón en su pequeña mano.
Paró su llanto abruptamente, levantando la mirada sorprendido y encontrándose con lo que había estado esperando durante el último año.
Los grandes y desorientados ojos de su esposo estaban abiertos, su cabeza se movía observando todo a su alrededor, sin saber lo que pasaba.
Sus manos seguían juntas, jeongguk lo notó y de inmediato, hizo contacto visual con jimin.
—M-m m-inn-ie —El azabache balbuceó suavemente, sorprendido de ver a su esposo en esa habitación.
Jimin salió de su shock al oír ese llamado, su llanto se hizo fuerte de nuevo, pero esta vez de pura felicidad.
Una sonrisa se apoderó de su rostro y sus manos se apretaron en su pecho, eufórico.
Sabiendo que los médicos necesitaban atender a su esposo, apretó el botón al lado de la camila para llamarlos.
Entregó un beso en la frente de su alfa antes que los médicos llenaran la habitación.
Los hombres y mujeres en batas se sorprendieron al ver al alfa con los ojos abiertos, jimin los veía con lágrimas en las mejillas.
Los médicos actuaron de manera rápida el ver que su paciente había despertado.
Una enfermera sacó a jimin de la habitación con tacto, el omega seguía sollozando mientras obedecía las indicaciones de la beta.
Salió de la habitación, esperando que cuando le dejaran volver entrar, tuvieran buenas noticias.
Después de todo, su alfa había despertado.
☆☆☆
—Familiares del señor Jeon
Jimin se levantó de su asiento de inmediato, ansioso por respuestas.
Había tenido que esperar más o menos una hora para que la doctora saliera a darle noticias, y no podía estar más desesperado por recibir respuestas.
El, mientras tanto, llamó a los padres de jeongguk y a sus amigos más cercanos, dándoles las buenas nuevas con lágrimas de emoción y desesperación de por medio.
—Doctora Kang, dígame que mi esposo está bien —Jimin se acercó a la alfa con ojitos suplicantes y preocupados.
—Su esposo está respondiendo de maravilla señor Park, lo único que ha estado diciendo en esta última hora es "jimin" y "mis bebés". —La doctora dijo enternecida, quitándole un peso de encima a jimin —Sin embargo, el señor Jeon tendrá algunas complicaciones severas —La alfa continuó apenada —El no puede hablar correctamente, ni mover sus piernas en su totalidad. Es algo completamente normal, pues su cuerpo ha estado en estado vegetativo por tanto tiempo, que algunas funciones básicas están dormidas.
El omega escuchaba todo con algo de miedo, su preocupación volvió al enterarse de eso.
—P-pero, el se puede recuperar, ¿no es así? —Preguntó decaído.
—Si, si podrá hacerlo, pero tomará bastante tiempo. No pierda las esperanzas señor Jeon, su esposo se recuperará correctamente si asiste a las terapias correspondientes. Ahora, entre a ver a su alfa, el está muy ansioso por verlo. —La doctora kang alentó, posando su mano en el hombro del omega en un gesto reconfortante.
— Muchas gracias doctora— El rubio agradeció efusivo, caminando a paso rápido hacia la habitación de su jeonggukie.
Abrió la puerta de la habitación rápidamente, entrando a esta y dirigiéndose con emoción a su alfa.
Con lágrimas en los ojos, se abalanzó a los brazos protectores de su esposo, llorando en su cuello y sintiéndolo a el sollozar suavemente.
—Mi jeonggukie, mi alfa, no sabes cuanto he deseado envolverte en mis brazos de nuevo —Jimin sollozó, separándose del abrazo y tomando el rostro de su amado entre sus manitas.
Se sonrieron al instante en el que hicieron contacto visual, juntando sus labios en un beso suave y lleno de sentimiento.
Se separaron con un suave chasquido unos segundos después, juntando sus frentes y ludiendo sus narices juntas, felices como nunca antes lo habían estado.
—Ji-ji min —El menor trató de pronunciar de manera fluida, queriendo expresar sus pensamientos de forma correcta y frustrándose al no poder hacerlo.
—Tranquilo mi amor, no te apresures, todo a su tiempo. Se que aún estás confundido, y eso está bien. Saldremos de esta juntos, te lo prometo —El omega sonrió reconfortante, acariciando el rostro de su alfa con sus pulgares.
—Y-yo... s-si — El azabache sonrió de acuerdo, calmándose bajo las caricias suaves de su omega.
El pequeño rubio puso al día de las cosas al más joven, parloteando sin parar, calmando sus corazones que latían al mismo ritmo.
Sabían que todo mejoraría, estaban juntos en esto.
☆☆☆
— ¡Papi ggukie! Ya vine~ — Una pequeña niña castaña entró correteando a su casa, tirándose a los brazos de su padre alfa cuando lo tuvo enfrente.
—Hola cariño, ¿como te fue en el colegio? —Jeongguk contestó enternecido, apretando a su hija entre sus protectores brazos y llenándole su cabecita de besos.
—¡Papi! —Un niño alto de hoyuelos entró también por la puerta, seguido de un omega rubio con olor a galletas de mantequilla.
El niño corrió hacia su padre y se unió al abrazo con su hermana, siendo alzado por el alfa también.
Jimin se mantenía algo alejado, apoyando contra el mueble de la sala mientras observaba enternecido a su alfa con sus bellos hijos abrazados, hablando de mil cosas y riendo adorablemente.
El corazón de jimin se estrujó en su pecho en una sensación cálida y acogedora, amando la imagen de su esposo mimando a sus hijos y viceversa.
Había pasado un año y seis meses desde que su esposo despertó de aquel trágico coma, desde entonces, ha estado luchando para recuperarse completamente.
Las cosas no habían sido fáciles, pero con mucha dedicación, amor y palabras de apoyo, lograron salir adelante.
Ahora, jeongguk había vuelto a caminar y hablar de manera correcta, y poco a poco, recuperaba su masa muscular.
Algunas complicaciones aún persistían, como dolores de espalda constantes y tartamudeo ocasional, todas cosas que tenían solución con el tiempo.
Nada podía ir mejor, la familia Jeon estaba unida nuevamente y más felices que nunca.
—Mis amores, ayúdenme a hacer la comida ¿si? —Jimin dijo, acercándose al abrazo y tratando de acaparar los tres cuerpos con sus brazos.
Todos estuvieron de acuerdo, poniendo manos a la obra en hacer el almuerzo.
Varias horas después, la luna se encontraba en su punto más alto, los niños dormían luego de que la pareja les cantara canciones para dormir y les llenaran las caritas de besos.
Jimin y jeongguk terminaban de hacer el amor, totalmente exhaustos y sudados, dándose besitos y cariñitos.
—Ggukie —El omega llamó suavemente luego de un rato, acurrucado en el pecho de su amado.
—¿Si amor? —El azabache respondió, acariciando su cabello rubio y sedoso.
—Tengo algo que decirte ggukie —Jimin añadió algo nervioso, sentándose en la cama y observando a jeongguk desde su posición.
El menor se incorporó por igual, analizando curioso a su esposo.
El omega bajó la mirada, sintiéndose cohibido ante el escrutinio de jeongguk.
—Ggukie... yo quiero decirte que... —Con algo de nervios tomó la mano del contrario entre las suyas pequeñitas, posicionando esta en su vientre plano — Seremos padres por tercera vez —Soltó con una sonrisa perenne en el rostro, comenzando a llorar al ver la sorpresa pintada en el rostro del amor de su vida.
El menor tiró de jimin para envolverlo en sus brazos, comenzando a llorar junto con el de inmediato.
—Oh mi amor, no sabes lo feliz que me hace escuchar eso — Jeongguk confesó, tomando entre sus grandes manos el bello rostro de su amado, dándole besitos cada tanto.
—Lo se mi ggukie, estoy demasiado feliz también. No sabes cuanto te amo y cuanto agradezco que estés aquí a mi lado —El rubio sollozó de felicidad, volviendo a abrazar a su querido alfa.
Luego de haber llorado por varios minutos, la pareja volvió a acurrucarse entre las sábanas.
Se la pasaron el resto de la noche de esa manera, hasta que el sueño los venció y ambos se quedaron profundamente dormidos.
Nada podía ir mejor para la familia Jeon.
☆☆☆
Hola! Estoy aquí con un nuevo o.s uwu. Espero que les guste mucho mucho, realmente no quedé 100% satisfecha con la última parte, pero tuve que volver a hacerla ya que no guardé lo que había hecho anteriormente >:v. Perdón por eso jiji. Como sea, espero que esta pequeña historia sea de su agrado, muchas gracias por leer uwu ❤❤❤✨
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro