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Eloise se encontraba comiendo en el Gran Comedor, mientras Luke se limitaba a mirarla con indiferencia.

¿Acaso quería eso? ¿Realmente sería tan inmaduro para solo terminar una amistad de tanto tiempo?

Sinceramente, Eloise apenas se daba tiempo de pensar en eso, pues pasaba mucho tiempo con Draco en sus tutorías, arreglando el armario o mintiéndole a Hermione sobre cualquier cosa que preguntara de Draco.

Eloise metió un bocado de comida a su boca, buscando con la mirada al rubio, quien apenas se aparecía en los últimos días.

Después de aquel encuentro en su habitación, Eloise había estado intentando arreglar el armario, pero Draco simplemente se lo impedía, al verla llegar lo primero que hacía era besarla, murmurar dulces palabras en su oído o no paraba de acariciar su cuerpo entero.

Ella se sentía tan fastidiada como él con respecto al armario.

Pero, algo nuevo estaba sucediendo esta vez.

Cada vez que Eloise era tocada por Draco, su estómago simplemente comenzaba a hormiguear, sus mejillas se sonrojaban cada que Draco le tiraba una de esas sonrisas coquetas, se sentía nerviosa y menos valiente conforme pasaban los días.

No sabía si la figura de Draco se había hecho más imponente o...

Ella vio a Harry levantarse de golpe de su asiento y caminó hasta donde se encontraba Eloise, se sentó frente a ella y la miró de una forma tan molesta.

—Eloise... — dijo él simplemente.

—Dime...

Eloise pudo notar detrás del hombro de Harry, Hermione los estaba viendo de forma amenazante. Harry lo notó y le devolvió la mirada a la chica de oro.

—¿Problemas con mi hermana?

Harry no respondió, miró a su costado y luego de regreso a Eloise.

—¿Sabes por qué tenemos problemas? — inquirió Harry, a lo que Eloise negó lentamente con la cabeza. —Por ti.

Eloise lo miró sin entender, ni siquiera sabía lo que debía responder. —¿Qué...

—Sé que Snape te ha encomendado una misión, Eloise.

Ella negó con la cabeza una vez más y se burló en su cara. —¿De qué rayos hablas?

Harry empujó el plato vacío frente a él con fuerza. —¿Crees que soy solo un chico estúpido?

—Eres un chico, el cual esta asustado como todos aquí.

—Sé que has estado ayudando a Draco en algún sitio de este castillo.

—No.

—Si —. Harry elevó su tono —. Si, joder. Si lo haces.

Eloise comenzó a sentir nervios, mientras sus piernas temblaban en la impaciencia de querer ser salvada de Harry. —Ni siquiera sabes que hago... nunca hablamos, soy la hermana de Granger... la sangre sucia de Slytherin, Harry Potter. — su tono nervioso se había convertido en aquel tono de desagrado, lleno de molestia. Como si las palabras quemaran al ser pronunciadas.

Harry la miró, estaba molesto, cualquiera lo sabría si mirara fijamente en sus ojos, porque las personas eran fáciles de leer la mayor parte del tiempo, en especial si eran así de expresivas.

—Escuché a Parkinson hablar de ti... — comenzó a susurrar el chico lleno de amargura —sé que estuviste con Pansy y Draco en la habitación de él.

Eloise no respondió.

—Sé que pasas demasiado tiempo con él —. sus ojos disparaban dagas —, sé que Snape te ha metido en una trampa y puedo ayudarte... ayudarlas a ambas.

—Es que ni siquiera lo entiendes. — Eloise cuidó su tono al ver lo fácil que era sacar a Harry de sus casillas.

—Lo hago.

—No —. ella escupió —. Si lo hicieras no estarías discutiendo con mi hermana.

—¿Quieres saber por qué he peleado con Hermione? — Harry preguntó con amargura entre palabras —Porque ella está de acuerdo con que seas la prostituta de Draco Malfoy.

Eloise empujó las palmas sobre la mesa, captando consigo la atención de algunos estudiantes.

—¡Cállate! ¡Cállate, Harry! — Eloise había perdido el poco control que había habitado en su cuerpo.

—Siéntate y escucha. — ordenó el chico apretando los dientes.

Ron había ido corriendo hacía su mejor amigo, colocando su mano en el hombro de Harry, intentando calmarlo un poco.

—No.

—Harry... amigo. — Ron había intervenido en un intento de enfriar la situación.

—Si no crees ni una palabra de lo que digo, te veo en las tres escobas esta tarde. — y tan solo con eso, Harry se puso de pie y fue de regreso con los dos chicos de oro.

-

Eloise se encontraba sentada en el sillón de la sala común de Slytherin, ella realmente no solía pasar mucho tiempo en ese lugar; las llamas del fuego la calentaban, mientras la preocupación vagaba en su cabeza sin dejarla descansar.

¿Debería ir con Harry? ¿Acaso Harry la podría ayudar?

Los sentimientos comenzaban a florecer en ambos.

Eloise escuchó los pasos detrás de ella, lo que la hizo mirar, para encontrar la cara preocupada de su melliza.

—Mione... — ella exhaló.

Hermione limpió aquella lágrima que resbaló por su mejilla. —Eloise, nosotras- no vayas con Harry.

—¿Qué se supone que haga entonces?

—Yo- — Hermione se atragantó con su llanto —Yo puedo resolver esto.

—Claro que no —. Eloise escupió con un toque de veneno en su voz —. No puedes.

—Harry escuchó a Lupin hablar... quiero decir- — Hermione se ahogó una vez más —, él solo entró y comenzó a gritar como loco, no estoy segura sobre qué escuchó.

Eloise la miró unos segundos, sin tener la más mínima idea de que hacer.

—¿En qué afecta que Harry sepa de todo esto?

—Solo creo que haría las cosas más lentas, se entrometería en tus asuntos.

Eloise caminó segura de sí misma, tomó a Hermione por el brazo y se dirigió hasta la puerta de la sala común. —Entonces mantenlo lejos, Mione —. respondió Eloise, manteniendo un tono bajo —. Explícale como soy la maldita prostituta de la Orden.

Hermione negó con la cabeza, apenas podía contener su llanto. —Tú no eres eso, Eloise.

—Solo dile, cuéntale que soy de ayuda... que les he dado suficiente información y que- muy pronto esto se va a terminar.

—¿Cómo lo sabes exactamente? — Hermione preguntó a su hermana, la estaba llenando de dudas.

—Yo esta noche... voy a terminar de arreglar ese armario, voy a hacer lo que esté a mi alcance para obtener información, Mione.

—Sabes que no debes... tú- si no quieres hacer eso... — comenzó a tartamudear.

Eloise negó con la cabeza. —Creo que no pensabas eso el día que envenenaste a Draco de afrodisiacos hechos por Ginny.

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