Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

0 2 2

La primer semana de prácticas con pociones había comenzado.

Eloise no había revisado el mapa del merodeador después de haberle gritado como si aquel fuera una persona que era capaz de escucharla. Sin embargo, este no lo hacía.

Ella sentía un fuerte cansancio en todo su cuerpo, intentaba llorar, pero las lágrimas simplemente no solían de sus ojos, su corazón dolía, pero era incapaz de expresar la forma en que este lo hacía.

Apenas habían cruzado una sola palabra mientras Draco la observaba revolver la poción del caldero. Su cabeza estaba descansando perezosamente en su palma, obligándose a prestar atención a lo que sea que estuviera haciendo.

Draco le dijo que comenzarían con algo sencillo, una poción simple.

Sus mangas estaban arremangadas hasta sus codos, los primeros botones de su camisa estaban abiertos, revelando el liso pecho pálido de Malfoy, su respiración estaba tranquila, mientras pasaba las finas laminas de papel del dichoso libro que siempre tenía en mano cada vez que se veían en las tutorías.

—Deja de mirarme o la poción va a explotar. — dijo Draco perezosamente, para darle vuelta a la página lentamente.

Eloise volteó su cara y miró hacía el caldero, intentando adivinar si ya estaba lista. —¿Cuándo debo parar? — murmuró con aburrimiento.

Draco no levantó sus ojos del libro para hablar. —Cuando este gris.

Eloise volvió a asomar su nariz al caldero. —Es gris.

Draco resopló y dejó el libro detrás de él, en el escritorio. Se puso de pie y comenzó a revisar aquella poción en el caldero. —Bueno, ahora viértela en el vial. 

Eloise lo miró aburrida y asintió lentamente, pero cuando se puso de pie, lista para tomar el vial, la mano fría de Draco atrapó su muñeca, haciendo que ella girará. —¿Qué te ocurre?

Cuando la tuvo tan cerca pudo apreciar con cuidado los dos círculos bajó sus ojos, señal de que no había estado durmiendo bien, su piel había tomado un color enfermo y sus labios estaban secos.

Ella negó con la cabeza. —Nada.

Draco enarcó una ceja sin creerle nada. —Entonces, ¿no te molestaría que te incline en el escritorio y te folle? 

Eloise frunció el ceño demostrando su molestia. —Es en lo único que piensas. — le escupió molesta, para sacar su mano del agarre del rubio y caminar al estante donde habían pequeños viales.

Ella los miró unos segundos, intentando alcanzar alguno, hasta que sintió el cuerpo duro de Draco en su espalda, lo que la hizo soltar un grito ahogado. Pronto sintió los suaves dedos retirar el cabello que caía sobre su hombro derecho, el aliento de Draco sobre su mejilla la hizo cerrar los ojos.

—Te lo voy a preguntar de una buena manera, Granger —. susurró sobre la piel de su mejilla —. ¿Qué tienes?

Eloise volvió a negar con la cabeza y su respuesta fue la misma. —Nada.

Entonces ella soltó un grito cuando los dedos de Draco se enredaron en su cabello y tiraron de ahí mismo, haciendo que su cabeza se inclinara hacía atrás, ahora lo podía ver más claramente.

—Deja de hacerte la tonta y habla. — susurró Draco.

Ella negó con la cabeza, negándose a hablar.

Draco estaba sintiendo el terrible impulso de estampar sus labios contra los de ella, al tenerla tan cerca la sensación iba creciendo.

Pero no lo hizo, cuando pudo notar el dolor que sus ojos estaban emanando.

—Ya déjame, Malfoy. — murmuró Eloise con cansancio.

Draco la soltó entonces, dejando que ella tomara el vial y regresara al caldero con la poción.

Eloise comenzó a verter el líquido dentro del vial. —Mañana mientras se este haciendo otra poción, revisamos esta y veremos que tal te fue. — dijo Draco, caminando de regreso a su libro.

Eloise asintió.

Aquella extraña y nueva sensación se estaba apoderando lentamente del cuerpo de Draco, porque al verla de esa forma, tan inocente, frágil y vulnerable, él deseó poder tomarla en sus brazos y follarla hasta el olvido, tomar cada gramo de su inocencia y destruirla por completo, para que después pudiese consentir de ella como si fuera el objeto más preciado en su vida.

—Entonces nos vemos mañana. — dijo ella en voz baja, colocando el bolso sobre su hombro.

—Granger.

Ella se dio media vuelta, su mirada aburrida sobre él. —No te vas hasta que hables.

—¿Qué-

Draco sacó la varita de su bolsillo y lanzó un hechizo a la puerta. Eloise corrió hasta la misma y trató de abrirla, pero parecía como si algo afuera estuviera ejerciendo algún tipo de fuerza para que ella no pudiera abrir.

Colocó ambos dedos en el puente de su nariz y cerró los ojos, intentando no asfixiar a Malfoy en aquel momento. —Déjame salir. — señaló la puerta.

Malfoy negó con la cabeza. —No, primero quiero saber lo que te pasa. — admitió, cruzándose de brazos.

—Solo dime que hechizo has usado y me voy.

—Maldita sangre sucia, ven aquí en este momento y habla. — la voz de Draco demandante la hizo dar un brinquito, sus ojos se habían abierto tanto por el susto que le había dado el rubio.

Ella lo miró unos segundos, esperado que él se rindiera, pero no lo hizo, en lugar de eso caminó hasta ella, pasos rápidos y largos, hasta que su cuerpo estuvo a solo unos centímetros del cuerpo de ella.

—Ya deja que me vaya. — volvió a insistir ella.

—Habla, Granger... — susurró, sus cuerpo se había inclinado a ella, disminuyendo el espacio entre ellos —es tu última oportunidad.

—Estas muy interesado en mi, Malfoy. — canturreó ella, cruzando los brazos en su pecho.

Draco asintió. —Si.

Ella no pensaba hablar. —No te voy a contar mis problemas. 

—No dije que tuvieras opción. 

Eloise dio un corto paso hacía él, haciendo que sus cuerpos chocaran. —Entonces confórmate con mi silencio.

Sus rostros ahora estaban demasiado cerca, sus respiraciones se mezclaban en el pequeño espacio entre sus labios. Y Draco no podía dejar de bajar sus ojos grises a los rosados y regordetes labios de Eloise.

—Granger... — susurró sobre los labios de ella.

—¿Qué? — murmuró como respuesta.

—Te voy a besar. — avisó, colocando su mano lentamente en el cuello de Eloise, acercando un poco más sus rostros.

Eloise asintió. —De acuerdo. — murmuró.

Y con aquel murmullo, Draco estampó sus labios contra los de ella, su mano libre había volado a la de ella y la hizo colocar su mano en su cuello; atrajo su cuerpo, moviendo rápidamente su mano hasta la espalda baja de Eloise, presionando ambos cuerpos.

La quería cerca, quería todo de ella en ese momento. La quería. La quería cerca.

Sus labios danzando al ritmo de la música sorda, sus lenguas en una constante lucha por el dominio del beso, una lucha que Malfoy terminó ganando, pasando su lengua por el paladar de Eloise, ganando un gemido de ella.

Ella podía sentir el fresco aliento, el fresco sabor de Draco en su boca y sentía que se estaba volviendo loca, porque cuando el aroma mentolado la golpeó juró que sus rodillas cederían en cualquier momento si Draco la soltaba.

La mano de Draco se fue hasta la barbilla de Eloise, haciendo que ella abriera un poco más la boca y, volvió a sumergir su lengua dentro de su cavidad bucal.

La terrible necesidad de Draco. La terrible necesidad de tenerla lo estaba consumiendo por completo, quería empujarla y gritarle hasta que llorara, pero su cuerpo lo traicionaba, la empujaba más fuerte contra él, como si no estuvieran ya lo suficientemente cerca, porque en el fondo Draco deseaba que esto estuviese ocurriendo. Quería que este momento fuera infinito.

Pero eso no podía ser.

Malfoy terminó el beso. La vio apretar sus propios labios, como si aún sintiera los labios de Draco sobre los suyos, porque él podía sentir los suaves labios de ella sobre los de él.

—Habla, por favor. — susurró Draco, sin dejar de empujar su cuerpo contra el de ella.

Eloise negó con la cabeza. —No puedo...

El rubio la miró a los ojos. 

Ella estaba diciendo la verdad. No podía decirle nada, absolutamente nada. No es que tuviera miedo a sentir vulnerabilidad con Draco, le gustaba sentirse vulnerable con él, pero realmente no podía decir nada.

—Y si yo te cuento un secreto... — murmuró él, sin saber si estaba diciendo lo correcto —¿Me dirás el tuyo?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro