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Y el fin de semana había llegado, esa mañana Hermione había tocado la puerta de la habitación de Eloise, diciendo que la esperaría en las tres escobas, pues necesitaban discutir varios temas importantes.
Eloise no alcanzó a formular una respuesta, pues cuando ella comenzó a asentir Hermione dio media vuelta y salió rápidamente, por una parte lo entendía, pues Hermione era Gryffindor e impura, la cosa que más odiaban los Slytherin.
Así que Eloise se encontraba peinando su cabello en una coleta alta un poco despeinada, para luego poner sobre sus hombros un suéter delgado, pues siempre había viento en Hogsmeade.
Al salir de su habitación y bajar por las escaleras, esperando llegar a su sala común, se encontró con el risueño Luke, quien jugaba con Tracey... cosas de enamorados supuso.
Al estar lo suficiente cerca de ambos, los dos jóvenes la miraron con una sonrisa y el grupo de tres hizo camino hasta Hogsmeade, pasando primero por las tres escobas, para que Eloise pudiera encontrarse con su hermana, así Luke y Tracey seguro pasarían la tarde caminando por las tiendas. Hablando de todo y de nada a la vez.
Al entrar en aquel lugar de bebidas, Eloise notó la voluminosa cabellera castaña muy parecida a la suya, la cual parecía estar metida en un libro.
—Supongo que los veré en el castillo. — suspiró Eloise, dándole una última mirada a Luke y Tracey.
—Genial. Suerte, Elle. — dijo Luke, para después despedirse de su mejor amiga.
Tracey le hizo una señal de despedida a Eloise con su mano y ambos chicos salieron de las tres escobas.
Eloise giró sobre su propio eje y miró a Hermione. Los nervios la estaban matando, pues hace tanto tiempo no tenía una conversación con Hermione sin que esta terminara en gritos y maldiciones de una a la otra.
La castaña caminó hasta donde se encontraba su hermana sumergida en libros y cuando estuvo junto a la mesa, Hermione sintió su presencia. —¿Puedo sentarme? — preguntó Eloise, señalando la silla frente a Hermione, la cual parecía vacía.
Hermione asintió y dejó el libro frente a ella.
Entonces, una camarera se acercó. —¿Les ofrezco algo de beber?
—Dos cervezas de mantequilla, por favor —. habló Hermione —. Una con jengibre y la otra con poca espuma.
—Las traeré enseguida.
Cuando la camarera se retiró, Hermione miró a los ojos a su hermana, tomó un poco de aire y comenzó a hablar. —¿Cómo... — ella vaciló — cómo te ha ido con... eso?
Eloise quitó sus ojos de los de su hermana, los cuales la miraban intensamente. —No sé.
Hermione frunció sus labios, como si no estuviera segura de lo que iba a decir. —Pude notar que la última vez Malfoy te estaba molestando, él ya no hacía eso. — dijo en voz baja.
Eloise asintió, sin querer recordar aquel encuentro en el gran comedor, tampoco quería recordar la forma en que Draco la había follado sobre el escritorio, solo para demostrar que no había estado con otra chica ese mismo día.
—Luke y yo nos estábamos burlando de él, nos escuchó y...
Hermione interrumpió a Eloise. —¿Le has contado a Luke? — su voz se escuchaba llena de terror.
Eloise negó con la cabeza enseguida. —Me preguntaba sobre las asesorías, ¿sabías que Snape tuvo esa idea estúpida?... pociones — resopló ella con molestia —. ¿Por qué no mejor me enseña defensa?
Hermione miró a su lado izquierdo, observó unas cuantas personas y se mostró nerviosa. —Yo sugerí esa idea, en realidad. — murmuró.
Eloise la miró como si Hermione hubiera descubierto la forma de matar a Voldemort. —¡¿Qué?! — gritó y las personas la miraron unos segundos, luego volvieron a lo suyo.
Hermione abrió mucho los ojos, amenazando para que guardara silencio. —Quieres-
—Sus bebidas, señoritas. — interrumpió la camarera.
Hermione la recibió con una sonrisa y esperó a que la mujer se marchara. —¿Quieres guardar silencio?
Eloise frunció el ceño. —Soy la mejor en pociones, Hermione.
Ella asintió estando de acuerdo. —Así podrías perder el tiempo intentando hablar con él y ganar su confianza.
—Estoy segura que para ganarla tengo que hacer algo más que hablar. — frunció sus labios y bebió de su cerveza.
Hermione la miró preocupada. —¿Lo intentaste?
Eloise no respondió, pero el silencio lo dijo todo.
—De igual forma... — comenzó a decir —si solo tienes relaciones sexuales con Draco o solo se dedican a besarse, él terminará viendo solo tu cuerpo, no tu confianza.
Eloise no comprendía lo que Hermione quería decir. —Ve al grano, Mione.
Una sonrisa traviesa de cruzó por sus labios y metió la mano en su mochila. —Estuve caminando por la biblioteca y... encontré libros en la sección prohibida.
Hermione sacó de su mochila un libro un tanto grueso, la tapadera color vino, Eloise pensó que ese tono quedaría precioso en un vestido de noche. En la tapadera el título de un color dorado, con letras manuscritas 'el poder de la seducción'.
Eloise miró extrañada a su hermana, mientras deslizaba el libro por la mesa. —¿Para qué es esto?
—Creí que quizás necesitarías resaltar tus atractivos —. se encogió de hombros —. Para nadie es nuevo que Malfoy tenga algún tipo de fijación en ti, así que sácale el mayor provecho.
Eloise observó el libro y lo tomó en sus manos, para luego meterlo a su bolso.
—No tiene ninguna fijación en mi.
—La tiene —. aseguró Hermione —. Estuve observando durante las últimas cenas y desayunos... Draco tiene algo por mirar en tu dirección constantemente y de repente.
Eloise frunció el ceño y negó con la cabeza. —Lo dudo mucho.
—No lo hagas —. Hermione negó con la cabeza —. Eloise, Malfoy va a caer si o si, porque te vas a convertir en su maldita debilidad. Vas a exprimir cada gota de información que tenga y vas a salvar al jodido mundo mágico.
Eloise quitó la vista de su hermana y dudó de ella misma. —Lo voy a usar... — susurró.
Hermione miró la ventana junto a ella y la regresó a su hermana. —Si a Draco Malfoy le hubieran dado la misma tarea que a ti... estoy segura de que él ni siquiera te estaría seduciendo, él te habría torturado hasta que hablaras. — Hermione le aseguró con tanta seguridad, tanta que daba miedo.
—Yo... voy a darles esa información, pero necesito tiempo. — suspiró.
Hermione asintió. —Draco parece intimidante, pero sé que tiene un punto débil... todos lo tenemos y ese punto débil vas a ser tú. — señaló a su hermana.
Eloise asintió.
—Solo... no hagas nada de lo que no estés segura. — le pidió Hermione, estirando sus manos sobre la mesa, esperando que Eloise las tomara.
Y así fue, Eloise estiró sus manos y las tomó. —Por mi familia haría lo que fuera... mi lealtad esta con ustedes.
—Y la de Malfoy con la suya... — murmuró Hermione temerosa —así que ten cuidado, Eloise.
La castaña asintió en respuesta.
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Ambas pasaron el resto del día en las escobas, intentando de hablar de cualquier cosa que no tuviera que ver con Draco Malfoy o la Orden del Fénix.
Se sentía como si volvieran a ser un par de niñas de trece años, viajando a Hogsmeade juntas y sorprendiéndose por cualquier cosa mágica que vieran.
Oh, como extrañaba aquello Eloise.
Los viejos tiempos.
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