Los nervios para todos los novatos era latente. Algunos dudaban de lo que podría ocurrir en la guarida de aquellos villanos, pero la idea de poder salvar a una inocente podía sostenerles para ir con valor a la escena.

—Estaré cerca de ustedes todo este tiempo —advirtió Aizawa apareciendo detrás de la joven—. Ya sabes a que me refiero.

—Sí… No tiene por qué preocuparse —afirmó en respuesta.

Luego de unas cortas explicaciones y una autorización para poder proceder a con la operación, cada uno de los presentes se pusieron en marcha.

Un oficial fue, extrañamente a tocar el timbre. Sin embargo, como respuesta un villano atropelló el portón, mandando a volar  a varios agentes que se encontraban cerca. Los héroes rápidamente ayudaron para que no salieran heridos.

Uno de los oficiales se había dirigido hacia ella, impactándola. Pero con fuerza se mantuvo equilibrada y con sus pies de freno pudo sostener al hombre y ponerlo en el suelo para que se sostenga.

—¿Se encuentra bien? —preguntó rápidamente mirando hacia los contrarios.

—S-Sí…

La orden de ingresar al campo enemigo no tardó en hacerse llegar. Y tanto algunos héroes pro como los novatos implicados en la misión, se adentraron al lugar.

—¡Ya casi llegamos! ¡Apúrense!

Corrieron a una entrada secreta, que era guiada por unas escaleras. Pero, al bajar completamente pudieron ver que era un camino sin salida. Mirio, utilizando su quirk pudo descubrir que luego de la pared el camino seguía, por lo que Midoriya y Kirishima se apresuraron a romper el concreto.

Poco después de hacerlo, las paredes y el piso comenzaron a distorsionarse. Llegando a la conclusión de que uno de los villanos estaba manipulándolo con ayuda de su particularidad.

—Si el puede alterar el camino como quiera, entonces no podremos alcanzar nuestro objetivo —habló Tamaki con nerviosismo—. Y esta vez, el resto de ellos pueden preparase de cualquier forma para escapar. Necesitamos responder rápido… Pero no hay forma…Ya es muy tarde —siguió comenzando a entrar en pánico—… ¡¡Muy tarde para rescatar a la niña, y muy tarde para nosotros!!

—¡Tamaki! ¡Eso no saldrá así, que no se te olvide! —exclamó Mirio haciendo entrar en razón a su compañero— ¡eres Suneater!

Miró sorprendida a su senpai cuando éste se adelantó a todos y fue atravesando las paredes. Aunque la sorpresa fue más grande cuando el piso se abrió, dejando caer a los héroes a una sala.

Tres villanos se encontraban esperándolos en aquel lugar y Tamaki fue quien se ofreció para pelear con ellos.

A pesar de que al principio la mayoría se negó, todos decidieron confiar en él y avanzar. Siguieron el camino con prisa, el tiempo era valioso para todos, aunque los villanos no se quedaría sin hacer nada.

Nuevamente el grupo fue separado. Todos fueron repartidos en distintas habitaciones.

—Ay… —murmuró la joven acariciando su cabeza por causa del golpe que recibió— ¿eh?

Miró el suelo y apretó sus puños sintiendo la textura del mismo. Su respiración comenzó a tornarse pesada y su corazón aceleró su ritmo de forma inevitable.

—Cálmate… Es solo… Arena… —murmuró para si misma levantándose del suelo—. Recuerda las prácticas con ese bastardo…

Al parecer, el haberse enfrentado a sus miedos en sus entrenamientos, le había ayudado a controlarse muy a pesar de todos aquellos sentimientos que la molestaban.

Su espalda se enderezó al oir pisadas que resonaron en un eco entre el silencio. Giró su cabeza con rapidez para enfrentar a su adversario pero de inmediato quedó paralizada.

—Hey, hey —dijo con su voz relajada y altanera—. No me dijeron que tendría la agradable visita de una conocida.

—… Yakusoku Ryuu…

—¿Eh? Parece ser que soy famoso ahora —dijo sonriendo de lado.

Su corazón latía con descontrol y una ola desconocida, o más bien, olvidada surgió en ella. Sus ojos comenzaron a picar por la rabia. Estaba ahí, frente a ella, sonriendo como si nada. Como si su ser fuera libre de total culpa o algún tipo de arrepentimiento.

Quiso decir algo pero las palabras no salían de su boca, se quedaron atoradas en su garganta, y sus piernas como manos que no paraban de temblar no ayudaban.

Había imaginado tanto este momento pero su cuerpo le estaba fallando en ese instante.

De repente, el hombre de metro ochenta y ocho sonrió ampliamente de forma poco cuerda. Aquello alteró a la joven y con razón. El suelo cubierto con una gruesa capa de arena, comenzó a elevarse junto con ella, queriendo aplastarla con el techo.

Pero para su suerte, por fin su cuerpo hizo caso a sus indicaciones y se impulsó con su particularidad alejándose del montón de arena. Llegó hasta el otro lado de la sala aterrizando a la pared, para después volver a impulsarse hacia el frente.

—¡Eso! ¡Ven aquí! —exclamó el contrario con una sonrisa psicópata.

—¡Maldito seas!

De sus costados, la arena se elevó intentando atrapar a la joven, que con bastante agilidad pudo esquivarlos para llegar a él. Cuando quedó a pocos metros, apretó sus dientes y elevó su puño hacia el villano, el cual hizo lo mismo, logrando así un impacto entre ambos puños.

El momento había llegado y una batalla irreversible se inició, el cual dejaría unas importantes consecuencias para todos.

Fue muy difícil para mi realizar este capítulo. ¿Por qué? Porque no me siento bien y ya. Siento que entro en una duda existencial, porque dudo de mis capacidades porque siendo que lo que hago es una mierda. Además de que me caga tener que escribir partes del manga (me cuesta hacerlo) y eso por eso que no he actualizado en un largo tiempo varias de mis historias.

Por otra parte, aviso que el próximo capítulo probablemente sea el último porque la historia está llegando a su fin.

Eso es todo y ya dejo de contar mi vida.

Hasta la próxima.