☁️18☁️
POV Atsumu.
Abri los ojos al escuchar tan molesto ruido que era proveniente de mi celular.
Quería matar a la persona que estuviera llamando a las 3:20 de la mañana.
Y tengo mis motivos:
No he podido pegar un ojo en toda la noche, un remordimiento extraño se hace presente en mi pecho y cuando creía que me estaba quedando dormido el sentimiento volvía y no me dejaba dormir en paz. Por lo tanto no he pegado el ojo en toda la noche y ahora que estaba logrando dormir ese maldito sonido no me dejaba.
Tomé mi celular para ver quién era el maldito que tenía la osadía de llamar tan temprano.
Al ver el nombre que estaba adornado con corazoncitos y emojis bastante cursis, mis ganas de matar se esfumaron.
Era Shoyo.
Ahora entendía el porque el malestar al dormir. Mi pulgoso lobo estaba inquieto porque sabía o presentía lo que le estaba pasando a nuestro Omega.
Ahora sabía lo razón de mi insomnio.
¿Así va a hacer siempre?
Contesté la llamada y antes que pudiera siquiera saludar la acaramelada y sexy voz de Shoyo se hizo presente.
"T-tsumu.. no aguanto, ven por favor. Te necesito a-alfa."
—No te preocupes Omega.. voy para allá. Dame solo unos veinte minutos y llego.
Cuando escuchó un suave sonido afirmativo cortó la llamada para alistarse lo más rápido posible.
Se alistó, busco ropa limpia, condones -nunca se sabe que pasará, es por precaución- productos de uso personal, su billetera y por último se miró al espejo.
Se veía perfectamente perfecto para su Omega.
Con cuidado de no hacer ruido salió de su habitación.
No quería un regaño de su padre por despertarlo, ya mejor le avisa mañana que está en la casa de su pareja.
Es mejor pedir perdón que pedir permiso.
Bajó las escaleras para ir hacía la puerta pero una voz lo hizo parar en seco y voltear con temor.
—Atsumu.. ¿A dónde se supone que vas?–
"Me lleva la que me trajo..." Fue lo único que pude pensar al ver a mi padre con una taza de lo que supongo que es leche y con una mirada acusadora.
—Voy con.. Sho.. entro en celo y me está pidiendo que vaya. ¿Puedo ir?–
Tuve miedo de la respuesta y más cuando la mirada de mi padre se hacía más sería.
—No quiero nietos todavía Miya, cuida de mi yerno ¿Oíste? Por el momento es el único que tengo y el es demasiado bueno para que esté contigo. Confío en tu autocontrol. En ti está la posibilidad de tener una pareja estable, no la desperdicies cachorro. No pienses con la cabeza de abajo usa la de arriba.
Y pobre de ti si me llegó a enterar que fuiste un mal alfa para tan buen Omega ¿Escuchaste?.
Atsumu inclinó su cabeza como respuesta de que había entendido todo.
Tenía miedo de tales palabras.
Al parecer su padre quiere más a su yerno que a sus hijos.
Levantó la mirada al sentir una mano en su hombro.
—Toma. —mi vista se agrandó al ver bastantes billetes frente a el. —Por experiencia te digo que los omegas piden mucho cuando están en celo. No gastes tus ahorros. Tómalo o déjalo.
No lo dudó ni un poquito. Tomó con ambas manos esos billetes, sin duda los necesitaba.
—Gracias papá, me retiro. Duerme bien, pondré en práctica lo que me has dicho de como ponerla ¡Te amo!–
Una sonrisa de malicia se hizo presente en mi rostro, estaba claro que lo estaba molestando.
Jamás olvidaré el día en que mi padre llegó a casa borracho y nos dió la charla a mi hermano y a mí cuando teníamos solo 9 años.
Desde entonces lo molestamos con el tema y se enoja bastante respecto a ello.
—¡Atsumu! ¡Luego no te quejes! –
Al llegar a la casa de Shoyo lo primero que mi nariz captó fue las fuertes feromonas que provenían de la habitación de Shoyo.
El señor Hinata me miró y me deseó suerte.
Caminé hasta su habitación a paso lento, quería acostumbrarme y relajarme para lo siguiente que se aproxima.
Sentía las ganas de ir y enlazarme con Sho, pero algo en mi hacía todo por protegerlo de hasta de mi mismo.
Toque la puerta de la habitación y no pasaron ni dos segundos cuando ya la puerta estaba siendo abierta.
La carita de Shoyo se asomó con sutileza, fue lo más hermoso que he visto en mi vida. Sus mejillas sonrojadas, despeinado a más no poder, se veía tan indefenso y tierno que daban ganas de abrazarlo y no soltarlo jamás.
Con una carita tan tierna se ve que no quiere hacer algo subido de tono ¿Verdad?
—Shoyo.. por favor déjame ponerte el supresor. Pensé que no lo ibas a necesitar pero.. de verdad lo necesitas.
Desde que Shoyo cerró la puerta de su habitación con llave supe que su inocencia no era real.
Y lo confirme cuando me tiró a su cama y se subió encima mío.
Jamás creí que mi angelito era así de necesitado.
Afortunadamente pude pararlo antes de que el mismo me bajara por completo los pantalones.
No creí que sería así de complicado.
Y casi lloro cuando me suplico con lágrimas en sus ojos una marca.
Juro que en ese momento casi le digo que sí, pero fuí firme con el y le dije que todavía no era el momento.
Lloró desconsoladamente cuando le ofrecí por primera vez el supresor.
Hasta se fue al rincón a llorar amargamente y cuando me acerqué para convencerlo me gruño y me amenazó con morderme si lo tocaba.
Supe que la había cargado cuando me grito que era un traidor aburrido que no quería darle una marca.
Desde lejitos estuve tratando de hacer que se sintiera mejor, le dije lo hermoso que era y a estas alturas creo que ya dije todo el diccionario romántico que sé.
—T-tsumu no me quiere.. ¡Es malo! ¡Le voy a decir a Osamu que no me quieres tocar y que solo me quieres hacer mal con ese aparato que tienes en la mano!
Los sollozos seguían y me rompía hasta el alma de solo escuchar esas palabras.
En todo este tiempo Osamu y Shoyo se llevaban bastante bien, hasta puedo decir que si Shoyo se enoja conmigo por x razón Osamu también se enojará conmigo.
—Sho... Está bien, voy a tirar este supresor a la basura.—El llanto paro por un breve momento y su mirada se fijó en mi. —Y prometo darte tu marca solo si me acompañas a bañarme ¿Que dices? ¿Nos bañamos juntos, Omega?–
Juré morir en el momento en el cual Shoyo asintió frenéticamente con una sonrisa y se paró del rincón solo para darme un abrazo.
Sonreí al sentir como hundía su pequeña nariz entre mi hombro y cuello inhalando de mis feromonas.
En el abrazo lo sentí removerse un poco pero en cuestión de segundos y oírlo murmurar algo me tranquilice.
Puse el supresor en un lugar donde no el no lo pudiera ver y con el aún en brazos me dirigí hasta el bañó de la habitación.
Lo bajé de mis brazos en lo que preparaba la tina con agua fría.
Mi plan era bajarle ese amiguito que tiene entre sus piernas con agua fría.
Con eso se calmará y podré hacer que por un momento entre en razón y me deje ponerle el supresor.
Solo estoy tratando de cuidarlo.
Cuando todo estuvo listo me gire para ver qué estaba haciendo Shoyo.
Mis ojos captaron a un Shoyo desnudo. Des. Nu. Do. desnudo.
Jamás había visto un cuerpo tan bonito en toda mi vida. Ni en las novelas eróticas que alguna vez ví en mi etapa de adolescencia.
No pude evitar recorrer con la mirada tan bella obra de arte.
Siento mis manos picar por tocar tan lindo cuerpo.
—¿Te gusta lo que vez alfa? Es tuyo, todo tuyo si así lo deseas. –
—Es mío... Eres mío omega, eso lo sé. Ven. –
Ordené y con una sonrisa lo ví acercarse.
Sonrei y lo abracé amorosamente.
El no dudo en abrazarse a mi y enredar sus piernas en mi cintura.
Aún con mi ropa puesta me dirigí hacía la tina.
—Tsumuu... No me quiero bañar.. –
No dije nada y entre con el a la tina, la fría agua nos abrazo y nos hizo temblar un poco.—¡Está fría! ¡Tsumuu! Quiero salir, déjame salir por favor. Frío, frío, fríoo.
—En un rato se pondrá caliente, no te preocupes. Será un breve momento.–
Sonreí al ver cómo seguía quejándose pesé a eso.
Tan solo debía asegurarme que ese amiguito se fuera a dormir.
Sin duda alguna no me imaginé que cuidar de un Omega en celo sería tan difícil de llegar hasta este punto.
1/?
Nota del autor:
Este capítulo está sin editar :(
Me estoy muriendo de sueño y quisiera disculparme por los posibles errores ortográficos que hayan.
Lamento no poder actualizar Antes, no he tenido ni tiempo ni motivación :(
Espero que les haya gustado este pedacito.
42 votos y actualizo. <3
Le quiero dedicar y agradecer este cap a @JanniPa se te amaa💖 Gracias por ayudarme :3
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