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Jin era antiguamente un ser solitario, cegado por el rencor hacia Miyeon, la hermana de Jisoo, por el extraño terminado de su relación en su vida pasada.
Ahora estaba muy cambiado, se dejaba llevar por el momento. Vivía cada día como si fuera el último y no perdía la oportunidad de conquistar a una mujer y más aún si aquella chica tuviese problemas sentimentales. Él acudiría a ella sin importarle el costo y las resguardaría como si fuese su pareja.
Pero con Jisoo era diferente. Se sentía atraído por ella. Sabía que ella no lo amaba, pero aún así no se detuvo a unir su cuerpo con él de ella.
Así que a altas horas de la noche en una habitación de pocos recursos sus dos almas se unieron entre caricias, besos y abrazos.
Al verlos nadie podía negar que no se querían porque tenían tanta química y sincronización. Eran el uno para el otro. La espina de la flor. Las estrellas en el cielo.
Entrelazaban sus manos ante cada movimiento dejando escapar ciertos suspiros en momentos de llegar a ver las estrellas y dejaban marcas en las partes más oscuras de sus cuerpos.
Todo era tan mágico, pero como todo, llegó el fin.
Jisoo abrió sus ojos y miró a su lado, sus mejillas se sonrojaron al recordar lo ocurrido y ver la ancha espalda del vampiro a su lado la obligó a morderse el labio inferior.
Levantó la sábana para confirmar que había cometido un error, se había dejado llevar por sus emociones.
Se levantó de la cama con la sábana que cubría sus cuerpos, dejando al depredador con todo su cuerpo al descubierto. No pudo evitar reírse al verlo así, así que le lanzó sus pantalones que estaban sobre el suelo para que aunque sea su trasero llamativo estuviese cubierto.
La sábana era lo suficientemente larga para que ella la arrastrara por el suelo, parecía uno de esos vestidos antiguos. Entre tanto caminado silencioso tropezó con un zapato de Jin, no lo había notado y calló al suelo, enredándose en aquella sábana.
Maldijo en un susurro. Con dificultad y mirando por el rabillo del ojo los movimientos de Jin consiguió levantarse.
Suspiró aliviada y continuó su camino a su armario para coger la ropa que se pondría para trabajar, pero esta vez dejó la sábana en el suelo.
—Al fin te quitas eso —comentó Jin, se arrascaba los ojos y la miraba satisfecho—. Te comportas como si no te hubiese visto ya.
—¡Fue un E-R-R-O-R! —aclaró sacando toda su ropa del armario, nerviosa—. ¿No estabas dormido?
—No —puso sus manos detrás de su cabeza, seguía acostado en la cama—. Si sigues sacando tu ropa vas a tener que volverla a meter. Lo sabes ¿No?
Todavía nerviosa, detuvo su acto, se revolvió el pelo y apoyó su cabeza en el filo de la puerta del armario.
—No tengas pena —susurró en su oído moviendo su pelo a un lado.
¿Cómo? Hace un instante estaba sobre la cama. Entonces recordó que era un vampiro y para ellos la rapidez no era un problema sino una virtud.
El susurró fue tan cálido que dentro de su cabeza se formó el deseo de querer mordisquear sus labios como había hecho hace tan solo unas horas.
—Esto está mal —comentó ella alejándolo con su voz—. No me gustas.
—Solo debes dejarte querer —continuó susurrando y aprovechó para mordisquear su oreja—. Dame una oportunidad. Sacaré a Taehyung de tu cabeza. Haré que tus días sean cómo está noche —dejó besos alrededor de su cara. Jisoo sentía sus piernas temblar, iba a caer otra vez si no lo detenía, pero al mencionar el nombre de Taehyung fue suficiente para que ella despertara de ese momento.
—No, por favor vete —dijo, se alejó de él. Tomó uno de sus vestidos y se lo puso por encima—. Si es posible olvídate de lo que ha ocurrido. Es lo mejor.
—Si me voy por esa puerta no regresaré —aseguró tomando sus cosas.
—No me importa.
El mordió su labio inferior, le dolía tanto sus palabras. Poniéndose su ropa interior negra evitó su mirada y reprimió una lágrima. Era tan difícil para él que lo rechazaran y más ella que se había ganado un lugar en su corazón, pero para ella él no tenía lugar.
—Me podrías decir por lo menos....¿La pasaste bien anoche?
—Para serte sincera...es una noche que nunca olvidaré. Gracias por dármela y lo siento mucho.
—No quiero escuchar lo siento, sino te amo, pero no se puede —terminando de hablar salió de la habitación.
...
— Jisoo te he dejado un paquete sobre tu escritorio. Te lo han traído esta mañana —dijo una de sus compañeras de la revista Mercurio apenas la vio entrar.
El paquete seguía sobre la mesa, sacó una cuchilla de la gaveta y lo abrió. En su interior había enormes cantidades de algodón. Quitando todo eso, en el fondo había un cuchillo, se notaba bastante antiguo y en su mango tenía un dragón. No solo estaba eso también había una carta, decía:
"Te envío esto para que encuentres lo que tanto buscas, pero para que también me liberes y así podamos encontrarnos como prometimos en nuestras cartas. Todavía te amo, mi leche.
Tu anónimo ..."
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Apareció el anónimo. Al parecer nadie lo encontró :/ y ahora quiere que Jisoo lo libere. Ya veremos qué pasa.
¿Enserio creen que Jisoo se va librar de Jin tan fácilmente?
Vamos a ver qué ocurre en próximos capítulos ;)
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