Lo iba a arruinar, por supuesto que si, porque era Haruchiyo Akashi y esa era su especialidad.

Desde pequeño arruinaba todo; hacía enojar a su mamá, hacía enojar a Takeomi, peleaba con Senju y se portaba mal con sus vecinos; afortunadamente conforme pasó el tiempo creció y maduro, ahora se llevaba mejor con sus hermanos e incluso tenía un puesto importante en la administración del Blinding Hotel.

Pero aún así seguía arruinándolo.

Arruino todo su comienzo con Rindou comportándose como un idiota, molestándolo con sus parejas y entrometiéndose en su vida; por eso ahora estaba tan empeñado en no arruinar su futuro con el ratón.

No quería arruinar las cosas con Rindou, con él no.

Y aún así...

— Lo voy a arruinar.

— ¿Qué? —preguntó Takeomi, levantando la vista de los papeles que leía y viendo a su hermano tirado en el sofá de su oficina.

— Nada.

— Hoy estás bastante raro, ni siquiera estás molestando como siempre o haciendo un cohete con mis bolígrafos.

Sanzu miró el portalapices en el escritorio de su hermano y supo que tenía razón cuando no tuvo el impulso de robarlo para apilar los bolígrafos en forma de una súper nave espacial.

— ¿Pasó algo con Rindou? —preguntó de nuevo el mayor.

Haruchiyo miró al techo, — ¿por qué debería de pasar algo con el?

— Porque en los últimos meses, todos tus cambios de humor tiene que ver con el.

— Porque me gusta y estoy debajo de su malvado hechizo de ratón.

— Claro —rodó los ojos—, ¿entonces qué pasa entre ustedes?

— Nada —confesó—, de hecho tuvimos una gran noche y esta mañana nos separamos porque tuvo que hacer papeleo para la universidad.

— ¿Continuará estudiando?

— Si, ya tiene a la vista un par de escuelas solo le falta decidir que carrera quiere tomar —suspiro—, es un ratón muy listo así que no tendrá ningún problema si al final decide estudiar algo súper nerd y armar cohetes de verdad.

Takeomi rio, —apuesto que sería tu sueño.

— Claro que si; le pediría matrimonio con solo saber que puede mandar una naranja al espacio.

— ¿Matrimonio? Wow, no te apresures tanto hombre.

— Oh, cállate, no es a lo que me refería... claro que moriría por casarme con Rin pero... el futuro es incierto.

— Pues si pudiera apostar por ese futuro incierto... pido ser el padrino.

Haruchiyo rodó los ojos y Takeomi terminó de ordenar sus papeles con una sonrisa que no era usual en su rostro.

— Siento que al fin todo está volviendo a la calma, que empieza una muy buena etapa por delante.

— ¿Qué? ¿Por qué?

— Bueno, Senju está por graduarse del colegio, tú estás estúpidamente enamorado de tu ratón, lo cual es un alivio para todos los que te teníamos que soportarte cuando te aburrías; Waka y Shin se casaron este mes y Rin entrara a la universidad. Parece que todo está en orden.

— Si... parece.

— Solo te pido tratar de guardar esta calma y no hacer nada estupido Haruchiyo, quiero llegar a la graduación de Senju con cabello.

— Demasiado tarde.

— ¿Qué?

— Planeó hacer algo estupido... muy estupido en realidad.

— Debes estar bromeando.

— Nop —dijo, levantándose del sillón y saliendo de la oficina—, mejor ve consiguiendo un buen peluquín para la graduación de Senju, lo que viene no te gustará.

——— 𝚂𝚃𝙰𝚈 ———

— ... ¡y te juro que todos me preguntan porque no fui a una buena universidad después de graduarme con honores del colegio! —se quejó Rindou, su peluche de Yoda en el regazo y el Winnie Phoo de Takeomi con la cabeza atorada en la ventana del auto (obra de Sanzu, obviamente)— Es decir, ¿que quieren que les diga? ¿Esperan que comience a hablar de mis traumas de los últimos tres años? ¡Porque no en encuentro otra forma de explicarles!

Haruchiyo rió, — ¿y que contestas cuando te lo preguntan?

— Lo mismo de siempre: "problemas familiares" —rodó los ojos—, lo entienden mejor cuando les menciono que soy huérfano, es divertido ver como les cambia la cara después de eso.

— Tu humor comienza a darme miedo.

— ¿No fuiste tú el que me dijo que me riera de mis traumas? ¿"Hakuna Matata" y todo eso?

— No era exactamente a lo que me refería pero estoy feliz de que al menos me escuches.

— Claro que te escucho, si no lo hiciera terminarías adoptando una zebra o algún tipo de animal exótico.

— Ya hable con Garfield, no quiere hermanos.

— ¿En serio? Que sorpresa —dijo Rindou con sarcasmo. Sanzu rió y el rubio cayó en cuenta por primera vez del camino por el que conducía su novio— ¿iremos a mi casa?

— Sip.

— Pensé que tenías asuntos en el hotel.

— Los cancele.

— Y seguro eso le gustó mucho a Takeomi.

— Soy su mejor empleado.

— El peor querrás decir.

— Vamos ratón, ayúdame un poco, no me puede despedir, tengo un gato que cuidar.

Rindou se burló un poco sobre que en realidad el gato lo cuidaba a él y después se dedicó a cambiar las canciones el resto del camino; Sanzu aguantó gloriosamente diez minutos completos de Kpop antes de amenazarlo con aventar su Winnie Phoo por la ventana si no elegía algo más, Rindou cambió a Coldplay y salvo la vida de su peluche.

— Bien, llegamos.

— ¿Vienes conmigo? No recibiré respuesta de la universidad hasta mañana así que tengo el día libre.

— Claro, de hecho necesito hablar algo contigo.

— ¿Sobre que?

— Vayamos arriba y te digo.

— Si lo dices así siento que terminarás conmigo.

— Creeme, ratón, si tuviera pensado terminar contigo te lo diría en el auto para tener oportunidad de huir si te enojas.

— Se donde vives —se encogió de hombros— en venganza iría y me robaría a tu gato.

— Recuérdame jamas terminar contigo.

Ambos rieron y bajaron del auto para subir hasta el departamento del menor; durante el trayecto Rindou bromeó sobre ser un mejor papá para Garfield pero al contrario del ambiente del auto, Sanzu se mantuvo más callado esta vez.

Y cuando abrió la puerta lo entendió un poco, porque en la esquina de sala, viéndolos a ambos casi desinteresados como si fuera un día cualquiera, estaba Ran esperándolos.

— Vámonos de aquí —le dijo a Sanzu, retrocediendo apenas un paso antes de que su novio lo detuviera.

— Rin, espera.

— No, no quiero...

— Rin, por favor.

—¿Tú sabías que estaba aquí?

— Yo le pedí que estuviera aquí.

— ¿Por qué?

— Porque necesitan hablar.

— Ya lo hicimos, y sabes que no me gusto como terminó eso.

— Lo se, pero creo que los dos solo reaccionaron a todos los sentimientos negativos que tenían; ahora necesitan hablar de verdad, tener una plática real sobre el pasado, el futuro y el presente, no solo de los errores que han cometido en estos años.

— Tu no sabes lo que necesitamos.

— Tal vez no, pero escucha, mis padres también fueron una mierda y no tuve la mejor relación con mis hermanos cuando era niño, pero lo solucionamos y crecimos y avanzamos y superé una jodida adicción porque los tenía conmigo, y ahora tengo una vida que amo porque tengo un gran trabajo y tengo amigos que me avergüenzan enfrente de la gente que me gusta y tengo un novio jodidamente lindo y no hubiera logrado nada de eso si Takeomi no me hubiera apoyado desde el principio.

— Pero...

— Espera, déjame terminar... a lo que quiero llegar es que te adoro, te quiero como no tienes idea y llegaste a mi vida a hacer un jodido desastre y desde ese momento me has importado más que mi propia vida, y es por eso que no quiero pensar que el día en que ya no estemos juntos o nos separemos por alguna razón vuelvas a ese bucle de autodestrucción en el que te conocí. No quiero que te vuelvas a hacer daño Rin, no quiero que pases el resto de tu vida sintiéndote incompleto; sé que te duele esto y no quiero que te duela para siempre porque me dolería más saber que no hice nada para evitarlo.

— ¡Pudiste hablarlo conmigo antes!

— Lo se, puedes reclamarme todo lo que quieras y lo acepto, termina conmigo después de esto si quieres pero necesito que tengas esta conversación.

— Deja de insistir, esto no te beneficia en nada.

— Claro que si, porque si esto termina bien, sabré que aunque yo no esté contigo tú nunca estarás solo... y eso me basta, ratón, saber que estarás bien conmigo o sin mí es lo único que quiero.

— Sanzu...

— Por favor.

Rindou miró a Haruchiyo a través de las lágrimas que comenzaban a acumularse en sus ojos; se sentía traicionado y nervioso, era una mezcla de sentimientos que no le gustaba y que le desagradaba aún más sabiendo que Sanzu tenía que ver con ellos.

Su corazón comprendía las buenas intenciones del hombre, pero la última pelea con Ran le había dolido bastante como para desear tener una más.

— Está bien... —aceptó.

— Gracias.

— Pero después de esto quiero hablar también contigo.

— Lo se.

Rindou se limpió las lágrimas, Sanzu le dijo que lo esperaría afuera y Rindou se dio la vuelta para enfrentar esa conversación.

Haruchiyo sabía que desde pequeño arruinaba todo, y supo desde que le envió el mensaje a Ran para verlo en su departamento que también arruinaría su relación con Rindou.

Pero no podía pensar en dejar a Rindou arruinar su vida, perder a la persona más importante para el, a su compañero de vida y desgracias, no quería eso para Rindou, él no se lo merecía; se merecía ser feliz, estar acompañado por sus personas favoritas en todos los momentos importantes en su vida, entrar a la universidad y graduarse con su hermano en el público, pelear por el control de televisión y recordar anécdotas viejas durante la cena... y si Sanzu debía ganarse su odio y perder a la persona por la que estaba estúpidamente enamorado para ver a Rin brillar en el futuro, entonces lo aceptaba.

Porque el amor te volvía idiota y las decisiones correctas a veces dolían.

Y ver feliz a Rindou sin él le dolería toda la vida.