30. STAY
— La vida es una mierda —fue lo primero que Ran soltó, y Rindou no sabe si se perdió el principio de la conversación o simplemente estaban en sintonías diferentes.
Tal vez un poco de ambas, pensó, aun temblando por los nervios y la ropa húmeda de lluvia.
— Siempre fue difícil para nosotros —continuo el mayor— Nuestros padres eran unos idiotas, el orfanato no era el mejor lugar para vivir y las calles tampoco...pero aun así intentaba hacer lo mejor por ti, para mantenerte vivo, para mantenerte a salvo... y hoy me doy cuenta que falle un montón de veces sin saberlo.— Rindou no pudo mantener la mirada cuando lo vio cerrar los ojos y sonreír con una combinación extraña entre nostalgia y culpa, como si algo le doliera por dentro al recordar los viejos momentos— Siempre fuete un torbellino, tenias una energía inagotable, a veces me cansaba de solo observarte imaginar aventuras, incluso llegue a perder la cuenta de todas las veces que no pude seguirte el ritmo... eras como una estrella entre toda esa oscuridad.
El menor no pudo evitar cohibirse un poco por el halago y sonreir pequeño por los recuerdos. Aunque toda su vida sintió que Ran estaba un paso delante de el, la realidad era que físicamente, Rindou siempre lo estaba arrastrando a algún lado.
Desde sus días en las calles cuando lo arrastraba a perseguir algún gato, hasta las mañanas en el orfanato cuando lo obligaba a despertarse y levantarse de la cama para bajar al comedor y poder comer juntos.
— A veces la velocidad a la que ibas me abrumaba, era como si todo pasara tan rápido y yo me quedara atrás, y aunque se suponía que debía de actuar como un adulto y ser responsable por los dos, a veces sólo quería sentarme a descansar... así que un día simplemente deje de intentarlo, deje de seguirte y me limite a mantenerme cerca... pero ahora veo que eso fue un error... sigues yendo a una velocidad impresionante incluso para ti, y sin nadie que te cuide solo representa un peligro para ti mismo; no puedes seguir así.
Rindou mentiria si dijera que aquello no lo sorprendio o lo alerto pues no habia forma de que Ran supiera sobre todas esas madrugadas en que sucumbia a la desesperación y la busca de aprobación en bares y licores; pero también mentiria si dijera que ese comentario no lo molesto.
¿Como podia Ran juzgarlo por algo que el mismo desencadeno? ¿Como podia criticarlo cuando fue Rindou quien se esforzo en salir de su propia autodestrucción por si mismo? ¿Como podia juzgarlo cuando él no estuvo ahi para ayudarlo?
— ¿De qué hablas? —se atrevio a preguntar.
— De lo que ambos sabemos —contestó— De tu conexión con los Akashi, de esas noches que tu habitación ha estado vacia, de ese hombre que hoy te trajo a casa, de todas esas cosas que te efuerzas en ignorar pero ya fueron escritas, Rindou.
— No se de que hablas.
— Oh, claro que lo sabes. Lo que no sabes es que dormir en hoteles con desconocidos, hundirte en la mediocridad y relacionarte con los Akashi no solucionarán tus problemas.
— ¿Y cómo es que sabes de todo eso? —pregunto, un poco aterrado, otro poco enojado.
— ¿Cómo lo se? eres mi hermano, carajo, me preocupo por ti y por más que intentes mantener las cosas ocultas no soy tan idiota como para no saber interpretar el desastre en el que te has convertido.
— ¿Ahora te preocupas por mi? ¿No crees que es un poco tarde para eso? ¿y qué si me he convertido en un puto desastre? ¡Lo estoy sobrellevando por mi cuenta, Ran! Así que no vengas a fingir que lo entiendes porque no lo haces.
— ¿Qué es lo que no entiendo? ¿Qué te pierdes por las noches y todos te ven regresar por la mañana? ¿Qué pareces un niño que aún necesita supervisión?
— ¡No entiendes que no tienes el derecho a juzgarme y que definitivamente no necesito ni tu jodida ayuda ni tu maldita opinión!
— ¿Entonces que es lo que necesitas? ¿Enrollarte con un hombre mayor para olvidar tus problemas? ¿Irte con Haruchiyo para ignorar tu realidad? ¡Intento entenderte, Rindou! ¡Intento estar aquí para ayudarte! ¡Estoy aquí, carajo!
— ¿Y donde estuviste la primera vez que no regresé a casa? ¿O el día que me arrestaron por no tener licencia de conducir, o la vez que me drogaron en tu maldito cumpleaños? ¡No estuviste, Ran. Jamás has estado! ¿Pero sabes quien si estuvo? El hombre con el que me acoste la noche anterior y pago mi multa, ¿y el sujeto que me trajo a casa? Él me enseñó a identificar cuando algo no debería de estar en mi vaso, porque mi maldito hermano mayor no pudo hacerlo —confesó por fin— ¿Acaso aún no lo notas? Aceptó a cualquier hombre en mi vida porque tengo la jodida necesidad de sentir que alguien me quiere a su lado aunque sea por una noche, aunque al día siguiente se olviden de mi y me desechen. Pero ahora... ahora hay alguien que me quiere a su lado par más de una noche, y lo estas arruinando... estas arruinando lo único bueno que me ha pasado en los últimos años.
Y si aquello significo un golpe de dolor para Ran, no lo admitio, y si Rindou vio algo romperse en sus pupilas tampoco lo dijo.
Y por primera vez no fue el rubio quien escapo de su hermano mayor, fue el contrario quien dio media vuelta y salio del departamento.
Tal vez la autodestrucción, al final de cuentas, si era algo de familia.
No me gusto del todo como quedo pero al menos hay actualización.
(Aunque realmente este capítulo estaba listo para subirse ayer pero vivo en un país sísmico que no me deja ser una escritora responsable)
Se viene un capítulo muy especial en las próximas actualizaciones y ya estamos oficialmente en la recta final para darle cierre a esta historia, aún no me lo puedo creer. Espero les esté gustando la historia y estén listos para soltar a estos tortolitos.
Cuídense mucho, tomen agüita. 💛✨
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