XXVI. Perfect Order
Jisung no se iba a sorprender si al observarse al espejo un zombie se refleje. Estaba exhausto, muerto, sin fuerzas para mover un dedo, y tan tan sediento.
Para resumir. Minho lo engañó todo ese tiempo, lo último que el alfa había conservado era la virginidad. La inexperiencia fue un invento del gobierno para que el baje la guardia.
Minho no lo dejó quieto. Toda la noche, solo era amable cuando su marca pedía atención y ardía a causa de lo reciente que era y entonces se dedicaba a darle besos y llenarlo de su aroma para que pueda relajarse. Y luego volvía a tomarlo, una y otra vez, Jisung ya no supo cuantas veces había soltado el "ya no puedo más".
¿La respuesta de Minho?: está bien, omega. Solo quédate quieto y yo haré el trabajo. ¡Eso no lo relajó ni un poco más!.
El cuerpo le ardía al igual que los labios, sus ojos estaban tan hinchados como dos bolas de fuego de tanto llorar y su trasero...su pobre agujerito estrenado luego de tanto tiempo, lloraba por ser liberado.
- Minho...- su garganta protestó ante una simple palabra, pero debió alzar la voz o terminaría colapsando-. ¿P-podemos parar?. Hasta aquí escucho los dulces pajaritos cantar- comentó con fingida paz cuando en realidad quería ladrar unos cuantos insultos.
Cerró los ojos exhausto cuando los labios del alfa se apoyaron sobre su hombro, estaba literalmente inmovilizado. Debajo del cuerpo de Minho con el torso sobre las sabanas y el alfa encima suyo, dentro suyo...santa papaya, ¿cuando decidiste abandonarlo?.
- Una vez más- la molestia subió a su garganta al igual que ampliaba los ojos con fuegos escapando de ellos y no pudo contener su grito.
- ¡ESO LLEVAS DICIENDO DESDE LAS DOS DE LA MAÑANA!- bociferó y luego se quejó hundiéndose en las sabanas cuando su cuello latió en protesta por su momento de alteración.
Quiso voltearse a arrancarle la nariz de una mordida al alfa cuando lo escuchó reír contra su oído frotando su rostro entre su cabellera la cual estaba seguro ya no olía a flores luego de la cantidad de sudor que cubría su cuerpo.
- Y en ninguna te oí quejarte cuando lo volvíamos a hacer- se burló y Jisung gruñó avergonzado.
- Pues espera me quejo mientras me metes esa anaconda hasta el estómago- Minho no tardó en castigarlo dando una palmada en su cadera que sinceramente si lo hizo lloriquear con fuerza ante el dolor de las marcas pasadas y recientes-. ¡Minho, juró que cuando recupere mis fuerzas voy a quebrarte los dedos, animal!.
Minho sonrió con suficiencia cuando escuchó al omega comenzar soltar un hilo de insultos y maldiciones chillando con molestia. Cuando sintió el nudo que los unía comenzar a bajar se incorporó acallando los quejidos del omega, sintiendo su pequeño cuerpo tensarse y su espalda arquearse afectado con los movimientos en su interior.
Lo observó allí tendido, con la espalda brillante y lleno de marcas violáceos y los recientes aún rojizos. Iban en fila hasta su pequeño y tierno trasero ahora húmedo y lleno de chupetones, el que más se visualizaba eran las formas de sus dedos en su piel. Su hombro no era mejor y allí ocultándose entre su melena rubia estaba la marca de unión a punto de ser cicatrizado y brillando en un tono rojo intenso.
Deslizando sus manos sobre la piel caliente y tensa se inclinó a dejar un beso en medio de la columna a la vista y sonrió cuando el cuerpo se rindió sobre las sabanas. Aunque Jisung se quejaba no podía amagar en siquiera detener al alfa si este quería tomarlo las veces que quisiera, era como si su cuerpo se preparara instantáneamente para complacer a su alfa pese a su estado ya moribundo.
- Te traeré comida, omega. Se bueno y no te muevas de aquí- ordenó y finalmente se retiró del interior el omega, satisfecho al verlo patalear lleno de vergüenza hundiéndose en las sabanas mientras el semen comenzaba a resbalarse por sus muslos.
Jisung giró la cabeza cautelosamente mirando sobre su hombro. Observó con recelo y en trance a Minho darle la espalda, con ese ancho hombro y la espalda marcada, su piel estaba orgullosamente rasguñado por todas partes. Sonrió inevitablemente somnoliento mientras lo veía colocarse su ropa interior y cubrir su lindo y redondo trasero. Y luego se colocó los pantalones de algodón y volteó a mirarlo.
Jisung rápidamente apretó los ojos como reflejo, fingiendo jamás estar mirándolo y fracasando al instante cuando lo escucho reírse en lo bajo de él y luego se retiró de la habitación sin decir nada.
Gimiendo avergonzado jaló su pelo una y otra vez. Estuvo lamentándose por varios minutos antes de finalmente sentarse en su sitio, bueno intentando sentarse, tenía que sostenerse con ambas manos para apoyarse lenta y cautelosamente sobre las sabanas y no ponerse a chillar por el dolor de sus caderas y todo el trasero.
Una vez pasado una eternidad, estando perfectamente posicionado se dio un momento para observar su torso. Su rostro hirvió al ver la cantidad de hematomas en su piel, al rededor de sus pobres botones, incluso sus pezones estaban hinchados y palpitantes de tanto ser succionados. Tomando las sabanas algo sucias limpió lo más que pudo el reciente líquido viscoso y caliente que lo empapaba y luego se cubrió con la misma tela totalmente exhausto para intentar ponerse de pie e ir a limpiarse adecuadamente.
Los huesos le pedían a gritos un alivio, le dolía hasta respirar. Así que no iba a intentar hacerse el listo y querer moverse solo.
Levantando la mano lo guió a su cuello y con cautela lo acercó a la herida casi cicatrizado en su nuca. Acariciando amablemente la herida se estremeció por el cosquilleo placentero que lo recorrió, un calor abrasador y cálido recorrió toda la herida y se deslizó hasta su pecho, cosquilleando en la altura de su corazón de forma correcta.
Era la marca de unión con un alfa. Algo que nunca había imaginado. Pero era hecho por Minho, por ese alfa amable y encantador que tan estúpido e idiotizado lo traía. Su corazón inevitablemente revoloteaba feliz y asfixiante por el solo pensamiento, por las sensaciones que lo hicieron cerrar los ojos y disfrutar sentir el latir de un corazón que lo acompañaría por el resto de su vida, retumbando fuerte e imponente.
Temblando ligeramente gracias a una brisa proveniente de la puerta abierta Jisung pudo salir de su trance. Observando la puerta unos segundos se percató del silencio en el lugar, la habitación olía desastrozamente a las feromonas de Minho y del omega creando un aire embriagante y capaz de marearlo.
Se cuestionó el por qué Minho estaba tardando.
Lo extrañaba...
Totalmente irónico cuando minutos antes le estaba suplicando 10 metros de distancia de su persona. Aún así le era inevitable el cambio drástico de sus decisiones en ese momento, donde pasó un minuto más y Minho no llegaba aún.
¿Y si tomó en serio sus quejas y le estaba dando su espacio?. ¡Él no quería espacio!. Quería ser asfixiado por Minho incluso si eso requería ser tomado todo ese día infinidad de veces, él iba a entregarse sin patalear.
Ya esta, rezando que no termine cayendo por las escaleras se dispuso a gatear tembloroso por el nido hasta llegar en el borde, y como un bebé que apenas estaba dando sus primeros pasos se intentó colocar de pie con las piernas temblando patéticamente.
Ni bambi se había atrevido a tanto.
Se incorporó de golpe, tropezando con sus pies pero una vez se pudo estabilizar tomó un segundo de aire al haberlo logrado. Y finalmente caminó hasta la puerta, yendo es busca del alfa ya que lo extrañaba como si hace 10 minutos no lo hubiera visto.
Abriendo bruscamente la puerta caminó en medio de los últimos rastros de cera que había dejado las velas la noche anterior. Acercándose a las escaleras desde su sitio ya pudo visualizar en el extremo de los escalones a Minho en medio de una llamada telefónica, cargando con una bandeja de comida en una mano mientras que con la otra sostenía el teléfono.
El alfa no se demoró en notarlo, levantando la mirada y guardando silencio mientras lo repasaba por completo. Se sintió más que expuesto cuando le sonrió de lado entretenido haciendo revolotear a su corazón.
- ¿Planeabas bajar así?- bajando la mirada Jisung sintió su rostro hervir al percatarse recién de su desnudez, ni siquiera se había dignado en ponerse la ropa interior.
Sin palabras volvió a mirar a Minho aborchonado, bueno, no era como si hubiera algo más que ver, el alfa ya lo había visto todo.
- Voy a colgar y te llamare luego- el alfa dio sus últimas palabras en la línea y luego lo vio apagar el teléfono y guardarlo en el bolsillo de su pantalón finalmente prestándole atención.
¿Por qué incluso con varios metros de altura se seguía sintiendo pequeño bajo los ojos del alfa?, su mirada entretenida y oscura parecía absorberlo enterito desde su sitio mientras sonreía encantador y sexy debilitando sus sentidos.
- No hablo de tu desnudez, sino de tu condición- fueron las palabras más maliciosas que Jisung había escuchado mientras resoplaba ofendido viéndolo comenzar a subir las escaleras.
- ¿Con quien hablabas?- decidió preguntar, alejándose cuando el alfa llegó hasta él y alejando la bandeja hacia un lado para evitar accidentes se colocó frente suyo mirándolo con aquel destello de complacencia.
- Con Byungchan- Jisung cayó rendido en un pestañeo cuando la mano firme y cálida del alfa se deslizó por su cintura, atrayéndolo hasta tener que sostenerse de su pecho para poder alejarse y mirar su rostro, aborchonado al recibir unos ojos burlones-. ¿Me extrañabas tanto?.
Bajando la mirada no fue capaz de excusarse, ¿por qué más iba a salir desnudo de la habitación sin siquiera poder pensar?.
Escuchó el suspiro de Minho soplar contra su frente y luego la conocida risa entre dientes acarició sus oídos mientras sentía el rostro del alfa acercarse, bajando por su piel erizante hasta llegar a la herida que había formado en la nuca del omega y con delicadeza dejó un lento beso, sintiendo el pequeño cuerpo temblar y escuchando a Jisung suspirar complacido.
Minho encogió los ojos superado, su corazón retumbó emocionado cuando el omega se abrazó a su torso y frotó el rostro contra su cuello, llenándose de su aroma y suspirando mimoso mientras su cabello ligeramente ondulado acariciaba su mejilla.
Si esos eran los síntomas de la reciente marca esperaba no se fueran nunca.
- No fue en serio...- prestó su total atención cuando Jisung habló, sabía que era algo importante porque arrastraba las palabras como si se le fuera difícil decirlos-. Lo de uh...parar de hacerlo, podemos hacerlo si quieres- apretando los labios Minho aguantó la carcajada luchando por no avergonzar al omega, derritiéndose por la seriedad en algo tan simple.
- ¿Sí?- Jisung gruñó en respuesta y asintió una vez a rastras, bajando la mirada Minho pudo ver las orejas contrarias totalmente rojas-. Omega, ¿Estás buscando que te vuelva a tomar ahora?.
- ¿Qué?, ¡no!- chilló el menor alejándose con expresión aborchonado, totalmente espantado-. ¡Solo lo aclaro, por si acaso!- se defendió totalmente dignó mientras Minho asentía.
- Por un momento parecía que me estabas seduciendo con tu oferta- lo molestó y terminó riendo cuando el omega le encestó un golpe en su pecho y se volteó huyendo en zancadas de él de vuelta a la habitación.
Yendo detrás suyo ingresó al cuarto encontrando a Jisung colocándose su ropa interior con una expresión contraída de dolor que lo hizo sonreír más grande, disfrutando de su transparencia.
Se dirigió por un momento al nido personal del omega, colocando la bandeja de comida dentro de este volteó hacia el contrario y le extendió la mano cuando lo volvió a encontrar con la atención puesta en él. Jisung avanzó sin quejas con su adorables mejillas rojas y tomó su mano tímidamente.
- Entra en tu nido y come, omega. Mientras yo limpiare el nuestro para tenerlo listo- Jisung se balanceó sin acatar la orden mientras le pestañeaba interrogante.
- ¿Y tú no comerás?- preguntó finalmente y Minho negó.
- No ahora, podre hacerlo cuando termine de limpiar- intentó llevar al omega a su sitio de espera pero este solo avanzó para ponerse a su lado y aferrarse con más decisión a su mano.
Minho apretó los labios cuando Jisung volvió a abrazarlo, parecía realizar esa acción con más frecuencia desde la noche anterior. Y soltó una risa ligera cuando el rostro volvió a frotarse contra su pecho escuchándolo ronronear con las temblorosas manos aferrándose a su espalda.
- No tengo hambre, alfa- susurró contra su piel y luego levantó la cabeza, Minho perdió el hilo de sus pensamientos cuando encontró la mirada brillante y cristalina del omega con un destello tan vulnerable que removió todo su interior-. Quiero volver a la cama- pidió en voz baja y Minho se tensionó de pies a cabeza.
¿Cómo se llamaba aquel dios a quien siempre rezaba Jisung?, definitiva y completamente lo necesitaba ahora o perdería la cordura.
Su boca se secó cuando el omega le sonrió inocente y lindo, seduciéndolo. Y ni siquiera pudo responder porque las cálidas manos de Jisung tomaron su rostro y estirándose comenzó a besarlo, dio un beso húmedo y largo en sus labios y luego pasó a llenar de besos su rostro, besando su nariz, mejillas, mentón hasta su frente. Su corazón pareció no poder soportarlo cuando la grande y blanda mejilla del omega se pegó al suyo y comenzó a frotarlo contra su rostro como un gato mimoso pidiendo atención.
- Omega...- llamó y se sorprendió que el tono salió sin aliento, afectado de sobre manera con el aroma y la actitud dócil y dulce del contrario-. Quiero que comas algo, necesitas hidratarte o podrías colapsar...- intentó explicar pero a medida que hablaba Jisung solo seguía atento a su cuerpo, mordiendo su mentón, tomando sus manos y dando repetidos besos en el dorso de ellos como si quisiera pobrarlo todo de él, llenarlo por completo de su esencia- Jisung...
El omega simplemente le batió las pestañas inocente e insinuante, levantando los brazos para envolver su cuello y colgarse de él con ronroneos llenos de complacencia. Acercándose a su rostro frotó sus narices una y otra vez y Minho simplemente no podía no rendirse, deslizando las manos sostuvo la pequeña cintura posesivamente y lo apretó contra su cuerpo, mareado al ver las dulces mejillas colocarse más rosadas y el aroma a miel rodearlo tan delirante. Perdió todas su fuerzas cuando el omega habló y pareció tomar su mente por completo.
- Entonces, quiero ser alimentado por ti, alfa- pidió y la voz salió como si hubiera sido endulzada con kilos de caramelos, dulce e hipnotizante, tan dócil y amable que la mente de Minho se bloqueó y su cuerpo respondió soltando un gruñido de satisfacción que estremeció a su omega.
- Todo lo que tu desees- respondió, y fue inevitable no sentir calor cuando Jisung remojó sus labios y se estiró a besarlo de nuevo.
Parecía estar dispuesto a dominarlo por completo con su aura dócil y toda tímida. Mientras le soltaba sonidos tan satisfactorios y contentos. Su cuerpo entero cosquilleó con ansiedad, con un deseo peligroso de querer hacer del cuerpo del omega todo lo que su mente podía imaginar, quería hacerlo temblar, escuchar llamarlo y llorar pidiendo por él con esas mejillas tan rojas y esa actitud tan sumisa que estaba ofreciéndole, con su tentativa y hermosa desnudez y la orgullosa marca de unión que decoraba su suave piel.
- Minho- llamó sin razón, sólo por necesidad, disfrutando ver la mirada del alfa dilatarse, sentir su duro y suave torso tensarse contra su cuerpo, y los ojos rasgados y calculadores oscurecerse como si sus sentidos estuvieran totalmente nublados-. Alfa, mi alfa- tarareó y consiguió su objetivo cuando Minho dejó caer la frente sobre su hombro y sus manos ligeramente temblorosas apretaron su cintura con fuerza demostrándole estar afectado y totalmente derrotado.
Su rostro se sentía caliente. Ver a Minho bajar la cabeza y estar temblando contra su cuerpo era delirante, irreal, era como un rey inclinándose ante su reina, o lo real. Un alfa inclinándose ante su omega. Algo que Jisung no podría haber soñado con recibir nunca, pero ahí estaba, acariciando el cabello de Minho consolándolo al escucharlo respirar pausadamente sobre su hombro, intentando recomponerse como un guerrero a punto de perder la batalla.
- Es preocupante, omega- la voz del alfa sonó ligeramente divertida y tan afable-. Me tienes comiendo de la palma de tu mano, puedes utilizarme a tu antojo y aún así te lo agradecería- confesó, sin miedo o cautela, tan directo como si no temiera entregarse en bandeja fácil.
Jisung giró la cabeza levemente, solo para inclinarse para dejar un pequeño y casto beso en el cuello del alfa y sentirlo tensionarse en toda esa zona.
- ¿Te preocupa eso, Minho?- decidió preguntar y el alfa negó en dos firmes y rotundos movimientos de cabeza.
- Ni un poco- sonriendo ligeramente Jisung se sintió complacido y dichoso con tal magnitud de alfa.
Minho era un alfa de extremo a extremo de la palabra, uno real, que debía respetarse y valorar. Era perfecto como modelo a seguir y un ser que todos van a codiciar y tendrían sus razones. Alguien que inclinaba su cabeza por su pareja y se mordía la lengua antes de decir algo que lo llegue siquiera a lastimar, también moriría en sus propias manos antes de levantar la mano hacía su omega y prendería fuego a quien siquiera intentara hacerlo. Ese alfa era Minho, uno perfecto.
Y totalmente suyo. Jisung temblaba con la sola idea de que Minho pudiera ser como era ahora con otro. Podría apostar que perdería la cabeza de los celos si lo veía en esa posición actual con otro que no era él.
- Eso esta bien- murmuró contento y encogiéndose buscó el rostro del alfa. Tomándolo entre sus manos ahuecó sus mejillas sonriendo con complacencia cuando se encontró con la mirada anhelante y afectada de Minho puesto en él-. Te cuidaré bien, mi alfa- repitió las palabras pasadas del mayor y comenzó a reír cuando Minho cerró los ojos como si las palabras lo hubieran tocado y lo tomaron por completo.
No tuvo manera de escaparse del alfa desde ese momento. Disfrutó y se dejó atacar por los deseos de Minho sin quejas ni molestias, derritiéndose en sus brazos cuando el alfa lo lleno de él, de sus besos, mordiendo sus mejillas, mentón, labios, besando todo su cuerpo, cuidando su marca, mimándolo; se sentía en el cielo con cada toque y era una sensación correcta e irreal.
Lo dejó tomarlo una vez más, luego otra y otra. Fue alimentado como un príncipe y jodido como un rey. No había manera que pudiera arrepentirse de a donde estaba y junto a quien habitaba, ahora ni nunca.
Porque amaba su vida y al alfa jodidamente perfecto que lo abrazaba dentro de la bañera besando su piel y lavando su cuerpo como si él fuera una pieza delicada que debía cuidarse como ninguna otra. Tratándolo mucho más de lo que alguna vez siquiera hubiera soñado.
No había manera de pedir algo más, pero si podía. Rezaba por la felicidad de Minho, que su alfa sea feliz eternamente.
En esa y en sus próximas vidas incluso si no era con él.
Seungmin jugaba con un tenedor limpio sobre la encimera del comedor, suspirando cada tanto con la mejilla apoyada sobre su puño totalmente pensativo y melancólico.
Extrañaba a Hinode.
La cosa era que, se separaron cuando Minho reservó habitaciones de hotel para todos esa semana, todos sabían la razón. Y el alfa no dudó en hacer de las suyas porque separó alfas de omegas cuando le entregó a cada uno su tarjeta de ingreso.
Sí, Minho lo había alejado de Hinode a propósito.
Y bien podría escabullirse, no había manera que el alfa lo pille. Pero luego se percató que todos los guardias de ese hotel pertenecían a Khangpae y estaba vigilado de pies a cabeza.
Tampoco no podía refutarle al alfa nada, porque Minho le dejó una clara y concisa condición si quería pasar tiempo con Hinode:
El jefe quería que Hinode le pida personalmente permiso para salir con él. ¡Era increíblemente sobre protector!. Seungmin estaba tan avergonzado que no se atrevió a mencionarlo a Hinode y solo le agitó la mano como despedida desde el ascensor del hotel cuando sus caminos se separaron.
- Minnie, vele el lado bueno. Podremos descansar de los asfixiantes y posesivos alfas toda una semana- Felix lo trató de animar y funcionó porque Seungmin recordó estar acompañado del omega mayor, no estaba nada mal.
- Lo sé. Sólo me puse dramático porque paso mucho tiempo con Hinode- admitió avergonzado y se incorporó observando al pecoso omega quien le sonreía compresivo-. ¿Qué deberíamos hacer esta semana?.
Felix aplaudió ilusionado, desde ya una idea estaba rondando en su cabeza.
- Vayamos al parque de diversiones. Hay uno abiertto en el centro de Seúl. Nunca he ido a uno- propusó ilusionado y Seungmin no podría jamas rechazarlo.
Además que sonaba divertido, también se sentía siglos de que no iba, la última vez fue en preparatoria.
- Suena genial, Lix- aceptó y ambos sonrieron entusiasmados.
Decidieron ir apenas terminaron de comer el almuerzo, ambos coincidían querer pasar la tarde entera en ese lugar. Se vistieron con un ligero abrigo por el clima otoñal y pantalones jeans anchos y cómodos, ambos casi salieron saltando ilusionados totalmente con su cita.
Seungmin en realidad le ilusionaba ver más la emoción de Felix quien no paraba de hablar sobre todo lo que quería experimentar en el parque. Le daba una ternura inexplicable mientras el omega mayor le tomaba la mano a la par que salían del hotel.
Allí en la acera ya estaba estacionado una camioneta esperando por ellos. Con un guardia abriendo la puerta, había otro beta en el asiento copiloto y manejando un alfa ya mayor pero igual de formado que todos. Ambos omega subieron al auto y cuando el guardia subió junto a ellos y cerró la puerta un silencio sepulcral los acompañó todo el camino.
Aún así ninguno se arrepintió de salir incluso si debían llevar guardias. No los asfixiaban ni invadían, simplemente estaban detrás de ellos tranquilos y silenciosos sin inmutarse por ninguna mosca que pasaba frente a ellos.
- Seungmin, ¡es enorme!- Felix se emocionó más de lo normal ante la entrada gigantesca con forma de la cabeza de un gato.
El parque era destinado a la recaudación para una fundación gatuna, así que por donde lo mires los accesorios, juegos, regalos y dulces eran con forma o cara de lindos gatitos de toda raza existente. Ambos se acercaron a la puerta para pagar su entrada y pasar uniéndose al tumulto de gente que iban y venían de todas partes, vestidos con su traje de gato o con globos de cabeza de gatos, niños con diademas de orejitas y parejas con ropa combinada con estampados de aquel animalito.
Había una relajante canción algo infantil llenando el parque y se podía escuchar las infinidad de actividades por todo el lugar.
- ¿Dónde deberíamos ir primero?- Felix lo miró expectante, finalmente queriendo decidir cuando los dos guardias ingresaron y se colocaron detrás de ellos esperando sus movimientos.
- A los puestos, definitivamente. Porque luego estaremos exhaustos para comprar un recuerdo- Felix asintió totalmente de acuerdo y ambos se adentraron al terreno.
Había una infinidad de puestos, vendiendo toda clase de artículo con estampado o forma de gatitos: llaveros, camisetas, sudaderas, tazas e incluso zapatos. Felix lo estiró a tomar unas pulseras en un mostrador. Uno era de hilo negro con perlitas plateadas y un dije de la cabeza de un gatito negro. Y tenía su par que era uno blanco con las mismas perlas pero con el dije de un gatito blanco.
- ¿Cuál quieres usar tú?- el australiano le preguntó ilusionado mientras Seungmin sentía sus mejillas calientes.
- ¿Q-quieres compartirlo conmigo?- preguntó algo descolocado y el mayor asintió firmemente con una sonrisa sincera.
Seungmin bajó la mirada al accesorio. Rápidamente su mirada apunto al negro, sentía que el blanco de la pureza no podía quedarle mejor a Felix. Así que tomó la pulsera negra con timidez y le devolvió la sonrisa afable.
- Me gusta esta- Felix terminó pagando contento y ambos se colocaron sus nuevos accesorios y apenas Seungmin terminó de acomodarlo la mano del pecoso volvió a tomar la suya y siguieron su camino, vaciando los puestos y probándose lo que había en su camino.
Seungmin podía sentir su mejilla caliente desde que ingresaron al parque, la ternura y transparencia de Felix lo tenía tan descolocado. El corazón del australiano era tan puro que le agitaba el corazón, le cosquilleaba los dedos que rozaban la del mayor totalmente conmovido. Felix inevitablemente le hacía recordar a Jeongin, de ninguna forma se parecían pero la pureza de ambos hacía él era como un bonito deja vú que lo tenía extremadamente feliz.
Incluso si estuvieron correteando de aquí y allá ninguna vez los guardias los perdieron de vista. Seungmin no tardó en sentirles pena incluso si sabía que ese era su trabajo y no había porque sobre pensarlo, así que se encargó en comprar bebidas para ellos incluso si estos declinaron al instante, al final los tuvo bebiendo sus bebidas de vainilla con una expresión aborchonada. Felix y él no dudaron en reírse de ellos.
Luego de comprar varios dulces y probarlos finalmente pasaron a la sección de juegos. Felix en realidad hablaba en serio cuando dijo nunca haber venido a esos sitios, porque con cada juego común o básico el pecoso le pedía explicarlo de que iba. Como explotar los globos con una pistola de juguete o tirar el aro dentro de los distintos hierros para ganar un premio.
Pero al final, cuando se dispusieron a jugar Seungmin fue el inexperto observando a Felix anotar todos los puntos en cada puesto que tocaba. Porque aunque solo se lo haya explicado una vez el australiano tenía un don innato sin importar la experiencia. Seungmin se vio obligado a cargar con una infinidad de bolsas y peluches de gatitos porque premio que ganaba Felix se lo daba él.
Al final el que terminó sin aliento fue Felix de tanto juego que no dejó pasar y mientras él se arrojaba en un banco con un vaso de café helado en la mano Seungmin ayudaba a un guardia a meter los premios dentro de una bolsa grande que el beta fue a conseguir.
- Lix, eres totalmente increíble- Seungmin soltó una risita sentándose junto al mayor cuando el guardia se ofreció a atajar el bulto, escuchó al omega mayor recuperar el aliento.
- Solo...se sintió increíble poder vencer cada juego- rió avergonzado momento después-. Los dueños de los puestos ya me miraban feo, que mala onda.
Seungmin lo acompañó con la risa totalmente de acuerdo, parecían querer prenderle fuego por estar llevándose todos sus premios en un intento.
- ¿Crees que podrás con la rueda de la fortuna?- Felix no tardó en asentir energético.
- Lo llevo esperando toda la tarde- admitió.
- Entonces demos una última vuelta y pronto podremos ir, deberíamos subir antes de que comience a atardecer porque allí la fila se llena por completo.
- Ya veo, la vista nocturna debe ser genial- Seungmin asintió mientras se ponían de pie.
- Lo es.
Comenzaron a dar una nueva vuelta, el establecimiento era enorme, le hacía justicia a su infinidad de puestos, con una distancia agradable para no estar chocando unos con los otros debido a lo atestado que estaba ese día.
Habían comprado algodón de azúcar en el camino y mientras Seungmin pagaba se terminó exaltando cuando Felix jadeó a su lado sorprendido.
- ¿No es Byungchan hyung quien esta allá?- rápidamente se volteó, observando a donde le señalaba el mayor.
Efectivamente un Byungchan con una diadema de orejitas en la cabeza saltaba a metros de ellos con Kento y Hinode a su compañía.
Kento tenía una expresión de sufrimiento y Hinode solo estaba allí, existiendo tan hermosamente como siempre, con la expresión inmutable y vestido completamente de negro, con un abrigo al cuerpo con cuello y una chaqueta encima, luciéndose increíble entre toda la gente.
No podían pasar desapercibidos por nada del mundo, con esos tres rostros. La cantidad de gente que volteaba a mirarlos era infinita y sin disimulo, incluso podía ver a algunos sacando sus teléfonos y apuntando a su dirección. Como siempre la sociedad coreana escandalizados con una cara bonita.
- ¿Crees que vinieron sabiendo que estamos aquí?- Felix preguntó comiendo de su dulce, pero Seungmin negó con seguridad.
- No, estoy seguro que solo fue Byungchan queriendo ser feliz también- ambos rieron divertidos y Seungmin se volteó dándoles la espalda-. Vamos, tal vez ahora podamos subir a la rueda si tenemos suerte.
Intento avanzar pero la mano de Felix sorpresivamente lo detuvo mientras lo lo veía negar efusivamente al instante.
- ¿A que te refieres?. Olvídate de la rueda- chilló sorprendiéndolo-. Debes ir ahora con Hinode, ¡aquí el señor Lee no podrá enterarse ni de chiste!.
Seungmin se sorprendió por la oferta negando rápidamente en pánico.
- ¿Como crees?- murmuró espantado-. Además no es correcto, es una cita de nosotros dos, tenemos que estar juntos hasta el final del día- asintió firme y Felix sonrió mucho más como si sus palabras solo dieran ternura.
- Minnie, hoy la pasé increíble contigo, y no creas que no quiero seguir a tu lado. Pero esto va más allá, te estoy ayudando como tu fiel amigo- volvió a insistir totalmente convencido-. No puedes perder esta oportunidad, ahora es turno de Hinode de tenerte y además es perfecto porque ya esta llegando el atardecer- chilló como si él fuera él el enamorado y luego se colocó firme-. Necesitas ir con él, yo me quedare con Byungchan hyung y el hermano de Minho hyung, no estaré solo. ¡Esto es el destino!- insistió emocionado y Seungmin se giró dudoso.
Los tres alfas estaban cada vez más alejados, era Byungchan quien los retenía quedándose hipnotizado con los puestos mientras Kento y Hinode lo esperaban detrás dando una que otra mirada a su al rededor.
- ¿P-pero y si Hinode no quiere estar a mi lado hoy?...-
- Eso es un error grande- volviendo hasta Felix se encontró con una mirada de regaño-. Es imposible que algo así pase por su cabeza, y si lo hace es simplemente porque se ha vuelto loco. Cualquiera daría su vida por pasar cinco minutos a tu lado, Minnie- aunque para Seungmin fue una exageración terminó riéndose aborchonado y sonrojado.
- Gracias, Lix- agradeció sincero-. ¿Estás seguro?...
- Totalmente- chilló ilusionado y tomando su mano comenzó a arrastrarlo hasta los tres alfas.
Pero antes se detuvo volteando detrás de ellos observando a los guardias con una mirada amigable y totalmente chantajista que quiso hacer reír a Seungmin.
- No está de más decir que el jefe no debe enterarse nada de esto, ¿cierto?- exclamó amigablemente mientras ambos guardias se miraban dudosos sin atreverse a responder-. No estaremos desprotegidos porque son igual de fuertes y responsables que ustedes. Véanlo solo como un cambio de turno.
Ambos guardias guardaron silencio hasta que uno suspiró y les ofreció un asentimiento.
- Esperaremos por ustedes en el estacionamiento, deben volver con nosotros, eso no cambia- Felix le sonrió con una dulzura inaudita y asintió efusivamente.
- ¡Gracias!, son geniales- girando a tomar el palo de algodón de azúcar de Seungmin se lo paso a un guardia y el suyo al otro respectivamente-. Para ustedes, disfrútenlo- y finalmente comenzó a arrastrarlo por el tumulto de gente igual o más entusiasmado que Seungmin.
La distancia de ellos con los tres alfas se redujo en un pestañeo. Y para cuando Seungmin cayó en cuenta era él quien había tomado la delantera, los tres ya habían comenzado a avanzar de nuevo entre la multitid, posándose un poco detrás de Hinode se dio cuenta que su corazón estaba más acelerado de como lo tenía solo un minuto atrás, con la adrenalina de tenerlo tan cerca suyo luego de que pensó no volver a verlo al menos por una semana.
Adelantándose un poco no tardó en tomar la manga del alfa instintivamente. Hinode se detuvo al instante y sus entrañas se retorcieron al sentirlo tensarse de pies a cabeza y cuando volteó a mirarlo sintió un escalofrío cuando recibió una mirada fría y severa, como si le causara molestia su interrupción.
Eso al menos fue un pequeño segundo porque de golpe su mirada cambió y sus ojos se ampliaron y todo su semblante se reemplazó por una de sorpresa y los ojos le brillaron como normalmente se veían cuando estaban juntos.
Kento y Byungchan no tardaron en detenerse cuando Hinode no les siguió el paso y finalmente todos se encontraron con la mirada, descolocados con sus presencias.
- ¡Que sorpresa verlos por aquí!- Felix exclamó alegre y Byungchan se acercó contento al igual que Kento que los miraba receloso.
- ¿También quisieron pasar el tiempo en el parque?- Byungchan preguntó con ilusión mientras Felix asentía-. ¿Lo ves, Kento?. Luego de que me obligaste a suplicar venir diciendo que era un sitio infantil. ¡Pudimos encontrarnos todos gracias a mi idea!.
- Sí, que ilusión- Kento fingió festejar con sarcasmo haciendo asentir a Byungchan claramente sin entender la indirecta.
- Que bueno que los encontramos porque queríamos ir a puesto juntos y no queríamos entrar solos- Seungmin volvió a mirar a Felix, preguntándose que mentira se estaba inventando ahora.
- Pero, ¿qué hacen ustedes solos aquí?, es imposible que se hayan escapados de los guardias- Kento los interrogó y mientras a Seungmin se le ponía la mente en blanco el pecoso no tardó en mentir.
- Trajimos a dos pero nos escabullimos hace media hora, deben de estar por aquí, seguro los encontráremos de paso- Felix asintió y Byungchan aplaudió una vez entusiasmado.
- ¡Entonces es perfecto!, vamos a unirnos todos como una familia y vayamos al puesto donde querían ir ustedes- Byungchan no podía caber en la felicidad mientras Felix asentía energéticamente.
Nadie contradijo nada, no parecían estar en desacuerdo con la idea repentina.
Y nuevamente Felix volvió a interrumpir dispuesto a conseguir su objetivo.
- Pero que debemos hacer...- empezó con una expresión dramática de tristeza. Seungmin se preguntó que iba a soltar ahora-. En la entrada del puesto había un cartel de advertencia.
- ¿Y que decía?- Byungchan preguntó con alta curiosidad mientras todos miraban expectantes al australiano.
- Decía, "Advertencia, alfas muy guapos no pueden acercarse"- Seungmin fingió mirar una paloma pasar antes de quedarse viendo a Felix de forma incrédula y delatar la gran y absurda mentira.
- Eso es lo más estúpido que escuché en mi vida- Kento no tardó en bufar sin creérselo, en cambio de Choi a su lado.
- ¡Que horror!, entonces yo no podré ir- Byungchan se lamentó mientras Felix le volvía a sonreír en grande.
- Estoy seguro que si podrás, hyung- fue un claro insultó que quedó en el aire cuando Felix se volvió hacia Hinode y volvió a su expresión dramática y deprimida-. Pero el señor Hinode...podre Hinode, se quedará aquí solito.
Seungmin apretó los labios entendiendo la intención. Quería hablar y tal vez ayudar a Felix pero estaba nervioso, más que nervioso por estar mintiendo con algo tan tonto, estaba nervioso por tener los ojos de Hinode encima suyo desde que llegó, parecía estar tan sorprendido por su presencia que no terminaba de creerlo, incluso parecía no estar escuchando la absurda platica sobre su belleza y las complicaciones inexistentes que traía.
- Yo me puedo quedar con él...- Felix no tardó en interrumpir a Kento.
- ¡Tengo una gran idea!, que Seungmin lo acompañe, ¿no me dijiste que ya habías visitado ese puesto, Minnie?- finalmente lo metió en la mentira.
Con las mejillas calientes y rojas solo asintió a rastras mientras Felix aplaudía una vez satisfecho.
- Perfecto, entonces podremos visitarlo nosotros quienes queremos verlo, Minnie se queda a acompañar al señor Hinode y nadie sufre daños- Byungchan y Felix asintieron efusivamente mientras Kento los miraba incrédulo.
- ¿Creen que soy tonto?, es obvio que quieren que mi pobre Hinode...- las palabras de Kento murieron cuando Felix puso una mano en su boca y luego Byungchan agarró la mano del alfa quien seguía quejándose sin sentido detrás de la mano sobre su boca, comenzando a ser literalmente secuestrado por un omega y su gran amigo Byungchan.
- Nos vemos pronto, no te sientas mal, Hinode, ¡te traeré un recuerdo!- Byungchan sacudió la mano mientras Felix también se volteaba sin dejar ir a Kento y les sonreía inocente.
- ¡Adiós, Minnie!, gracias por acompañar a Hinode, ¡tienes un gran corazón- y con eso se alejaron, Seungmin viendo a Kento patalear hasta el final queriendo volver hasta su mejor amigo a toda costa.
Cuando se quedaron totalmente solos Seungmin se quedó estático, no podía creer que toda la anterior escena absurda y poco creíble haya pasado y haya funcionado.
Volteando hacia a Hinode, totalmente avergonzado y rojo solo pudo darle una culpable sonrisa bajo su mirada atenta.
- Lamento separarlo de sus amigos, alfa. S-solo...- solo quería estar contigo, sentía demasiada timidez parecía decir eso.
Hinode finalmente pareció reaccionar, luego un tiempo bastante largo. Una ligera sonrisa creció en su rostro que casi hizo desfallecer a Seungmin y a la mitad del parque que tenía puesta la atención en el alfa.
Seungmin se preguntó si podría salir vivo de ese lugar.
Probablemente no cuando las manos frías y suaves del alfa tomaron su rostro e inclinándose hasta su altura depósito un beso en sus labios que en la imaginación de Seungmin pudo jurar que juego artificiales explotaron al rededor de ellos mientras enrojecía hasta las orejas. Sus ojos se ampliaron mirando con sorpresa a Hinode y este solo le suavizó la mirada de una forma amable y única.
Alejando sus manos de su rosto hizo señas finalmente.
"Estoy feliz de verte". Con el corazón acelerado y la mirada brillosa Seungmin sonrió con timidez y asintió de acuerdo.
- Yo también, alfa- cubriendo su boca con emoción no fue capaz de mirar al mayor antes de hablar-. ¿Cree que este pueda ser una cita repentina?.
Subiendo la mirada se preguntó porque al principio había siquiera temido de que Hinode se muestre reacio a su presencia. Porque Hinode ahora lo miraba con un brillo y una atención y suavidad que lo hizo querer sonreír y chillar de la emoción por todo el parque, tan dichoso y feliz.
"Me encantaría". Con un asentimiento de respeto Hinode le extendió la mano, su palma grande y pálida que tan bien encajaba con la suya, apenas la tomó los dedos se aferraron a su mano y la sonrisa del alfa solo creció como si estuviera satisfecho.
- Podemos ir ahora a la rueda de la fortuna- no pudo evitar dar la idea, para él sería la cosa más romántica que podría vivir subirse en aquella atracción con aquel alfa frente suyo, era como un suceso mágico de los libros de romance.
Mordió su labio inferior conteniendo la felicidad cuando Hinode le asintió al instante sin ningún problema. Suspirando contento no pudo creer que estaba ahí, tomando la mano del alfa que tanto le gustaba, caminando en un parque y siendo el centro de atención de todo el lugar.
Eso definitivamente si lo intimidaba un poco. Se preguntaba que pensaba la gente, Hinode sin duda era el hombre más hermoso que debía haber pisado ese parque, lo habían estado siguiendo con la mirada desde que llegó al lugar, eso era un hecho. De seguro se habrán preguntado sobre quién era, su identidad, número telefónico e incluso estado civil. Ahora que lo veían tomado de la mano con un omega era muy seguro que más de uno estaba decepcionado y juzgando al afortunado sin dudas.
Nervioso siguió caminando, solo enfocándose en la calidez de sus manos unidas, en lo bien que olía Hinode, de tenerlo a su lado tomando su mano de forma protectora y sintiendo el dedo pulgar acariciar el dorso de su mano afectuosamente.
Llegaron a la sección de la atracción más popular, y efectivamente había una fila considerable que lo desanimó al instante. No tenía problema en esperar pero no se atrevería a dejar a Hinode parado más de cincuenta minutos solo para subirse a dar una vuelta en una atracción. Volteando hacia el alfa cuando este se formó en la fila le estiró la mano suavemente llamando su atención.
- Hinode tal vez podríamos ir a ver otra cosa, hay muchas otras atracciones, esta podría tardar mucho- propusó con tranquilidad, no le molestaba después de todo ir a otro sitio si al final lo haría acompañado del alfa.
Hinode lo observó varios segundos sin responder y luego volteó a ver la rueda de la fortuna la cual se alzaba imponente, el atardecer estaba llegando y poco a poco el sol se iba ocultando. Podía ser cuestión de minutos para que prendan los focos de todo el lugar para iluminar la noche que caía sobre ellos.
El alfa pareció pensar unos buenos segundos hasta finalmente voltear a mirarlo y negar con la cabeza. Seungmin quiso hacer un escándalo ante tanta belleza, como el cabello de Hinode le acompañaba con la acción y los oscuros y grandes ojos se encogían con una débil suplica que le robó el corazón por completo. Siendo atraído más cerca del cuerpo ajeno dándole la respuesta muda de que si quería subir.
Mordiendo su labio inferior Seungmin se aferró al brazo de Hinode, abrazándolo y apoyado la cabeza en el hombro ajeno se frotó tímidamente solo para llenarse de su olor, sintiendo la mano de Hinode darle un apretón amigable y volviendo a ofrecerle caricias a su piel, ambos en una relajante y silenciosa armonía esperando paciente en la fila.
La fila avanzaba cada 15 minutos, era el tiempo que podías estar allí arriba. La atracción era una relativamente grande, así que la fila se redujo más rápido de lo que esperó, y en unos treintas minutos después, mientras Hinode pagaba para pasar, las luces de toda atracción del parque se encendieron e iluminaron todo el lugar. Como era de esperase las luces rojas y azules que rodeaban la rueda opacaban la atención de todo el parque, se comenzó a escuchar los infinitos clics de personas fotografiando mientras el encargado le daba el paso.
Hinode lo ayudó a entrar a la cabina. Cuando el alfa lo hizo la pequeña puerta se cerró y Seungmin sintió sus manos colocarse frías de la emoción, moviendo las piernas en su asiento inevitablemente feliz mientras Hinode tomaba asiento a su lado y la cabina comenzaba a moverse lentamente. En el interior esta, una musiquita suave y festiva escapaba de los parlantes en el techo y creaba un ambiente más emotivo.
Apoyando la cabeza en la ventana a su lado soltó un suspiro contento por la vista magnífica del atardecer junto a ellos. El cielo naranja convirtiéndose poco a poco en un tono violáceo y ya a lo lejos la oscuridad ya reinaba las calles de Seúl. Mientras iban subiendo la vista de una cantidad enorme de árboles con hojas anaranjados y marrones representando al otoño se alcanzaron a ver sin filtros. Y el frío de la noche comenzó a hacerse más fuerte hasta darle un escalofrío placentero.
- ¿No te parece el otoño una hermosa estación, alfa?- volteando hacia Hinode quiso esconderse cuando se encontró con su mirada de frente, se encogió intimidado al caer en cuenta que lo estuvo mirando desde hace ya un rato y no lo estaba notando.
Hinode sonrió de lado un poco, pareció gustarle la pregunta porque sus ojos brillaron más de la cuenta, expresivos, amables y suaves para él, asintiendo segundos después haciendo señas.
"Es mi estación favorita". Seungmin sonrió grande encantado con la nueva información.
- ¿Sí?. Es la mía también- soltó una pequeña risa moviendo los pies contento-. ¿Deberíamos casarnos en esta época, alfa?- no se arrepintió de la pregunta, riendo encantado cuando fue la primera vez que Hinode se exaltó tanto, retrocediendo un poco mientras ampliaba la mirada y un imperceptible y tierno sonrojo llenaba sus orejas y cuello, se puso tan colorado que no contuvo unas cuantas risas-. ¿Por qué?, ¿no quiere casarse conmigo?.
Hinode bajó la cabeza y suspiró largamente hasta que lo vio apartar el cabello de su rostro, parecía haberse acalorado completamente para cuando subió la mirada y lo observó totalmente afectado, rojo y viéndose absurdamente precioso con los tonos del atardecer reflejándose en su tersa piel e iluminando su expresión tímida y sorprendida.
"Me encantaría". Respondió finalmente y Seungmin apretó los labios totalmente enloquecido, su rostro caliente y los latidos de su corazón acelerados, corriendo rápido ante tantas emociones mientras recibía una mirada suave y con una adoración que lo derritió completamente.
No sabía lo bien que podía sentirse saber que Hinode y él algún momento podrían estar casados. Compartiendo un anillo de matrimonio y siendo una pareja que se desean, aman y complementan. Como siempre Seungmin había soñado, siempre creyó que vivía en un cuento de hadas y todo lo que soñaba solo eran tonterías absurdas que pasaban en su mente. Que la realidad era cruel y nada bonita, no había alfa capaz de amarlo lo suficiente ni persona que se entregue por completo para firmarle un papel para quedarse a su lado por siempre.
Pero allí estaba Hinode, sonrojado por una propuesta de matrimonio y mirándolo totalmente enamorado sin siquiera parecer consciente de su expresión, de lo hermoso que se veía bajo la atardecer y lo loco que estaba haciendo latir el corazón de Seungmin. De su omega que creyó nunca volver a ser capaz de enamorarse de la misma forma, pero ahora estaba igual o peor que antes, enamorado de la idea y la persona de ese instante.
Deslizándose hasta el alfa apoyó las manos sobre su regazo, recibiendo una mirada atenta, hipnotizada y con total paz y amabilidad. Viendo como la mirada se dilataba teniéndolo tan cerca y el aroma varonil e imponente lo envolvía por completo siendo reclamado y deseado sin palabras pero con toda señal a la vista. Le pestañeó tímidamente al alfa y sintió que podía arriesgarse a todo porque ya tenía la suficiente confianza para eso, desde hace tiempo debió notar que el alfa frente a él no estaba como un pasajero con diferentes destinos en su vida, Hinode no era solo una parada efímera y entrañable.
Ese alfa estaba ahí, dispuesto a quererlo y a arriesgarlo todo. Él debía poner de su parte también.
- Entonces deberíamos planear esa boda cuantos antes- ladeó la cabeza tímidamente observando a Hinode ampliar la mirada un poco más, alterado, sorprendido y nervioso, siendo observando desde todos los ángulos como si se quisiera asegurar que él era real-. ¿O primero deberíamos comenzar con la marca, Hinode?.
No había de que temer. Seungmin no iba a titubear ahora, mirando a Hinode bajar la cabeza y cubrir su boca, observando con el corazón desbocado una sonrisa de oreja a oreja extenderse en el rostro del alfa, ver aquel rostro angelical llenarse de una expresión de entera felicidad y timidez mientras los brillantes ojos se achicaban, una sonrisa perfecta y real como el alfa entero lo era.
Seungmin se preguntó que eran esas ganas de llorar. Pero tampoco tenía que tener un razón más grande que la simple conmoción y felicidad de ver a Hinode sonreír para él, tan bonito como nunca antes, cuando creyó que nunca podría hacerlo. Él logró hacer que esa mueca hermosa y perfecta se forme en el alfa y eso era algo de lo que él iba a enorgullecerse y presumir en lo que resta de su vida.
Haciendo su cabello hacia atrás Hinode finalmente comenzó a asentir, una y otra vez. Dándole el sí sin ninguna duda mientras sus cálidas y firmes manos tomaban su rostro y haciéndolo temblar lo sintió juntar sus frentes y frotar sus narices en un gesto lleno de ternura y lindas sensaciones, de felicidad y adoración mientras sentía las manos aferrarse a su nunca y siendo espectador de una última y etérea sonrisa los labios se sellaron con los suyos en un beso anhelante y dulce.
Recibió un beso lleno de alegría del alfa que tanto le encantaba. O más bien, de su prometido.
Holim, tanto tiempo, pareció una eternidad no haber actualizado (actualizó hace dos dos días). 🤓
Aldjsndjfjaj, que decir. Hoy simplemente mis dedos se movieron solos, creo que esto se llama no tener bloqueo de escritor. No pare de escribir desde la mañana y pues esto salió, Minnie y el papucho de Hinode espositos jujuju❤️🩹.
Espero hayan disfrutado el capítulo. El próximo ya de seguro es el último, ya veremos. Como mañana regreso a clases de seguro de nuevo se me irá la inspiración así que no se depriman tango que hay Stay para rato 🥹.
Los tqm, por todo, gracias por cada uno de sus comentarios, les juro que me hacen hermosamente feliz, me hacen reír y sentirme bien :(♡♡.
Cuídense mucho, chao🌷🩷.
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