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XXV. Day 4: Fire

Este capítulo tendrá escena +18 de contenido sexual que no podrá agradar al lector. Colocaré una advertencia con este emoji "🔥". Podrán dejar de leer sin problemas ya que eso no afectará a la lectura futura. Desde ese emoji para adelante todo es +18 por lo que serán libres de salir de una vez sin preocupaciones para esperar el siguiente capítulo.

Para Jisung, el día no podía estar más perfecto que ahora. Pareciera ser que la naturaleza y sus elementos le gritaban en todo su esplendor...

¡Han Jisung hoy te destruyen el culito, felicitaciones!.

Es así como él se lo imaginada. Y es que luego de tres días de su ciclo de celo, y luego de una fuerte tormenta la noche anterior, esa mañana Jisung despertó con el sol filtrándose hasta por los agujeros de la casa de su padre, con los pajaritos cantando y el viento susurrando lo lindo que era el día.

Estaba tan entusiasmado y feliz que se la pasó bailando al rededor de la casa como doncella en su primera cita. Su padre no paraba de reír por su evidente emoción mientras lo veía bailar con la corona del cortejo sobre su cabeza presumiendo que pronto ya no tendría que utilizarlo.

- Sunggie, el almuerzo se te va a enfriar, toma asiento y luego puedes seguir bailando- su padre estiró la silla a su lado por enésima vez luego de haberle llamado tantas veces para comer.

- Padre, no hay que perder el tiempo en comidas. Hoy es un grandioso día para bailar, ¿no ves lo linda que esta la tarde?- suspiró retirando su corona y observándolo con ya una precipitada melancolía.

Aún no se lo quitaba y ya lo extrañaba.

Sí, estaba muy ilusionado.

- No es perder el tiempo, ¿acaso quieres que esta noche no puedas ni con el primer round?- su padre se carcajeó cuando el menor pasó a sonrojarse con fuerza y tomó asiento mecánicamente comenzando a comer todo el contenido de su plato-. Más despacio, Dios hijo, vas a tener mal de estómago a este paso.

Jisung tragó las verduras y luego tomó aire antes de hablar.

- Es que tienes razón, padre. Necesito comer bien hoy- asintió convencido retomando su comida.

Joosung sonrió negando con diversión, pero más que eso estaba igual o más ilusionado que su hijo. A decir verdad él no esperaba que ese día llegue y tan pronto para Han Jisung, un omega desconfiado y receloso por cualquier ser humano que no sea su padre.

Así que esas semanas estuvo tan sorprendido por el progreso. Cada vez que veía a su hijo llegando con aquella corona de flores se le hinchaba el corazón de felicidad. Porque su precioso hijo llegaba con una sonrisa más grande que la anterior y le contaba las perfectas semanas que pasaba con el alfa Lee Minho.

Y por fin, iba a enlazarse con un hombre que lo respetaba, consentía y sobre todo, que lo amaba.

Joosung podía ver eso, y no podía estar equivocado de ninguna manera.

Tenía hasta un cierto sentimiento de nostalgia de que en unos días su hijo llegaría con una marca, una muestra de que su precioso Jisung estaba comenzando finalmente una vida con otra persona que no era él, sino su pareja con quien iba a pasar el resto de sus días juntos.

Para él, solo quedaba verlo irse con orgullo y la mano en el pecho, deseándole que siempre sea feliz a donde sea que el destino lo lleve.

- Papá, ¿por qué tienes esa mirada?- la voz de su hijo lo trajo de vuelta y Joosung pudo notar que sus ojos estaban aguados y su hijo lo mirada con tristeza y el ceño fruncido-. ¿No estarás pensando deshacerte de mí, cierto?.

- Pero que dices- Joosung soltó una ligera risa mientras parpadeaba carraspeando para recomponerse, finalmente ofreció una brillante sonrisa al menor-. Definitivamente yo estaré aquí esperándote siempre que quieras tenerme a tu lado.

El mayor comenzó a reír cuando el labio inferior de su hijo comenzó a temblar y sus ojos se cristalizaron, finalmente se echó a llorar mientras abría los brazos buscando un abrazo suyo. Poniéndose de pie se acercó dejando que los brazos de Jisung envuelvan su cadera y su rostro se hunda contra su vientre. Sonriendo pequeño comenzó a acariciar la cabellera del omega dejándolo llorar contra él.

- N-no te atrevas a pensar que te abandonaré- Jisung hipó frotando su rostro contra las prendas de su padre, llenándose de su aroma paternal y familiar-. Voy a venir aquí tan seguido que querrás darme una patada en el trasero- Joosung soltó una risa contenta y mientras negaba entretenido por las palabras absurdas.

- Sunggie no digas algo así. Yo siempre estaré recibiéndote cuanto tiempo quieras. No pienso en nada más que seas feliz incluso lejos de este padre- llorando más fuerte Jisung subió la cabeza para mirar a su padre, sintiendo tristeza solo por las palabras tan solitarias que podía soltar el mayor.

- No importa con cuantas personas me encuentre, padre. Tú siempre serás la más importante y a quien más amo, estas sobre todo- decretó y su padre sonrió grande y brillante para él mientras reía y llenaba el corazón de Jisung de alivio.

- Es lo mismo para mí, mi dulce hijo- Jisung cerró los ojos disfrutando a su padre dándole un beso largo y cálido en la frente, disfrutando su presencia y aferrándose a lo que más amaba porque se sentía feliz de tenerlo-. Estoy contento por ti y espero solo tengas días felices a partir de hoy. Te lo mereces.

Jisung dejó que más lágrimas fluyan por su rostro en silencio. No podía contener sus emociones cuando se trataba de su padre tratándolo tan especial.

- Al igual que tú, papá. Solo quiero que tengas días felices.

Joosung siguió acariciando la cabeza de su hijo, dejándolo llorar cuanto quiera sin soltar el abrazo ningún momento. Sonreía con felicidad al solo saber lo feliz y agradecido que estaba siendo Jisung.

Tiempo después de su largo y desastroso llanto Jisung retomó su comida ya templada mientras seguía moceando y sentía sus ojos arder. La verdad era que le daba sentimiento que su padre pueda pensar que se estaba quedando solo, Jisung nuca sería tan desalmado para comenzar a hacer una vida propia sin incluir a su padre en ella, ni siquiera podría porque para él su padre estaba primero.

Sobre todo y todos. Así que se esforzará todos los días para hacerle ver que no es lo contrario.

Cuando ambos terminaron de almorzar y digerir en pequeñas platicas, invitó a su padre a ir por un helado. No se apresuraba para nada por volver con Minho, primeramente porque la emoción de ese día más se trataba a que vería al alfa de nuevo, y lo segundo era que tampoco esperaba que ese preciso día se una con el mayor.

Él sabía que probablemente al otro lado de la ciudad, en la casa grande no todo andaba muy bien, principalmente con Lee Minho. Así que no esperaba llegar saltando alegre y insinuar que lleguen a algo cuando el alfa podía estar con los ánimos y las ganas por el suelo.

Más que nada él solo deseaba ser una ayuda minúscula al alfa por si podía reconfortarlo de alguna manera.

- Las ventas han aumentado considerablemente desde que ampliamos en Francia. También...el paquete tuvo un viaje seguro hasta Japón y no hay ningún cambio en las estadísticas de nuestros casinos. Así que creo que vamos relativamente bien- Byungchan terminó de informar una vez estuvo seguro de que era todo, bajando la tablet en manos para encontrarse con la mirada fija e intimidante de su jefe sobre él.

Byungchan ya llevaba rezando cinco padre nuestro. Su cuello sudaba por el terror, no era normal que Minho lo estuviera mirando los últimos 30 minutos fijamente sin acotar absolutamente nada sobre lo que le había estado informado. Lo peor para él era que no podía moverse de su sitio si su jefe no se lo permitía, así que ahí estaba congelado y apunto de hacerse pipí en sus pantalones.

Cuando Minho se enderezó en su sitio Byungchan ya amagó en arrodillarse a implorar perdón por sus pecados, dispuesto a pensar que finalmente iba a matarlo luego de planear la forma de hacerlo los últimos 30 minutos. Pero para su alivio no pudo moverse por el pánico y sólo observó al contrario apoyarse en su escritorio y entrelazar las manos dispuesto a hablar.

- ¿Tú lo sabías, no?- Byungchan miró a los lados perdido, aterrado de no conseguir adivinar ante la pregunta tan vaga.

- ¿Saber qué?- balbuceó cauteloso y Minho suspiró haciéndolo exaltar.

- Ni siquiera sé porque te lo pregunto, sé que lo sabes. Solo me cuestiono como no me di cuenta...- habló solo y Byungchan finalmente espabiló.

- ¡Ah!- contuvo su emoción cuando Minho lo comió vivo con la mirada-. Hablas sobre Kento, ¿cierto?- preguntó orgulloso.

Minho no respondió y Byungchan ya pudo soltar un suspiro cansado y extenso mientras se encogía de hombros. Más tranquilo al saber que no había cometido alguna clase de pecado mortal contra Minho que le costará la vida.

- A decir verdad no te culpo, jefe. Los últimos meses estuvieron pasando tantas cosas que él hecho de que no te hayas enterado es justificado. Porque si me volteabas a ver por más de dos segundos te habría escupido la verdad más rápido que respirar- admitió y Minho pareció estar de acuerdo porque no le rebatió-. ¿Y...qué piensas hacer?.

Minho solo se mantuvo unos segundos en silencio antes de encogerse de hombros y responder.

- ¿Qué esperas que haga?. No hay nada que hacer, aunque Kento me lo dijo tarde al menos voy a acompañarlo a sus consultas y andar detrás de él como su mamá pollito- Byungchan sonrió un poco ante la definición mientras Minho exhalaba comenzando a acomodar sus pertenencias-. Es lo menos que puedo hacer.

- Jefe...ya has hecho mucho, créeme. Kento me lo recalcaba todos los días, y él es feliz- poniéndose de pie Minho solo relajó su mirada para Byungchan sonriendo cortamente antes de tomar su teléfono y encaminarse hasta la salida de su despacho siendo seguido por el mayor.

Salieron del edificio principal de Khangpae, Minho observó el cielo azulado y en lo alto luciéndose el sol, ese día no estaba fuerte e incluso había una brisa cálida mientras el olor a ligera humedad y tierra llegaba a él, a causa de la tormenta de la noche anterior.

Era un día más que agradable. Era perfecto y Minho lo sentía en cada poro de su cuerpo. Ese día se establecía finalmente lo que él había estado deseando de hace más de un año, días y días eternos en que anhelaba por alcanzarlo en algún momento y ahora se sentía en la punta de sus dedos.

Solo tenía que tomarlo entre sus manos. La oportunidad de hacer suyo a Han Jisung, estaba ahí, y él iba a aferrarse hasta finalmente obtenerlo.

Se adentró al auto cuando su guardia abrió la puerta para él. Iría a hacer las compras tardías para los regalos de esa semana para Jisung. Con tanto en mente casi se le había olvidado por completo que no había comprado ni uno solo y tampoco retirado el regalo principal que había mandado hacer.

- En serio, si sueltas un solo comentario te abandonaré en el centro comercial luego de darte una patada en el trasero- amenazó a Byungchan apenas el auto comenzó a acelerar, puesto a que el insoportable alfa lo iba a acompañar.

- Sí, señor- y aunque afirmó con tanta seguridad Minho sabía que mucho no le iba a cumplir.

Jisung bajó del auto, estando ya frente a la casa grande casi llegando al comienzo del atardecer. El cielo estaba llenándose de los tonos majestuosos del naranja intenso y amarillo, el clima era tan agradable que inevitablemente se sintió en paz mientras se posicionaba frente a las rejas y esperaba que se le sean abiertos.

Avanzó dentro del terreno cuando los guardias se lo permitieron, saludando con asentimiento a quienes lo reverenciaban. Encaminándose hasta la puerta principal mientras acomodaba su corona ligeramente nervioso, no podía negar que dudaba de su forma de actuar ese día, ya que todo dependía de como se encontraba el humor de Minho.

O sus vibras, porque a veces era difícil notar si algo andaba mal con el mayor.

Llegando frente a la puerta no dudó en ingresar en el vestíbulo, absolutamente todo el pasillo estaba vacío, ningún alma en pena se paseaba cerca suyo para hacerle compañía. Dudoso comenzó a avanzar por el pasillo. Llegando a donde los pasillos de los hogares se separaban.

No iba a tener más remedio que ir de una vez junto a Minho. Más se quedó en su sitio al ver a alguien aproximarse hacia la izquierda dirección a él.

- Jisung, has vuelto rápido- Chris lo saludó con un asentimiento que el omega devolvió.

- Bueno, los días de mi celo han disminuido desde que he dejado de consumir tantos supresores- confesó y Chris asintió comprendiendo todo-. ¿A donde vas?, ¿sabes quien más se encuentra aquí?.

- Nadie más que tú y yo- confesó y Jisung se descolocó-. Y claro, el jefe quien seguro ya esta esperando por ti.

Chris sonrió ligeramente al ver las mejillas del omega encenderse totalmente nervioso.

- Yo también me iré ahora- Jisung se apresuró a retenerlo.

- P-pero dime a donde vas...¿dónde están todos?- exigió saber y a la vista de Chris el omega se veía como una ardillita aterrada por ser abandonado en la peligrosa selva.

- Bueno, yo iré a trabajar, al igual que Byungchan y Felix- aclaró-. Y los restantes no pasarán la noche aquí, orden del jefe.

- ¿Q-qué?- Jisung tartamudeó sin entender-. ¿Por qué no?.

- Omega, no sería cómodo que luego de, asumo yo, la marca de esta noche, ustedes se queden encerrados en casa sin poder salir porque uno de los dos podrá reaccionar de mala forma a la presencia de otra jerarquía- explicó como si el menor fuera un niño de 3 años que necesitaba paciencia-. Por lo que es natural que el jefe nos pida irnos por varios días para así poder tener libre espacio a que merodeen con comodidad por aquí.

Jisung quiso desaparecer. Con el cuerpo hirviendo de la vergüenza y queriendo aplastar a Minho entre sus manos en ese momento. ¿Cómo superaría esa vergonzosa situación?. Porque debía ser que todos en esa casa se fueron con el pensamiento de: hoy Jisung y Minho tendrán intimidad como conejos procreando.

¡Que vergüenza que los tuvo que echar por esa cuestionable excusa!.

- Entiendo- contestó cortante, aborchonado con la situación y deseando despedirse rápidamente-. Entonces, nos vemos, Chris.

- Adiós, y suerte- se estiró el cabello de la rabia cuando el alfa le ofreció un guiño y se fue caminando con una sonrisa divertida y cómplice dejándolo totalmente solo y vulnerable.

Volteando inhaló y exhaló, no tenía porque alterarse, debía estar lo más tranquilo posible. Él tenía el control, ¡él tenía el control!. Se convenció una y otra vez mientras comenzaba a avanzar hasta su preciado y dulce hogar luego de lo que él sintió una eternidad.

Llegando a la puerta lo primero que hizo es armarse de valor, inflar el pecho imponiendo autoridad y finalmente colocar el código de la casa con los dedos temblando peor que sus piernas luego de un día de gym.

Ingresando al vestíbulo casi deja salir a su corazón a que vaya de paseo al encontrarse con el escenario frente suyo.

Infinidad de velas formaban un camino subiendo hasta las escaleras, con las luces apagadas estas iluminaban de forma misteriosa y erizante toda la sala de estar, la oscuridad casi podía abrazarlo y el fuego podía sentirlo frotar su calor contra su piel.

Cerrando la puerta sintió sus mejillas calientes, no estaba seguro si era el fuego que lo rodeaba o el fuego que se extendía por todo su cuerpo a causa de la adrenalina y la emoción. Estaba nervioso y quería esconderse bajó el sofá por tantas emociones.

Invocaba desde ya a la santa papaya, que todos sus santos ángeles lo acompañen desde hoy y pueda salir de esa casa luego de una semana totlamente ileso. Amén.

Avanzó por aquel camino, las velas continuaban hasta el piso de arriba. A decir verdad estaba subiendo más lento de lo que pretendía, y es que el cuerpo le temblaba tan patéticamente que temía caer rodando por las escaleras por su debilidad y torpeza.

Llegando a la primera planta mordisqueó su labio inferior al ver el camino de velas seguir hasta la puerta de la habitación que compartía con el alfa. Todo estaba igual de apagado siendo solo las velas naturales las únicas capaces de iluminar su andar.

Avanzando tomó varias bocanadas y acomodó su corona antes de tomar la perilla y abrir la puerta lo más cuidadoso y silencioso posible. Ingresando la cabeza con timidez casi se desvaneció al observar el interior casi desconocido del cuarto.

Lo abrió por completo, anonado por el cambio repentino. En el sitio donde antes se encontraba la cama fue reemplazado por un enorme y hermoso nido negro, repleto de sabanas y cojines rojos. El camino de velas rodeaba todos los muebles, también descansaban sobre las mesitas de luz y el tocador. Su nido personal seguía en el mismo sitio. Habían pétalos de rosas esparcidos alrededor del nuevo nido y un ligero aroma a ciruela le hizo saber que Minho había eliminado lo máximo posible los aromas para no asfixiarse en una sola noche por tantas feromonas.

Y allí estaba, acomodando en un jarrón junto al nido el ramo de rosas rojas que le había regalado el primer día del cortejo, aquel ramo casi maldito que se le fue otorgado en caso que se desee retractar y desee pisarlos para desligarse de su promesa.

Apretó las manos en puños ligeramente molesto, atreviéndose a hablar solo porque no podía tolerar lo que estaba viendo.

- ¿Puedo lanzar ese ramo por la ventana?- anunció su llegada, por la falta de exaltes del alfa ya cayó en cuenta que este ya estaba enterado de su presencia desde hace rato.

- Claro, omega. En un momento- le concedió y finalmente se enderezó luego de estar satisfecho con el ramo acomodado.

Volteó finalmente dándole toda su atención. Jisung olvidó incluso de que tenía la habilidad del habla cuando se encontró con la mirada del alfa. Oscura pero con destellos brillantes del rojo vivo reflejado en sus orbes, el fuego se adecuaba a cada sombra de su cuerpo, de sus facciones, resaltaban su mirada imponente y marcaba cada expresión de satisfacción y felicidad, de deseo e impaciencia. Lo observó avanzar hacia él y creyó que iba a caer sin aliento, la fuerza se le fue arrebatada con solo una mirada de dominación y deseo, apenas fue capaz de no soltar una exclamación o queja afectado cuando el cuerpo se posicionó frente suyo y lo cubrió como una fuerza, una sombra y una manta protectora y cálida.

Se derritió completamente cuando la mano caliente y suave ahueco su mejilla y todos sus sentidos se embelesaron, su rostro buscó con más insistencia el tacto y su garganta emitió un sonido de satisfacción pura cuando el dedo pulgar acarició su mejilla complaciéndolo.

Y luego guió su cabeza obligándolo a subir ligeramente la mirada y Jisung quiso maldecir porque estaba totalmente perdido, con la sola idea se había entregado tanto a Minho que no le permitía siquiera detenerlo con alguna broma tonta porque sentía que no tenía siquiera derecho a hacerlo. No ese día tan especial e importante.

La mano libre se deslizó por su cintura y lo hizo más vulnerable, temblando ligeramente cuando la mano tomó su mentón y sostuvo con firmeza su cuerpo, aferrándose a él hasta tenerlo a su disposición y pudo apreciar el aroma envolverlo, llenarlo de pies a cabezas hasta hacerlo pestañear atontado, embriagado con la esencia. Sólo siendo capaz de ronronear y volverse dócil cuando los labios contrarios se encontraron con los suyos y fueron tomados con lentitud y sensualidad, lamiendo sus belfos y aprisionado el inferior hasta estirarlo y dejarlo ir con un sonido morboso que erizó su piel por completo.

La tibia respiración cosquilleó sobre sus labios y al enfocar la vista pudo encontrarse con los ojos brillantes y complacidos del alfa, quien le ofreció un apretón en su mentón con una suave sonrisa en su rostro tan malditamente atractivo y hermoso.

- Buenas tardes, omega. Te extrañé- finalmente lo saludó y Jisung no se sorprendería si le comenzaba a sangrar la nariz por tantos golpes a su pobre corazón y cuerpo. Sus mejillas ardieron peor que las llamas de todas las velas de la casa mientras apartaba la mirada afectado.

- Yo también...- susurró apenas, avergonzado y muy capaz de echarse a llorar si Minho no lo había escuchado. No lo repetiría dos veces así que más le valía que sí.

Pudo sentir el cuerpo sacudirse contra él y la risa encantadora y contenta de Minho haciéndolo avergonzarse al instante lleno de pánico y nervios.

- ¡¿D-de que te ríes, animal?!- golpeó el torso de piedra del alfa e intentó alejarse como ardilla con rabia totalmente ofendido mientras Minho solo seguía riendo y se aferraba con más fuerza a su cintura-. ¡Suéltame o te morderé un pezón, lo juro!- Minho solo rió más fuerte como si él fuera el mejor payaso de un circo.

En realidad él también quería reír, pero sólo por su intento no tan disimulado de deliciar el hermoso pecho de Minho.

Juju, bromita.

- Solo...es inevitable reír- Jisung siguió con el ceño fruncido cuando Minho finalmente se dignó a hablar-. Es que eres tan tierno omega- suspiró como alfa atontado mientras Jisung soltaba un gruñido solo por la vergüenza.

- Tierno es la patada que le daré a tus huevos, idiota- insultó sin pena pero luego recordó su posición y carraspeó-. Digo, alfa.

- ¿De repente eres dócil?- se encogió de hombros bajo la mirada entretenida.

- Solo esta semana, no te acostumbres, ¿capisci?- de los nervios hasta habló en Italiano, perfecto.

- Lo comprendo- le concedió una vez más la tranquilidad y él no estuvo ni un poco más tranquilo.

Finalmente, Minho se alejó y lo soltó. Una sonrisa de lado se extendió en el rostro del alfa mientras le extendía la mano pidiendo escoltarlo hasta el nido. Tomando la suave palma se aferró a ella tímidamente y avanzó de una vez, subiendo al nido ligeramente alto y cálido. Girando tomó asiento quedando en el centro, se tomó un momento para retirar la corona de flores y dejarlo a un lado del nido para que no le ocurriese nada, y se quedó estático, a espera de que el alfa lo oriente en esa última semana mientras le pestañeaba de forma inocente y paciente.

Aunque la paciencia era lo último que le sobraba.

Minho tomó asiento una vez más fuera él nido. Esta vez fue un poco más extremista porque al contrario de hacer una pequeña reverencia, se apoyó sobre sus rodillas y deslizó el torso contra el suelo, sus mejillas se encendieron al verlo apoyar la cabeza sobre el dorso de sus manos en una reverencia completa y entregada llena de respeto. Su corazón se aceleró emocionado, enamorado, más que loco por el alfa frente suyo mientras se aferraba a la tela de sus pantalones cortos y le daba un asentimiento al alfa quien se enderezó segundos después.

- Es la semana de fuego, la última semana. Finalmente se completa el mes que hemos establecido para el cortejo, para nosotros- Jisung observó de reojo el ramo de rosas rojas cuando Minho lo hizo, y le dedicó una mirada amenazante cuando el alfa le sonrió culpable-. Veo que estas en negación con el ramo. Pero mi deber es preguntar, solo deseo que me respondas con tu propia boca el veredicto, omega.

Suspirando jugó con el brazalete que Minho le había regalado en la semana de agua, incluso cargaba con la tobillera también. Ese día había venido con todo más que decidido, con una firmeza inquebrantable, sin paso para que nada lo haga dudar ni retroceder.

Y un ramo de rosas no lo haría cambiar de opinión.

- Esta bien, pregunta- concedió y Minho le dio un asentimiento satisfecho.

- Gracias- tomando el ramo lo bajó sobre el nido frente suyo y le dio un asentimiento antes de preguntar-. ¿Deseas darle uso al ramo para aplazar el cortejo un tiempo más?.

Jisung tomó el ramo entre sus manos, acarició los pétalos tan suaves y ligeramente secos, porque aunque Minho lo supo cuidar, eso no evitó que el ramo haya comenzado a marchitarse.

- Gracias por resistir tanto, aunque no te daré uso- dando palmadas al ramo como si fuera su mascota prosiguió a lanzarlo detrás suyo escuchándolo caer al suelo-. Esa es mi respuesta, no me pidas aclarar algo más- Minho pestañeó suavemente comenzando a sonreír.

- ¿Eso significa que me aceptas, omega?.

- Que debo hacer. Ya que insististe tanto- fingió desinterés mirando sus uñas mientras Minho reía bajando la cabeza con agradecimiento.

- Seré tu alfa por lo que resta de tu vida- Minho advirtió, causando olas de una tonta emoción dentro del omega.

- ¿Crees que eso es lo malo?, lo malo es que yo seré tu omega, Minho- sonrió ligeramente encogiéndose de hombros-. Espero no te arrepientas a futuro.

- Nunca- determinó el mayor. Y Jisung quiso hacerse pequeño cuando el alfa ladeó la cabeza, con una mirada de una vergonzosa adoración que lo acaloró-. Voy a cuidarte bien, omega.

- M-más te vale- ni siquiera sonó amenazante pero al menos Minho no se burló y asintió para él-. No querrás que todas mis amenazas de violencia hasta ahora se cumplan.

- No lo deseo- concordó y luego rió pequeño, recordando-. Meses antes me pataleabas cuanto me odiabas, y ahora veo cuanto he avanzado, estoy feliz.

- Oye, no restrieges mis errores del pasado- lo apuntó amenazante-. Eso es falta.

- No lo hago, en serio. Solo me alegra que viendo hacia atrás, no tome la decisión de rendirme. Me hubiera arrepentido tanto- Jisung se relajó al notar que definitivamente Minho no tenía la intención de hacerlo sentir mal, sino que en serio se veía aliviado.

Su corazón se ablandó. También sentía que iba a vivir la vida arrepentido si nunca hubiera dado otra oportunidad al alfa. O sí Minho no se hubiera propuesto a ganarlo, tal vez en ese momento aún estaría en el cuarto de otra persona desconocida, vendiendo su cuerpo y ganando el sustento del mes a base del placer de otro. Cuando había tenido al alcance a la persona que siempre lo respetó y valoró para ayudarlo. Y casi lo había dejado escapar.

Hubiera sido tan idiota. Que agradecía eternamente a Minho por haber insistido a pesar de que él no se lo merecía. Aun sentía que no debería estar recibiendo todo aquello pero al menos se sentía feliz y dicho, agradecido y contento como ningún otro momento. Y no solo roto y sucio como siempre se visualizó.

Aún quedaba cosas por sanar en él. Pero estaba listo para ese momento, no había peligro pero a cierta manera le asustaba que Minho pudiera escapar de él. Ese alfa tan perfecto y hermoso, a quien le confiaba todo. Deseaba vincularse a él antes de que cualquier otra tormenta lo haga dudar y le arrebate la seguridad que poseía en ese momento.

- A mí también me alegra, Minho. Gracias por no haberte rendido- agradeció de esa manera.

Aunque quería agregar más, como: gracias por no rendirte a algo que no valía la pena, o que no merecía tu tiempo. Pero sabía que Minho no estaba esperando esas palabras y no lo iba a halagar para nada, así que sólo lo dejó de esa forma y disfrutó la sonrisa afable y bonita que el alfa le entregó.

Minho prosiguió a entregarle el último regalo del cortejo. Le colocó la caja rectangular frente suyo con un ligero asentimiento y luego habló, explicando una vez más el significado del obsequio.

- Para el fuego, señal de protección y seguridad. Te diseñe un cuchillo de Jaspe, que creo yo, no viene nada mal si pensamos con quien pasaras toda tu vida desde ahora- Jisung asintió, consciente del regalo.

Retirando la tapa, tomó el pesado material. Le gustaba, era tan filoso como para ser peligroso incluso rozar el extremo del cuchillo. En el filo estaban grabados cientos de símbolos abstractos que Jisung no comprendía pero le resultaba fascinante y el mango era color rojo sangre con detalles dorados.

Deslizando el dedo índice por todo el filo con cuidado soltó un jadeo de sorpresa mientras se exaltaba soltando el mango del cuchillo.

- Omega- Minho tomó su muñeca al instante totalmente alerta buscando la fuente de herida con expresión contraída y ansiosa.

Mientras él extendía una sonrisa maliciosa en sus labios, enseñando el dedo índice.

- Te engañe- su piel estaba totalmente ileso y Minho terminó bajando los hombros entre cerrando sus ojos a su dirección mientras él se carcajeaba satisfecho por haber podido alterarlo tan rápido.

Acercando el dedo índice a la nariz contraria dio un toque divertido mientras Minho ajustaba el agarre sin dejarlo ir.

- Me alegra ver esa reacción, entonces siempre estaré protegido incluso sin este cuchillo, porque tú estarás ahí- el alfa pareció estar molesto medio segundo más y luego relajó la expresión intentando contener una sonrisa.

Jisung quiso reírse de él. Minho se aligeraba tan rápido gracias al omega que inevitablemente lo sentía en la palma de su mano. Observándolo tomar el cuchillo y colocarlo de vuelta a su caja. Haciendo a un lado para no causar una verdadera herida y luego le prestó atención.

Él aún no soltaba su muñeca, por lo que pasó a estremecerse cuando llevó la palma de su mano hasta su rostro propio y lo hizo abrazar su mejilla, deslizó las yemas de sus dedos en la piel cálida y observó intimidado a Minho sonreír de lado para él acariciando el dorso de su mano pacientemente.

- Tienes mucha confianza a que no te regañe, omega- captó su atención y Jisung solo pudo encogerse de hombros ligeramente.

- Me das razones para tener esa confianza- comenzó a sentir su corazón acelerarse, afectado al observar su mano dirigirse a los labios ajenos. Sonrojándose al observar a Minho besar sus nudillos suavemente mirándolo sobre el agarre.

- Me gusta. Que tengas confianza significa que estoy haciéndolo bien. Tienes razón, puedes comportarte como te plazca, ya que yo no pienso detenerte- pasó saliva cuando el alfa dejó ir su muñeca para deslizar sus dedos por su palma, causando una cosquilleante electricidad hasta llegar a sus dedos y entrelazarlos en un movimiento firme. Sintiéndolos encajar perfectamente.

- ¿No sería problemático para ti?, en algún momento...-se inquietó al verlo apoyar el rostro contra sus manos unidas mirándolo con detenimiento y concentración.

¡¿Qué estaba haciendo?!. ¡Lo estaba colocando nervioso y su corazón podría no llegar a aguantar!.

La Santa papaya no estaba dándole su apoyo esa noche.

- Me gusta los problemas. Así no llego a aburrirme, por eso me gustas tú.

- ¿Q-qué estas haciendo?- su voz salió temblorosa, incapaz de ya simular que estaba tranquilo sin alterarse por cada movimiento del alfa, cuando por dentro se estaba volviendo loco.

- Distrayéndote- Jisung pasó saliva cuando la mirada oscura cayó sobre los suyo.

- No lo estas logrando...- soltó siguiendo cada acción del alfa, alterado con solo verlo besar cada uno de sus nudillos y abrazar el brazalete en su muñeca con sus dedos-. A-además...no lo necesito.

- ¿No?. Pero te siento nervioso, omega- Jisung entre cerró los ojos claramente nervioso, observando sus dedos temblar cuando Minho llevó sus manos unidas contra su torso pudiendo sentir el acelerado retumbar del corazón ajeno, sin apartarle la mirada sombría y hasta entretenida.

- No estoy nervioso- afirmó rápidamente avergonzado-. Solo cuestiono tus movimientos- excusó y Minho pareció encantado en seguirle la mentira.

- Entiendo, pero no está de más ser paciente y suave para que no te asustes- Jisung al contrario de las palabras se alteró.

¡3312!, ¡tenemos un 3312!.Una nueva emergencia. ¿Cómo rayos no se estaba dando cuenta?. Claro que no estarían toda la jodida noche platicando como tortolitos en su primera cita.

¡Debían pasar a la acción!. ¿Pero por qué estaba tan nervioso?. Estaba temblando por dentro, casi hiperventilando, sentía su cuerpo caliente y sus dedos temblar, el corazón le palpitaba como si hubiera corrido en una maratón, ¡incluso su aroma lo estaba traicionando!.

No era su primera vez...¿entonces por qué se sentía un virgen de primera a punto de descubrir lo que era el sexo?. Se sentía avergonzado y dispuesto a soltar disparates como el de ahora.

- He hecho esto muchas veces- su voz bajó de desniveles sintiendo temor por su declaración, y tuvo sus razones al ver los ojos contrarios tornarse severos y casi fríos pero igual de encendidos que antes.

- ¿Sí?, pero apuesto que ninguno lo ha hecho como lo haré yo- Jisung perdió el aliento y gimió quedadamente cuando la mano del alfa jaló de él con un simple movimiento pero él terminó incorporándose, sosteniéndose del borde del nido cuando se encontró con el rostro del alfa cara a cara y la respiración errática chocó contra su rostro. Sus extremidades perdieron fuerza cuando la mano dominante y firme tomó su cuello y lo obligó a mantenerse en su sitio. Y se sentía tan bien, tan caliente y lascivo que incluso tuvo la necesidad de gemir entregándose a la imponencia del alfa-. Y te apuesto que ya nadie podrá colocar una mordida en ti porque seré el único hoy, y lo tendrás hasta el fin de tus días, omega.

Sí a todo.

Solo eso podía ocupar su mente, le daba el sí a Minho a lo que quisiera, se entregaba, que haga con él lo que se le venga gana, ¡por favor!.

- N-no necesitas apostar...- susurró nervioso, intimidado y ansioso. Su cuerpo se estremeció con el aliento del alfa golpeando su rostro y los dedos apretándose al rededor de su extremidad. Se sentía a su merced y eso no le molestaba, le estaba encantando tanto-. Porque al final ganarás.

- ¿Por qué lo haré?- lo desafío a decirlo y Jisung remojó sus labios lleno de vergüenza pero totalmente decidido.

- Porque te pertenezco ahora, alfa. Ya que me entregaré a ti no hay otro alfa con poder sobre mí más que tú- disfrutó ver la mirada del alfa encenderse y la sonrisa de suficiencia tan grande y contagiosa como si hubiera esperado esa respuesta con todas sus fuerzas.

Se sentía bien haberlo dicho y no sentirse amenazado por entregarse por completo. Porque le confiaba a Minho todo de él y sin sentir miedo. Y eso era correcto.

- Es exactamente así- Minho afirmó y dejo ir el agarre en su cuello para subir y jugar con los mechones de su pelo-. ¿Me permites entrar en el nido ahora, Jisunggie?.

Jisung apretó los labios aborchonado y nervioso, con la timidez abrazando sus mejillas ante el apodo, parecía casi un chantaje.

Que definitivamente funcionó en él.

- S-sí- concedió sin pensarlo mucho y supo que Minho disfrutaba de su docilidad porque sus ojos se dilataron llenos de complacencia.

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Minho se incorporó haciéndolo retroceder en su sitio, mirándolo como una presa asustada adentrarse en su espacio, con las llamas de las velas bailando con cada movimiento del alfa, reaccionando al igual que él, totalmente al pendiente de cada acción contraria como si en cualquier momento saltaría a atacarlo.

Lo vio de rodillas frente suyo y necesitó sostenerse sobre las sabanas cuando ambos brazos contrarios se apoyaron a cada lado de su cintura inclinándose sobre su cuerpo. Acercando el rostro al suyo lo hizo cerrar los ojos con fuerza al sentirlo acariciar tortuosamente la nariz contra su cabello, descendiendo hasta su oreja hasta ofrecerle un escalofrío al percibir la respiración chocar contra su piel.

Y en ese sitio escuchó a Minho reír cortamente, con un tono entretenido que lo hizo enrojecer avergonzado.

- Necesitas relajarte, omega. Pareciera que te estás sometiendo por miedo- no lo dijo con seriedad, parecía más burla y satisfacción ante cada una de sus reacciones y Jisung no tuvo manera de rebatir.

- N-no me molestes- gruñó avergonzado, temblando peor que antes cuando la nariz del alfa descendió y se enterró en el espacio de su cuello caliente olisqueando y restregándose confiadamente-. Aún tengo el ramo de rosas cerca mío- amenazó pobremente.

El omega pasó a morder su labio inferior con fuerza, negándose a reaccionar cuando los labios ajenos besaron en esa zona tan sensible y delicada de la nuca. Pero incluso si su labio se entumeció terminó dejando escapar un jadeo cuando las manos ajenas tomaron sus piernas y lo jalaron hacia abajo obligándolo a caer sobre las sabanas, dando paso así al alfa de quedarse entre sus piernas.

- Lamento decirte, omega, que ya no te dejaré escapar a este punto- sentenció y Jisung exhaló tembloroso cuando pasó a encontrarse con la mirada sombría y fija encima suyo, totalmente enfocado en él incapaz de dejarlo huir de la habitación.

A Jisung no se le ocurrió ninguna idiotez para pelear. Simplemente se quedó callado como nunca antes con las manos a cada lado de su cabeza respirando de forma errática, con el torso moviéndose una y otra vez delatando lo afectado que estaba por unas simples palabras. Y es que se sentía incapaz de alzar su voz, de hablar porque su garganta se encontraba seca y el cuerpo tan tembloroso para hacerse cargo de él ahora.

Observó a Minho descender la mirada, y cuando las manos cálidas y firmes se posaron en sus costados apenas fue consciente de que su camiseta se había subido un poco cuando el alfa lo arrastró sobre las sabanas, dejando así el acceso suficiente para ver parte de su vientre. Al instante sintió sus mejillas arder queriendo cubrirse el rostro aterrado por lo que Minho incluso pudiera pensar de su cuerpo.

Más solo tembló sin contenerse cuando los dedos del alfa se deslizaron sobre su piel y acariciaron su vientre, aprisionado su cintura y frotando sus pulgares al rededor de su ombligo sin apartar la vista, como si estuviera fascinado con esa parte de él.

- Omega...- Jisung no supo porque se sentía tan alterado con un llamado. Pero ni siquiera fue capaz de responder, pasando saliva cuando escuchó a Minho suspirar-. Eres tan pequeño, siento que quiero devorarte- su tono de voz sonó derrotado, y Jisung casi pero casi se quejó alto totalmente avergonzado con la afirmación bochornosa.

Cubriendo sus ojos dejó pequeñas rejillas para observar a Minho, lo vio retroceder solo para inclinarse con mejor acceso, y cuando lo vio besar la piel de su vientre todo su sistema explotó como fuego artificiales. Sus hormonas bailaron felices con tener al alfa besando su cuerpo, inclinándose y dejándole acceso a verlo tan vulnerable y deseoso por él, lo sintió besar cada centímetro de su piel descubierta, su cuerpo tiritaba al sentir la respiración caliente chocar contra él. Casi pudo jurar que el aliento se le fue arrebatado cuando las manos del alfa tomaron su camiseta y lo subieron hasta dejar al total descubierto todo su torso.

- Minho- se quejó al instante, no por rechazo, solo por la sorpresa del atrevimiento. Pasó saliva cuando el alfa simplemente se alejó para mirarlo mejor y sus ojos se cristalizaron al verlo respirar inestable, como si la simple imagen y el aroma suyo lo estuvieran afectando en sobre manera.

Sintió el delicado toque de los dedos ajenos apoyarse en su piel, comenzando a subir por su torso desnudo, causando cosquilleos y olas de electricidad que viajaban por todo su cuerpo. Su piel entero erizándose y el sonrojo asentándose en él a causa de la subida de temperatura. Se sintió tan acalorado y sensible en tan poco tiempo que la vergüenza no le permitía soltar un solo sonido aún, simplemente arqueándose ligeramente cuando el dedo índice de Minho se paseó al rededor de su ya erecto y oscuro botón y supo que estaba torturándolo.

Tuvo la necesidad de sostenerse de algo cuando Minho se inclinó y abrazando la piel desnuda de su espalda llevó sus labios deseosos a su sensible pecho, logrando arrebatarle un gemido avergonzado y sensible cuando el músculo húmedo se encontró con su pezón y se sintió desfallecer por unas simples lamidas, reaccionando más afectado de lo normal sosteniendo los mechones de la nuca ajena y estirando mientras balbuceaba alguna tontería vergonzosa, porque era incapaz de retener las respiraciones agitadas y la exaltación de su cuerpo al sentir su hinchado botón ser mordido y succionado por la caliente cavidad del alfa sin ningún pudor.

Gimió y se quejó sin poder contenerse intentando no babear por la sensibilidad y el placer absoluto, muy dentro suyo reaccionando más hormonal de lo normal solo por la felicidad de saber que aquellas mordidas en su piel dejarían marca. Es por eso que ni siquiera amagó en quejarse de nada cuando el alfa repitió la misma acción en su otro pezón y todo su mente se nubló por la felicidad y el placer, encantado de sentir al alfa deseoso por él, de sentirlo morder y marcarlo y que logre arrebatarle más de un gemigo aunque se negaba a hacerlo por la timidez.

Para cuando el alfa lo dejo ir su respiración ya estaba más que destrozado. Solo pudo observar entre lo cristalino de su mirada al alfa erguirse y apartar el cabello de su rostro mientras relamía sus labios ya húmedos. Se quedó observando a Minho allí, viéndose tan majestuoso e imponente arriba suyo, con nada más que la luz de las velas iluminando su figura, y su corazón saltó en palpitaciones alocadas cuando las manos del alfa se dirigieron a los dobladillos de su camiseta y se lo retiró en un movimiento.

Casi fue como si una luz lo cegara, incapaz de ver algo tan hermoso a la vez. Juró que sus pupilas se deberían haber agrandado más de lo normal intentando grabarse cada espacio, paseando por el marcado torso que tanto le encantaba, aquellas calientes cicatrices se veían más imponentes esa noche. Su boca se lleno de saliva con solo ver los músculos del pecho moverse a la par que Minho lo hacía y cuando el alfa se colocó arriba suyo apoyando los brazos a cada lado de su cuerpo no pudo evitar preguntar.

- ¿P-puedo tocarte?- la pregunta sonó más absurda en voz alta, aún así Minho sonrió divertido y satisfecho para él tomando su mano la cual temblaba ligeramente y acercándolo a sus labios para dejar un beso en sus nudillos.

- Puedes tocar todo lo que quieras, omega- cuando se mano fue dirigido en el abdomen ajeno casi sintió que volaba entre nubes al colocar la palma completa en medio del marcado torso. Deslizando la mano temblorosa sobre los marcados pliegues, el duro músculo, acariciando cada cicatriz que rozaba sus yemas, fue codicioso y acercó la otra mano y cuando ambas palmas frotaron sobre el pecho duro y tenso del alfa no pudo aguantar el suspiro atontado.

- Minho, yo soñé con esto- admitió sin pudor y el alfa sopló una risa encantadora mientras negaba tal vez sorprendido por su falta de tacto.

- ¿Y?...¿Es mejor que en sueños?- subiendo su mirada tímida y con falsa inocencia asintió convencido, algo tembloroso por estar conectando miradas con la excitada del alfa.

- Mucho mejor- afirmó y Minho solo le sonrió de lado antes de negar con una última risa resignado con él.

- Levántate un momento- Jisung obedeció y mordió su labio inferior avergonzado cuando se trató de retirarle su camiseta, la cual fue en un parpadeó y para cuando cayó de nuevo sobre los cojines su rostro estaba hirviendo ante estar más expuesto que antes.

Minho lo observó un largo tiempo, pareciera ser que no tenía suficiente con apreciarlo unos segundos. Apreció su cuerpo superior desnudo y luego sus manos volvieron a tocar, acariciando la ya reciente y primera marca al rededor de su pecho, Jisung no dejó de estremecerse, se sentía satisfecho, dichoso porque Minho tocaba y lo miraba con deseo, con calidez y como si fuera lo más hermoso, como si quisiera todo de él y más.

El alfa pasó saliva pausadamente y luego aspiró, llenándose del empalagoso y dulce aroma del omega, tan fuerte como le encantaba. Subió la mirada y su corazón se agitó al encontrarse con los ojos brillantes de Jisung, llenos de una timidez sensual y enloquecedora. Observó sus labios ligeramente hinchados señal de que se los estuvo mordiendo, y sus suaves y tiernas mejillas con un sonrojo irresistible.

- Voy a retirar tus prendas inferiores- avisó y observó con detenimiento la reacción del omega.

Sintió que podría volverse loco, estaba tan poco acostumbrado a la timidez de Jisung que sus dedos le temblaban al verlo enrojecer cada vez, al verlo temblar como un dulce corderito y observar sus ojos apartarle la mirada intimidado por él. Le daba una imagen tan dulce y hermoso que la necesidad de devorarlo estaba ahí, de una forma vergonzosa.

- B-bien- le concedió, se sentía como un sueño, el cual no dejaría de disfrutar cada maldito segundo.

Cubriendo su boca por un segundo Minho contuvo su emoción, necesitaba ir lento, poco a poco. Si se volvía loco de una vez no podría guardar los mejores momentos lo más que podía. Pero Jisung se lo estaba haciendo jodidamente difícil, con esa voz tan dócil, con el cuerpo tan perfecto y pequeño debajo suyo, con la mirada cristalizada y el temblor tan notable.

Lo volvería loco en cualquier momento.

Tomando aire bajó las manos y los colocó a cada lado de la pequeña cintura del omega, la parte del cuerpo ajeno que tan delicado y hermoso le parecía.

- Levanta las caderas un momento- ordenó y dejó ir una exhalación tensa cuando Jisung bajó la mirada obedeciendo lento y tímidamente.

Tomando los extremos de las prendas ajenas se aseguró de agarrar también la ropa interior y sin apartar los ojos del omega lo retiró de su cuerpo hasta hacerlo pasar por sus delgadas piernas, arrojándolos lejos de ellos remojó sus labios cuando Jisung al contrario de volver a abrir las piernas para él los mantuvo pegados y tensos contra su pecho.

- Omega, si no me das paso será difícil- lo dijo pacientemente aunque por dentro estaba alterado, nervioso, el calor pasaba por sus venas al observar de reojo la piel desnuda totalmente a su merced, ligeramente bronceada pero tan sonrojada para él.

La boca se le hacía agua. Quería devorar a Jisung y se preguntaba que tan cuerdo era esa necesidad.

- L-lo sé- Jisung aspiró tembloroso, lentamente buscando valor.

Nunca había dudado en ofrecer en bandeja su cuerpo, tal vez porque nunca le resultó su desnudez vergonzosa. Pero nuevamente ahora, la necesidad de ser lo suficiente deseoso y lindo para Minho lo tenía titubeante por mostrarse completamente, temeroso por no complacer a su alfa.

Minho notó que al pasar de los segundos Jisung aún no amagaba en mover un pelo. Y buscando su mirada su mente se colocó en blanco al encontrar el destello ansioso y avergonzado, un ligero temor que le colocó los pelos de punta e hizo maquinar su cabeza asumiendo aquella actitud.

- Jisung- llamó suavemente, y apoyándose en sus rodillas se enderezó tomando cada rodilla del omega, ante la acción la esperada reacción de Jisung fue tensarse y ampliar la mirada temeroso y ansioso, haciendo fuerza para que no se atreva a moverlo.

Aún así Minho no le permitió seguir llenando su inseguridad y sin aviso hizo fuerza para separar las piernas del omega, no descendió la mirada más que dispuesto a no incrementar el susto del menor. Lo observó detenidamente ampliar la mirada y cubrirse rápidamente mientras le gruñía a la defensiva incapaz de dejar de temblar.

- Jisung- volvió a llamar y colocándose sobre el cuerpo desnudo se inclinó hasta el rostro rojo y avergonzado-. Mi hermoso omega- halagó frotando suavemente su nariz contra el ajeno y observando satisfecho la expresión relajarse y los ojos del menor brillar atentos-. Quiero verte por completo, cada parte hermosa de ti, te deseo de pies a cabeza, así que intentando cubrirte por una débil inseguridad no hará más que volverme loco, porque no me estas permitiendo ver lo que tanto he estado deseando...- admitió sin cordura y Jisung lo observó fijamente con duda y una atención tierna-. A ti- susurró suplicante y el omega pareció entender.

Su pecho se lleno de alivio y felicidad cuando observó de reojo los brazos de Jisung retirarse de su cuerpo, y en cambio subió sus manos para tomar su rostro y ofrecerle pequeñas caricias a su piel con una delicadeza y ternura que solo él podía generarle.

- Lo siento...- susurró una disculpa absurda la cual Minho negó con la cabeza rápidamente, respondiendo mudamente que no era lo que quería escuchar-. Esta bien, puedes mirar ahora, lo juro, alfa.

Satisfecho descendió la mirada en los pequeños y rosados labios y se inclinó a besarlo, con la sensación de que había pasado una eternidad de que no lo había hecho. Delició la caliente y dulce cavidad, el húmedo y tímido movimiento de la lengua del omega que hacía guerra con la suya, absorbió el músculo caliente y mordió la carne inferior del menor con dominación, deseoso. Gruñendo al escucharlo jadear y aspirar sin aliento contra su boca arqueándose bajó su cuerpo afectado por su brusquedad.

Separándose no dejó de presionar los calientes labios una y otra vez, lamiendo la humedad en ellos y besando largos segundos hasta crear graciosos y dulces sonidos que aligeren los nervios del omega, hasta verlo sonreír ligeramente atontado por su atención mientras las manos tímidas abrazaban su cuello manteniéndolo cerca.

Y fue descendiendo, dejando camino de besos por el mentón del omega, besando su cuello, lamiendo su manzana de Adán y succionado en ese sitio, escuchando con satisfacción a Jisung respirar agitadamente por la acción, sintiendo sus dedos jalar de su cabello mientras pasaba a dejar pequeñas mordidas a lo largo de su cuello y al succionar en aquella parte sensible cerca de la nuca disfrutó escucharlo gemir sensible y alto temblando violentamente mientras se frotaba contra él buscando alivio ante tantas sensaciones.

- M-minho...- gimió con su nombre escapando de sus labios y Minho lo disfrutó, bajando por la clavícula sobresaliente continúo con más besos mientras lo escuchaba maldecir por lo bajó al no ser escuchado.

Llegando hasta el vientre ajeno mordió cada parte de la piel, aspirando el aroma que emanaba encantado al sentir su abdomen moverse tembloroso por las sensaciones, teniendo pequeños espamos por cada mordida o beso ofrecido. Y llegando más abajo no pudo evitar subir la mirada, queriendo cerciorarse de que todo estaba bien.

Y su boca se lleno de saliva como un hombre sediento luego de un largo tiempo sin beber agua. Su ojos se oscurecieron al ver la imagen del menor con los ojos cristalizados, los labios brillantes y siendo mordidos para acallar sonidos, y la respiración inestable y sin hilo logrando mover el pecho del omega frenéticamente y sin control. El brillo lleno de placer y vulnerabilidad en sus ojos le dio la respuesta que la mente de Jisung estaba tan nublado para volver a pensar en algo más.

Sonriendo contra la sensible piel se enderezó y tomó ambas piernas juntándolos y levantando lo suficiente para hacer exaltar al omega y tener el perfecto acceso de la entrada limpia y palpitante del omega. Su cuerpo sufrió una ráfaga de calor placentero al encontrarse con aquella imagen, el agujero pequeño y rosa ya había estado expulsando una cantidad jugosa de lubricante dejando expuesto la magnitud en que el omega se encontraba excitado y no lo había demostrado.

Levantando la mirada amplió los ojos lleno de satisfacción y delectación. Incapaz de querer olvidar la estimulante expresión del omega, con las mejillas tan rojas y encendidas, los ojos con una vergüenza y excitación que hizo latir a su miembro ya erecto, aquellos ojos cristalizados como si estuvieran a punto de echarse a llorar lo pusieron tan duro como a punto de babear.

- Te has contenido muy bien- halagó con la voz más ronca y severa de lo que había querido-. Tanto que casi me engañas, omega.

Jisung no tuvo que debatir. Lleno de vergüenza y queriendo retorcerse ante la cantidad de calor electrizante que le recorría el cuerpo, bajó la mirada lasciva e imponente de Minho, entretenido con lo que veía en él. Las descargas estaban en todas partes, en los pezones erectos y en su vergonzosa entrada más que húmeda que no había dejado de expulsar el vizcoso y caliente lubricante como nunca antes.

No podía negarlo, no era solo los toques. Era él solo ser consciente que Minho lo deseaba, con solo ser besado y anhelado por el alfa era capaz de hacerlo derretirse y mojarse hasta los muslos tan vergonzosamente. Quería que Minho lo siga mirando y tocando de esa forma como si fuera lo único que necesitara para respirar.

- M-minho- se quejó intentando eliminar la vergüenza y no cubrir su vergonzosa excitacion bajo los ojos oscuros y dilatados del alfa-. Por favor...- imploró algo que ni siquiera él sabía.

Y pareciera que Minho tampoco porque apretando el agarre en sus piernas pasó a acariciar bajo sus rodillas lenta y tortuosamente mientras preguntaba.

- ¿Por favor qué?- deseó saber, bajando sus caricias hasta los húmedos cachetes y volviendo a subir, solo para torturarlo, escuchar al omega perder el aliento e intentar manejar su respiración desastrosa mientras seguía temblando.

Lo volvía loco. Observar su agujero tan mojado, dilatarse y palpitar como una invitación para que lo llene de una vez, para que lo penetre y pueda ser succionado hasta el último centímetro de su miembro. Su pene se levantaba alegre con el solo pensamiento, luciéndose bajo la tela de sus pantalones que si no fueran negros de seguro ya estaría a la vista la humedad que estaba dejando salir su excitación.

- S-solo...por favor- imploró nuevamente, exhalando un vago caliente-. Haz algo...

Remojando sus labios hambrientos Minho asintió, decidido a concederle todo lo que deseara al omega.

Pasando los dedos por la húmeda entrada jugo un poco con ella, observando la expresión de Jisung contraerse y sus labios separarse con un gemido alto y jadeante, tan dulce y encantador. Lo vio fruncir el ceño de forma tierna cuando acarició al rededor del agujero una y otra vez solo para disfrutar un poco más su sufrimiento, verlo abrir la boca cada vez más y soltar bajos quejidos frustrados y necesitados.

Finalmente deslizó dos dedos en su interior de una vez, ampliando la mirada cuando el cuerpo se arqueó, cuando tembló hasta erizarle la piel, el interior caliente como el infierno se abrazó a sus dos extremidades como si quisiera asfixiarlos y junto a un gemido sin contenciones, alto y lleno de un placer complaciente acompañó al orgasmo más rápido que había tenido y vivido Jisung, quien cubrió su rostro totalmente aterrado y lleno de vergüenza al haberse corrido con las simple intromisión de dos dedos, ¡dos dedos!.

Santa papaya, ya solo llévame. Ya veo que no soy tu favorito.

Minho quedó ligeramente atontado, la mente se le nubló de todo tipo de pensamientos. Sintiendo el cuerpo aún temblando y con pequeños espasmos mientras Jisung aún cubría su rostro y respiraba inestable y sin aliento. Sus ojos recorrieron una y otra vez el camino de semen en el vientre del omega, y sus ojos se nublaron al caer en cuenta de lo que había pasado, intentando contenerse por la sensación de poder que llenaba sus venas, la dicha de saber cuanto afectaba al omega y no había podido disfrutarlo tan bien como debía.

- No hay necesidad de avergonzarse- moviendo los dedos los hizo ingresar lo que faltaba hasta que sus nudillos tocaron la piel temblorosa del omega y lo escuchó gimotear y suplicar en susurros, satisfecho con sentirlo temblar más de la cuenta como si estuviera sufriendo espasmos de placer-. Apenas está comenzando y es lo mínimo que vas a pasar esta noche, omega.

Apoyándose sobre su codo acercó el rostro al del omega y comenzó a mover los dedos, Jisung debió descubrirse el rostro para sostenerse de las sabanas, mientras gemía y suplicaba algo que ninguno sabía. Minho disfrutó ver cada expresión, como contraía su rostro del placer, ver sus ojos cristalizarse y sus labios pequeños y húmedos eran estironeados por sus dientes mientras se retorcía, apretaba las piernas y asfixiaba sus dedos en cada entrada y salida de estas.

Disfrutó cada muestra de placer mientras su miembro se endurecía por querer ser él que esté dentro suyo arracándole esos gemidos, por hacerlo retorcerse y estirar de las sabanas como si eso aliviara tantas descargas de placer en su cuerpo.

Minho solo aumento el ritmo cuando Jisung finalmente se apoyó sobre sus codos y balbuceó superado, gimiendo y haciendo temblar sus piernas mientras intentaba tomar la muñeca del alfa para que retire los dedos antes de que vuelva a suceder. Pero él mayor no lo hizo, los dedos de Jisung tampoco tenían las fuerzas suficientes para apartarlo, por lo que se resignó en apretar las piernas y gemir alto volteando los ojos cuando el segundo orgasmo estuvo allí y solo pudo sostenerse del brazo de Minho mientras explotaba sobre su vientre y parte de las sabanas, respirando como un sediento desesperado, temblando violentamente y lloriqueando mientras volvía a caer sobre las sabanas.

Ya iba dos corridas...dos. Y Jisung ya no podía, ya se estaba quedando sin fuerzas, ¡que vergonzoso!. Debió comer más verduras esa tarde.

- Minho...c-creo que...- quiso tomar tiempo, hacer un descanso de cinco minutitos nada más y recomponerse.

Pero cuando se dio cuenta Minho retiró los dedos de su entrada, y moviéndose encima suyo Jisung amplió la mirada cuando lo observó colocarse entre sus piernas. Su firmeza tembló y su entrada pareció dilatarse emocionado cuando se encontró con los ojos nublados e idos del alfa, llenos de excitación y tan lujuriosos por devorarlo. Su mirada descendió y su garganta pasó a secarse al ver el gran bulto pesado y sobre saliente bajo las telas del pantalón frente suyo. Cayó en cuenta que claro Minho no era de piedra.

Él también necesitaba satisfacerse de una vez.

Jisung quiso decir algo, al menos rezar un padre nuestro pero ni siquiera tuvo tiempo de tomar aire cuando los labios hambrientos del alfa buscaron los suyos. Su garganta emitió un sonido débil de satisfacción y felicidad cuando se percató del deseo del alfa, de su excitación y necesidad. Sus manos se sostuvieron de los hombros contrarios intentando no dejarse ganar por la falta de aliento y dejó que Minho devore cada espacio, succione sus labios y juegue con su lengua con chasquidos morbosos que erizaban su piel.

Su entrada estaba más que dilatado, mojado, expulsando hilos e hilos de lubricante por cada apretón de las manos del alfa en su cintura, muslos y trasero. Buscando gemir y soltar su satisfacción ante los toques pero los labios de Minho simplemente no lo dejaban ir.

Hasta que pareció recordar que Jisung era humano y necesitaba el maldito oxígeno para vivir y se alejó. El omega respiró desastrozamente, intentando recuperar aliento mientras sentía sus labios entumecidos, totalmente mojados e hinchados y al observar a Mimho este no estaba mejor, con los ojos tan perdidos y nublados por el placer y los labios húmedos y totalmente rojos, con un hilo de saliva que enloqueció al omega, gimoteando cuando se alejó de su cuerpo pero no tuvo ni tiempo para refutar cuando lo vio llevar las manos a su pantalón.

Casi se sintió un mocoso a punto de recibir su dulce favorito. Observó con los ojos grandes y brillantes al alfa bajar sus pantalones junto a su ropa interior y sus ojos recorrieron como locos cada espacio, la longitud, la grandeza, los centímetros....los magníficos y deliciosos centímetros que lo hicieron babear queriendo reír atontado.

- Minho...- jadeó queriendo hacer notar su contento por lo que veía, observando el grueso y despierto miembro moverse erecto, con la roja punta totalmente húmedo por la excitación y el líquido preseminal. Su boca se hizo agua mientras sus dedos cosquilleaban, sintiéndose más que un pervertido por querer tomarlo entre sus manos.

¿Incluso cabría entre sus manos?.

- Joder, omega. Tu expresión es tan transparente que deseo burlarme de ti- levantando la mirada a rastras ni siquiera tenía espacio para sentirse avergonzado, sino que sólo pestañeó con inocencia y de forma lasciva encontrándose con los ojos encendidos de Minho-. Pero no puedo aguantar un poco más para eso.

Jisung estaba por hacer un charco de lubricante y su propia saliva, estremeciéndose cuando Minho se acercó un poco más a su cuerpo y el duro y pesado miembro se frotó contra sus muslos.

Respiró agitado, abrazando el cuello del alfa acercó el rostro al suyo y acarició sus narices, lamiendo de forma juguetona los labios ajenos disfrutando los ojos solo oscurecerse más y el deseo bailar peligrosamente.

- Sería un honor ser el primero en tenerte, alfa- susurró contra los labios, rozándolos y sintiendo el cuerpo del alfa tensarse afectado-. Y él único- recordó más que arrogante.

Minho sonrió de lado contra sus labios y supo que le había gustado su afirmación. Bajando la mirada a su labios se inclinó a besarlo una última vez, saboreando cada parte mientras tomaba sus muslos y lo obligaba a abrazar su cadera, su cuerpo se tensionó por la anticipación.

Cuando sus ojos se conectaron los suyos Minho le sonrió cortamente con un brillo altivo y susurró.

- No grites tan fuerte- se burló de él, y ninguna burla le había encantado tanto que aquella de Minho hacia él-. Voy a entrar.

Le gustó que al final le aclaró como si le concediera la oportunidad de detenerlo a pesar de que ni él mismo lo resistía un poco más. Aún así hasta que asintió no se movió a tomar su miembro y acomodarlo en el centro de su entrada, frotando un eterno momento mientras ambos cara a cara se observaban mutuamente sus reacciones, firmes, deseosos y cada vez más locos pero negándose a apartar los ojos por algo que tanto habían deseado sus cuerpos y se habían negado a dar.

Por eso cuando el miembro comenzó a entrar, Jisung no quiso pensar en nada más. Su ceño se frunció y su aliento se cortó, sus piernas apretaron las caderas ajenas mientras entre abría los labios, dejando caer la cabeza sobre la almohada cuando lo que pareció ser una intromisión lenta se volvió una estocada fuerte y fue llenado de golpe de una forma escalofriante, su cuerpo completo sufrió un latigazo de calor y estremecimiento cuando la sensación del miembro abrir sus paredes le arrebato incluso la habilidad del habla, la respiración e incluso no pudo emitir sonido.

Le había sorprendido tanto la gran intromisión luego de tanto tiempo que el placer y los espasmos fueron demasiados. Ni siquiera pudo gritar, en cambio sus labios se abrieron en grande dejando escapar un torpe aliento mientras se aferraba a los mechones del alfa, pudiendo escuchar un gruñido proveyente de este y sentir la tensión apoderarse de todo el cuerpo ajeno. Sus ojos se cristalizaron sorprendentemente segundos después, temblando cuando sintió la frente contraria caer sobre su hombro y la respiración errática chocar contra su cuello.

Y cuando escuchó la pregunta deseó tener aliento para reír.

- ¿Estás bien...Jisung?- el omega intentó relajarse, pero el cuerpo le temblaba tan patéticamente que era claro que no estaba bien.

¡Estaba más que bien!. Se sentía lleno, repleto, a punto de rebosar pero tan bien. El miembro de Minho era lo suficiente grande para robarle el aliento en la primera estocada, hacerlo temblar del cosquilleante placer correr como fuego en sus paredes, en ese punto enloquecedor dentro suyo. ¡Podía babear del placer y correrse una vez más!.

¿Por qué se había privado de aquello tanto tiempo?, ¡¿es que acaso era idiota?!.

A punto de voltear los ojos Jisung se rindió bajó el cuerpo, arqueándose y gimoteando alto cuando encontró su voz. Pequeñas lágrimas se instalaron en sus lagrimales mientras jalaba de los mechones del cabello del alfa, suplicando mudamente.

- B-bien....estoy bien- chilló sin aliento y moviendo su cadera sintió que tendría una nueva perdición desde ese día.

Su nueva perdición: el pene de Minho. Que bendición.

- Muévete, Minho- suplicó impaciente y para su alivio Minho pareció comprender porque soltó una risa entre dientes y sostuvo su cadera antes de acatar la orden.

Jisung los próximos segundos comenzó a ver estrellitas, no sabía si en serio era porque el miembro de Minho era mágico o solo estaba sintiendo cosas porque era ese alfa quien lo tocaba. Pero no pudo contener sus gemidos aunque lo intentara cuando el alfa comenzó a embestir, sacando el miembro y metiendo de lleno con una fuerza que lo hacia gemir, babear, temblar y retorcerse lleno de placer, embriagado con cada estocada, suspirando en cada golpe, chillando por cada salida del alfa y volviendo a derretirse cuando lo llenaba por completo.

Escuchaba a Minho gruñir, lo sentía apretar la piel de su cadera con tanta fuerza hasta causarle un ligero dolor que estaba seguro dejaría marca pero no le importaba. Quería escucharlo más, sentirlo tensarse y quedarse sin aliento y fuerzas mientras aumentaba las embestidas y su boca caía sobre su pecho sintiéndolo morder su piel y haciéndolo gemir, gritar el placer que sentía por cada embestida, por cada succión en su piel. Un alfa que estaba experimentando cada espacio de su omega por primera vez y era incapaz de saber como reaccionar más que descargando su tumulto de emociones en él.

Y para Jisung estaba bien. Que lo utilice como quiera, Minho se lo merecía más que nadie.

Apenas fue capaz de quejarse cuando Minho se alejó y levantando sus piernas los colocó sobre sus hombros, y lo entendió cuando tomando fuerza embistió más profundo, robándole más gemidos, haciéndolo llorar, sintiendo los dedos de sus pies retorcerse mientras se sostenía de las sabanas intentando que el placer no lo haga enloquecer.

Sus ojos nublados y repleto de lágrimas se encontraron con el rostro del alfa. Encima suyo, con los ojos cerrados y el ceño fruncido de una forma tan caliente, el sudor se deslizaba por su piel y su cuello estaba marcado de venas a causa del esfuerzo y la tensión. Lo sintió grande, poderoso y fuerte sobre él, embistiendo su miembro dentro suyo una y otra vez, gruñendo por cada movimiento y respirando erraticamente mientras maldecía alguna incoherencia por lo bajo.

Incluso si quería resistirse Jisung no podía soportar la sensibilidad de su cuerpo. Sus labios dejaron salir súplicas inentendibles cuando de forma seguida el miembro del alfa tocó su punto de placer, entrando y saliendo en un vaivén que lo hizo enloquecer y volver a correrse, hilos de semen que cayeron sobre los ya secos y aún si Minho no se detuvo por compasión.

- A-alfa...alfa, por favor- se arqueó a causa de las descargas de placer, se sentía mareado, gimoteando cuando los labios de Minho encontraron su pezón como una víctima a su necesidad y comenzó a succionarlo mientras seguía con las embestidas.

Entrando en una estocada certera y limpia Minho respiró hondo y agitado, hundiéndose en el cuello del omega al sentir aquella sensación de insoportable cosquilleo, estaba a punto de correrse. Y Jisung lo sabía también porque giró la cabeza por completo gimoteando suplicante, dejando al descubierto su piel suplicando mudamente que lo haga, que hunda sus dientes en él y lo marque.

Moviéndose en círculos Minho soltó un gruñido buscando auto control. Y alejándose salió del interior del omega ignorando su quejido alto y lastimero.

- ¡Minho!- el llamado fue casi angustiante y desesperado, Minho detuvo las manos del omega cuando intentaron agarrarlo y vio los ojos brillantes a causa de las lagrimas suplicarle mudamente por su tacto.

No podía consolarlo, no tenía el control para eso ahora. En cambio siguió con su deseo y tomando las caderas del omega lo volteó sobre las sabanas con firmeza levantando su trasero con facilidad mientras lo escuchaba gemir y ronronear contra las sabanas, demostrando sin pudor su felicidad de que volvería a ser tomado.

Fue una vista gratificante y estimulante. Volviendo a embestir en esa posición al omega, observando sus hombros sacudirse, su pequeño y lindo trasero a la vista, la entrada mojada y caliente volviendo a recibirlo como un refugio lo hicieron suspirar dejando caer la cabeza hacia atrás, escuchando a Jisung llamarlo una y otra vez chillando por cada embestida suya, temblando y moviendo sus caderas desvergonzadamente mientras su aroma dulce, empalagoso y tan delicioso llenaba la habitación, lo volvía loco.

Con un par de embestidas volvió a retomar el ritmo. Y con eso volvió a sentir el cosquilleo insoportable, su miembro se hincho llenándose de su esencia listo para derramarse dentro de su omega, observó el cuerpo bajo suyo temblar, su pene entrar y salir y sentir las paredes succionarlo como si quisiera devorarlo.

- M-minho...alfa...- el omega siguió llamando, queriendo que lo haga de una vez, quería que lo llene, que lo muerda y lo haga olvidarse hasta de su nombre del dolor y el placer, lo quería tanto.

Inclinándose Minho deslizó la mano por toda la columna del omega, acariciando su piel y escuchándolo jadear con anticipación. Y llegando a sus alborotados mechones los tomó con firmeza y estiró de él, escuchándolo balbucear complacido al ser jalado del cabello y obligado a enderezarse.

Jisung sintió sus lágrimas cubrir sus mejillas de una vez cuando la mano del alfa se posicionó en su cuello e hizo descansar su cabeza sobre su hombro. Su espalda se retorcía porque en esa posición era más profundo, el miembro estaba tan adentro que lo podía sentir a punto de perforar su estómago, haciéndolo babear y voltear los ojos totalmente mareado, nunca se había sentido tan perdido por el placer como en ese momento.

Sus gemidos volvieron a tomar volumen a medida que Minho volvía a aumentar sus embestidas, apretando el agarre en su cuello, abrazando su cintura con su brazo libre ayudándolo a sostenerse. Haciéndolo llorar al sentirlo hundirse en su cuello y sentir su nuca doler desesperado por querer ser mordido.

Su trasero sonaba en cada embestida, siendo golpeado con fuerza hasta hacerlo temblar de pies a cabeza. Y cuando el miembro comenzó a hincharse dentro suyo, emocionándolo, volviendo loco a su omega, a él. Sintió que iba a desfallecer mientras levantaba los brazos y abrazaba la cabeza del alfa, suplicando entre gemidos por cada golpe y estocada hasta escuchar al alfa gruñir apretando su cuello hasta casi ser privado de respirar.

- P-por favor...- suplicó sin aire, sin dejar de temblar y llorar-. Quiero q-que me marques, por favor, M-minho- nunca en su vida espero hacerlo, pero allí estaba, suplicando a un alfa en llanto para que lo marque.

Pero se trataba de Lee Minho, muchos quisieran. No podía contenerse por su orgullo, si requería podía suplicar toda la eternidad.

Pero para su suerte. Minho estaba igual o peor de desesperado que él.

Jisung solo pudo recordar al alfa embestirlo una última vez con una fuerza abismal, lo sintió correrse con tanta fuerza dentro suyo, llenándolo de una cantidad jugosa de semen caliente y que rebasó sin poder detenerlo. Él también volvió a correrse, gimiendo o tal vez gritando, retorciéndose cuando sintió los cánidos grandes y dolorosos acomodarse en su nuca y mientras el nudo crecía dentro suyo con una hinchazón preocupante sucedió.

Lo sintió perforar su piel sin compasión, mordiendo con una decisión y fuerza. Jisung gritó por un momento, porque para él otro se derritió, cayó sobre cuerpo del alfa solo porque este aún lo seguía sosteniendo. Sintió todo y nada, el dolor que recorrió su cuello no pudo ser delatado porque quedó sin fuerzas para emitir sonido. Minho sabía que Jisung estaba sufriendo y siendo llenado de sobre manera pero no pudo detenerse, incluso al sentir las lágrimas mojar su brazo, no dejó de apretar los dientes y morder, con los ojos desenfocados, perdidos. Obsesionado porque esa marca sea real por donde lo mires. El nudo creció más de la cuenta y cuando dejó ir el cuello y su agarre cayó Jisung se desvaneció sobre las sabanas, llorando, sollozando y moviéndose desesperado por el dolor, aún conectado al nudo con la sangre cayendo en un hilo de su cuello.

Minho quería espabilar pero estaba en un trance. Incapaz de consolar al omega, sus ojos se cerraron por un momento y sintió el sabor de la sangre en la boca y momento después el latir de su corazón fue insoportable, supo que el sonido ya no era solo suyo ahora.

Abriendo los ojos escuchó a Jisung gimotear, temblar con violencia sobre las sabanas mientras arañaba los cojines, desesperado por el dolor que era inevitable.

Exhausto Minho sostuvo las caderas del omega con firmeza, obligándolo a quedarse quieto pese a sus lamentos.

- Quieto, si sigues moviéndote así te desgarraras- advirtió, la voz le salio tan ronca y severa como esperó. El nudo estaba tan hinchado que no tenía de otra que someter al omega o terminaría lastimándose de forma terrible.

Jisung pareció no querer escuchar, porque aunque se detuvo su llanto no lo hizo. Seguía llorando como un bebé asustado, probablemente ya solo era un ligero dolor en la marca pero la impresión es lo que aún lo tenía lloriqueando desesperado por querer aliviarse.

Minho no pudo hacer más que acariciar la columna, su piel suave y ligeramente sudorosa. Acarició los costados observando los hombros temblar y escuchando la respiración agitada del omega, con su repetido y bajo llanto de berrinche que inevitablemente lo hizo sonreír ligeramente, pudiendo sentir el corazón contento darle consuelo, sabiendo que Jisung no estaba arrepentido y más allá de eso solo estaba haciendo una rabieta silenciosa.

Cuando el nudo comenzó a bajar luego de unos minutos Jisung solo esperó a que estuviera lo suficiente pequeño para salir y poder balbucear complacido cuando la cantidad de semen comenzaba a salir de su interior deslizándose por sus muslos. Su cuerpo se volteó y comenzó a parpadear lentamente, exhausto.

Momento después soltó un quejido alto y adolorido, comenzó a llorar de nuevo.

Su marca dolía como la mierda y no tardó en hacer un escándalo absurdo mientras Minho se colocaba con cuidado entre sus piernas y se inclinaba cerca de su cuello finalmente haciéndose cargo.

- M-minho, te juró que si esto sigue doliendo así para mañana me arrancaré el cuello- amenazó sollozando sin fuerzas.

Segundos después olvidó que había hecho una amenaza violenta cuando los labios del alfa besaron la herida y luego la húmeda lengua comenzó a lamer toda la sangre restante eliminando todo el dolor existente de golpe, tan solo haciéndolo ronronear y volverse dócil sobre las sabanas cerrando los ojos. Subiendo lo brazos abrazó el cuello del alfa manteniéndolo cerca casi babeando cuando los labios contrarios se cerraron sobre la herida llenando su cuello de cosquilleos y una sensación de deliciosa paz y armonía dentro suyo.

Así se sentía ser tranquilizado por su alfa. Juju, su alfa. ¡Su alfa!. Minho era su alfa, suyo de él y de nadie más y quien se atreva a decir lo contrario haría correr sangre.

Nuevamente se puso a llorar.

No sabía que era más culpable, la reciente marca que lo tenía extremadamente sensible o que en serio sentía tan perfecto poder decir que Minho era su alfa, y eso lo hacía feliz.

El alfa no se preocupó por el nuevo llanto, sabía que no se debía a nada malo, ahora podía sentirlo.

Aún así lleno al omega de su aroma. Buscó los labios de Jisung casi violáceos por tantos ser morisqueados y los besó con suavidad una y otra vez escuchando al omega retener los sollozos para corresponder cada beso como si su llanto no fuera en serio.

- ¿Por qué lloras, omega?- decidió preguntar frotando la nariz contra la reciente marca cerrando los ojos, disfrutando tener al omega llorando contra él, dócil, vulnerable y tan suyo, como siempre había querido.

- Lloro porque me duele la mordida, a-animal- excusó con algo que tampoco era tan mentira, bueno ahora ya no dolía pero no iba a admitirlo-. Y porque estoy cayendo en cuenta que ahora eres mi alfa, lloro porque siento pena de ti y lo que te espera.

Minho soltó una risa negando mientras se alejaba a observar al omega. Jisung se apresuró en gruñir descontento porque su cuello fue desatendido. Volteando a mirar al mayor no tuvo voz para quejarse al encontrar la mirada llena de un brillo electrizante, de adoración y amabilidad que enloqueció su corazón e hizo cristalizar sus ojos ya húmedos e hinchados.

- Mi omega, lindo, hermoso y precioso omega- llamó y Jisung comenzó a llorar otra vez cubriendo sus ojos con una mano mientras podía sentir el rostro de Minho frotarse sobre su torso besando en medio de su pecho consolándolo-. No podrás descansar de mí desde ahora, soy yo el que sentirá pena de ti, voy a llenarte de mí hasta asfixiarte- advirtió y para Jisung no se escuchaba nada mal.

- S-si lo que pretendes es asustarme no lo estas logrando, ni un poco- Minho soltó una pequeña risa, sonriendo al omega cuando este apartó la mano mirándolo con sus lindos orbes brillantes y rojos por el llanto, un pequeño puchero se instaló en sus labios y se veía malditamente tierno y hermoso.

- Me alegra oír eso- Jisung lloriqueó observando a Minho tomar la palma de su mano y besar sus nudillos uno por uno y luego se acercó a sus labios, el beso le supo dulce y amargo, con una ligera sensación salada pero le encantaba, quería probarlo sin parar.

No había porque impacientarse. Tenía toda una vida por disfrutar de esos besos, de su alfa. De Lee Minho, a quien pertenecía ahora.

Que se presenten los que no me tuvieron fe y dijeron tener que esperar dos meses más por actualización 😜

Bueno, aquí finalmente tienen la comida del año, esa comida que tanto deseaban las hambreadas. Oficialmente nuestro virgen Minho ya no es nada virgen y nuestro libertino Jisung ya no es tan libre. Se ataron de por vida ALDKSJDJFJAJDJ😭

Espero y rezo por que les haya gustado el capitulo, un tanto largo la verdad pero quería hacerlo con lujo y detalle <3.

Tbm quería hacer un espacio para promocionar un momento la obra de mi hermana. Está escribiendo su propio libro y quisiera que pudieran darle una oportunidad, tal vez les encante tanto como a mí🩷. Podrán encontrarlo en este usuario!( laridddd )

Bno, buenas noches, día o tarde para la hora en que lean esto.♡

Ya solo faltan unos dos capítulos como máximo para finalizar Stay, omgg🥹

Chaoo♡

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