6
Un día cansado, eso era para Taehyung. Si bien amaba el arte, la teoría era lo más que detestaba y que por obligación debía de aprender.
Llegó cansado a la cafetería donde frecuentaba ir. Jungkook lo estaría esperando ahí ya que el peliazul tenía unas dudas aún. Este pidió una infusión de manzanilla para poder relajarse, comenzaba a tener estrés innecesariamente.
—Hoy te veo más cansado de lo habitual. ¿No es mejor posponerlo? —le preguntó Jungkook.
—Estoy bien, no es gran cosa que voy a hacer.
Sacó sus materiales y dispuesto comenzó a dibujar un brazo bastante realista que no le tomó menos de diez minutos.
—Muéstrame los tatuajes de tu brazo.
—Que descortés, debes de pedir las cosas con un por favor y un gracias —remangó su camisa hasta arriba del hombro, mostrando sus resaltantes tatuajes.
—¿Acaso tu me pides las cosas así? Que yo sepa no —tocó su bíceps, estaba bastante ejercitado. Más abajo en por la superficie dorsal pudo notar un tatuaje de un ojo que le causaba curiosidad.
—¿Crees que puedes hablarme con autoridad solo porque eres mayor que yo? Los viejos son iguales —chasqueó la lengua.
—Tengo veintidós años para tu información.
—¿Qué...? ¿Entonces eres menor que yo? ¿¡Viví todo este tiempo pensando que eras mayor!? —incluso el mismo Tae se sorprendió de que fuera mayor.
¿Cómo podría alguien tan malhumorado que se comporta como un niño cuando tiene leche de banana, ser mayor que alguien más pacifista?
—Nunca preguntas nada, por eso piensas cosas que no son —contestó—. A todo esto, ¿por qué te tatuaste un ojo en el brazo? ¿Acaso piensas que puedes ver con ese también?
—Eres estúpido, ¿no?
Sin prestarle tanta atención Taehyung empezó a dibujar los tatuajes tal y como estaban en el brazo. Eran un poco fáciles.
—Lo hice por alguien.
—Aquí vamos otra vez —susurró. Para él todo eso de "lo hice por alguien" le resultaba bastante cliché.
—Me estoy desahogado contigo porque me preguntaste, no te quejes —hizo pausa—. Antes tenía una pareja que apreciaba mucho, pero que con el tiempo supe que nuestra relación no iba a dar para más así que la terminé, solo para que ambos no sufriéramos más de lo que hacíamos.
—¿Eso justifica el tatuaje?
—¿Acaso nunca has amado a alguien? Literalmente pareces una persona sin sentimientos.
—Sé amar y querer, justo como tú lo haces, pero eso no significa que llegue al extremo que tatuarme su ojo.
—Aunque no lo creas, sería lo mismo como cuando dibujas a alguien que le tienes mucho afecto.
Taehyung dejó su lápiz a un lado solo para dedicarse a pensar. Tenía razón —razonó su mente. Si ese es el caso, podía entenderlo perfectamente.
—En verdad, esa persona es afortunada —expresó Tae—. Debiste amarla mucho para hacerlo.
—Corrección, amarlo —y después de varios minutos el peliazul pudo observar los ojos de Jungkook—. ¡Te he dicho que no me mires directamente, siento que me desnudas cuando me miras a los ojos!
—¿Te incomodo?
—¡Por supuesto que sí! —Taehyung sonrió.
Sonreía porque le gustaba ver la expresión asustadiza de Jungkook, porque este pensaba que podría saber cuáles eran sus pensamientos y acciones con tan solo mirarlo, algo que para Taehyung no era así.
—Es la segunda vez que te veo sonreír. Deberías de hacerlo más seguido.
Jungkook se levantó para recoger su café y mientras, teníamos a un Taehyung confundido con lo que acababa de pasar.
¿Debería de sonreír más?
—Pude notar algo en ti hace poco —dijo volviendo a la mesa y darle después un sorbo a su café—. No eres de la capital.
—Adivinaste. Soy de Daegu.
—Oh, al parecer tenemos algo en común —Tae ladeó la cabeza sin lograr entender—. Soy de Busan, es decir, ambos no somos de la capital.
—No se te nota en el acento —dijo sorprendido, puesto que ha interactuado con personas de esa ciudad y comparándolos con Jungkook, no tenía el acento.
—Eso es porque llevo años viviendo aquí —sonrió, mostrando sus dientes de conejo que tanto Tae resaltaba en sus dibujos—. Veinte años para ser exacto. Tengo veintitrés.
—¿Crees que haciendo énfasis en tu edad significa que te llamaré hyung? —preguntó al instante entendiendo la pequeña indirecta de Jungkook.
—¡No lo hacía con esa intención! —Taehyung volvió a mirarlo a los ojos—. Bueno... tal vez sí.
—Yo llevo cuatro años en la capital, fue justo cuando tomé la decisión de irme de Daegu porque me ofrecieron una beca en la universidad donde estoy.
—¿Y yo te pedí explicaciones?
—Tú me diste explicaciones así que yo puedo hacerlo también.
El teléfono de Taehyung empezó a sonar, así que dejando a un lado su conversación con Jungkook, respondió.
—"¡Tae, al fin contestas!" —era Jimin.
—Solo me llamaste ahora y te estoy contestando ahora.
—"Cierto... Quería invitarte otra vez al club donde fuimos la primera vez. ¿Quieres ir? Digo, sé que no eres una persona que le guste el ruido."
Observó a Jungkook quien tomaba de su café tranquilamente y sin preocupaciones.
—Está bien, iré.
—"¡Gracias al cielo! Quería invitar a otros amigos, pero iban a ser muy aburridos con lo mismo, por eso te elegí. Nos vemos a las ocho, ¿está bien?" —tras aceptar colgó.
Dejó su teléfono a un lado y tomó el último sorbo que le quedaba de su infusión.
—Al parecer nos volveremos a ver esta noche.
—¿Qué?
—Un compañero me invitó ir de nuevo al club donde tocas.
—Creí que no tenías amigos.
—Dije compañero, no amigo.
Llegando a este punto, Taehyung pensó que no era normal que otros se le acercaran a no ser que sea por su arte. ¿Jimin se acercaba a él porque de verdad quería ser su amigo o porque quería un escape en su arte?
{...}
Ya había llegado la noche, el peliazul terminaba de arreglarse y recogió lo necesario antes de salir de casa.
En realidad, su plan inicial antes de que Jimin lo llamara esa tarde era pasar el resto del día pintando, pero salir de su bucle de pensamientos le vendría bien, porque si no, se quedaría estancado por el cansancio mental.
Llegó al club, estaba repleto de gente, pero como ya conocía el personal de seguridad lo dejaron pasar sin problemas, ahora solo tocaba esperar a Jimin.
Taehyung no era alguien de estar rodeado de gente, mas bien, lo incomodaba porque no estaba acostumbrado —aun viviendo en Seúl por años— a estar con demás personas. Lo hacía solamente por querer probar algo nuevo y cambiar de aires.
Al poco rato Jimin se reunió con él y esperaron a que la banda más esperada apareciera por el club.
—¿Vas a tomar algo, Tae? —le preguntó Jimin, este solo negó.
Unos minutos más tarde, la banda de Jungkook hizo su aparición en el escenario, saludando a su público.
La primera canción empezó y la euforia entre la mayoría no se hizo esperar, cantaban a la misma par.
Taehyung observaba de reojo a Jimin quién también estaba bastante emocionado, pero pudo notar algo que llamó su atención; no estaba mirando a la banda en general, sino que miraba a Jungkook.
Será uno de sus fans —supuso Tae.
Al terminar la canción dieron unas últimas palabras. La mirada de Jungkook se posó en Taehyung, pero luego la dirigió a su acompañante de al lado: Park Jimin.
Ambos habían chocado miradas, quedándose rato, pensando que pasaban minutos, viéndose a los ojos.
Taehyung sabía que algo andaba mal en ese ambiente animado pero confuso por la mirada de ambos.
Minutos mas tardes, las luces del escenario fueron aclarándose hasta el punto de ver con claridad la batería que el de mechas azules tocaba. Las demás personas fueron dispersándose por el lugar; ya no estaba la manada frente al escenario.
De lejos Taehyung pudo ver cómo Jungkook y sus amigos se aproximaban hacia estos, quedando cara a cara.
Jungkook no miraba a Taehyung, ni siquiera sabía si el peliazul seguía estando al lado de su compañero o no, solo le importaba él:
—Jimin.
Solo su nombre, Jimin, solo eso pudo articular su boca.
Taehyung quería saber que ocurría mas no quería preguntar. ¿Se conocían desde antes? —preguntó en sus adentros.
Y de algo estaba seguro; sus caras de sorpresa decían que llevaban tiempo sin verse.
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