24
En las últimas semanas Tae había ahorrado dinero suficiente para poder hacer las compras matutinas y de paso hacerse un auto regalo.
Lo hice bien, merezco un pequeño cariño de mi parte, ¿no? —pensó.
Así que después de casi un año sin comer helado, compró un pequeño tarrito que de camino a casa fue comiendo.
Alguien en su espalda tocó su hombro y este detuvo su caminata para poder girar hacia esa persona. Era Hoseok, quien le sonreía, pero el peliazul sabía que algo no iba bien con esa sonrisa.
—Al parecer tienes la costumbre de tomar de sorpresa a las personas, Hoseok-hyung.
—Lo siento —soltó una risa nerviosa—. ¿Estas comiendo helado en casi invierno...? —asintió despreocupadamente—. Bueno, eso da igual. Necesito que vengas conmigo.
Ni había dejado que Tae le respondiera y ya estaba jalándolo del brazo para recorrer algunas calles, abrir la puerta de un local, subir las escaleras y llegar a lo que parecía un estudio.
Desde afuera se podía escuchar un par de gritos, era como si estuvieran en un gallinero, pero más calmado.
De calmado no tenía nada porque la situación había subido de nivel.
Hoseok abrió la puerta, es ahí cuando se ve que Jin estaba discutiendo con Jungkook.
—¡Ya has comenzado en canciones anteriores, no seas egoísta y déjame hacerlo! —le reclamó el mayor—
—¿¡Vienes a excusarte con eso?! ¡Te ofrecí en canciones pasadas cantar primero, pero lo único que hiciste es negarte. Admite la verdad y no eches en cara lo que otros hicieron por ofrecerte! —exclamó Jungkook furioso—
Para Tae, esto era normal de ver. Tan normal que el mayor del grupo se pelee con el menor por ridiculeces que fácilmente se pueden resolver dialogando.
—¡Tengo el total derecho de reclamar por algo! —dijo Jin acercándose más al de mechas azules—
—¿Después de cinco años vienes a reclamar? ¿Te parece justo eso? —igualmente Jungkook fue acercándose—
Igualmente, esto más que una pelea de hyung y maknae, parecía una pelea de animales por lo ruidosos que eran.
Taehyung dejó las bolsas a un lado junto con su helado ya tapado, buscó de su bolso un pequeño cuaderno al igual que un lápiz y empezó a dibujar según como se veían, dejando su imaginación flotar.
Y sí, mientras esos dos prácticamente se comían vivos, a Taehyung ni le importaba eso por más que estuviera subiendo de nivel.
Hoseok, quien estaba a su lado, observó como el menor terminaba de dibujar dando pequeños retoques y se tapó la boca para evitar soltar una fuerte carcajada.
Al final no pudo más, empezó a reírse hasta que las lágrimas se le salieron.
—¿¡De qué te ríes, Jung Hoseok?! —los dos peleados observaron al nombrado—. Esto no es gracioso y lo sabes —dijo Jungkook—
Sin embargo, su expresión fruncida y furiosa, fue ablandada cuando observó el dibujo de Tae. Igualmente para Jin quien le regaló una amplia sonrisa divertida.
—¿Es así como nos ves? —le pregunta Jin—
—Es normal pelear con los mayores y menores, pero Jin-hyung, si antes Jungkook te había ofrecido empezar la canción, no debes de molestarte porque lo hizo ahora cuando anteriormente te habías negado muchas veces, ¿no es así? —lentamente asintió—. Y tu, Jungkook... No seas tan ruidoso, aunque eso va para ambos. Parece que estuvieran en un zoológico sin control alguno. Jungkook siendo un conejito que ofrecía y Jin una alpaca que reclama con argumentos... No muy sólidos, sin ofender.
Era como si se sintieran regañados por alguien muchísimo mayor que ellos, quien utilizaba más la lógica, con argumentos sólidos y aceptables.
—No quiero pretender que estoy más de parte de uno que del otro, si no que es mi perspectiva de vista. Creo que... Ambos deberían de disculparse y dialogar civilizadamente. Si hablan entre ustedes, estoy seguro de que llegarán a un acuerdo que los favorezca a ambos.
Ambos chicos se observaron entre ellos y el primero en decir y actuar fue Jin. Se inclinó un poco frente a Jungkook y este de inmediato hizo lo mismo.
—Perdón por haber actuado tan mal hace poco. Tuviste la razón en todo momento. Estábamos de acuerdo al principio de que ibas a empezar tu, pero... Simplemente lo siento.
—También debo de disculparme por alarmarme de más.
Y así es como concluye la tan famosa disputa por una canción.
{...}
Taehyung observaba un mural pintada de negro, por alguna razón, le hacía recordar a aquel cuadro en blanco que a principio de semestre vio en el museo.
—¿Por qué están aquí y no en el club? —preguntó el menor—
—Resulta ser que el hermano de Jin, quien es el dueño, nos sacó a patadas —explicó Jungkook—
—No fue tan así... O quizás sí —comentó Jin dudoso—. El caso es que él ya no quiere que practiquemos en el club, más por el incidente.
—Pero si eso fue...
—Sí, hace mucho tiempo —concluyó Yoongi—. Además, ya teníamos apartado este estudio desde hace un año —explicó—. Estábamos pagando sin usarlo... Bueno, Jungkook lo estaba pagando.
El peliazul dirigió su mirada al de mechas azules quien jugaba con sus baquetas mirando a la nada. Al parecer estaba pensando en algo muy profundamente.
—Estuve pensando... Esa pared se ve muy fea en negro —expresó Jin con sinceridad—. ¿Y si se pinta?
—¿Qué rayos hablas? ¿Piensas que tenemos las veinticuatro horas de los siete días de la semana libre? —le preguntó Jungkook tras regresar en sí—
—Nunca dije de nosotros pintarlo, tonto —giró los ojos—. Podríamos... ¿Taehyung? —el menor colocó toda su atención en el mayor—. ¿Podrías...?
—De seguro tiene muchas cosas que hacer. Más por su trabajo final —comentó Jungkook—
—Está bien, puedo hacerlo —dijo sin pensarlo dos veces—
Sus mayores dirigieron su mirada a este quien seguía comiendo de su helado casi derretido. Había respondido con tan poca preocupación. Entonces mentalmente se dijeron:
"Quién tuviera esa paciencia y serenidad, no tendría nada de qué envidiar."
—Vaya... Lo decía de broma, no creía que...
—Con tus bromas es difícil saber si van de verdad o simplemente para tomarle el pelo a la gente —espetó Jungkook—
Si Jungkook es de esas personas que no se queda callado por nada, estar a su lado sería algo parecido a: "si no tienes cuidado con lo que dices, será un cuchillo seguro en tu diario a vivir." Pero teniendo a alguien como Taehyung de amigo incluso para él sería difícil poder decir algo sin que el peliazul pueda interpretar muy bien sus palabras.
—Hace mucho que no hago un mural, la primera vez fue en mi primer año universitario. Puedo hacerlo.
—Si tienes algo que hacer, no debes de preocuparte en hacerlo, lo entenderemos —dijo Nam, al momento Tae negó—
—Entonces... ¿Qué quieres a cambio? ¿Cuanto costaría hacer eso?
La pregunta de Jin, le había hecho dudar en el costo de su arte, mejor dicho: le hacía dudar si tendría que cobrarles a ellos.
La respuesta era tan obvia que darle mente era un caso perdido, porque si tuviera que volver a elegir sobre aquella respuesta, diría una y mil veces:
—Lo hago por ustedes y también por mi, para poder distraerme un poco. A veces los trabajos monótonos son un poco aburridos. Por lo tanto, no necesitan pagarme con dinero, estoy bien con eso —respondió—
—Si no quieres dinero, te invito al próximo concierto dentro de un mes —invitó Jungkook—
—Acepto la invitación con gusto —agradeció el menor con una sonrisa—
—Me sorprende que Tae siga aceptando tales invitaciones cuando es un chico muy sereno, que a simple vista se nota que la música ruidosa no es de él —habló Yoongi por primera finalmente—, pero admiro esa parte de él.
—No será ruidosa —el estudio se quedó en completo silencio, hasta que nuevamente dirigieron su mirada a Jungkook con rapidez—. Ups, di un pequeño adelanto.
Una banda de "rock" en donde ahora no hagan rock, ¿seguiría siendo de ellos el estilo?
—¿Nos quieres volver versátiles? —comentó Yoongi en broma—
—Tu y tus spoilers —Jin negó por ser Jungkook un caso perdido—. Benditos sean tus padres quienes te soportan.
—Nam-hyung, Jin-hyung, benditos sean ustedes que me soportan.
El estudio se llenó de sus risas, incluso el mismo Tae había reído por lo "tonto" que sonaba su comentario.
Tae lo entendió desde ese momento. Su lugar no era la soledad por más que estuviera acostumbrado a andar solo, su lugar era estar acompañado de aquellas personas, que, con el paso del tiempo, le estaban dando el verdadero significado de lo que era la amistad.
{...}
El peliazul empezaba a dibujar en su pequeño cuaderno un pulpo que en su fondo habían varias estrellas. Solamente era un boceto no muy bien hecho.
—Me recuerdas mucho a una ballena —comparó Jungkook—
—¿A una ballena...?
—Sí, a una ballena solitaria, la única diferencia, es que ya no eres solitario.
Aquellas palabras dejaron en trance a Tae. Jungkook lo había notado cuando empezó a conocerlo mejor. Porque alguien como él, no merecía estar solo.
La burbujita creativa de Tae fue encendida y desde entonces, en otra hoja aparte, comenzó a dibujar lo que era una ballena siendo abrazada por un pulpo. Frente a esos dibujos, fue haciendo el logo de la banda que difícil no era. Al igual que hizo con el boceto anterior, en el fondo había puesto varias estrellas.
Acto seguido, le mostró el dibujo.
—¿Qué significa el pulpo? —preguntó curioso—
—Significa que la ballena ya no está sola, por eso la abraza.
Un significado bonito para alguien que lo había experimentado, y que también, sentía que aquella banda es algo especial para él.
Porque eran su princupio y también su futuro.
—Eres demasiado creativo, y tiene un significado muy hermoso.
El comentario de Jungkook hacía llenar el corazón de Tae. Le gustaba alegrar a las personas con su arte, también le gustaba que se sintieran identificados al igual que conmovidos. Que tuviera un significado que se asemejara a la realidad por más ficticio que se vea.
—¿Cuántos días te tomaría hacer el mural? —le preguntó Nam—
—No es tan grande, así que me tomaría un día —respondió—
—¿¡Un día?! —exclamó Hoseok—. Eso es sin comer ni distraerte, ¿no?
—Se podría decir que sí.
—Pero debes de comer —dijo Jungkook—. No puedes descuidar tu salud.
Desde el día en que Jungkook durmió en la casa de Tae, comenzaba a ser un poco mandón con ese tema, pero era por preocupación que por gusto propio.
Le preocupaba que no se estuviera alimentando bien, gracias a eso, Tae había empezado una rutina alimenticia de comer algo pesado en la mañana y tener el estómago lleno hasta de tarde. Por esa y muchas más razones, estaba agradecido con Jungkook, aún si no lo hacía para que le agradeciera.
Eran semejantes por dentro, aunque con maneras de ser muy diferentes.
Un rompecabezas en donde ambos eran las piezas esenciales para poder ver el dibujo final.
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