22
Sus hermanos no paraban de correr por toda la casa, Tae ni se cansaba de perseguirlos y decirles una y otra vez de que no corrieran porque podrían caerse.
Es demasiado protector con ellos.
—Así que, ¿eres amigo de Tae? —le preguntó el padre del peliazul a Jungkook, quien bebía de su café que le habían invitado a tomar—
—Se podría decir que.. ¿Sí? —respondió dudoso—
Normal, la única relación que sabía que tenía con él, es que es su musa.
—Es la primera vez que trae a un amigo a casa —dijo su madre—. Y es asombroso que lo haga. Dime, ¿como es él en Seúl?
—Pacifista, no se molesta con frecuencia y... Alguien muy realista.
—Entonces sigue igual —comentó su padre con una sonrisa—
Algo que llamó bastante la atención de Jungkook, fue el rostro de su padre. Es bastante similar a Tae, incluso tenían la misma sonrisa. Así que debido a su curiosidad, no pudo evitar comentar:
—Taehyung se parece mucho a usted.
—Es mi versión más joven —respondió, los tres rieron debido a eso—
Y finalmente, comieron juntos.
Los mayores empezaron a comer, siguiendo después los menores, sorprendiendo por completo a Tae la extrema educación que tenía Jungkook. Educación que en Seúl no mostraba ni por un segundo.
Se está dando a entender perfectamente de que es un día lleno de sorpresas, ¿no?
El de mechas azules se sentía un poco raro estar rodeado de tantas personas que, aunque usaran su mismo dialecto, se escuchaba muy diferente. Era curioso porque Taehyung en varias ocasiones se equivocaba en las acentuaciones gracias a que vivía por cuatro años en Seúl, dejando a un lado su dialecto de Daegu.
—¡Kookie-hyung! —debido al apodo que Taemin le puso, giró a su derecha para poder atender a su llamado—. ¿Por qué tienes tantos tatuajes?
—Cada uno tiene un significado importante para mí. Así que pensé: "para no olvidarme de ellos, mejor los pongo en mi cuerpo."
—Son muy fascinantes —dijo Taesoo situada al lado de Taemin—. Me gusta mucho ese ojo. ¿Se siente como si pudieras ver con ese también?
"¿Acaso crees que puedes ver con ese también?"
No podían negarlo, era la hermana de Taehyung al fin y al cabo. Eran iguales en todos los sentidos.
—Claro —tapó sus ojos—. Ahora estás sosteniendo una cuchara con la mano izquierda.
Al abrir nuevamente los ojos, la niña estaba mirándolo sorprendida porque justamente en ese momento había cogido la cuchara cuando antes de que Jungkook se tapara los ojos sostenía los palillos.
—¿Cómo...?
—Recuerda que tengo un tercer ojo.
{...}
Los pequeños hermanos Kim andaban indignados y molestando a Tae porque quería que él y solamente él los fuera a dormir. El mayor estuvo diciendo una y otra vez de que ya no tenían cuatro años, que tenían diez años y que podían ya irse a dormir por si solos. Pero ellos simplemente:
—¡No estás aquí desde hace cuatro años! Te extrañabamos mucho Taehyungie...
Observó a los dos pequeños con seriedad, ellos creían que no iba a ascender hasta que el mayor sonrió.
Los gemelos jalaron del brazo a Tae para llevarlo a su habitación y a partir de ahí, el peliazul se hizo cargo del sueño de los pequeños, quienes con tan sólo tres oraciones de una historia inventada, acabaron rendidos en un profundo sueño.
El mayor, con cuidado fue levantándose de la cama, saliendo de la habitación y cerrando la puerta con delicadeza para evitar el ruido. Caminó hacia su habitación en donde Jungkook lo estaría esperando, y al abrir la puerta, se encontró con una escena... ¿Tierna?
Jungkook estaba jugando con Yeontan, haciéndole cosquillas y Yeontan lo mordía pero no tan fuerte. Ambos estaban encima de la cama hasta que por acto reflejo, el perro de raza pomerania saltó de la cama hasta correr a las piernas desnudas de Tae.
El peliazul lo acogió entre sus brazos para caminar hacia la cama y sentarse en esta para empezar a mimar a su mascota.
—No sabía que aparte de músico, eres mago —comentó el menor—
—Eso es porque no sabes muchas cosas llamativas de mi.
Una mentira tan grande que ni él mismo se la creía, porque también estaba anonadado de haber dejado todo a la suerte.
Taehyung gatoeó en la cama hasta poder acostarse al lado de Jungkook con Yeontan encima de su pecho, estaba casi al punto de dormirse por las caricias de su dueño en su suave pelaje.
—Tus hermanos son muy tiernos —comentó el de mechas azules con una sonrisa—. ¿Qué se siente ser el hermano mayor?
—Normal —el mayor frunció las cejas porque esperaba algo más... bien explicado—. Prácticamente es como si los hubiera criado por seis años, por ende, me ven como una segunda figura paterna.
—¿Tu solo?
—Con mi abuela —respondió—. Mi abuela me crío hasta los quince, al igual que crío a mi hermanos. Pero cuando ella no podía, yo tomaba la responsabilidad de ellos. Mis padres estaban todo el rato trabajando, por lo tanto, no eran tantas las veces que nos veíamos. Esa es la razón por la que siempre nos quedábamos con ella.
—¿Es por eso que eres tan maduro?
—Todo lo que tengo ahora, lo gané con la experiencia.
Una frase tan realista que identifica a muchos. El conocimiento no sólo es por la edad, proque sin importar lo pequeño que seas, podrías tener más conocimiento que un universitario. Y la cosa es así: las experiencias dejan reseñas que te ayudarán en tu diario a vivir.
Taehyung lo ponía a prueba porque había pasado por muchas cosas a muy temprana edad, que tuvo que aprender a tener y dejar por tanto.
—Eres la primera persona que traigo a casa —sinceró—
Jungkook se puso de lado para poder prestarle atención mientras hablaba.
—En mi infancia tenía "amigos" quienes solamente me querían por mi habilidad en el dibujo y pintura. Hasta que poco a poco fui alejándome de todos, recibiendo críticas e insultos de muchos. Aún así, ¿por qué debería de importarme algo insignificante? —ladeó la cabeza hacia el de mechas azules—. Quizás me tomé muy en serio el alejarme de los demás y que gracias a eso sea un antisocial yendo más para asocial, pero prefiero quedarme solo a tener malas compañías a mi lado.
Jungkook no sabía cómo sentirse, porque, por un lado entendía como se sentía, mientras que por el otro sentía pena porque creía que no había disfrutado su infancia como debía ser.
Además, ¿quién era él para pensar así cuando la suya fue tal vez peor?
—¿Qué piensas de mí? —preguntó Jungkook—
Sus ojos tenían un brillo peculiar, incluso brillaban más que como naturalmente brillaban. Era como si tuviera miedo de la respuesta que el peliazul le daría, y que, a su vez, está emocionado por escucharla.
—Pienso que eres una buena influencia, aún con todos y tus defecto. Eso te hace especial.
Sus ojos hablaban una verdad que para Jungkook creía falsa. En su diario a vivir, fuera del grupo o de sus conocidos en general, recibía críticas respecto a su físico.
"¿Cómo alguien como tu podría progresar en esta vida? Estás lleno de tatuajes y piercing, ¿no tienes nada interesante que hacer?"
—Hace un tiempo Jimin comenzó a llamarme amigo, por lo tanto, me preguntaba si yo también podría llamarlo por igual, aun detestando esa palabra por mucho. Recientemente descubrí que no todos son tan malos como creía. Ahora... —esta vez Tae giró por completo hasta quedar frente a Jungkook, teniendo cuidado en despertar a Yeontan—, puedo llamarte amigo.
Aquella palabra que por años detestaba, aquella palabra que le traía malos recuerdo, ahora fue sustituida por un presente que construía y que reemplazaba esa palabra por: amigos de bien.
—Porque sé que no quieres hacerme daño.
Agradecido era muy poco para lo que sentía por él, pero no había más dudas que haber en Jungkook.
Por primera vez en sus veintitrés años de vida, le agradecía al destino de cruzar a Kim Taehyung en su vida.
—¿Puedo merecer a alguien como tu? —musitó—
—Tal como me tratas, así mismo se te devolverá.
—¿Por qué me contaste todo eso?
—Se llama confianza. La confianza se gana mientras pasas el tiempo con una persona y te sientes cómoda estando con esta, tanto así que sientes casi por obligación contarle sobre tu vida. Tu confiaste en mi, y lo lógico sería que confiara en ti también.
Es una persona extraordinaria en todos los sentidos. Sabía como explicar detalladamente todo. Incluso hacía que las personas se sintieran miserables o incluso felices.
Justo en este caso, Jeon Jungkook se sentía feliz, y completo.
{...}
—¡Tae-oppa! —el nombrado giró hacia su hermana—. ¿Podrías retratarme? ¡Prometo que me portaré bien cuando te vayas!
—Suenas como si nunca te portaras bien, Taesoo —la niña abultó sus mejillas para después sentarse encima de una pequeña mesa—. No empieces a hacer un berrinche —buscó entre su mochila un cuerdo al igual que sus lápices, incluyendo un difuminador que en este caso era un papel con forma de lápiz—. No te muevas mucho, ¿sí? —le brindó una cálida sonrisa a lo que esta animadamente asintió—
Mientras tanto, teníamos a un Jungkook que le enseñaba a Taemin sobre lo básico de la guitarra. Al parecer estos dos comenzaban a llevarse muy bien. Taehyung no pudo evitar mirar hacia ellos, la sonrisa de Taemin no hacía faltar y eso bastaba para que Taehyung se sintiera feliz.
Mientras sus hermanos sonrieran, no necesitaba mucho más.
—¡Oppa, cada vez mejoras más! —exclamó Taesoo al ver su retrato muy realista que no tomó ni una hora en hacer—. ¡Muchas gracias! —besó su mejilla—
Así como llegaron, ya debían de irse de vuelta a Seúl.
—¿Volverás a venir? —le preguntó Taemin con los ojos aguados, reteniendo las lágrimas—
—Me falta poco para salir de la universidad, así que después vendré las veces que sean necesarias —besó su frente—. Por ahora, quiero que ambos no hagan muchas travesuras ni les causen problemas a papá y mamá, no los preocupen tanto, ni les hagan perder la cabeza. Cuiden bien de Yeontan así como lo hicieron desde hace cuatro años, ¿entendido?
—¡Sí! —afirmaron al uniso—. ¿Kookie también vendrá a visitarnos? —preguntó Taemin—
—Si tu hermano me lo permite...
—¡Kookie también debe venir a visitarnos! —dijo Taesoo—
Taehyung se dirigió a sus padres a quienes abrazó con cariño para luego decirles:
—Cuídense mucho. No importa la hora o el día, incluso si es de semana, pueden escribirme, no me molesta que lo hagan, al contrario.
—Has crecido mucho Taehyung —su padre acarició su cabeza—
Tras esa despedida, ambos jóvenes estuvieron dispuestos a irse, sin embargo...
—Jungkook —el nombrado giró hacia la madre de Tae—. Cuida de él por nosotros, por favor.
Sus padres ya confiaban en Jungkook, no dudaban de él ni por un segundo.
—Lo cuidaré bien —sonrió—
{...}
Habían salido ya del pequeño pueblo directo a Seúl. En el transcurso del viaje Taehyung recordó algo muy importante.
—¿Podemos ir a un sitio antes de volver? —le preguntó a Jungkook quién conducía—
—Sí, claro.
Se desviaron de la carretera para ir a un cementerio, lugar donde le guió a Jungkook para ir. Al desmontarse compró unas flores y seguió un pequeño camino que lo llevaba recto hacia una tumba que decía:
"Eun Shi Soo"
Dejó las flores en un florero y Taehyung empezó a analizar aquella tumba.
—Es la tumba de mi abuela —Jungkook se sorprendió de sus palabras—. Falleció ya hace un año que lo cumplió hace dos días. Podría decir que me arrepiento de no haber venido antes pero sé que a ella no le gustaría que dijera eso abiertamente.
—¿Sientes dolor?
—La peor experiencia que alguien podría tener, es perder a un ser querido y no poder verlo por última vez.
Kim Taehyung sentía culpa, pero todo eso iba cambiando de a poco de acuerdo al tiempo. Porque si bien lo pensó, eran: Un mes de conmoción, y ocho meses para asimilar.
Ya había pasado esas etapas, así que todo ya estaba bien.
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