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18

Taehyung bajó un poco la luminosidad de la luz mediante al interruptor. Aún con poca claridad, podía ver a la perfección lo que estaba haciendo.

—De verdad que los demás artistas deben de amar la pintura tanto como tú lo haces —comentó Jungkook tirado en el sofá—. ¿No te molesta bañarte de pintura?

Un verdadero artista debe de aceptar la pintura, aun si te manchas —respondió sin mas—. Pero no son todos a quienes les gusta mancharse. Hay muchos que lo detestan.

—Entonces tú serías un gran ejemplo a seguir para muchos.

Eso provocó una pequeña sonrisa en Taehyung.

—¿No crees que ya es muy tarde para que trabajes con pintura? Son más de las doce.

—Debo de entregar esto para mañana en la tarde. Igualmente no me queda tanto por hacer.

—Si no te queda tanto, entonces puedes terminarlo mañana. Eres muy rápido en tu trabajo.

—Pero debo de...

Taehyung ni había terminado de hablar cuando Jungkook se levantó del sofá y cogió su pincel para ponerlo encima de un vaso plástico.
Así mismo cogió sus manos y las miró.

—Debes descansar. Mañana si quieres, puedes levantarte temprano y lo terminas, pero no te sobreesfuerces de más.

El menor no tenía más opciones que obedecer ya que tenía razón. Por más que Taehyung deseaba seguir, debía descansar. Aún más cuando se sentía tan cansado que si es por su lado persistente, ni podía descansar hasta acabar con su trabajo.

Y Jungkook le hizo entender de que no siempre podías forzar las cosas.

Taehyung buscó otro cambio de camisa, se cambió en el baño tras limpiar muy bien sus manos y finalmente apagó las luces para acostarse en su cama.

Pero volvíamos al mismo problema de hace nueve meses.

No se movía de la cama, mantenía su mirada fija en el techo y de vez en cuando cerraba los ojos esperando que el sueño le llegara. Claramente era un intento fallido.

Jungkook notaba que Taehyung seguía despierto por sus ojos brillosos aún estando en oscuridad total. Y se atrevió a preguntar:

—¿No puedes dormir? —el peliazul de reojo lo observó hasta que devolvió nuevamente su mirada al techo.

—No.

—¿Es por el trabajo?

—No —volvió a negar.

Taehyung podía alejar los pensamientos de sus trabajos con el sueño, porque sabía que no era saludable para él mentalmente, al igual que física.

—¿Entonces?

—¿Estás cómodo en el sofá? —evadió la pregunta.

—Taehyung, no me puedo quejar porque me estás dando más de lo que merezco.

Lo pensó una y otra vez, mirando el lado vacío de su cama y luego hacia el de mechas azules que seguía viéndolo. Finalmente llegó a una decisión.

—¿Quieres dormir conmigo?

Fue muy franco en su pregunta, ni siquiera había titubeado o pensado por tanto tiempo.

Inmediatamente ambos se quedaron en un inmenso silencio. Jungkook por su parte, se incorporó en el sofá y masajeó su cuello.

Era poco creíble que Kim Taehyung le pudiera dormir con él.

—¿No te vas a sentir incómodo?

—Para nada.

Jungkook caminó hacia la cama, la rodeó y se acostó al lado del peliazul, levantando un poco la colcha para poder taparse. Los dos solamente miraban el techo sin dirigirse la mirada o decir algo.

Esto está siendo incómodo y se supone que no sea así. ¿Hice mal en pedirle eso? —pensó Taehyung.

Si bien podrían hablar de cuquier cosa, Taehyung no se atrevía a hacerlo porque no sabía sobre qué temas hablar y...

—¡Tienes los pies muy fríos! —exclamó Jungkook repentinamente.

—¿Qué...?

Jungkook, con sus pies, había tocado los de Taehyung y este ni se había dado cuenta por estar hundido en sus pensamientos.

—¿No te estás congelando? —giró su cuerpo hacia él—. Últimamente está haciendo mucho frío.

—Me gusta el frío, así que puedo soportarlo.

Nuevamente volvían a quedar en un inmenso silencio, solamente se escuchaba como el de mechas azules se movía mirando hacia el techo. Hasta que nuevamente Jungkook habló, pero esta vez diciendo:

—Esto es irónico. Me dije a mi mismo que después de Jimin, no dormiría con nadie más a no ser que sea mi pareja. Y mírame aquí, acostado al lado tuyo.

—El futuro es incierto. Quizás ahora hagas algo, pero después todo cambie porque no sabrás que cosas pasarán después.

—¿Entonces crees en el amor?

—Ya te dije que el futuro es incierto, por lo tanto, no puedo respoderte a eso. ¿Por qué me preguntas eso? ¿No sabes qué decir o hacer? —preguntó con tono divertido.

—Prefiero decir lo que sea a tener que estar en un silencio incómodo. Incluso prefiero preguntar el porqué los monos se comen los piojos.

—Entonces es un buen momento de dormir —Taehyung se giró dándole la espalda—. Por cierto... Los monos se acicalan entre ellos mismos para eliminar los parásitos de sus cuerpos y también para incrementar su función social; mejorar su relación.

Se escuchó la risa de Jungkook resonar por la habitación. Volvía a repetirse continuamente: "Este chico es alguien muy interesante."

—Lo tomaste muy literal el caso. Luego no te quejes de mi.

—Buenas noches —dijo de pronto—

—Buenas noches, Taehyung.

Por las noches Taehyung sentía como aquel estudio se hacía más pequeño, incluso más cuando era la hora de dormir. La música era su única salvación de aquella neblina oscura que nublaba sus ojos hasta el punto de ser una máquina y actuar de manera automática en lo que hacía.

No podía culpar a nadie, no podía hacerlo cuando él mismo podía pedir ayuda, mas no lo hizo solo porque pensaba que no lo necesitaba, que no era necesario y que el mismo podía arreglar sus propios problemas cuando en realidad, se sentía cansado de estar en el mismo vaso.

Hasta que al final, no todo era de un color gris y siempre había alguien en quien decides recostarte por tan solo un momento sobre si y dejar que todo fluya.

Taehyung giró hacia Jungkook que le quedaba de frente y analizó las facciones relajadas de su rostro, con respiración calmada, notando que ya estaba profundamente dormido. Estar en esa situación, no le resultaba incómoda por tan rara que parezca, porque estaba más que cómodo y su pecho se sentía cálido. Tan cálido que se sentía feliz.

Aquella soledad ahora fue sustituida por acompañamiento. Desde que pisó la ciudad de Seúl, lo único que hacía era alejarse de todos, crear aquella barrera de igual tamaño que una gran muralla, y no menos importante: desconfiar de todos.

Luego de muchos meses sin poder dormir como debería de ser, y que, las ojeras ya eran presentes, cerró los ojos mientras soltaba un pequeño suspiro. Lo único que pedía cada vez que cerraba los ojos era: "solo quiero dormir por unos instantes, o al menos creer que dormí algo."

Y tal como lo pidió, así mismo fue concedido.

Porque Kim Taehyung merecía tener unos momentos de sueño por más que tuviera un reloj mental para poder levantarse.

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