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10

2 semanas pasaron desde entonces.

Jimin no volvió a dirigirle la palabra a Taehyung, a este no le importaba si llegaba a hablarle o no; ni siquiera le importaba si no llegara a ser amado por alguien porque mientras se tuviera a sí mismo en sus sentidos de pensar, estaba bien.

Contrario a eso, volvió a verse con Jungkook. Ciertamente le causaba una leve curiosidad el de mechas azules. No creía que alguien pudiera pensar justo igual que él y que estén en el mismo frasco de inspiración mutua. Salvo a que ninguno de los dos quería admitirlo.

Jin había invitado a Taehyung al club en la noche solo para que los escucharan cantar, ya que Jungkook no se dignaba en invitarlo así que lo hizo él. Sin objeciones lo aceptó.

Y aquí teníamos a un pacifista en todos los sentidos en un club nocturno donde la música ruidosa era lo tan llamado "sagrado".

La música resonaba por todo el club, retumbando las paredes incluso desde afuera por el gran sonido que hacían. La guitarra sonaba a la misma par que el canto de Jin, igual que la batería que hacía bailar a cualquiera.

Pero Taehyung solo estaba inmóvil por tal espectáculo. Inconscientemente comenzaba a mover sus dedos siguiendo el sonido. Debía admitir que le gustaba.

La canción terminó dejando las cuerdas de la guitarra al aire, chocando entre estas hasta que el silencio ganó en el lugar, y no fue hasta pocos segundos después que los gritos se apoderaron del club.

El peliazul decidió pedir una botella de agua por la resequedad en su garganta, casi se atragantaba cuando escuchó unos gritos que venían de la tarima.

Cuando giró, la multitud estaba frente a la tarima, rodeando al parecer a alguien, pero lo más extraño es que no había nadie arriba de la tarima.

Curioso por saber qué ocurría fue acercándose hasta escuchar sonidos de golpes, con más prisa apartó a las personas hasta poder ver lo que ocurría.

Se llevó una gran sorpresa al ver cómo Jungkook estaba pegándole a alguien.

Yoongi y Namjoon intentaban alejarlo de aquella persona, pero fue una misión fallida porque volvió a pegarle en la mejilla como último golpe.

—¡Eres un niño malcriado! ¿De verdad que estos fanáticos adoran a personas como tú? ¡Solo son unas basuras que no saben de la vida! —comentó el agredido.

—¿Basuras que no saben de la vida?¡Simplemente tocamos como queremos y hacemos llegar nuestra música! En cambio, usted, insulta a los que sí tienen progreso en la vida.

—¿¡Me llamaste un adulto sin futuro, mocoso que ni sabe admitir la verdad!?

—Cálmanse. Señor, será mejor que se vaya —intentó calmar Jin—

—¡Usted sabe que es verdad! Es un adulto problemático que se la pasa bebiendo todos los días en vez de acudir a sus responsabilidades —contraatacó Jungkook.

—Jungkook, ya basta. No lo provoques —Namjoon lo jaló hacia él.

Sin más preámbulos y tras una mala mirada de parte del señor, este pasó por el lado de Tae. El peliazul estuvo dispuesto a ir con los chicos, sin embargo, giró abruptamente al escuchar sonidos de materiales caídos.

Aquel señor estaba hurgando entre sus cosas hasta que sacó su cuaderno de dibujos. Con rapidez y sin pensarlo mucho fue hacia él.

—Señor, eso es de mi pertenencia.

—¿Dices que estos dibujos son de tu pertenencia? —bufó—. Alguien con apariencia como tú, no podría hacer esto.

En pocas palabras: era un señor problemático. Y lo que era problemático, Taehyung prefería evitarlo, y ahora especialmente, no podía.

¿Qué hacía? Esa era la pregunta. No podía escapar, sería un cobarde y tampoco podía dejar su cuaderno con todas sus ideas ahí.

Lo único que podía hacer era pedir las cosas con amabilidad, amabilidad que ahora mismo era en vano pedir

Las cosas subieron de nivel cuando vio algunos papeles siendo destrozados por él mismo.

Era una locura que la misma desgracia se estuviera repitiendo otra vez.

Taehyung sin muchas ganas de querer hacerlo entrar en razón estuvo dispuesto en arrebatarle lo que era de él, en cambio, el señor colocó su mano izquierda en su pecho para evitar la cercanía entre ambos.

Al final el peliazul empujó al señor para poder recoger sus dibujos, contrario a eso, acabó siendo empujado abruptamente contra una mesa. Escuchó cómo algo arriba de él se tambaleaba y a la hora de mirar, una botella de cristal cayó sobre su hombro izquierdo, chocando contra el suelo y destruyéndose en mil pedazos con el líquido de alcohol esparcido por el suelo.

—¡Miren, hay otra pelea por aquí! —alguien avisó.

Justamente cuando Taehyung estuvo por levantarse, sin querer su palma de la mano izquierda tocó aquellos pedazos de cristal hechos añicos. La sangre comenzaba a salir sin control alguno y el dolor era insoportable.

Los pasos apresurados y los bullicios pusieron en alerta a Tae. No mentiría, en su interior estaba temblando. Temblando porque temía a que le pasara algo más de lo que ya le estaba ocurriendo.

Cuando vio que aquel señor cogió una botella y se acercó a él, cerró tan fuerte los ojos y mordió sus labios como nunca lo había hecho, sintiendo los latidos de su corazón hasta la garganta.

Y no fue hasta que escuchó la botella romperse que abrió los ojos.

Jungkook había protegido a Taehyung de aquella agresión, su brazo fue el que recibió el mayor daño.

Lo hacía por él.

—¡Taehyung! —Jin corrió hacia este para ver si estaba bien—. Tu mano está sangrando. Debemos irnos —se dirigió hacia sus amigos que con rapidez llegaban hacia ellos.

—Jungkook, vámonos —Yoongi cogió de su brazo para hacerlo reaccionar.

Mientras que Jin ayudaba a Taehyung quien no paraba de morder sus labios para evitar chillar del dolor por los cristales aún incrustados en su palma, teníamos a un Jungkook enojado que debía ser llevado entre Yoongi y Namjoon para evitar caerle a golpes nuevamente a aquel señor.

Los cinco chicos se subieron a la camioneta tras salir y estar rodeados de la multitud, siendo defendidos por los guardias que poco rato después habían llegado. Namjoon le dio un paño a Tae para que no se manchara con la sangre y para cubrir su mano.

—Iremos a tu departamento, queda más cerca —le advirtió Jin a Jungkook—

—¿No es mejor ir a un hospital? Taehyung...

—Estoy bien —se apresuró a decir—. Solo tengo algunos cristales en la mano y el hombro lastimado, nada serio.

—Tanto tiempo con Jungkook le está comenzando a hacer daño. Me da pena el pobre —soltó Yoongi pensando que lo había dicho en sus pensamientos.

—No da risa, Yoongi-hyung —el de mechas azules dio una mala mirada para después pasarla a Taehyung, quien solo miraba como la sangre iba manchando el paño.

No mentiría, estaba preocupado.

Habían parado frente a un gran edificio que a plena vista parecía ser de lujo. Yoongi ayudó a Taehyung a bajarse de la camioneta para adentrarse a aquel edificio dirigiéndose hacia el ascensor que Jungkook marcó el botón 15.

Podría parecer dramático por parte de Tae, no sabía si se sentía mareado por la gran pérdida de sangre o por el ascensor que iba subiendo cada vez más alto y rápido.

Y no, no tenía acrofobia.

Ya en el piso con rapidez salieron, el de mechas azules sacó unas llaves, abriendo la puerta y permitiendo que Taehyung junto con Yoongi entraran primero.

Yoongi sentó a Taehyung en un sillón cerca de un gran piano. De un momento a otro todos andaban en pánico tras Jin mandar a buscar algunos utensilios como pinzas, vendas y demás cosas.

—Taehyung, esto podría dolerte un poco —le dijo Jin al quitar el paño azul manchado ahora de sangre—. Me avisas si es muy doloroso, ¿está bien? —asintió.

Con unas pinzas Jin fue sacando los cristales incrustados en su palma. Más que dolor, sentía ardor por cada cristal moviéndose y siendo sacado. La sangre era de esperar, siendo mínima pero aun así estando.

Para distraerse un poco en vez de concentrarse en el trabajo de Jin, se fijó en el antebrazo de Jungkook.

—¿Estás bien?

—¿Te diriges a mí? —asintió—. Estoy bien, no deberías de preocuparte por mí.

—Debería de preocuparme cuando fuiste tú quien me defendió.

Jungkook miraba fijamente a Tae y este por igual. No le incomodaba su mirada fija en sus ojos como normalmente se sentía, incluso por un instante sintió una cálida mirada llena de preocupación por parte del peliazul.

—¿Solo porque recibí un botellazo en el antebrazo te preocupas cuando estás peor que yo?

—Sí —al sentir un vendaje en su mano dio por finalizado el trabajo de Jin y le agradeció.

Con una mirada suplicante, telepáticamente le transmitió a Jin lo que quería dar por dicho. El mayor soltó un largo suspiro antes de comentar:

—Solo lo hago por él —se dirigió a Jungkook—, si fuera por mi te dejo seguir sufriendo.

Como estaba sin su típica chaqueta le fue más fácil atender a Jungkook. De verdad que tenía un gran moretón en su antebrazo, uno muy doloroso pese a que quería tragarse aquel dolor.

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