Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🌹1🌹

Jimin nunca había dejado de pensar en Yoongi, incluso cuando muchas veces algún chico o chica tuvo la
intención de cortejarlo.

La imagen del blanquecino simplemente parecía estar impresa dentro de su alma, atacando lo con dolorosos recuerdos, que el mismo odiaba recordar.

Aquel día, su sangre y sus lágrimas se extendieron por todo su esplendor, quiso salvarlo, no obstante solo era un niño al que no le convenían aquellas cosas, sus padres mismos habían evitado que el pequeño Jimin fuera tras el rubio.

Y los odio por eso, con cada centímetro de su piel. No pudo hacer nada más que sentarse, resignado a escuchar sus gritos agudos llenos de dolor.

Para luego ver cómo se marchaba cojeando en medio de la noche, temía que muriera en algún momento, sin nadie que lo pudiese ayudar.

Jimin era débil, y los débiles nunca pueden proteger lo que más aman.  Así que había jurado convertirse en alguien que si pudiese protegerlo.

— Levántate, hey. ¿Estas escuchando?

— Si...

Respondió, no tenía ganas de ir a la fiesta, o más bien el nunca tenía ganas de ninguna cosa. Prefería mil veces quedarse durmiendo, a estar con un montón de chicos a los que ni siquiera conocía.

Y lo más importante, estudiar, el hábito indispensable que había desarrollado. Como un repelente de insectos para su propio mundo.

— Hyung, es la fiesta de Yuna, esa chica realmente está interesada en ti.

— Te recuerdo que ese no es mi asunto. Sabes que yo no puedo pensar en nadie más que no sea ....

— Como se llama, ¡Yoonji!

— Yoongi.

— Claro, claro. Pero sigo sin entender, por qué aún te aferras a alguien que no conoces y que seguramente ya tiene novio.

Aquellas palabras podían ser posibles, solo que quería creer que no.  En el fondo deseaba no ser un recuerdo más en la cabeza del rubio, o en el peor de los casos que ni supiese de su existencia.

Jimin tampoco lo entendía, y se cuestionaba muchas veces, el por qué. Que era ese sentimiento solitario dentro de su corazón, que prácticamente parecía no llenarse con nada.

Vivía a duras penas alimendose de los recuerdos de Yoongi, de sus ojos y sus sonrisas. Lástima que ninguna de esas dos eran causadas por el castaño.

— Bien, bien. Iremos, pero si la fiesta no me gusta, me voy.

— Bravo, hasta que dices algo inteligente. Prometo que te divertirás.

¿Divertirse?, Que no era la mentira más grande que había escuchado. Tal vez si Jungkook no estuviese bebiendo aquel líquido las cosas serían distintas.

Toda la gente gritaba un sonoro ¡shot!, Ante el atascamiento alcohólico que su amigo estaba teniendo.

Ese idiota, lo dejaba  para irse con unos chicos que ni conocía. Jimin entro en pánico cuando vio que Yuna se dirigía hacia donde él se encontraba.

Se debatió en si salir huyendo o ¡salir huyendo!, Claro que fue tarde cuando intento poner un pie fuera de la casa. La chica de cabellos rosas se acercó sonriente, su dentadura totalmente perfecta y blanca como la de un ángel.

— Jiminie.

Los dedos de la fémina se entrelazaron con su rostro, haciendo que Jimin se alejara,  sinceramente aborrecía el toque físico. Viniendo de personas con las que el castaño ni siquiera tenía un parentesco de amistad.

Se forzó a poner su mejor expresión, claro que solo de apariencia. Por que en el fondo, quería salir de ahí en ese instante, el par de jóvenes tomaron asiento en una de las tantas sillas de aquel lugar, ambos con sus refrescos o al menos Jimin tenía uno ¿No es así?

Sorbió tímidamente el liquido bajo la mirada de Yuna, era incómodo como la chica parecía no perderse sus movimientos. Casi podía decir que si se sacaba un moco enfrenté de ella, no se inmutaria para absolutamente nada.

— Unm..., Jungkook dijo que querías hablar conmigo.

— ¿Yo? — Pregunto estupefacto y casi liberándose de lo que sea que fuese esa cosa, pues estaba seguro; de que el contenido no era solo un simple ponche.

La fémina asintió, mientras que Jimin quería levantarse para estrangular a Jungkook. Cuantas veces debía repetirlo, ¡No estaba interesado en tener relaciones!

— Creo que fue un error, lo siento mucho Yuna.

Jimin se puso de pie rodeando el living para dirigirse hacia la puerta principal, angustiado por salir inmediatamente. El ruido lo estaba dejando sordo y a pesar de que Jungkook intento detenerlo fue irreversible.

Había una mezcla extraña en su interior, estaba nervioso; pero no sabía por qué. De repente las cosas eran más intimidantes de lo normal.

Fuera de la casa, el espeso aire le chocó contra las mejillas, enrojeciendolas al instante. Se abrazó a si mismo en busca de calor, las calles durante la noche: era solitarias y tenebrosas.

Su mente comenzó a maquinar miles de escenarios donde lo secuestraban para traficar sus órganos, debía agradecer que Yuna vivía en el mismo conjunto, a pesar de ser vecinos; Jimin nunca mostró interés, en sobre llevar alguna clase de relación con la chica, aún que todo el mundo parecía pensar lo contrario.

Y ahora también había caído en la trampa de Jungkook, ya en otra ocasión se encargaría de darle su merecido.

Con aquello en su cabezas, el castaño siguió su travesía hasta su hogar. Mirando atentamente con cada pazo; el sonido de las calles solitarias eran su única compañía aquella noche.

Junto al recuerdo de Yoongi, el prefería recordarlo como el dulce niño, que solo pedir dulces en su casa a mediados de Octubre. Con un trajecito de marinero o como aquella vez que fue vestido de Kumamon.

El transcurso de los años, le hizo darse cuenta lo estúpido que había sido. El pequeño Jimin jamás pudo acercarse a su amado, y aún que hubiese querido, las palabras nunca salían cuando estaba cerca de su Hyung.

Decir que estaba destrozado era muy poco, sentía toda la culpa en  su sangre y por las noche el vértigo no lo dejaba dormir.

Finalmente tras unos minutos de andanza, observó el jardín de su hogar. Tan pulcro y lleno de flores, habían de todo tipo, pero más allá de concentrase en el verde pasto o en los hermosos claveles; pudo notar gritos en la casa contraía.

Reconocía claramente la voz del señor Min, pero.... No la de aquel chico rubio, que al parecer estaba diciéndole algo mientras que el adulto lo sacudía. Jimin se asustó mucho cuando noto como su vecino intentaba golpearlo.

— ¡Déjame ver a mamá!

— Eres un monstruo, ella no es tu madre.

— Por favor...

Las palabras de aquel chico se callaron frente al gran golpe en su mejilla, el señor Min intento ir más allá con puñetazos y patadas que gracias al cielo, terminaron desquitandose contra el aire.

Jimin corrió para ayudarlo, sin importar  si salía herido. 

— Dios, ¿Estas bien?

— No vuelvas a venir, está ya no es tu casa.

— ¡P-papá!

El blanquecino estiró su mano en dirección al hombre, mismo que azotó la puerta de la entrada, ignorandolo por completo . Y Jimin supo que el joven que sostenía era Yoongi, su Yoongi.

Maltratado y algo sucio por las agresiones, quería abrazarlo y decirle que todo estaría bien, aunque fuera una mentira.

Sus pequeñas y gorditas manos temblaban, junto con el toque alocado de su corazón. Ahora que por fin podía tenerlo, ahora que por fin estaban "juntos", no sabía cómo comportarse.

El tintineo de su músculo vital se deshizo con sus lágrimas, no sabía exactamente si su llanto era; el mismo que el de su Hyung.

Pero lo abrazó, fundiéndose en su esencia. Ahora que por fin estaban juntos, podía jurar que no se permitiría perderlo, no nuevamente.


— Nube —

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro