❄двадцать четыре❄
Capítulo 24. Dulce placer.
-Nuestro héroe nacional, Viktor Nikiforov, regresó a Rusia para hacer de entrenador en el Grand Prix.- se escuchó en la radio del taxi en el que recién habíamos abordado, a penas pudimos subir por el túmulo de gente que se concentró a nuestro alrededor, todos admiradores nuestros.
-¡Oh, mira _____, están hablando de mí!- Viktor llamó mi atención tocando , más bien agitando, mi hombro haciéndome escuchar lo que el locutor decía.
Pero antes de que pudiera decir una palabra el conductor abrió sus ojos en sorpresa y su boca también mientras soltó un suspiro de sorpresa.- ¡¡Es en verdad usted Viktor Nikiforov?!¡¿El famoso Viktor Nikiforov?!- exclamó el conductor casi desviándose del camino, sólo atiné a sujetarme fuertemente del brazo de Vitya antes de que mi cabeza azotara contra el vidrio pero éste movimiento no incomodó a Viktor en absoluto.
-¡El mismo!- respondió con energía, a este tipo realmente está de buen humor, normalmente les diría que no tenían ni siquiera el derecho de hablarle.
-¡¿Y tú eres _____ Ledvedeva?!- volteo a mirarme por el retrovisor, su cara reflejaba un gran asombro. Es obvio, no todos los días se suben unas celebridades a un taxi común.
-Sí, soy yo.- exclamé un poco nerviosa, a pesar de ser famosa y mundial mente reconocida, aún era una persona tímida a comparación de Viktor, como opuestos.
-¡Genial! Yo de verdad lo admiro señor Nikiforov, ¡Vaya suerte, el mismísimo Viktor Nikiforov a subido a mi taxi!- exclamó realmente feliz y emocionado, ¿tanto así?-¡Y no vino solo, sino con _____ Ledvedeva!¡Que suerte!- me empezaba abrumar mientras que Viktor lo gozaba.-¡Oh, eso significa que ustedes dos han vuelto!¡Caray, los zares del hielo han vuelto!- el señor rápidamente expulsó su comentario después de segundos de pensarlo, éste mismo me tomó por sorpresa como a Viktor.
-¿Cómo nos llamó?- pregunté segundos después de haber analizado su última oración, jamás había escuchado ese apodo, al menos no para nosotros, digo ¿zares?¿de verdad nos ven así?
-Así los conocemos desde que comenzaron a triunfar, son los zares del hielo.- recuerdo que me conocían como la zarina del hielo pero no precisamente también a Viktor y menos como pareja, hoy las sorpresas no paran de llover .-¡Nuestros héroes nacionales!¡Nuestra pareja imperial!- exclamó decidido el hombre.
-¡Que bueno es usted adivinando señor!- le dijo Viktor sonriendo al señor.-¡he vuelto a Rusia a ganar y por mi hermosa novia!- me miró con sus bellos ojos azules, brillando y con su sonrisa tan resplandeciente que me hacía a mí también sonreír.
-Ya veo, realmente es asombroso que hayan vuelto, ¡Felicidades!- y después de unas cuantas calles el taxi se volvió a quedar en silencio, en uno cómodo pero acompañado con la música de la radio.
Me dediqué a mirar por la ventanilla mientras acercaba tímidamente mi mano a la de él, buscándolo entrelazarlas, buscando su calor. Él al sentir mi mano gélida tocar la suya, retiró el guante que la cubría para sostener la mía, dándole calor. La calidez queda emanaba de él me hacia sentir cómoda, segura y feliz. En busca de más calor me retiré de la ventana y apoyé mi cabeza sobre su hombro, pegando mi cuerpo al suyo.
Movió su brazo, haciéndome retirar mi cabeza un momento, para abrazar mi cintura. Volví a apoyarme en él, disfrutando del momento, relajandome bajo su abrazo mientras él plantó delicadamente un beso sobre mi frente. Era simplemente perfecto, nada ocupaba mi mente en estos momentos, para mí era perfecto, si estaba con Vitya no necesitaba nada más, como un sueño, un hermoso sueño.
Me sentía tan tranquila que la frustración de antes desapareció, ahora sólo veía sus hermosos ojos como el cielo. Desperté de trance al sentir como Viktor se movió recogiendo una pequeña bolsa que no había notado antes. Sacó de ella una caja de un rojo brillante y llamativo e inscrito con letras doradas sobre la caja, resaltandolas y dándole una apariencia costosa, revelaba el contenido de ésta :«трюфели "вы условно-досрочного освобождения"» en otras palabras «Trufas “le parole”».
Sólo con leer que las Trufas son de “le parole ” se me hacía agua la boca pues son las trufas más exquisitas de toda Rusia, son tan deliciosas que su sabor es como probar el cielo y la felicidad. Son bastante caras pero la calidad valía la pena, ¡Hace años que no comía una!
Por la dieta que establece Yakov tenía demasiado reducido el consumir chocolates y dulces, por eso cuando terminaba la temporada, solía ir con mis padres a comprarlos cuando visitabamos Moscú. Después de eso, sólo he comido esas trufas en 2 ocasiones.
El olor suave de chocolate poco a poco inundó el lugar llegando a mis fosas nasales, exquisito aroma fue aumentando cuando Viktor se dispuso a abrir la caja. La apariencia de las golosinas era tentadora, las trufas se encontraban descubiertas mostrando distintas presentaciones separando los distintos rellenos de las trufas, unas cubiertas de chocolate blanco con pedacitos de nuez molida con decoraciones de chocolate líquido, otras de chocolate oscuro cubiertas de almendras, las demás cubiertas de palitos pequeños de chocolate. Absolutamente toda la caja se veía exquisita, la presentación tan elegante y el fuerte aroma hacían que mi mente divagara imaginando el sabor de cada una.
Viktor soltó una pequeña risa al ver mi reacción, viendo como contemplaba la caja, casi derramando baba. Escogió una de almendras y volteó su mirada nuevamente hacia mí y una sonrisa se dibujó en su rostro.
-¿Quieres, _____? - preguntó en un tono juguetón descifrando mis deseos a través de mi expresión.
-¡Por supuesto! - respondí emocionada, realmente se me antojaron esos exquisitos chocolates, dudo que sean como los Alenka * pero por su apariencia sabrían exquisitos.
-¡Bien, te daré! - extendí mi mano tan rápido como respondió y tomé una cubierta de chocolate blanco. - ¡Pero...! - tomo mi mano, deteniendola de llevar el dulce a mi boca y la acerco a la suya y se inclinó hacia mi oído - Primero alimentame a mí. - su voz de pronto cambio a un tono más sensual y ronco haciéndome sonrojar ante tal propuesta.
- Pe-pero Viktor- ahora me había puesto nerviosa, no sabía realmente que estaba tramando, por su sonrisa diría que algo muy atrevido. - Nos están viendo.
-No importa, además ¿no quieres el chocolate? - trataba de convencerme y era justo ya que me daría de sus chocolates sin cobrarme.
-Bien entonces... - él soltó mi mano y dirigí el chocolate a su boca. - Di ¡Ah! - abrió su boca lo suficiente como para que el dulce pasara.
Al entrar en su boca, lo mordió suavemente y con sus labios rozó levemente mis dedos, como besando el bocado. Esa acción, aquel desliz de labios, la sensación de humedad bajo sus labios y la expresión de su rostro fue tan sensual que empezaba a fascinarme el juego mucho más, mi cara empezó a arder por los pensamientos levemente lujuriosos que empezaban a pasar por mi mente.
Al final mastico lentamente, aún cerca de mi rostro y me dio una sonrisa, una gatuna, al terminar.
-¡Mmm, Delicioso! - acercó nuevamente mis dedos a su boca, pasando suavemente su lengua por ellos, lentamente, provocandome. Su tono de voz me empezaba a seducir y pensar intercambiar mis dedos con mis labios. - Más... Por favor.
Tomé otro chocolate pero ahora uno cubierto de almendras y lo volví a dirigir a su boca, obedecí sin rechistar. Pero el cerró su boca y negó lentamente.
-No,-tomó mi mano y la llevó a mis labios - quiero que me lo des, usando tu boca.
Mi boca se abrió de la sorpresa, ¿acaso está hablando en serio? Eso era muy atrevido pero no podía negar que me gustaba la idea.
No quería empezar una pelea así que puse la mitad de la trufa en mi boca, sosteniendola con mis labios y me incliné hacia su rostro.
Él sonrió ante mi obediencia y cerró sus ojos mientras se inclinaba y tomaba entre sus labios la otra mitad del chocolate.
Sus labios ahora eran una tentación, pero no me atrevía a besarlo, alguien podría vernos y sería vergonzoso ver en todos lados noticias de mi beso con él, aún ni siquiera es segura nuestra relación.
Una vez que él tomó su parte del dulce intenté apartarme, pero antes de que pudiera soltar el dulce Viktor me tomó de la cintura haciendo que nuestras bocas se encontraran por completo. Me abrazó aún más fuerte, besandome en un profundo y apasionado beso, con el movimiento de nuestros labios y el calor de nuestras bocas el chocolate de la trufa se fue derritiendo haciendo que el beso tenga sabor a chocolate, esa acción mandó escalofríos a mi espada, era un sentimiento extraño pero me encantaba.
El relleno que se desbordó en nuestras bocas, crema de cacahuate. Mientras él beso seguía empezaba a perderme en mi mente y mi razonamiento poco a poco se desvanecía, Viktor era mi perdición y adonde él fuese, por más que me resista, siempre lo seguiré.
De repente Vitya introdujo su lengua en mi boca sin previo aviso tomándome por sorpresa, y con eso perdí totalmente la razón.
Pasé mis brazos por detrás de su cuello, acercandolo más, volviendo el beso aún más salvaje y el sabor de chocolate no abandonaba nuestras bocas en ningún momento, pequeños gemidos eran ahogados en nuestro beso, casi inaudibles. No podía pedir nada más en éste momento.
Y me hubiera gustado que fuera eterno y que el suave aroma chocolate, que era embriagante con la situación, y que nuestros labios después de tanto tiempo se vuelvan a tocar, pero empezaba a faltarnos el aire y tuvimos que separarnos, un pequeño hilo de saliva salió cuando Viktor apartó su boca de la mía.
Nuestras respiraciones estaban muy agitadas pero nuestros cuerpos aún seguían compartiendo el mismo calor, ahora ya no tenía frío.
-Nunca dejes de alimentarme ______- susurro sobre mis labios, casi en un suspiro. Ya no podía estar más sonrojada.
(...)
Le pedimos al taxista que nos dejara directamente en el hotel y mientras nos dirigíamos a la recepción nos topamos con la cafetería del hotel y decidimos desayunar juntos, hablamos de muchas cosas y el café que tomamos no borró el aliento a chocolate, ahora mi dulce favorito.
Salimos y nos dirigimos hacia la recepción para recoger nuestras llaves y poder dejar nuestras cosas, no nos podríamos ver tan seguido pues él estaría en los entrenamientos de Yuuri esta semana y por mi parte sólo vine de apoyo y a practicar con ellos mi apertura pero después de eso tendré que volver a mi departamento a mi vida cotidiana una semana para después volver a viajar a Barcelona al Grand Prix Final y así sucesivamente hasta que me dí cuenta que ya no nos veríamos tan seguido. Además que terminando la temporada cambiaría de entrenador, tendría que mudarme a España por un largo tiempo. La única esperanza que tengo es el descanso después de la temporada.
Es duro ser patinadora y apartarme tan rápido de Viktor.
-Vaya, que rápido es noviembre. - pasó una pareja hablando detrás de nosotros, se veían tan felices y unidos además de lucir unos bellos y relucientes anillos de bodas. Que envidia.
-Es cierto, ya es noviembre. - dije mirando fijamente los anillos de la pareja.
-_______-Viktor me abrazó por la espalda y apoyó su cabeza en mi hombro. - ¿A quién estás mirando? ¿Por qué no soy yo? - habló suavemente en mi oído, haciéndome estremecer.
-Sólo miraba lo felices que se ven, ya sabes presumiendo su anillo a donde quiera que van. - apoyé mis manos sobre las suyas.
-¿Quieres un anillo? - preguntó a mi oído y eso me tomó por sorpresa.
-¡No, no, no, no! - me separé rápidamente de él para negar con mis manos y cabeza, aún no estaba lista para volver al compromiso, solo pensarlo me aterraba. - ¡No es lo que quise decir!
Él sólo se quedó callado, puso un cara triste y empezó a sollozar. - ¡V-viktor no llores! - Pero empezó a llorar más fuerte.
-¡Lo estás empeorando! ¡No quieres pasar la vida conmigo, no soy nada serio para ti! - empezó a lloriquear y la gente empezaba a vernos, otra vez.
-¡¿Qué puedo hacer?! - quería hacer que Vitya parara de llorar pero no sabía cómo.
En eso, para un poco de llorar para hablar, mientras limpiaba sus lágrimas con las mangas de su abrigo.
-¿Bésame o algo? - dijo entre sollozos, es todo un manipulador.
Sólo le di un beso en la mejilla, fueron bastantes besos por hoy. Claro que él no estaba conforme con eso pero es como un niño, y yo no lo voy a consentir, mucho.
Nos tomamos de las manos para ir directo al ascensor pero un grupo de reporteros nos interceptó, más se abalanzó contra nosotros, preguntando principalmente a Viktor y de vez en cuando a mí hasta que preguntaron por nuestra llegada juntos al lugar.
Estaba a punto de hablar cuando Viktor tomó la palabra primero.
-Venimos juntos desde el aeropuerto. -dijo con naturalidad ante las cámaras quienes me apuntaron inmediatamente después de su respuesta.
-¡¿Eso significa que han vuelto?!
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Continuará.
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Chocolates Alenka *: son los chocolates de leche más deliciosos de Rusia, también los que Viktor solía comer cuando era joven en su temporada Junior.
¡Hola de nuevo! He vuelto con un nuevo capítulo y vengo con muchas cosas planeadas para lo siguiente.
¡Ahora se viene lo shido!
Agradezco mucho su apoyo a la historia, de verdad me da gusto que les esté gustado, ya son 4k!
A propósito ¡Nueva portada! Realmente ha vuelto la inspiración a mí.
Y tengo mi nuevo libro de dibujos, si les gustó mi dibujo del capítulo de Nadie /Quizás (creo que sí fue así) hay muchos más de mis dibujos!
En fin, espero que les haya gustado si fue así dejen su voto y comentario, ayudarían bastante a no olvidar ésta historia.
Muchas gracias, y nos vemos en el próximo capítulo.
-DanielleNikiforov
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