🔹️CAP 22
Después de la cena, ambos regresaron a su habitación de hotel en el otro lado de la ciudad. Los pensamientos de Taehyung estaban girando alrededor de toda la noche. No sabía lo que esperaba después de que Rebel le dijera lo genial que eran sus padres, pero no esperaba que fueran así. ¿Cómo debió haber sido crecer en un hogar tan obviamente lleno de amor y apoyo?
El castaño miró a Jungkook. Las luces de la calle jugaban con sus rasgos mientras conducía, dándole un aspecto extrañamente etéreo. Kim no estaba seguro de merecer haber conocido a alguien tan increíble como él, pero iba a apreciarlo mientras tuviera el privilegio. Sólo esperaba que eventualmente, cuando el pelinegro se fuera de su vida, todavía pensara en él de vez en cuando. La idea de que el azabache le olvidara hizo que le doliera el estómago.
—¿Qué te pareció mi familia? ¿Te asustaron? —preguntó Rebel mientras entraban en el estacionamiento del hotel.
—No, parecen realmente geniales. Gracias por invitarme, esto ha sido muy divertido.
—Aún no ha terminado. Todavía tienes que estar sujeto a toda mi familia mañana.
—Creo que sobreviviré —le aseguró con una risita pequeñita.
Una vez registrados, subieron sus maletas a la habitación y ambos se dejaron caer en la cama.
—Oh hombre, estoy agotado —dijo Jeon, puntuándolo con un fuerte bostezo para ilustrar su punto.
—No dormimos mucho anoche —concordó imitando al pelinegro con un bostezo.
Jungkook inclinó su cabeza hacia adelante y hacia atrás e hizo rodar sus hombros unas cuantas veces antes de tirar de su camisa y lanzarla a un lado.
—¿Tienes los hombros rígidos? —preguntó Taehyung.
—Un poco. Creo que es de todo ese tiempo en el auto.
—Acuéstese boca abajo —instruyó.
—Oooh, ¿esto va a ser pervertido? —preguntó con esperanza.
—¿Estabas a punto de quedarte dormido hace dos segundos, y ahora estás lo suficientemente despierto para tontear?
—Siempre estoy dispuesto a tontear.
—Siento decepcionarte, pero voy a darte un masaje en los hombros.
—Eso es lo opuesto a decepcionante.
El castaño se puso a horcajadas sobre el trasero de Rebel y empezó a trabajar los músculos de su hombro con las manos. Jungkook dejó salir un profundo gemido de placer mientras el chico seguía trabajando un complicado nudo detrás de su omóplato.
—Mantén esos ruidos altos y esto podría volverse perverso después de todo.
—Haz lo que quieras conmigo, pero no dejes de frotar —El pelinegro gimió en la almohada.
—Oye, ¿sabes qué se sentiría aún mejor en tus músculos? Un baño caliente.
—Sólo si hay suficiente espacio para los dos ahí dentro.
Taehyung se bajó de la cama y revisó el baño.
—Definitivamente hay espacio para los dos —llamó.
En menos de un segundo, los brazos de Jungkook rodeaban su cintura por detrás.
—Yo pongo el agua, tú desnúdate.
El castaño se desnudó, dejando su ropa en una pila justo afuera del baño. Y tan pronto como la bañera se llenaba de agua caliente y un chorrito de algo que hizo burbujas con aroma floral, se adentró a ella y abrió las piernas para que el azabache se sentara frente a él. Un escalofrío de placer se cernió sobre Taehyung mientras la piel de los dos resbalaba y se deslizaban una contra la otra.
El menor reanudó el masaje de hombros, y no se molestó en ocultar la forma en que los sonidos de placer de Jeon le afectaban.
Después de unos minutos, Rebel se derritió contra él, haciéndole difícil frotar sus hombros. Así que Taehyung dejó que sus brazos le rodearan la cintura, y que sus dedos subieran y bajaran por su pecho y estómago delineando cada centímetro de los músculos duros bajo su toque. El castaño lamió unas gotitas de agua en el cuello de Jungkook, y un profundo estruendo de satisfacción vino de lo profundo del pecho del azabache.
Kim deslizó su mano más abajo y encontró su gruesa erección esperando por atención. Lo provocó un poco, arrastrando el dedo índice desde la punta de su polla hasta sus bolas y luego acunándolas en su mano.
Jungkook aspiró mientras el menor acariciaba sus testículos en la palma de su mano, sin ninguna prisa por acabar con él. Estaba más contento de jugar y disfrutar del cuerpo caliente y húmedo en sus brazos. Sólo tomó unos minutos para que un calor característico se instalara en el vientre del pelinegro y su cuerpo empezara a temblar contra el de Taehyung. El castaño se retiró, y Jeon liberó un gruñido frustrado.
—No te enojes, sólo estoy probando lo mucho que me enseñaste en Las Vegas —dijo, refiriéndose a su lección de la noche anterior.
El castaño nunca había sido uno de la gratificación retrasada, pero tenía que admitir que Jungkook tenía razón acerca de cuan más duro podía correrse si lo aguantaba un poco primero. Cuando sintió al azabache relajarse un poco, su orgasmo ya no estaba justo al borde, envolvió la mano alrededor de la base de su polla y le dio una caricia lenta por toda su extensión. Taehyung repitió el movimiento sin prisa hasta que Rebel se retorcía contra su mano, su nombre cayendo una y otra vez de los labios del chico en partes iguales suplicando y maldiciendo.
—¿Quieres correrte? —preguntó con voz provocadora, y Jungkook gruñó en respuesta flexionando las caderas.
Taehyung apretó el puño y tiró más rápido mientras estiraba la otra mano para jugar con sus bolas.
—Joder, Tae, tan bueno.
La cabeza del pelinegro se cayó contra el hombro del menor, dándole acceso perfecto al punto de pulso en su cuello. Kim mordió, no lo suficientemente fuerte como para dejar una marca, pero lo suficientemente fuerte como para hacer gritar al mayor. Su polla pulsaba en las manos del castaño. Jungkook se estremeció y finalmente se corrió con un suspiro lleno de profunda satisfacción.
Taehyung besó la piel rojiza de su cuello donde sus dientes lo habían magullado un poco antes.
—No sé tú, pero yo estoy listo para perder la puta conciencia —declaró el menor.
—Mmmm, vamos a la cama —concordó Rebel.
Salieron de la bañera y se quitaron la toalla antes de arrastrarse juntos entre las sábanas. La noche anterior, Taehyung estaba demasiado cansado como para pensar en compartir la cama con el azabache. Pero tan pronto como se acostaron, Jungkook rodó hacia él y le abrazó. Todo el cuerpo del castaño se tensó.
—Lo siento —dijo el pelinegro, inmediatamente retrocediendo y haciéndose a un lado para darle un poco de espacio para respirar.
—Lo siento, no soy mucho de acurrucarme —se disculpó.
—Está bien, bebé —Jeon presionó un beso rápido en su mejilla y luego retrocedió de nuevo—. Descansa un poco. Tienes un clan de locos que enfrentar mañana, y vas a necesitar tu fuerza.
🔹️🔹️🔹️
Taehyung se paró frente al espejo abotonando su camisa y luego trató en vano de suavizar cada arruga.
—Relájate, bebé —Jungkook apareció detrás de él y le dio un beso rápido en la nuca.
El de piel canela se estremeció ante la intimidad del gesto, y su corazón comenzó a latir erráticamente.
—Estoy relajado —argumentó.
—No, no lo estás. Pero está bien, porque es lindo que estés tan nervioso.
Rebel puso una mano en su hombro y le giró para encararlo. Le tocó el cuello, le arregló unos mechones de cabello rebelde, y luego le sonrió. Y el ya estruendoso corazón del castaño apenas podía soportarlo. Eso era demasiado. Era demasiado arriesgado.
—Gracias —dijo, aclarando su garganta y dando un paso atrás.
La cara de Jungkook cayó por un segundo antes de que se recuperara con una sonrisa forzada—. Ni lo menciones; para eso están los amigos. Ahora, pongámonos en marcha, así no nos perderemos toda la diversión.
Viajaron en silencio hasta la casa de sus padres, y cuando llegaron allí, al menor le sorprendió ver cuántos autos se alineaban en la calle.
—No bromeabas acerca de que esto era algo grande.
—Mis padres no hacen nada a medias.
Taehyung respiró profundo, ambos salieron del coche y se dirigieron a la puerta principal.
Dentro, era un borrón de apretones de manos y abrazos de familiares demasiado entusiastas que no se daban cuenta de que ni siquiera sabían quién era. Pero era cálido y feliz de una manera que nunca antes Taehyung había experimentado. Y era imposible no perderse un poco en el momento.
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