🔹️CAP 19
Considerando lo temprano que tenían que estar en el camino para llegar a Colorado esa noche, deberían haberse ido a la cama antes. No, deberían haberse ido a dormir más temprano. Se fueron a la cama. Pero no exactamente a dormir.
Resultó que Taehyung era malo para limitarse, así que Jungkook tuvo que enseñarle otra vez. Y otra vez. Y luego el castaño tuvo que probarle que había aprendido, así que lo llevó al borde de la locura antes de que finalmente le dejara correrse.
El azabache suspiró al ver sus ojos pequeños y rojos en el espejo. Su cabello negro era un desastre al que no se iba a acercar hasta que pudiera ducharse y lavarlo apropiadamente. Debía esperar hasta que llegaran a Colorado. Por el momento, lo ató en un moño descuidado. Eso tendría que servir.
Taehyung entró al baño, su aspecto no era mucho mejor.
—Joder —murmuró—. Es muy temprano para levantarse.
Se veía adorable con el cabello erizado en todas las direcciones, y Jungkook no pudo resistir el impulso de tomarlo de la mano y jalarlo hacia él para un beso matutino. El menor protestó un poco, probablemente porque aún no se habían cepillado los dientes, pero a Jeon no le importaba. Como si un poco de aliento matutino fuera a molestarle.
—Buenos días, solecito —El pelinegro se burló de él cuando terminó de besarlo.
Lo acercó para abrazarlo, su erección matutina rozando el estómago de Jungkook. No sabía si era porque el chico todavía estaba medio dormido o qué, pero le devolvió el abrazo con más entusiasmo que de costumbre, e incluso se acurrucó un poco.
El azabache le acarició el cuello con su nariz—. ¿Quieres que me encargue de eso por ti? —inquirió, metiendo la mano entre ellos para frotar su dura entrepierna.
—Mmm. ¿Lo harías? —preguntó—. No tienes que hacerlo, pero...
Jungkook se puso sobre sus rodillas, y liberó la erección del castaño de sus apretados bóxers.
—Con gusto.
Le llevó menos de dos minutos antes de que Taehyung se corriera con un profundo suspiro. Había estropeado su moño, por supuesto, pero había valido la pena.
—Te ves como la mierda —dijo el menor cuando le observó bien.
—Vaya, ese sí que es un tipo de agradecimiento —Jeon se levantó, lamiendo los últimos restos de la esencia en sus labios.
—Lo siento —murmuró, y luego le lanzó una de sus sonrisas geométricas—. Gracias por la mamada. Te ves como la mierda.
—¿Te has mirado en el espejo? —mencionó indignado—. No te ves mucho mejor, amigo.
Taehyung se giró para examinarse en el espejo—. Todavía me veo el doble de bien que tú.
Jungkook le dio una nalgada—. Haz que te revisen los ojos, hombre. Nadie se ve el doble de bien que yo, ni siquiera en mi peor día. Ahora, ponte algo de ropa para que podamos bajar a desayunar, porque necesito un poco de cafeína.
El castaño se detuvo en sus movimientos—. Pensé que podríamos ir a algún lugar a tomar café y desayunar sándwiches poco saludables.
El azabache entró en la habitación, tomó una camiseta y unos jeans limpios de su bolsa de fin de semana—. No, reservé un desayuno completo para los dos con la habitación. Supuse que necesitaríamos el combustible para todo un día de conducción.
Comenzó a vestirse rápido y no se dio cuenta hasta que se puso los calcetines que Taehyung no había respondido. Levantó la vista y lo vio observándole con una extraña mirada en su rostro. No era ira. ¿Más bien... pánico?
—No puedo permitirme desayunar aquí —dijo—. Necesito ese dinero para la matrícula. Fue una estupidez de mi parte jugar con él, y tuve suerte de recuperarlo con lo del striptease —comenzó a hacer un movimiento como si quisiera meter las manos en los bolsillos, pero aparentemente se dio cuenta de que no llevaba pantalones, así que terminó con los puños cerrados.
—Está bien —concordó con suavidad, sintiendo que tenía que andar con cuidado—. Te dije que este hotel era mi regalo. Eso incluye el desayuno.
Taehyung no parecía más tranquilo—. ¿Cuánto cuesta el desayuno?
Jungkook se encogió de hombros—. No lo sé. Normalmente son entre quince y veinte dólares en hoteles como este.
El castaño se relajó un poco—. No está tan mal —musitó—. Un café y un sándwich de desayuno ya te cuestan casi ocho dólares.
—Veinte dólares cada uno. Sin incluir propina —añadió el azabache. Podría haberle mentido, pero eso sólo terminaría mordiéndole el trasero.
—Por tanto dinero, será mejor que sirvan caviar o algo así —murmuró.
—Probablemente sea un desayuno buffet —supuso—. Tal vez con algunas opciones frescas, como waffles, panqueques o pueden tener una barra de omelets.
Finalmente Taehyung comenzó a ponerse algo de ropa—. Ni siquiera sé qué es eso.
Estaba empezando a hundirse en que esta era una experiencia totalmente nueva para él. Jungkook viajaba regularmente a los eventos de Ballsy Boys, y aunque no siempre se hospedaban en los hoteles más caros, habían superado la fase de moteles baratos. Cuando los clientes les traían, por ejemplo para una sesión de fotos, tenían que alojarlos en hoteles respetables. Como resultado, se había hospedado en hoteles como ese en todo el país e incluso en Europa. Taehyung no, y eso probablemente lo estaba avergonzando.
—Es como un área donde puedes juntar ingredientes frescos para una omelet, o señalarlos, y ellos cocinarán un omelet hecho a la medida para ti.
—Oh.
Esa palabra estaba llena de emoción, era casi tangible en la habitación. Jungkook lo observó fijamente ¿Qué podía hacer? ¿Lo ignoraba para evitar que se sintiera aún más incómodo? ¿O se dirigía a él para tratar de quitarle la vergüenza? Se decidió por lo segundo, pero siguió optando por un enfoque indirecto.
—Antes de que empezara a trabajar para Ballsy Boys, nunca me había quedado en nada más caro que un Motel. Mis padres eran muy buenos acampando, así que todas las vacaciones familiares se hacían en tiendas de campaña. Usábamos los moteles más baratos que mi mamá encontraba para cosas como viajes a Disney, o cuando visitaba a la familia en las grandes ciudades. La primera vez que Bear reservó un Marriott para mí, me sorprendió. Nunca había visto un baño tan grande, y seguro que nunca había tenido una cama tan grande para mí solo. Y ese desayuno... tío, me llené la cara completamente. Lo entiendo, Tae. Esto también era nuevo para mí hace unos años.
Kim suspiró—. Estoy luchando por mantener mi cabeza por encima del agua, financieramente. No puedo permitirme cosas como esta, pero me siento como una mierda por dejarte pagar por ello.
El pelinegro caminó hacia él, acechándolo como a un pequeño ciervo asustadizo.
—Lo entiendo, pero no hay necesidad de sentirse culpable. Puedo permitírmelo. Vengo de una larga y orgullosa tradición de gente frugal, así que he invertido mis ganancias porno sabiamente. Confía en mí, una noche aquí no hará mella en mis ahorros. Y nos hemos divertido, ¿no es así?
Cuando el chico no huyó, Jeon lo acercó lentamente y lo abrazó con fuerza. Taehyung lo permitió, pero su cuerpo estaba tenso. Jungkook tal vez necesitaba distraerlo un poco. El sexo solía funcionar con él, así que llevó las manos hacia sus nalgas y les dio un ligero apretón.
—No me digas que no te divertiste con nuestras clases de limitación.
—Eso no fue divertido. Fue ardiente como el infierno, pero te odié por unos minutos —se quejó.
—Nuestro striptease, entonces. Fue divertido, ¿verdad? ¿O nadar desnudos en la piscina?
—Tuvimos suerte de que ese guardia fuera fan tuyo —refunfuñó, pero su voz sonaba menos alterada.
—Todos los que me han visto son admiradores —bromeó—. Una vez que han visto mi polla, están enganchados.
El pelinegro sintió como la cara de Taehyung se abría en una sonrisa contra su mejilla—. No olvides tus fuertes y sexys manos.
Jungkook apretó las manos alrededor de sus nalgas otra vez, pero con más fuerza para demostrar la exactitud de su declaración—. Por supuesto que sí. Luego está mi boca...
Taehyung tarareó—. Esa sí se sintió muy bien envuelta alrededor de mi polla hace unos minutos.
—Entonces creo que podemos establecer con seguridad que no te gusto por mi dinero, ¿verdad?
Taehyung se congeló por un segundo y luego se relajó de nuevo—. No, no es por eso —dijo en voz baja.
Le permitió al pelinegro abrazarlo por un minuto más o menos, antes de alejarse—. Gracias —musitó.
Jungkook lo observó con una sensación de calor en su abdomen—. De nada.
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