XVIII
—Y no vuelvas a meterte con nosotros, hijo de puta ¡Vete!— advierte Jungkook, luego de haberlo dejado casi inconsciente de tantos golpes. El varón asiente atemorizado y corre como si su vida dependiera de eso.
—Vámonos— indica Hoseok y comienzan a caminar, saliendo de aquel lugar.
Una llamada entrante llega al celular de Jungkook, lo cual le hace detenerse a observar el contacto, visualizando el nombre de Yeji.
Con una sonrisa en su rostro levanta la llamada.
—¿Es ella?— indaga Hoseok curioso, este asiente y hace un ademán de que espere un segundo, al mismo tiempo que se aleja para contestar.
—Hola ¿Llegaste bien?
—Con que fuiste tú quien amenazó de muerte a mi hermano ¿no?
Su sonrisa desapareció al escuchar esa voz que tanto detestaba contestar el teléfono de su chica.
—¿Dónde mierda está Yeji?— su tono inmediatamente se torna furioso, cual dragón que escupía fuego.
—¿Duele mucho? Recuerdo que me escribiste un mensaje preguntándome que si dolía más que mi hermano estuviera en peligro o que si la chica que me gustaba no me notara. Devuelvo tu pregunta; ¿qué duele más? ¿que la chica que tanto dices querer está aquí conmigo? ¿o que está en peligro? Ah no, perdón, las preguntas están relacionadas de igual forma— suelta sarcásticamente— no vuelvas a amenazarme de esa manera, Jeon.
—¿¡Qué carajos están haciendo con ella!? ¡No dejaré que nada le pase!
—No es mi culpa que tus intenciones hayan cambiado, me queda claro que todo lo hiciste por molestarme, Jeon. Fui un idiota al no recordar la deuda que no te he pagado, ¿en serio todo esto es por dinero?
—El dinero es una mierda, lo que me molesta es que hayas traicionado mi confianza, Park. Fuiste alguien muy cercano y me saliste ingrato. Mi odio hacia tí tiene justificación, pero no tu ingratitud.. pero pagarás, me las pagarás— la rabia lo ciega por un momento.
—¿Qué harás? ¿Matarme? Mírame, Jeon, quisiste arruinarme, debilitarme, asustarme y ponerme vulnerable, pero déjame decirte que quien está con la chica que dices querer soy yo, y está aquí en el suelo, inconsciente.
Jungkook abrió los ojos sorprendido.
—No lastimen a Yeji.
—Es gracioso, ella dijo la misma frase hace unos minutos— ríe sin gracia.
—Maldito hijo de puta..
—Escúchame, Jeon, si quieres acabar con toda esta mierda de una vez por todas ven a la dirección que te voy a enviar. Ah, y ni se te ocurra venir acompañado, tengo a una persona especializada en disparar balas, y que no duda en hacerlo, así que, por tu bien y el de tus seres queridos, ven completamente sólo.
Cuelga la llamada.
—¿Qué ocurre? ¿Qué le pasa a Yeji?
El varón mantiene su mirada fija sobre el suelo, analizando todo lo que acababa de escuchar por la llamada recién concluida.
—Es Yeji..— alza la mirada— tengo que buscarla.
—Iré contigo.
—No— niega firmemente, recordando las palabras de su enemigo— debes quedarte, no puedo ir con nadie.
—No me interesa, soy tu amigo y dije que siempre te protegería.
—No puedes venir, Hoseok.
—No me interesa nada, Jungkook, dije que sí iré— insiste.
—¡¡Te matarán!!— exclama muerto de miedo, frustrado por su insistencia.
—¡Estarían facilitándome el trabajo!— responde, dejando totalmente anonadado y confundido al menor.
—¿Qué? ¿Q-qué dices?
Hoseok, con una media sonrisa de total aflicción, responde.
—Estarían facilitándome el trabajo, Jungkook.
—¿A qué te refieres con eso?
—No me queda mucho tiempo, Jungkook.
Al escucharlo sintió como su corazón se detuvo por un momento, paralizado, sus lágrimas salieron involuntariamente y de manera inmediata. Le dolía demasiado escuchar que perdería pronto a la única persona que siempre tenía a su lado.
—Dime.. dime que no es cierto— suplica, sintiéndose romper.
—Por eso siempre fui tan insistente en que saliéramos de esto, y vivieras una vida normal. No aguantarías vivir esto sólo, por eso te pedía que comenzaras un nuevo capítulo, acompañado de la chica que quieres, tengo mucha fé en ustedes dos.
—¿Por eso siempre te marchabas diciendo que estabas ocupado?
—Los análisis no fueron lo esperado, me quedan pocos días aquí, y lo único que deseo es verte feliz. Saber que si me voy, tú te quedarás, siendo el chico alegre que un día conocí y crié— las lágrimas adornan su rostro.
—No..no por favor, tú no— niega, mientras cubre su rostro con sus manos.
—Está bien, Jungkook, mereces independencia, lo cual nunca pude ofrecerte, y ese fue mi error. Siempre dije que estaría a tu lado y me entero de que estoy muriendo— palmea su hombro, como hacía de costumbre.
—Hoseok-ah— llora sobre su hombro, mientras lo abraza con fuerza, una muestra que el mayor no recibía desde hace muchísimo tiempo.
No podía sentirse peor, estaba vulnerable, demasiado, tanto que había olvidado cómo habían llegado a esa conversación.
—Hey— lo llama Hoseok y este lo observa con sus ojos inyectados en sangre— debemos ir a por Yeji.
—Por favor, no vayas— imploró.
—No tengo nada que perder, Jungkook, no dejaré que te ataquen sólo, déjame ser útil al menos una vez en mi vida— pide tranquilamente.
—Por favor, no, hyung— vuelve a suplicar.
—¿Y si fuera mi único deseo antes de desaparecer?
Jungkook, sintiéndose peor que nunca, finalmente no pudo continuar negándose más. Ambos fueron hacia la dirección enviada por Hyung-sik.
• 살아있어 •
Llegando, Hoseok se esconde en un lugar donde ni el mismo ojo de halcón –Jimin– pudo verlo.
El pelinegro se acercó lentamente, buscando con su mirada a la chica, hasta que alcanza verla, tendida en el suelo, con moretones en su rostro. Esto hace que preocupación lo consuma, por lo que corre hasta llegar con ella.
—¡Yeji, Yeji!— la llama, atemorizado.
Ella hace un pequeño movimiento, y este suspira aliviado al ver que se encontraba bien.
—¿J-Jungkook?— abre los ojos, aún débil.
—Sí, pequeña, estás a salvó conmigo.
Al escucharlo, no puede evitar volver a llorar.
—No vuelvas a dejarme sola nunca, tenía demasiado miedo y–
—Me siento como un idiota, lo siento mucho, juro nunca volver a abandonarte así, Yeji.
—Te quiero, Jungkook.
—No podría vivir sin tí, Yeji, eres lo único que me queda— el mayor no puede evitar sensibilizarse, lo cual confunde en gran parte a la menor.
—¿A qué te refieres?— quiere hablar, pero un sollozo sale de sus labios— Hey, no, tranquilo, aquí estoy.
—Por favor, mantente con vida.
—Basta de lloriquar, por favor— sale a escena el enemigo del mayor, ambos dirigen su mirada hacia él. El pelinegro siente la rabia consumirlo, por lo que deja un momento a su chica y se acerca peligrosamente al castaño.
—Jungkook ¡no!
El sonido de una pistola recargándose detrás del pelinegro hizo que se congelara en su lugar, no sabía a quién estaba apuntando, y asustado de que fuera a Yeji, decidió detenerse.
—Alto, Jeon.
—¿Cómo te atreves a golpearla?— escupe furioso.
—No fui yo.
—¿Ah no?
—No. No golpearía a una chica, compartimos la misma debilidad, Jeon, somos demasiado parecidos.
—¿Qué quieres lograr con esto, Park?
—Realmente quería darte un susto, nadie se atreve a amenazarme y tratar de arrebatarme a la chica que quiero ¿cómo te atreves?
—¡Tú me traicionaste!
—¿Es esto un juego de quién sale más lastimado? Bien, prepárate para perder, Jeon— hace un asentimiento con la cabeza mientras observa sobre el hombro de Jungkook a quien le queda detrás, lo cual hace que el pelinegro gire su rostro, viendo detrás de Yeji al hermano menor de Park, quien apuntaba la cabeza de la chica sin temor a apretar el gatillo. No pudo evitar alarmarse.
—¡Ya estoy aquí, vine, vine a recuperar a mi chica! ¡Déjenos en paz!
Hyung-sik ríe por la reacción del varón.
—Me da risa verte tan vulnerable, Jeon, demasiada— admite
—¿Qué tengo que hacer?
—Olvidarte de la deuda, cerrar el conflicto, no volver a amenazar a mi familia nunca, eso.
Hyung-sik era más débil que Jungkook, todo lo que hacía era por temor.
—Lo haré, pero dejen ir a Yeji.
—¿Sí? — ríe sarcásticamente— así no funcionan las cosas, ella no te conoce realmente, y cuando sepa la verdad te dejará.
Jungkook traga en seco, sintiéndose desesperado por acabar con todo.
—¡Yo le contaré todo! ¡Pero déjenos irnos!
—¡Dejen a Jungkook en paz!— interviene finalmente ella, mientras forcejea para que Jimin la suelte, pero este no hace más que forzar su agarre.
—Yeji— llama Hyung-sik.
—No quiero escucharlo por tu sucia boca— insulta, ganándose un apretón brusco por parte del psicópata a su lado.
—Jungkook gana dinero sucio, asesina a las personas que no le pagan a tiempo, quería matarme a mí por lo mismo, y te usó para llegar a mí. Dime, ¿estarías con él o conmigo luego de saber esta realidad?
Yeji está sorprendida, ella se esperaba algo similar a lo que reveló el castaño, pero escucharlo era algo impactante. Aún así, no pretendía abandonarlo por nada, ni nadie.
—No me importa. Claro que seguiría con él, ya es otro Jungkook.
El pelinegro sonríe feliz al escuchar la respuesta de la chica, tan leal como siempre esperó que fuera. Hyung-sik empuña sus manos, y ahí es cuando Jimin deja de agarrar a la chica, así que corre hasta llegar a él y finalmente lo abraza, sintiendo esa felicidad inundar su alma.
—Te quiero, Yeji.
—Te quiero, Jungkook.
Esconde su rostro en su pecho, sintiendo alivio de estar con la persona que tanto anhelaba ver en esa situación tan peligrosa y atemorizante para ella.
Se alejan para verse directamente a los ojos.
Bang.
Ese sonido incómodo retumba en los oídos de la chica, sorprendiéndola, y como acto de reflejo cerró los ojos.
Al no sentir ningún impacto en su cuerpo observa a Jungkook, percatándose del rostro pálido del chico, sintiendo temor al creer que había sido lo que creía.
—Ah..— jadea del dolor.
—No..
El sonido de una sirena se hizo presente, haciendo a los hermanos Park retirarse corriendo, no sin antes el menor haber disparado unas cuantas veces al vehículo. Dejando solos a la pareja, mientras sangre brotaba por la espalda del mayor, quien había sido disparado por Jimin.
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