XIII
Yeji se siente impactada ante la noticia tan repentina del pelinegro, con el cual no había vuelto a hablar desde aquel día donde verdaderamente se conocieron.
Luego de aquella llamada se alarmó, y más cuando Jungkook le dijo que no era algo opcional, que realmente podía correr una especie de peligro. Aunque realmente no él mismo sabía a qué se refería Hyung-sik con su mensaje.
Sin pensarlo más, agarró todas sus pertenencias en una mochila rápidamente, y aseguró la casa, para luego tomar un taxi hasta casa del pelinegro.
• 살아있어 •
Unos toques insistentes en la puerta principal llamaron la atención del pelinegro inmediatamente. Abre, encontrándose con la chica, la cual traía una expresión nerviosa y confundida con ella.
—¿Qué está ocurriendo?
—Ven, hablemos— pide el chico.
—Lo que sea que tengas que decirme puede ser aquí.
—No, Yeji.
—No pienso hacerte caso, Jeon.
Sintiéndose frustrado, alza un poco su tono de voz.
—¡Maldita sea, Seo! ¡Sigue aunque sea una maldita orden en tu vida, carajo! Si te pido que tenemos que hablar es porque tu jodida vida puede depender de ello— advierte, dejando sin palabras a la menor— estoy frustrado ¿vale? Aquello no me deja pensar con claridad.
—¿Qué es "aquello"?
—Hablaremos de eso cuando dejes tus cosas arriba, ¿vale?— indica, haciéndola asentir.
—Bajo enseguida— avisa y se dirige hacia la habitación donde habían estado antes.
• 살아있어 •
—¿Me están espiando?— cuestiona luego de haber concluido la explicación.
—Sí, te están espiando— afirma.
—¿Quién?
—No estoy tan seguro— miente— pero intenta alejarte de personas conocidas.
—¿Es Lisa?— indaga perdida.
—¡No! ¡No! Claro que no.
—Me da la ligera impresión de que sí sabes quién es y no quieres decirme ¿cómo carajos conocías a Lisa sin que yo te la presentara?— pregunta, recordando el día donde el pelinegro afirmaba conocer a la pelirroja.
Queda tenso ante su cuestión.
—Me habías hablado de ella.
—Nunca te mencioné su apellido.
Queda nuevamente en silencio y decide cambiar el tema, evadiendo su pregunta.
—Debes alejarte de esa persona.
—¡¿Quién?!— alza la voz.
—¡No sé, Yeji! Alguien que conozcas y que puede que te persiga porque quiere algo de tí.
Inmediatamente un nombre se coló en la mente de la chica.
Hyung-sik.
—Hyung-sik.
Jungkook alza la mirada, conectándola con la suya.
—¿Quién?
—Hyung-sik. Él aparece repentinamente en lugares donde estoy, definitivamente él podría estar persiguiéndome— asegura.
El pelinegro quiere sonreír, sintiéndose satisfecho al ver cómo todo había salido mejor de lo que esperaba.
—Podría ser, si estás tan segura— finge no saber nada sobre el mencionado y junta sus manos— bien, alejémonos de él entonces.
Ella muestra una pequeña sonrisa mientras su mirada está posada en el suelo.
—¿Desde cuándo?
—¿Desde cuándo qué?— cuestiona confundido.
Voltea a verlo.
—¿Desde cuándo te preocupas por mí?
Su sonrisa tan tierna logra que el mayor sienta paz en ella, y eso lo asusta recordando las palabras de su compañero. No quiere volver a pasar por una situación como la vivida hace años atrás. Pero confía en sí mismo, si Hoseok podía, él también.
—Jeon.
—Sí, dime— contesta luego de salir de aquellos pensamientos profundos.
—¿Responderás?
Carraspea su garganta y toma una postura adecuada en su lugar.
—Simplemente soy una persona que intenta ayudar cuando es alertado de peligro, es lo menor que podía hacer— miente.
Yeji, desilusionada, baja la mirada.
—Y yo que creí que te preocupabas por mí, Jeon— confiesa.
Jungkook, al ver cómo había desilusionado a la fémina rápidamente intentó remendar su error, no podía alejarla cuando estaba cada vez más cerca.
—No, Yeji, sí lo hago— toma su mano, logrando que ambos sientan una corriente invadir su cuerpo ante el contacto. La chica no se sintió incómoda ante su toque, en cambio, él sí, por lo que rápidamente alejó su tacto.
Sus miradas fueron desviadas hacia cualquier otra parte del lugar. Repentinamente, la pelinegra comienza a reírse, llamando la atención del mayor.
—¿Qué ocurre?
—¿El gran Jeon Jungkook está nervioso?
Rueda sus ojos y la observa seriamente.
—¿Eso te da risa, Seo?
—Sí— afirma sinceramente, sin alejar la mueca burlona de su rostro— recuerdo que al principio me aterrabas, lograste intimidarme y ridiculizarme en un primer momento. Ahora es como si hubiera desbloqueado otro rasgo de tu personalidad, te he notado algo nervioso e inseguro, que nunca imaginé que te vería de esa forma.
Yeji supe leer al mayor de una manera que ni el mismo Jung Hoseok pudo hacerlo. Le había resultado increíble, ya que no llevaban tanto tiempo de conocerse. Ambos estaban conociendo rasgos ocultos de la personalidad del otro.
Ella era más fuerte de lo que aparentaba.
Él era más débil de lo que aparentaba.
La chica se sentía diferente con el pelinegro, ese sentimiento de protección finalmente dió con ella. No puede evitar sentir algo más que atracción por él. Confía en que una persona que intenta protegerla nunca la lastimaría. Jungkook era real para ella, y esa era su mejor cualidad.
—¿Sabes?— añade ella, rompiendo el silencio.
—¿Sí?
—Eres una de las personas más sinceras que conozco— asegura, lo cual confunde de gran manera al pelinegro.
—¿Cómo se puede estar tan seguro?
—Eres mejor de lo que crees. Además se nota, no finges una personalidad, ni una sonrisa, no te importa ser un irrespetuoso a veces— ríe, mientras él continúa serio— quizás no dices tener miedo cuando realmente lo tienes, pero eso no significa que seas un mentiroso, aparte, intentas protegerme aunque lo niegues. Eres bueno, Jungkook.
Al escuchar cómo la chica acababa de caracterizarlo no pudo evitar sentirse mal con sí mismo. Mentía, sí mentía, y odiaba ser tan débil frente a ella, por lo que intentaba refugiarse en esa dura personalidad que prefiere el dinero sucio que una vida tranquila junto a la persona que verdaderamente ama. No podía hacer nada, si decía la verdad, el plan se iría a la basura, pero si no lo hacía, la culpa lo atormentaría. La pregunta de él para sí mismo era la siguiente:
¿En qué momento se había vuelto importante para él un simple cebo?
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