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V

Sorprendentemente, la chica había invitado al varón nuevamente a otro encuentro.

A pesar de que Jungkook no se lo esperaba, sacaría provecho de la situación. No sabía que Yeji era de esas jóvenes que salían de noche; de hecho, no lo era, pero no podía negar que le causaba curiosidad conocer más al chico.

Ella le enviaría un mensaje con la dirección exacta del bar donde se encontrarían.

—Jeon— llama su atención Hoseok. Alza la mirada para verlo.

—¿Qué?

—Hoy es tu encuentro con el joven Byun— indica, acercándose a la laptop para mostrarle una imagen del mencionado— ¿lo recuerdas?

—Él nos debe 100 000 wons.

—Buena memoria que tienes.

—Habla tú con él, Jung— ordena y camina lentamente, ganándose la mirada atenta y confundida de su compañero.

—¿Cómo? Nunca te pierdes un encuentro.

Jungkook voltea a verlo, con una expresión neutra.

—Quedé esta noche con el cebo— informa.

El rostro de Hoseok reflejaba sorpresa.

—Creí que no te interesaba Seo.

—Y no lo hace. Simplemente es un paso más cerca, ¿no entiendes?— aclara.

El contrario chasquea la lengua, desaprobando la respuesta del menor.

—No hablaré más del tema— se levanta de su lugar— iré a ver a Byun, a las 21:00.

—Perfecto, me escribes cuando acabes, y si hace falta volar otra cabeza— bromea amargamente. Palmea su hombro y sale del lugar.

• 살아있어 •

El reloj marcaba las ocho horas, y ya la chica se encontraba arreglada para su salida. Su amiga, Lisa, llegaría en cualquier momento.

Unos toques en la puerta principal, llamaron la atención de la joven. Se levantó a abrir, visualizando una versión más hermosa de su amiga.

—¡Pero Lisa! ¿Vas a acompañarme o a llevarte a medio bar?— exclama.

—Sólo te advierto que si no logras nada con el pelinegro guapo, yo lo haré— bromea.

—Hazlo si quieres— resta importancia y camina hacia la motocicleta, dejando atrás a la pelirroja.

—Era broma, soy tu amiga— dice mientras se acerca— pero si alguna vez quieren un trío, ya sabes a quién llamar.

—¡Lisa!— reclama.

—Vale. Vámonos.

• 살아있어 •

Luego de haber recibido la dirección del bar, Jungkook se encontraba puntualmente en el lugar.

Pendiente a su celular, envío un mensaje a Hoseok.

“Recuerda lo de Byun, no creo llegar hoy.”

Al alzar la mirada, encontró a quien tanto esperaba, por lo que sonrió con satisfacción, el plan saldría justo como quería.

Una vibración en sus manos llamó su atención, por lo que bajó la mirada al dispositivo.

“¿Dónde estás?”

Tecleó una respuesta.

“Frente a tí, alza la mirada.”

La chica leyó inmediatamente la respuesta, e hizo caso a su orden, conectando sus ojos con los del varón.

Lisa dirigió su mirada hacia el chico y sonrió, intentando contener sus emociones.

—Amiga, ahí está tu cita. Te dejo— informa pícaramente, y se aleja.

—No, Lis'— intenta detenerla, pero no pudo.

Se vió en la obligación de caminar hacia él, lentamente, intentando calmar sus emociones y no demostrar nervios.

—Te ves bien— halaga.

—Gracias, tú también— sonríe nerviosa.

—Siéntate— pide el chico, señalando el lugar vacío a su lado.

Jungkook observa cómo deja el celular sobre la mesa por un momento, y luego ocupa el asiento frente a él.

El ambiente del lugar era agradable, la música no molestaba a quienes deseaban hablar en un tono adecuado. Aparte, la mesa que escogió el pelinegro, se encontraba alejada del equipo de sonido, por lo que les sería más fácil escucharse.

—¿Dónde está tu amiga?— cuestiona.

—Debe estar buscando ganado— bromea, haciendo sonreír al contrario.

—¿Y tú por qué no haces lo mismo?

—No necesito hacerlo. Soy de esas personas que piensa que la felicidad te la puede ofrecer una sola persona— expresa.

El pelinegro asiente levemente, escuchando atentamente su respuesta.

—Eres reservada— opina— ¿por qué?

—¿Me estás entrevistando?— alza una ceja, y el chico suspira.

—Si te incomodó la pregunta sólo–

—¡No!— interrumpe— respondiendo a tu pregunta, soy reservada porque siento que cualquier persona podría lastimarme, por lo que me aterra abrirme y entregarle mi confianza a alguien que no lo merezca.

—¿Cuánto tardas en confiar en los demás?

Ella, interesada en sus preguntas, comienza a relajarse y apoya su peso en sus brazos sobre la mesa, sin perder la postura.

—No tengo amigos, sólo tengo a Lisa.

—¿Familia?

—Madre separada de padre, la nena ya es mayor de edad, por lo que puede vivir sola. Ese fue el argumento de mi familia.

—¿Dónde están?

—Mi madre está casada en Francia, y mi padre no tengo ni la menor idea— informa.

—Bien. Entonces ¿cuánto tardaste en confiar en.. Lisa?

—Me costó, porque nos conocimos de una manera incómoda, pero actualmente la adoro. Tardé unos meses.

—¿No crees que es demasiado tiempo?

—¿Tú cuánto tiempo propondrías?— indaga curiosa.

Ríe amargamente.

—Yo no confío.

—¿Entonces cómo te defiendes con la pregunta anterior?

—No quise decirte que confiaras en todos, realmente no es recomendable. Fue curiosidad.

—Entiendo. Bueno ¿alguna otra pregunta?

—¿Quieres que continúe?

—No, quiero preguntarte algo a tí— niega.

El joven alza una ceja.

—Te escucho.

Respiró profundamente antes de hablar.

—¿Por qué no confías en nadie?

—Me crié de esa forma.

—¿Tus padres te enseñaron a no confiar?

—En efecto.

Asintió lentamente, procesando la información.

—Eres una persona solitaria ¿verdad?

—Independiente— aclara.

—Eso no responde mi pregunta.

—Soy independiente.

—Yo también, y tengo a Lisa— contraataca.

—Conozco a muchas personas, demasiadas, pero realmente ninguno forma parte de mi vida— informa.

—Entiendo.

Sin saber qué más decir, Yeji permaneció en silencio, mientras que el chico se acomodó en su lugar. Una sonrisa perversa apareció en su rostro, antes de verbalizar la pregunta que lo acercaría más a su objetivo.

—¿Por qué una joven tan bonita no tiene pretendientes?

Ella río tímidamente.

—¿Quién dice que no?

Justo lo que quería escuchar.

—Ah ¿sí? ¿Quién es el afortunado?— finge sorpresa, buscando detalles.

—Creo que eso es personal, Jungkook— sonríe desviando la mirada.

—Acabas de responder un cuestionario, ¿cuál es el problema con saber quién es el afortunado?

—¿Para qué quieres saber?

—Quién sabe, quizás lo conozca.

Haciendo una mueca torcida responde.

—Mejor no. No quiero revelar esa información— niega.

Al ver la dura actitud de la chica, prefiere acudir al plan B, que seguramente sería más exitoso que lo anterior.

—Bien. Fin de la cita— bromea, haciendo sonreír a la chica— traeré algo para beber, no te muevas.

—No invitarás.

—Claro que lo haré, no soy ridículo— se levanta y camina hacia la barra, dejando sola por un momento a Yeji.

Estando ya frente al mesero, pidió.

—Dos tragos.

Inmediatamente trajo su pedido, y espero a que se retirara aquel hombre, para que no fuera testigo de lo siguiente. Unas gotas de un medicamento en suspensión fueron vertidas en uno de los vasos. Tomó en cada mano estos, fijando su mirada siempre en el "envenenado" para no confundirse. Llegó dónde estaba ella.

—Listo.

Dejó frente a ella el vaso con líquido envenenado, y bebió un sorbo del suyo.

—Gracias, este trago me gusta mucho— agradece sinceramente.

—No sabía, pero bueno, buen gusto.

Observó cómo llevó el recipiente a sus labios, bebiendo de aquel líquido ardiente. Sonrió a medias al verla tragar.

—Caray, está fuerte— fingió una queja, haciendo una mueca de desagrado.

—Te falta calle.

—Claro que no, sólo que hace tiempo no bebo— se justifica.

—Bueno, diré que te creo.

Ríe, pero de manera lenta, sintiendo cómo su cuerpo se debilita cada vez más. El varón se fija en sus ojos que comienzan a dormirse, en sus parpadeo lento. Y decide preguntar.

—¿Te sientes bien?

—Mi cabeza da vueltas— cierra los ojos, comenzando a sentirse aturdida— no puede ser, si sólo bebí un trago.

—Estaba fuerte el trago, la verdad— finge sorpresa.

Yeji cierra los ojos, y sus brazos pierden la fuerza. En un movimiento ágil, Jungkook logró sostenerla antes de que golpeara su frente con la mesa. Celebró internamente al conseguir el efecto que quería. La zona donde se encontraban no estaba tan aglomerada, por lo que pudo sacarla fácilmente entre sus brazos. La adentró en su auto, fijándose en que no había nadie alrededor. Dejándola recostada, tomó su celular –el cual no tenía bloqueo– y buscó el contacto de Lisa, escribiéndole un mensaje.

“No te preocupes por mí, Lisa. Me fui con Jungkook, pásala bien.”

Apagó el dispositivo, y arrancó el auto, dirigiéndose a su casa, donde sacaría toda la información posible de Park Hyung-sik.

Una vibración proveniente de su celular llamó su atención. Era un mensaje de Hoseok.

“100 000 wons en la bolsa, hecho.”

Sonrió satisfactoriamente al haber matado dos pájaros de un tiro.

—Tendré más información sobre aquel hijo de puta, hecho— susurró, con una sonrisa malévola pintada en su rostro, para continuar concentrado en la carretera.

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