Capítulo 46
Alex Parjhet
_ Mientras más rápido llegue será mejor, por eso me voy tan temprano.
_ Sabes que estoy en contra de que viajes hacia allá. ¿Qué puedo hacer para convencerte de que te quedes? - me abrazó y besó mi pecho-
_ ¿Harías cualquier cosa? - pregunté -
_ Sí.
_ No lo dudaste ni un instante - sonreí -
_ Claro que no. Espera... ¿A qué te refieres con cualquier cosa?.
_ Nada - reí -
_ ¡Que oportunista!
_ Podría aprovechar tu propuesta si fuese en otras circunstancias pero justo ahora nada me hará cambiar de opinión. Tengo que irme en serio, pero antes te dejo en casa de Sandra.
_ ¿Por qué no puedo quedarme acá?
_ Porque es peligroso y no puedes quedarte sola, ya lo sabes.
_ Lo sé pero quería oírlo, es que me encanta como te preocupas por mí...
(...) Al llegar
_ ¡Qué placer recibirles de nuevo!. Venga entren.
_ Tía hoy me quedo con vosotros.
_ Genial pero ¿por qué?. ¿Pasa algo?
_ No, nada solo que Alex tiene que viajar a Córdova para arreglar unos asuntos y él ha insistido en traerme porque no quiere que me quede sola en casa.
_ Ahh pues claro cariño, no hay problema. Te quedas acá haciéndome compañía.
_ Claro...
_ Oigan lamento interrumpir e irme tan rápido pero ya debo partir hacia el aeropuerto.
_ Entiendo, se te hace tarde - responde la tía -
_ Sólo te pido algo; cuídala bien.
_ Obviamente cielo, no te preocupes por ello. Yo me encargo.
_ Gracias.
_ No estés triste, volveré pronto - me dirigí a Marinet y le dí un abrazo de despedida -
_ Más te vale, regresa. ¿Lo prometes?
_ Lo prometo.
_ ¡Cuídate!
_ Lo haré - respondí al cerrar la puerta -
(...)
Tuve que esperar bastante hasta que por fin salió el vuelo. Nunca pensé que tomaría este vuelo para regresar a ese lugar pero vaya, ha sido necesario. ¿Quién iba a decirlo?. No tengo ni la menor idea de lo que voy a decir cuando me aparezca en esa casa nuevamente, pero las palabras ya me vendrán a la mente. Lo único que quiero es dejar las cosas claras de una vez por todas. Quizás Lorenzo me haya entendido, pero quizás ella aún no y hoy pretendo resolver ese problema.
Apenas llegué a Córdova y logré salir del aeropuerto, fui directo hacia allá. También tengo pensado entablar una conversación con Renato.
(...)
Una empleada me abrió la puerta y desde lejos pude ver a Dilara, sentada en un mueble. Esta aún no se percataba de mi presencia.
_ ¿Qué desea? - me pregunta la empleada-
_ Vengo a charlar un rato - alzé mi tono de voz a propósito -
_ Vaya vaya, sabía que volverías - se levantó del mueble al escuchar mi voz y vino hacia mí -
_ No te emociones, eso que quieres no pasará.
_ Entonces ¿a qué se debe tu visita?. ¿Necesitas algo?
_ No te hagas la tonta, dime de una vez ¿qué pretendes?
_ ¿De qué hablas?
_ Trata de no agotar mi paciencia porque sabes muy bien con quien estás lidiando - me acerqué a ella -
_ Hey, calma. ¿Vienes hasta acá para amenazarme?.
_ Recapacita y te darás cuenta quien ha comenzado con las amenazas. Haz sido tú.
_ ¿Yo?. Pero... ¿Acaso haz perdido la cabeza?. No sé de que me hablas.
No pude evitar soltar una sonrisa cínica...
_ Permíteme ser más claro, te lo preguntaré una sola vez. Ya nos divorciamos, entonces no entiendo... ¿Por qué haz enviado hombres para que armaran un tiroteo en mí casa? ¿Tantas ganas tienes de acabar conmigo?.
_ Yo no he echo tal cosa. Ni siquiera sé dónde vives.
_ Si no haz sido tú... ¿Quién ha sido?. ¿Pretendes que te crea?.
_ Ya me estoy hartando de hablar contigo. Cree lo que quieras, no tengo que darte ninguna explicación, ni tampoco tengo un motivo para ir detrás de tí.
_ Más te vale que sea así, porque si vuelve a pasar algo extraño y me hace pensar que eres tú... Te vas a enfrentar a tu peor pesadilla.
_ No me vengas con amenazas, ahórratelas.
_ Creo haberlo dejado todo claro. No lo tomes como una amenaza sino como una advertencia.
_ Sigo sin entender por que me dices todo esto. Sé muy bien que debes estar con "tu chica" por eso ahora no pienses en volver a acercarte a mí, pero no creas que estaré en espera por siempre.
_ No pierdas tu tiempo en esperarme, puedes estar segura de que no tengo intenciones en volver. Sólo he venido para aclarar este asunto contigo, ya que ha surgido ese pequeño incidente. Como ambos vamos por caminos separados, espero que te mantengas a raya y no trates de volver a acercarte ni a la chica ni a mí sino habrán consecuencias.
¿Tenemos un trato?
_ Ya te he dicho que no me he acercado a nadie, si tu no tienes el coraje de acercarte a mí yo no lo haré y mucho menos a ella. He cambiado bastante mi forma de pensar, esa Dilara que estaría dispuesta a hacer de todo porque te quedaras ya no existe. Ahora no te quiero cerca, me hiciste mucho daño. Con respecto a tu propuesta... Lo único que quiero es estar en paz, está bien - me extiende su mano y no hice ni el mínimo intento para estrecharlas, sólo la miré y luego de esto me dirigí a la salida -
_ No tengo nada más que hacer aquí.
_ Espera, no haz cerrado el trato o ¿prefieres dejarlo así?
Voltee para decirle algo y en ese momento me di cuenta que me apuntaba con un arma, yo traté de sacar la mía pero me lo impidió ya que posteriormente cargó la pistola y habló.
_ ¿Qué ocurre? ¿Esto no lo esperabas? Ni se te ocurra intentar algo porque disparo.
_ ¿En serio quieres hacerlo? Pues adelante. ¡Hazlo!.
_ ¿Me estás retando? ¿Crees que no soy capáz?
Quedé en silencio esperando el momento de recibir nuevamente una bala en mí cuerpo. Hasta que sentí el disparo.
Al sentir el sonido del disparo, abrí mis ojos para percatarme de que este no había llegado a mí. Alguien estaba frente a mí, era... ¿Renato?
_ ¡No! ¿Qué haz echo? Eres una...
_ Ni te atrevas a continuar, una ofensa y eres hombre muerto. No es mi culpa que se hubiese puesto en medio - dijo para después cerrar sus ojos y bajar el arma -
_ Renato, mí colega... más que eso mí hermano... No debiste hacerlo - me dirigí a él, quien me miraba para luego dedicarme una pequeña sonrisa -
_ Debes ser feliz con la chica, yo no tengo ningún propósito para seguir viviendo - habló sus últimas palabras y posteriormente cerró sus ojos -
_ ¡Todo es tu culpa! - levanté mí vista para ver a Dilara, quien seguía con la mirada apartada- Sé muy bien lo que sientes y por lo que estás pasando ahora, aunque no lo mires quedará en tu memoria para siempre ese sentimiento de culpa con el que vas a cargar día tras día; porque haz matado a alguien, a alguien sin motivo. Ya entiendes que la venganza no sirve de nada, no lo entiendes porque eres despreciable. Si continúas con esto y me disparas sentirás que eres la peor persona del mundo pero por mí está bien. ¡Vamos!. Tu puedes. Ya lo haz echo.
Sin esperar su respuesta me dirigí hacia la puerta y salí de allí, no sin antes ver como ella cayó al suelo y comenzó a llorar.
Sinceramente yo también tenía unas ganas enormes de tirarme al suelo y llorar. Me estaba derrumbando por dentro al ver la sangre saliendo del pecho de mi mejor amigo. A punto de morir, sólo sería en cuestión de minutos...
Su muerte me dolió en el alma, él ha sido para mí ese hermano que nunca tuve, esa compañía que siempre necesitaba como amigo, no me abandonó nunca a pesar de la distancia y ahora murió por mí.
Todo fue mí culpa por haber vuelto, de lo contrario esto nunca hubiera pasado - suspiré -
Me da vergüenza haberme planteado la idea de que en algún momento fue capaz de traicionarme. Ha dado su vida por mí, de veras ha sido el amigo más preciado que he tenido. En cada momento apoyándome, consolandome, y aconsejandome.
Me siento mal por haber salido de allí y dejarlo tirado pero mientras más le miraba, más sufría, más culpable y fatal me hacía sentir. Todo es mí culpa y no lo voy a superar fácilmente...
_ Renato donde quiera que estés...Perdóname, ha sido culpa mía. - dije mirando al cielo - Tú sabes que yo hubiera echo lo mismo por tí.
(...) En Paraguay.
Narra Marinet
Era realmente tarde, hace rato que la tía Sandra me acompañó para traerme a mi apartamento. Le dije que se fuera tranquila, con la esperanza de que Alex pronto llegaría pero no ha sido así. Tengo un mal presentimiento.
Estoy muy ansiosa, preocupada y angustiada. No tengo idea de que pudo haber ocurrido y mi mente se está encargando de pensar miles de cosas. Le he llamado muchas veces pero no responde al móvil, estoy a punto de volverme loca.
_ Alex hasta que no regreses a casa, no voy a poder conciliar el sueño - expresé harta de la situación -
Una vez que llegues te las vas a ver conmigo, ya verás. Te advertí que no debiste irte pero no haces caso, algo malo tuvo que haber pasado como para que a estas horas no hayas llegado. De veras me estoy impacientando. ¿Qué se supone que debería hacer?
Tocan la puerta.
_ ¡Al fin!. Estoy segura de que tienes que ser tú. ¿Por qué haz llegado a estas horas? - procedí a abrir la puerta-
Quedé un poco sorprendida, frente a mí se encontraba un Alex al que no reconocía. Todo desaliñado y con aspecto de haber estado bebiendo.
_ ¿Qué te ocurre? ¿Por qué no contestabas mis llamadas? ¿Qué ha pasado? ¿Dónde haz estado todo este tiempo?...
Ignoró cada una de mis preguntas, entró a casa y caminó hasta la habitación... Yo le seguí.
_ ¿No piensas hablarme?
_ No te imaginas lo difícil que ha sido este día para mí. No tengo ganas de hablar, tengo ganas de morir y así acompañarle.
_ ¿Acompañarle?. ¿A qué te refieres?. ¿Estás borracho?. ¿Por qué haz estado bebiendo?.
_ Sé que tengo mal aspecto pero no estoy borracho, estuve bebiendo porque esa era la única forma de aliviar este pesar y ahora tenerte frente a mí y poder verte me hace olvidarlo todo - me acaricia el cabello-
_ Alex, no. - quité su mano de mi cabello - Quiero una explicación ahora.
_ Bien, si la quieres la tendrás... Cuando llegué a la mansión me encontré con Dilara. Fui muy directo y claro en la conversación que tuvimos, aún así ella no admitió ser la responsable de lo ocurrido, pero estoy seguro de que tuvo que haber sido cosa suya porque sino... ¿Quién más?. Entonces la peor parte fue cuando ella trató de dispararme pero Renato se interpuso en medio, evitando que ese disparo llegara a mí. Debido a esto murió lentamente delante de mis ojos.
Cubrí mi boca con ambas de mis manos. No podía creer lo que había escuchado. En verdad me sorprende y me entristece mucho que ese chico haya tenido que pagar las consecuencias de todo...
_ Él no se merecía eso, el tiempo en que pude conocerle me cercioré yo misma de lo buena persona que era y de como nos ha ayudado a ambos. Ahora entiendo porque haz llegado así.
_ Era mi mejor amigo, si me pongo a hablar de él ahora, nunca acabaría de las tantas cosas que tengo por decir.
_ Sé que no debe ser para nada fácil estar en tu lugar pero debes ser fuerte... Por mí, ¿vale?. Yo estoy aquí y voy a tratar de animarte en cualquier momento, sólo tienes que hablar conmigo - le acaricié el brazo -
_ Gracias, ahora sólo necesito dormir y sé que mejoraré...
_ De acuerdo, entiendo. Tienes que descansar. Venga date una ducha si crees que te ayude a relajarte y luego acuestate - me despedí con un beso en su mejilla, para luego irme a mi cama -
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro