Capítulo 42
Narra Alex.
_ Ya he hablado con el abogado. Hoy mismo vendrá, si no tienes inconveniente.
_ ¿Ni siquiera te importa en el estado que se encuentra mi tío?. Si sigues con esa idea del divorcio y te marchas, quedaré destrozada. Será tu culpa.
_ No me agrada para nada tu chantaje emocional. No trates de engañarte más a ti misma, yo nunca podré ayudarte cuando te sientas triste, no puedo amarte, no puedo consolarte. Debes haberte dado cuenta de que no cumplo tus expectativas.
_ No necesito que me recuerdes las cosas que ya sé, sólo quería ganar tiempo y seguir con la inútil esperanza de que en algún momento cambiarás pero eres muy terco. Siento que ya nada funcionará, lo único que me importa es que mi tío siga con vida ya que no tengo a nadie más.
~ Me mantuve en silencio ~
_ Sabes algo, si quieres el divorcio lo tendrás - continuó hablando - ya no quiero seguir así. No permitiré que me sigas haciendo sentir mal, he recuperado mi orgullo. Lo que le pasó a mi tío fue tu culpa y eso no te lo perdonaré nunca. No quiero verte más.
_ Te equivocas en eso, yo no tengo la culpa de los problemas de salud de tu tío, ni de que no haya acudido al médico a tiempo. Al contrario tuvo suerte de que le diera el ataque cardíaco cuando estuve cerca, gracias a que avisé rápido pudo salvarse.
_ No quiero oir más tus justificaciones, si no hubieras sacado este tema mí tío no estuviera ahora en el hospital.
_ ¡Por favor!. No seas ridícula.
_ No puedes imaginarte ahora mismo lo que estoy sintiendo. ¡Sería capáz de matarte! Déjame sola - dijo con sus ojos cristalizados -
_ Bien, vendré a avisarte cuando llegue el abogado - cerré la puerta al salir -
Capaz de matarme dice... Ni siquiera se imagina lo que es matar a alguien y el sentimiento de culpa que esto trae consigo. Nunca sería capáz de imaginarlo.
Al verla tan de cerca puedo comprender su dolor, está aferrándose a la idea de : ¿Qué será de su vida si pierde a su único ser querido?. Eso mismo sentí cuando me ví solo por primera vez en mí vida, en aquella casa vacía...
Flash back
_ ¡Alara! ¿Donde estás Alara?. ¿Hermana?. Si esto es una broma pagarás por ello.
Pensé que era otra de sus bromas que frecuentemente acostumbraba a hacer. Tenía 17 años pero seguía siendo una mocosa que le encantaba fastidiar a su hermano mayor.
Revisé toda la casa, cada habitación, cada rincón, cada escondite, el jardín, el balcón y no le encontré. Ya comenzaba a impacientarme, así que llamé a su móvil pero este comenzó a sonar encima del sofá. Me acerqué y justo debajo del celular había una nota :
....... Me voy de vacaciones y nunca más me verás. Las vacaciones eternas con las que siempre he soñado, hoy por fin se cumplirán ........
Cuando leí esas palabras con esa horrible caligrafía, parecían escritas por alguien con taquicardias. En ese momento comencé a despedirme de la idea de que podría ser una broma, por mi mente pasó el escenario de que la estuviesen obligando a escribir y en ese momento sus manos estuviesen temblando.
Giré mi cabeza a ambos lados tratando de quitarme esos pensamientos pero luego ví la ventana de cristal toda rota. Estaba más que claro que la habían sacado por ahí.
Quedé en shook un par de minutos, no estoy consciente del tiempo que estuve así pero luego me salí de control. Comencé a tirar todo lo que estaba a mi alrededor y no me importaba absolutamente nada. A partir de ese momento sentí como el mundo se me derrumbó, sin mi hermana no volvería a ser la misma persona nunca más.
Llamé a la policía, contraté investigadores, detectives, rastreadores... Nadie pudo encontrarla, nadie pudo hallar al responsable y estaba muy claro que de brazos cruzados no me hiba a quedar. Perdí totalmente la esperanza en volverla a ver, hasta que....
Escuché mencionar a un tal.... Lorenzo.
Jefe de la mafia...
Fin del Flash Back
Lo peor que he vivido en mi vida ha sido eso, y desgraciadamente esos recuerdos nunca desaparecen. Luego la busqué y la busqué incansablemente hasta hacerme aliado de Lorenzo sin saber a lo que conllevaba eso y mucho menos imaginarme que hoy terminaría aquí, en donde estoy.
Siempre me he sentido culpable de haberla dejado sola en casa ese día, si no hubiera salido al súper, si no hubieramos tenido aquella discusión, si al menos hubiera podido recordarte cuánto te amaba... Mi querida hermana, pero a veces las cosas no son como queremos.
Este sentimiento de culpa nunca se pudo aliviar, ni al encontrar tu cadáver, ni matando al responsable de tu muerte, esto sólo empeoró mi salud emocional... La cual ya estaba destruida.
La lección de todo esto es que...
No importa cuántas veces sientas que el mundo se te viene encima, siempre hay una salida. En la vida, con el tiempo aprendemos a acostumbrarnos al dolor.
Estoy seguro de que todos en algún momento tenemos que aprender esto y ahora es tu turno, Dilara.
(...)
Nos encontrábamos ambos en la sala, reunidos con el abogado quien nos explicaba los procesos legales del divorcio. Este era el momento de dar la firma y Lorenzo estuvo haciendo hasta lo imposible por tratar de persuadir a su sobrina.
_ Querida. ¿Estás segura de lo que estás apuntó de hacer?. ¿No crees que es una decisión muy precipitada? . La antigua tú nunca haría esto. Piensatelo bien, mira que luego no habrá vuelta atrás.
_ Tío ya estoy cansada desde que ví lo que te pasó, al llegar al hospital tuve mucho miedo de perderte. Eres quien en verdad se preocupa por mi y si sigo con esto vas a seguir sufriendo por mi culpa y no quiero que mueras. Además he recuperado algo de orgullo y no quiero sufrir yo tampoco.
_ Bueno cielo es tu decisión, solo quiero que seas feliz y que no te arrepientas al rato.
_ No te preocupes, aunque me duela mucho hacerlo no hay más opción. Este era nuestro final y quizás después de todo tengas razón Alex, es lo mejor para ambos.
Luego de esto dimos las firmas y el abogado se marchó.
_ Debes estar muy contento porque haz logrado lo que querías - Lorenzo se dirige a mí con cierto tono de sarcasmo, a lo que no le respondí -
(...)
Me fui a la habitación y comencé a recoger mí ropa y mis cosas para largarme de una vez, ya no tengo nada más que hacer en este lugar.
_ Alex - me interrumpe Lorenzo -
_ Diga.
_ Podrás acabar con este casamiento pero... ¿En qué momento pensaste que te podrás librar de mí?
_ Escucha, no me vengas con amenazas. De veras no estás en posición de amenazarme. Tú bien sabes que nuestro trato de alianza quedó abolido con este casamiento. El casamiento terminó y ella estuvo de acuerdo, así que no rompí el trato, cumplí con todo. Te debo múltiples favores que no pretendo que me pagues y el más valioso de ellos es tu vida. Gracias a mí, sigues vivo.
_ Es cierto todo lo que haz dicho pero... ¿Eso significa que ya no vas a colaborar conmigo?.
_ Exactamente, ya ha acabado y sabes que desde hace tiempo acabó porque tú mismo lo propusiste. Ahora te doy un consejo ; es mejor que dejes todo esto y te dediques a cuidar tu salud, por tu bien.
_ Tonterías, no tengo tiempo de cuidar mí salud cuando llegue mí hora llegará, no le temo a la muerte. Lo que debo hacer ahora es entrenar a la futura jefa.
_ Suerte con ello - dije una vez cerré las maletas y me dirigía a la puerta principal -
(...)
En el sofá estaba Dilara, con la mirada centrada en un punto fijo y aún sin tolerar que las cosas no salieron como las esperaba. Entre tanto dolor que siente, quiso buscar la forma de aliviar una parte de este y al parecer por eso ha cedido al divorcio. Es muy cierto que le costará dejar de verme, pero con el tiempo se dará cuenta de que era la mejor decisión y que tarde o temprano logrará ser feliz sin mí. Incluso podrá encontrar a alguien que la ame de verdad.
Ahora mismo dirigió su atención a mí, como si tuviese ganas de decir algo pero su mirada ya revelaba sus palabras...
Palabras inexistentes que no podían expresar el sentimiento de angustia por el que estaba pasando y ahora, había llegado la peor parte. En este momento me vería partir, por ello quise dedicarle unas palabras antes de irme.
_ No te merezco, espero que seas feliz. Estoy seguro de que lo serás.
No esperé respuesta de su parte y salí de allí lo más rápido posible. En verdad me sentía mal por lo que estaba pasando, la chica se ilusiono conmigo pero me consuela saber que yo hice hasta lo imposible para impedirlo, porque siempre supe que esto terminaría así. Siempre he estado consciente de que nunca llegaría a amarla, siempre supe a quién le pertenece en realidad mí corazón y ya es hora de visitar a su dueña.
(...)
Una vez en el aeropuerto compré el boleto que saldría en el próximo vuelo, con destino a Paraguay.
El clima estaba a punto de cambiar de primavera a otoño, luego de esto vendría el invierno algo que me recuerda cada vez más a ella, y el día en que la conocí.
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