Capítulo 17
_ Haz despertado, genial. Cámbiate de ropa.
_ ¿Para qué?
_ Saldremos.
_ ¿A dónde?
_ Haces muchas preguntas.
_ Lo sé.
_ Me alegra - cierra la puerta y se va -
_ Oye espera... - salí trás él - ¿que ropa se supone que debo usar?
_ Ni idea.
_ Debes decirme, tú que sabes a dónde iremos.
_ Usa lo que quieras.
_ Es que no sé, porque siempre vamos a un lugar distinto.
_ Sólo te diré que conocerás a alguien.
_ ¿A quién? Cada vez me sorprendo más.
_ Deja de preguntar... Ya veremos
_ Claro - puse mala cara y volví a mí habitación para buscar la ropa que usaría -
(...)
_ Es aquí - informa el pelinegro-
_ Pensé que nunca llegaríamos, es lejos...¡Ala que gran casa!
_ Ya estoy aquí - menciona Alex desde la cámara de seguridad y proceden a abrirse las grandes puertas enrrejadas -
_ Que lindo jardín.
_ No te distraigas.
_ ¡Ah que molesto eres!
_ Sólo no quiero que te quedes atrás, o te alejes mucho.
_ ¿Qué tiene de malo? Eres muy sobreprotector sabías.
_ Lo soy cuando es necesario, además no sabes quien vive aquí y yo al menos te advierto de los peligros. Hazme caso por tú bien.
_ Vale, no me queda más remedio.
Una vez en el porche tocan el timbre que sonó en todo rincón de la espaciosa casa y luego de verificar de quién se trataba un empleado abrió la puerta.
_ Bienvenido una vez más, le esperan en la sala.
_ Bien.
Caminamos hacia allá y en un sofá estaba un señor con traje leyendo de un periódico.
_ Buenas tardes jefe.
_ Ya haz llegado que bueno, no tuve que esperar mucho. Hola encanto - su mirada se dirigió a mí -
_ Hola señor.
Así que ese es el tal jefe del trabajo, no me da buena impresión es que nunca me han caído muy bien las personas ricas... Son muy presumidas y egocéntricas, estoy segura de que este no ha ganado nada con su propio esfuerzo... Sólo se limita a dar órdenes y organizar misiones dónde arriesga a sus empleados sin importarle nada. Es un mafioso, aunque tenga pinta de señor educado. Debe ser mala persona.
No puedo evitar sacar conclusiones con una primera impresión, sé que eso no es bueno pero para mí es inevitable. Estoy dentro de esto sin querer estarlo, y según Alex me contó digamos que tampoco eligió quedarse, yo no confiaría en ese señor y ningún trato que me ofreciese. Quizás por eso Alex me dijo que me mantuviera cerca. ¿Será peligroso?
_ Señorita ¿se encuentra bien?
_ ¿Qué? Sí, claro - reaccioné rápido ya que no presté atención a lo que había dicho anteriormente -
_ Le decía que mi nombre es Lorenzo Tavárez.
_ Ah un placer, yo soy Marinet Torres.
_ El placer es mío, de que trabajes para mí.
_ No tengo otra opción.
_ Tienes un temperamento especial ¿cierto? - ríe -
_ No le encontré gracia a su chiste - sin temor alguno, expuse lo que pensé -
_ Ella siempre es así de sincera - mencionó Alex después de codearme -
_ No le tengo nada en contra a que sea renuente. Para su trabajo necesita ser ruda pero veo que ya lo es por naturaleza.
_ Gracias por el cumplido.
_ Eres bonita además de eso.
_ Creo que es suficiente, ambos estamos muy ocupados y mientras menos tiempo perdamos sería mejor ¿no cree, querido jefe?
_ Bien, como quieras. Vamos a mi oficina.
_ Ahora vuelvo, quédate aquí.
_ Claro.
Al fin se habían ido a hablar, le tengo un poco de mala voluntad al señor. Ignorando eso y sin nada mejor que hacer me quedé esperando en la sala mientras observaba como lucía la gran y lujosa casa, todo muy ordenado y limpio. En eso se acerca una empleada.
_ ¿Desea algo de beber?
_ No se moleste.
_ No es molestia, le traeré un café. ¿Le gusta el café?
_ Ah si claro, le agradecería mucho eso.
Sentía un poco de pena, pero nunca rechazaría un café y menos si me lo dice alguien tan hospitalaria y servicial.
Alex
_ Creo que ya debe imaginarse el motivo de esta cita. Iré directo al grano, hace unas noches estaba en la carretera venía de regreso a casa y tuve un accidente. Desconozco la identidad del causante de esto, pero estoy casi seguro que fue planeado ya que el conductor escapó y segundos antes del suceso recibí un mensaje como amenaza...
_ Espera, no sigas ¿qué quieres decir con esto?
_ Estoy claro de que esto no ha sido planeado por tí porque no te conviene para nada hacer algo así al menos por 3 razones: 1 - No quisieras deshacerte de mí ya que con mí experiencia y habilidad soy un punto clave en tu equipo. 2 - Estamos del mismo lado y acabar conmigo sería algo ilógico y sin motivo. Y 3 - Sabes que no puedes enfrentarte a mí porque si llego a descubrir que planeas algo, eres hombre muerto te lo he dicho muchas veces.
_ Puedes tener esa certeza, no he sido yo...
_ Eso no es lo que he venido a preguntarte, mí pregunta en cuestión es ¿por qué no me ayudaste cuando te llamé?
_ Entiendo que estés molesto por eso pero...
_ ¡Lo estoy y no sabes cuánto! - dije al apoyar mis dos manos a la mesa y ponerme de pie de un golpe -
_ Déjame hablar, no hay razón para alterarse. Esa noche no había nadie disponible...
_ ¡Mientes!
_ ¡No miento! No había nadie disponible porque mandé a vigilar la zona que habíamos acordado ¿lo olvidaste? Y yo no podía someterme a ir personalmente...
_ Si es como en verdad dices ¿por qué no me hablaste claro por el móvil? ¿Por qué me dijiste que sí?
_ Sabes que nunca te niego mí ayuda, cuando fui en busca de mí chofer recordé que le había mandado a llevar una mercancía ya sabes... Fuera de la ciudad. Porque los demás estaban ocupados en otras cosas y tuve que enviarle a él para que cubriera. No es como piensas.
_ Bien, vamos a creer que es cierto.
_ No me gusta que dudes de mí.
_ Nunca lo hago, pero quería saber el motivo por el que me habías fallado ese día.
_ Entiendo, siempre nos hemos llevado con esa confianza por eso quería decirte que hay una nueva misión para la que creo que serías el adecuado, porque ya sabes eres en quien más confío. ¿Lo harás?
_ No hay problema, pero sabes como son las cosas, favor por favor. Me ayudas y te ayudo ¿cierto? Espero que no se te olvide.
_ Eso está más que claro. Puedes estar tranquilo.
_ Eso espero.
_ ¿Entonces a cambio vienes a pedirme ayuda para encontrar el responsable del accidente?
_ No, es algo de lo que yo me encargaré. Sabes que me debes muchos favores y si me pusiera a cobrarlos no sería fácil... Así que esa no es mí intención.
_ Si así lo quieres, está bien.
_ Sólo una cosa más, ¿para qué querías que trajera a Marinet?
_ ¿La chica? No es nada especial solo quería conocer a la nueva recluta.
_ Claro...¿No tienes más nada que decir?
_ Por mí parte no, mañana temprano te daré las instrucciones para la misión. Por ahora que tengas buen día.
_ Bien... Sabes quién soy y ojalá no pienses meterte conmigo y tampoco con la chica, es algo que no te conviene. Que tengas buen día.
Dicho esto salí apresurado de la oficina, sabía que no me diría nada después de eso. Es mí jefe pero tiene miedo a enfrentarme, porque sabe que le iría mal así que no pretende hacerlo. Se lo recuerdo pocas veces pero naturalmente hablamos de esa manera, sin rodeos.
_ Hora de irnos - me dirigí a Marinet una vez que llegué a la sala -
_ Claro. Por cierto pensé que demorarías más.
_Era una breve charla.
_ Te ha dicho algo de mí.
_ ¿Qué te hace pensar eso?
_ Sólo supuse, él me cae mal.
_ Que bueno.
_ ¿Bueno? ¿Oye estás de mal humor?
_ No lo estoy.
(...)
Una vez en casa Alex veía la tele acompañado de patatas, mientras Marinet leía un libro con sus auriculares pero estaba a punto de dormirse.
Parjhet caminó hacia ella, quién estaba en el sofá. Quitó uno de sus auriculares y prosiguió a decirle :
_ Descansa marinita, mañana tendremos un día pesado.
_ ¿Por qué dices eso?
_ Porque tendremos una misión. ¿Ya te has recuperado cierto?
_ ¡Ahh que mal! ¡No puede ser! Pero igual no fue lo que te pregunté.
_ Sí lo haz echo, no pienso pelear por eso.
_Me refería a ¡¿por qué me dices así?! - no pude evitar aventarle el libro -
_ Marinita - ríe - Lo seguiré diciendo. Igual yo te he echo una pregunta.
_ ¿Cuál?
_¿Ya te has recuperado, estás lista para la misión?
_ Sí, gracias por preguntar - suspiré -
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