Final
La mirada del hombre y la suya se conectaron de nuevo y aquella aura lo hizo sentir incómodo, molesto e incluso preocupado.
¿Quien era ese hombre y por qué creía saberlo todo respecto a él?
— ¿De qué habla? —preguntó molesto aún con las lágrimas corriendo por sus mejillas— ¿Acaso está...
El hombre alzó una mano indicándole que guardará silencio, sin inmutar su semblante en lo absoluto.
— A veces, cuando te veo así... —lo miró de pies a cabeza— pareciendo un completo estúpido, me haces pensar que solo estás fingiendo. Y me jode eso... —de nuevo el corazón de Wonho se estrujó dentro de su pecho, él también quería saber todo lo que parecía haber olvidado. Entonces el hombre lo notó y soltó un suspiro con molestia, sabiendo que quizá se estaba saliendo de sus parámetros de profesionalismo con aquella persona— ¿Que tal si yo le dijera, señor Wonho, que su nombre real es Hoseok y que este chico Hyungwon no tuvo ninguna entrevista de trabajo antes de encontrarse con usted?
Aquellas palabras le atravesaron el pecho por algun motivo y sintió como sus manos empezaron a temblar por alguna razón.
— ¿Q-Qué...? —preguntó con dificultad gracias al nudo de su garganta.
El hombre tiró el folder con los papeles en el lugar donde había estado sentado, después de ponerse de pie, y se cruzó de brazos conteniendose al ver aquella reacción en Wonho.
— Chae Hyungwon... —susurró— un joven universitario que iba a asistir al baile de su graduación. —detuvo su hablar para respirar profundamente— fue víctima de un secuestro y aunque no sabemos el motivo del crimen, el asunto es que... —su voz tembló— f-falleció.
Wonho se estremeció al escuchar aquella información que se negaba a adentrarse en su cerebro, así que se puso de pie como si la silla quemara, y totalmente asustado miró al hombre.
— ¿Que dice...? —susurró con la voz temblorosa—N-No puede ser. —negó en reiteradas ocasiones— Él está bien. Yo lo vi, él está bien. —comenzó a temblar mientras se abrazaba a sí mismo— está bien, e-él está bien... Yo... Yo... Necesito verlo y...
— Hoseok. —le llamó el hombre en tono demandante pero igual de dolido— ¡Él falleció incluso antes de encontrarte! —su cuerpo seguía temblando, no entendía nada y su cabeza ya había empezado a doler cuando el hombre avanzó a él casi deseando hacerlo añicos— tu hermano asegura haber visto ver rastros de ruedas de un coche de doble tracción en el lugar. ¡Hyungwon fue drogado y lanzado desde lo más alto en busca de matarlo pero la autopsia tambien revela que estaba vivo hasta un tiempo relativamente cercano a tu encuentro!
Aquellas palabras eran absurdas.
Totalmente estúpidas.
— Está loco. —respondió con molestia y las lágrimas aún rodando de sus ojos— ¡Saqueme de aquí, maldito loco!
Miró a su alrededor en busca de salir de aquel lugar, pero su visión no estaba tan clara como quisiera.
— No, tú lo estás. —respondió el hombre dándole un severo empujón— El cuerpo de mi Hyungwon no sólo amortiguó tu caída, lo cual empeoró su estado a condiciones irreparables. ¡Te aprovéchaste de él, maldito infeliz! —le gritó dándole otro empujón que acabó por lanzarlo al suelo— usaste su ropa para tu propio beneficio aun sabiendo que el necesitaba estar protegido, con todo el conocimiento en exteriores no hiciste nada por el, ¡lo violaste, joder! —las lágrimas de rabia corrían por las mejillas del hombre que miraba al indefenso Hoseok taparse los oídos con las manos— Encontramos restos de tu semen en su interior y lo peor de todo, es que eres un maldito animal... ¡Te alimentaste de él! —le gritó cerca de su cara que se fruncía de dolor, intentando no escuchar todo lo que se tenía que decir— Todo esto mientras él tenía una severa fractura en la columna y no podía defenderse. —sollozó— era improbable que se salvara, pero le diste los peores últimos momentos de su corta vida. —se limpió los rastros de lágrimas con su mano izquierda y volvió al lugar donde había dejado su carpeta con papeles— Ya se todo lo que necesito saber.
Sollozó un par de veces más mientras recogía lo que se había salido de su preciada carpeta, pero por alguna razón miró en dirección a Wonho que estaba tambaleándose en el suelo en posición fetal, hiperventilando y balbuceando algo inentendible.
Su mirada estaba perdida en un punto, sus manos aún cubrían sus oídos y lloraba como un bebé. Aún así decidió irse y dejarlo ahí, pero una pregunta rompiendo el silencio lo hizo detenerse.
— ¿Por qué lo oigo entonces? —preguntó en medio de su llanto mirando a Hyungwon sentado en la silla que estaba al lado del hombre— ¿por qué? ¿Por qué...
El enojo del hombre creció aún más.
— Esa es tu voz interna que te monta una escenita para hacerte creer que unas cosas están sucediendo cuando en realidad no es así... —gruñó y después miró a la silla que Wonho estaba viendo y la pateó con fuerza provocando que la silla de madera cayera a unos pasos de distancia— ¡aquí no hay nadie! —le gritó en la cara— ¡Mi hijo no está aquí!
Y tenia razón. La imagen de Hyungwon desapareció de delante de sus ojos tan pronto como la silla se movió. Entonces, abatido por muchas cosas, miró hacia donde el hombre y suspiró al escucharlo decir un par de palabras que no pudo escuchar, aunque dentro de sí, sabía que ya no importaban demasiado porque el silbido en sus oídos le indicaba que estaba a punto de volver a caer en la inconsciencia y muy en el fondo, sabía que su mente se encargaba de eliminar todo mal recuerdo.
Sus ojos se cerraron de forma intermitente y de nuevos los recuerdos se volvían trozos de algo, cuando miraba algún rostro, un lugar o un objeto pero más tarde estaba en la camilla de la habitación, viendo directamente al reloj moviendo sus agujas mientras sus manos estaban amarradas por algún motivo.
— Hyungwon... —susurró volviendo a romper en llanto— Hyungwon... Hyungwon... —en ese momento miró a su lado y vio a aquel bello muchacho acostado junto a él— dicen que estoy loco... —sollozó— dicen que te hice mucho daño... Yo no quise... Es decir... Yo...
El delgado sonrió y acarició su cabello con calma.
— Lo se... —respondió tranquilamente— es hora de descansar...
Wonho negó con fuerza y aunque intentó agarrarlo, sus brazos amarrados se lo impedían.
— Por favor no te vayas, quédate conmigo todo el tiempo. —suplicó en medio de un llanto totalmente desesperado— necesito que te quedes toda mi vida. No me dejes solo, Hyungwon...
El delgado sonrió y continuó acariciándolo tan pacíficamente que no pasó mucho tiempo hasta que sus ojos empezaran a cerrarse con pesadez por sí solos.
— Yo siempre estaré aquí... —escuchó a lo lejos aquel dulce susurro— yo siempre estaré contigo...
Y así mientras sus cansados ojos
iban cerrándose y su mente cerraba
el ciclo de un largo día de sobreesfuerzos, escuchaba una y otra vez aquel dulce susurro que le decía
“Yo siempre estaré contigo”
Entonces sonreía porque ya
no estaría solo nunca más.
A mi también me duele el cora, créanme...
Llevaba mucho tiempo queriendo hacer esta historia y por fin está terminada, espero que haya sido de su agrado y no se olviden que pueden pasarse por mi perfil para más historias 2won.
El epílogo se viene pronto
🖤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro