Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

10.

No entendía lo que pasaba. Es decir, desde que todo ocurrió, su vida no era más que trozos de alguna página de recuerdos hecha añicos. Su mente parecía desvanecerse y volver a su antojo, sobre todo después de que fue sacado de la montaña.

Sabía que estaba en un hospital porque había gente que lo cuidaba, curaban sus heridas y hablaban con él, pero eso es todo lo que recordaba. Sólo sabía que los días estaban pasando verdaderamente porque había un reloj en su sala y cada vez que su consciencia volvía, las agujas se habían movido de sitio. Era literalmente lo primero que miraba cada vez que despertaba.

Recordaba el rostro de mucha gente, al menos de la que veía a menudo, por ejemplo la del chico bajo que aseguraba ser su hermano. Incluso le había tomado cariño, pero aún así había llegado a ver otros rostros preocupados a través del cristal, que sentía que conocía pero que no podía llegar a una conclusión verdadera por más que se esforzaba.

Le tomaba un tiempo entender su contexto cada vez que su consciencia volvía, sin embargo esa vez se sorprendió de verse sentado frente a alguien, en algún sitio que no era su típica sala de camilla.

— Parece que ya está aquí de nuevo... —comentó el hombre al notar el susto en el rostro de Wonho— un placer, estoy aquí para hacerle otras preguntas.

Wonho asintió tomando la mano que se le había ofrecido segundos atrás y aunque no entendía a qué se refería el hombre con “otras preguntas” no quiso protestar ni preguntar nada.

— Bien... —susurró con la voz ronca.

El hombre se acomodó en el sofá, mientras sostenía en su mano un portafolio lleno de papeles.

— Comencemos entonces. —sugirió— ¿Puede decirme el nombre del chico que rescataron junto a usted?

Wonho miró al hombre fijamente por varios segundos, sin embargo por más que lo pensó, no recordaba ningún momento en el que aquel chico hubiera mencionado su nombre.

— No lo sé. —respondió con sinceridad— Supongo que no lo recuerdo, o quizá no me lo dijo.

El hombre asintió.

— ¿Por qué? Pasaron algún tiempo juntos, es muy extraño que nunca le haya dicho su nombre... —respondió mirando a Wonho con seriedad— ¿no cree?

El menor se encogió de hombros como si aquello no fuera importante para él.

— Nunca se lo pregunté supongo. —respondió desinteresado— ¿Donde estamos? ¿Por qué estoy aquí?

Se sentía un poco asustado de estar en un lugar diferente al que recordaba y no saber el motivo, pero sus preguntas fueron ignoraradas por la persona que simplemente se dedicó a buscar algo entre la montaña de papeles que tenía, al menos hasta que lo encontró y lo extendió hacia él.

— Chae Hyungwon. —informó mientras él tomaba la página donde se le ofrecía una foto de él con su nombre impreso— Era él, ¿cierto?

Wonho sonrió al ver la foto tan bonita de Hyungwon que se le había entregado, incluso su corazón hizo fiesta en su pecho.

— Lindo nombre... —respondió después de un largo rato de silencio, para finalmente guardar ese nombre en los rincones sanos de su cerebro, rogando al cielo que nunca pudiera olvidarlo.

El hombre vio su reacción y aunque esperó más de él, no obtuvo más que silencio y sonrisas, entonces recogió la foto obligando a Wonho a volver su atención hacia él, otra vez.

— Así que Wonho, ¿podría explicarme que tipo de relación tenía usted con Hyungwon? —preguntó con desinterés mientras volvía a colocar la fotografía en el portafolio.

— Ninguna, nos conocimos en la montaña. —se acomodó en el sofá siguiendo cada mínimo movimiento del hombre con la vista.

— ¿Cómo? —cuestionó apoyando sus codos sobre sus propias rodillas.

Cada vez que recibía una nueva pregunta su mente divagaba en un mar de recuerdos rotos que no lo dejaban tener paz y aquel conocido dolor punzante empezó a hacerse presente en algún lugar de su cabeza.

— No lo sé, no recuerdo nada. —afirmó—Cada vez que intento pensar en algo me duele mucho la cabeza, ¿puedo volver al hospital ahora? No me estoy sintiendo bien.

— ¿Recuerda como estaba vestido él? —volvió a cuestionar el hombre, ignorando su última petición.

Pero entonces Hyungwon apareció en su mente. Su imagen fuerte y clara, como si nunca pudiera borrarse.

— Eso sí. —susurró después de un largo rato de silencio— Lo recuerdo.

— ¿Puede describirmelo? —se acomodó aún más cerca como si cada palabra que Wonho dijera fuera esencial.

—Usaba un traje azul... —comentó con los ojos cerrados— era un tono a juego con su corbata, una camisa blanca también...

Movió un poco la cabeza al sentir de nuevo un dolor punzante y se obligó a sí mismo a abrir los ojos.

— Una ropa un poco inusual para estar en una montaña, ¿no cree? —alzó una ceja.

Wonho soltó una risita y asintió.

— Lo sé, se lo dije. —la sonrisa que mantuvo por breves instantes se borró enseguida— yo...

Soltó un fuerte suspiro.

— ¿Y que le dijo él en respuesta? —los ojos de ambos se encontraron frente a frente por primera vez en toda la charla, pero por algún motivo no se sentía mal.

Mirar directamente a los ojos de aquel hombre le daba una sensación extraña. Le hacía tener la misma sensación que recordaba haber tenido al ver un paisaje enorme, en algún lugar del mundo que no recordaba. Pero la sensación era la misma; el agridulce sabor de la libertad que sabe a dolor.

— Que tenía una entrevista de trabajo, las cosas no habian ido bien y se fue a caminar, no recuerdo más. —respondió sin borrar la sensación de su pecho.

Quería llorar, su pecho estaba doliendo mucho.

— Hablemos de lo que ocurrió... —continuó el hombre poniéndose de pie— cuando fueron encontrados, usted tenía trozos de la ropa de Hyungwon cubriendo algunas de sus heridas... ¿lo convenció para que se las diera?

El menor negó con la mirada baja.

— No, el lo hizo solo cuando yo estaba inconsciente.

— Hizo muy buenos torniquetes. —replicó.

Wonho asintió sintiendo aún más latente el sabor a dolor.

— Parece saber mucho de salir al aire libre también... —susurró.

Después de caminar por el lugar el hombre se detuvo frente a él.

— ¿Podría decirme que más hizo o dijo Hyungwon mientras estuvieron solos? —se agachó frente a él para mirarle el rostro que ya estaba siendo enrojecido.

Wonho no levantaba la mirada del suelo y comenzó a hablar como si su cerebro estuviera automatizado, con la orden de mover la boca y responder por su cuenta.

— Muchas cosas. —afirmó— Me ayudó a volver, me dio un abrazo cuando quise llorar, me animo a salir del río cuando caí, me... Me ayudó a no morir de hipotermia... —su voz se rompió— Me...

Las ganas de llorar se volvieron insoportables por algún motivo y sus lágrimas empezaron a fluir al igual que sus sollozos. Se agarró el pecho con dolor y empezó a llorar sin fuerzas.

— ¿Por qué llora? —cuestionó el hombre en un susurro breve.

Él levantó su enrojecida mirada del suelo y la posó en el hombre que aún seguía agachado delante de él, esperando una respuesta de su parte.

— No lo sé... —se sinceró en medio del llanto— Me siento extraño... No quiero estar aquí.

Volvió a romper en llanto sintiéndose un niño necesitando el consuelo de algunos brazos que no tenía. Se sentía más solo que nunca porque aún en su memoria no existía nadie a quien poder acudir en recuerdos, nadie aparte de Hyungwon.

— ¿Culpabilidad quizá? —comentó el hombre poniéndose de pie y dandose la vuelta para volver a su asiento original.

Wonho lo siguió con la mirada, frunciendo el ceño ante su última pregunta.

¿A que se refería?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro