Sabía que quizá no era el momento, más bien estaba seguro de ese detalle pero su cuerpo y su mente parecían no ponerse de acuerdo mientras besaba los labios del contrario.

No sabía cuando había sido la última vez que había besado a alguien porque no recordaba casi nada de su vida, pero por alguna razón esa se sentía como su primera vez. Estaba embobado, sintiéndose un tonto pero sin molestarse por dejar de serlo, tan solo quería seguir ahí dejando que el calor que producía su acelerado corazón siguiera recorriendo su cuerpo y le diera por fin un refugio ante el frío ambiental. Pero después de un par de minutos decidió separarse muy en contra de su voluntad al sentir que aquel bonito embobamiento inocente se estaba transformando en algo más subido de tono sin que pudiera evitarlo, y si era sincero, no tenía claro si el delgado había correspondido a sus besos a causa de lastima o porque de verdad quería hacerlo y si no era así, lo que menos deseaba era incomodarlo.

Suspiró en medio del beso y acabó por separarse con mucha suavidad, dejando un par de besos cortos que no quería acabar. Entonces miró el rostro del delgado mientras volvía a soltar un fuerte suspiro.

- Lo siento, yo no quise... -no pudo acabar su frase pues aunque quería estar arrepentido, no podía estarlo. Al menos no si se trataba de una persona tan linda como aquel chico.

Pero grande fue su sorpresa cuando recibió una respuesta que no esperaba.

- Tranquilo. Y-yo comprendo... -comentó el delgado con un tinte de nerviosismo e inseguridad en su voz- Supongo que lo hiciste para recuperar tu temperatura corporal... ¿No es así?

Sus miradas se cruzaron y Wonho no pudo evitar sorprenderse de que el chico haya mencionado algo que llegó a pensar vagamente como una excusa pero que no había mencionado.

- ¡Sí, sí! ¿como lo supiste? -cuestionó viendo al delgado con una mezcla de sorpresa confusión y emoción- quiero decir... -respuso al darse cuenta que estaba dando una respuesta equivocada- ese fue un motivo, pero también quería besarte... -admitió- Perdon si eso te incomodó, yo solo...

- Está bien. -dijo sin mirarlo.

Wonho suspiró ante esa respuesta, pues a su parecer una respuesta fría sólo significaba que no había estado de acuerdo con sus atrevidas acciones, entonces verdaderamente se arrepintió. No quería arruinar la bonita relación que había llevado con el chico desde que habían encontrado, solo quería que si llegaban a salir de ahí con vida, la perspectiva del delgado respecto a él no cambiara.

- Lo siento. -respondió con sinceridad- Ni siquiera pregunté si querías o si te gustaban los chicos, yo solo... -suspiró con tristeza- Debí hacerlo, al fin y al cabo tu sabrás si eres gay o no... Es decir...

- No me gustan las etiquetas -afirmó-, pero también quería besarte... -de pronto Wonho notó que parecía estar raro- es solo que...

No podía. De verdad no podía con una imagen tan tierna. No le importaba lo dañado que lucía en aquel momento pues sabía que debajo de aquellos labios resecos y de un cuerpo maltratado a causa de estar en la interperie, había una linda persona. Una que lo había ayudado sin conocerlo y que a pesar de todo, jamás creía poder olvidar.

Así que lo besó de nuevo.

No se contuvo y está vez tomó la cara del delgado entre sus manos. Lo besó de la forma en que quería y aunque apenas unos momentos atrás se sentía culpable por ser egoísta y no preguntar acerca de lo que el delgado quería, de nuevo estaba haciéndolo.

Aquella situación volvió a invadirlo. Una calidez que no podía describir, no se trataba de algo simplemente corporal, también podía sentir su interior arder, pero en ese momento se sorprendió demasiado cuando accidentalmente su pierna rozó con la entrepierna del delgado indicándole de algo que hasta el momento no se había enterado.

Se separó de él para verlo, pero notó que el menor no estaba viéndolo. Parecía querer evitar su mirada a causa de la vergüenza, pero aquello lejos de ahuyentarlo, acabó por hacerle sentir otro tipo de calidez, una muy subida de tono.

- Oh... -susurró acariciando la barbilla del menor mientras disimuladamente volvía a rozar su pierna contra él para confirmar lo que pensaba.

Cordura tenía poca, pero en esos momentos sintió que la perdió por completo.

Se estremeció por una brisa fresca que llegó oportunamente en el momento en que su excitación aumentó y no se contuvo de nada. De nuevo sus labios volvieron a unirse, aunque esta vez se levantó del lugar de donde estaba y se posicionó encima del delgado para poder tener un mejor control de aquella situación que parecía ser lo más liberador que pasó en su vida.

Sabía que desnudarse era demasiado arriesgado en aquel sitio y más con los hechos que habían pasado recientemente, pero aún así sus manos recorrieron el cuerpo del delgado por encima de la ropa, encargándose de dejar caricias y besos en los lugares adecuados para llevarlo y llevarse a sí mismo a la cúspide del placer que anhelaba.

Se sentía como un loco de tan solo saber que estaba tocando el cuerpo del delgado cuanto quería, sin objeciones, sin restricciones y sin rechazos. Pero de nuevo aquel pensamiento volvió a su mente y se sintió culpable.

- Wonho... -escuchó en su oído, siendo más un jadeo que un susurro, pero aún así se detuvo.

- Esto está mal... -se dijo a sí mismo sintiendo el peso de la culpabilidad encima - de nuevo lo siento, es que yo... -en aquel momento fue interrumpido cuando el delgado guió una de sus manos a su trasero, provocando que la tentación fuera aún mayor y que incluso tragar fuera más difícil- oye... -jadeó cuando su mano tocó aquella zona aún por encima del pantalón del delgado- ¿Has estado con a algún chico antes? -preguntó un poco agitado- porque yo sinceramente no recuerdo nada y tú pareces tener cara de inocencia, yo no quiero hacerte daño...

Sus ojos volvieron a encontrarse en medio de aquella situación y un asentimiento en respuesta lo hizo sentirse sorprendido aunque también quizá un poco celoso de saber que quizá alguien más había puesto sus manos sobre aquel lindo chico antes que él.

Se quedó en silencio, no sabía qué decir sinceramente y estaba muy consciente que dos partes de él habían entrado en conflicto, una le decía que aquel no era el momento para algo así y que incluso sería algo incorrecto, pero otra simplemente le pedía que observara la belleza que tenía delante.

- No te detengas ahora... -susurró el delgado- hazlo por el bien de ambos...

No lo soportó más y sin detenerse a pensar en qué era lo incorrecto o no, volteó el cuerpo del menor, lo dejó boca abajo, bajó sus pantalones junto a su ropa interior de un tirón y usando su saliva comenzó a prepararlo como debía. No lo hizo por mucho tiempo porque se sentía desesperado, así que después de un momento ya se encontraba ingresando en el cuerpo contrario sintiendo miles de corrientes eléctricas recorrerlo entero.

Gruñó cuando sintió que podía moverse con un poco de libertad dentro suyo, aunque no con la que quisiera, pues parecía estar tenso, seguramente porque no había tenido ningún tipo de encuentro recientemente o porque había mentido respecto a que ya había estado con alguien antes.

Fuera cual fuera la verdad, jamás imaginó disfrutar tanto de aquel momento como lo estaba haciendo y aunque cierta parte de él le decía que incorrecto, el simple hecho de pasar su mano por encima de la ropa de Hyungwon y acariciar toda la longitud de su espalda hasta su cabello, lo hacía simplemente querer más.

Literalmente había olvidado lo que se sentía, pero volverlo a recordar y vivirlo de aquella manera era algo más que reconfortante y pese al clima frío, después de disfrutar, tocar y acariciar aquel delgado cuerpo cuanto quiso, llegó a la cúspide del placer con un placentero orgasmo que le descolocó la cordura una vez más.

Sonrió y finalmente se rió como un idiota al sentir que pese a su dolor físico, su cuerpo se sentía como nuevo en aquel momento. Se sentía más vivo que nunca.

- Esto es... -arregló torpemente su ropa y la del delgado mientras su mano temblaba por alguna razón- quiero decir...

Su mente quedó en blanco una vez más y aunque estaba de rodillas en el suelo apenas unos momentos atrás, sintiéndose como nuevo, repentinamente sintió su cuerpo envuelto en un montón de sensaciones que no sabía explicar.

Su cuerpo comenzó a temblar involuntariamente. Gateó por el suelo para apartarse de Hyungwon, pero apenas a unos pasos de distancia todo su estómago pareció revolverse y acabó vomitando lo poco y nada que había consumido.

- ¿Wonho? -escuchó la voz de Hyungwon pareciendo que estaba a la lejanía cuando en realidad estaba a un par de pasos de distancia- ¿Qué ocurre? ¿Estás bien?

Un fuerte dolor se instaló en su cabeza, martillando una y otra vez, obligandolo a cerrar los ojos y amenazando con acabar con él. Y todo lo que pudo hacer fue taparse los oídos con fuerza como si eso impidiera que escuchara aquel pitido que parecía querer dejarlo sordo.

- ¡Wonho! -volvió a escuchar a su alrededor- ¡Abre los ojos y mírame!

Dolía y se culpaba a sí mismo de sobre esforzarse en una tontería como esa, pero al final poco pudo hacer, antes de caer inconsciente al suelo nuevamente.

Estar vivo se volvía
cada vez más difícil.