GALERÍA GRÁFICA

Jules Wallace no era el tipo de persona que buscaba cambiar vidas. Llegó a ellos como una estudiante universitaria, inteligente, decidida, y con una risa que podía llenar cualquier habitación. No parecía tener nada que ver con el mundo de la música ni con el caos de una banda en ascenso, pero eso fue precisamente lo que la hizo especial.

Desde el principio, Jules no pasó desapercibida. Había algo en ella que atraía a todos, una mezcla de ingenio y honestidad que era tan refrescante como desconcertante.

Graham Dunne encontró en Jules Wallace algo que nunca había buscado, pero que, de algún modo, sabía que había perdido hace mucho tiempo. Ella tenía esa mezcla única de curiosidad y confianza, una luz tranquila que hacía que todo a su alrededor pareciera más claro, más sencillo. Pero también tenía un muro, uno que Graham nunca había visto.

Desde el principio, ella no se lo puso fácil. No porque fuera fría o distante, sino porque no estaba preparada. No para Graham, ni para la intensidad de sus sentimientos. Jules estaba en un punto diferente de su vida: construyendo su camino, descubriendo quién era, sin querer atarse a nada ni a nadie.

JULES WALLACE: A veces, las cosas más importantes no llegan cuando estás listo, sino cuando más las necesitas.

CAMILA DUNNE: Siempre pensé que Graham era un romántico, pero verlo con Jules fue otra cosa.

Jules tenía esta manera de hacer que todo pareciera más ligero, más fácil. Era graciosa, de esas personas que siempre tienen un comentario ingenioso, y a Graham le encantaba. Cada vez que ella decía algo, él soltaba esa risa que hacía que pareciera un niño otra vez. Verlos juntos era como ver a dos mejores amigos que, además, estaban perdidamente enamorados.

Recuerdo que una vez, durante una reunión de la banda, Jules entró cargando una caja de donas porque 'Graham estaba demasiado ocupado siendo una estrella de rock para acordarse de comer'. Él se puso rojo como un tomate, y todos se rieron, pero no dejaba de mirarla como si acabara de salvarle la vida. Esa era Jules: dulce, divertida y siempre atenta.

WARREN RHODES: Mira, no quiero sonar cursi ni nada, pero July fue como una bocanada de aire fresco para todos. Cuando llegó a la vida de Graham, no solo lo cambió a él, sino que, de alguna manera, también nos cambió a nosotros.

EDDIE ROUNDTREE: Desde el minuto uno, se ganó su lugar. No porque lo buscara, sino porque tenía esa cosa... ¿cómo lo explico? Esa presencia que hacía que todo el mundo se sintiera un poco más cómodo cuando estaba cerca.

Y, claro, se convirtió en la consentida del grupo. No era difícil verlo venir. Era imposible no quererla. Daisy la adoraba porque Jules podía seguirle el ritmo, sin dejarse intimidar. Camila la quería porque, según ella, Jules era el equilibrio perfecto entre dulce y directa. Incluso Billy, que no suele mostrar favoritismos, la respetaba porque no se andaba con rodeos.

Pero para mí, era la manera en la que hablaba. Ella tenía esta forma de hacerte sentir que lo que decías era importante, incluso si estabas quejándote de algo sin sentido. Me acuerdo de una vez, durante una de las giras, le conté que sentía que me quedaba a la sombra de Graham y Billy. Pensé que me iba a dar el típico discurso de 'eres importante para el grupo' o algo así, pero no. Jules solo me miró y dijo: "Si tú crees que estás en la sombra, nadie más va a iluminarte."

No sé cómo lo hacía, pero siempre estaba en el lugar correcto, en el momento justo, con las palabras exactas. Al final, era como si todos estuviéramos un poco mejor cuando ella estaba cerca. Así que, sí, Jules era la consentida, y con toda la razón.

DAISY JONES: Lo que más admiro de Jules es que no se dejó intimidar por ninguno de nosotros, ni por la banda, ni por la música, ni por el caos que rodeaba todo esto. Ella entró en nuestro mundo y, en lugar de adaptarse, lo hizo un poco más suyo.

Jules y Graham eran como esas canciones que no te puedes sacar de la cabeza, pero no porque sea pegajosa, sino porque es perfecta. Honestamente, al principio pensé que sería una historia conocida, ya sabes, el chico bueno y la chica que lo rechazaba una y otra vez.

Si me preguntas, eran la única pareja que realmente entendía lo que significaba estar juntos sin perderse a sí mismos. Algo raro de ver.

BILLY DUNNE: Yo nunca he sido de fijarme demasiado en las parejas de mi hermano. Quiero decir, Graham es un buen tipo; siempre lo ha sido. Pero también es el tipo de persona que deja que las emociones lo lleven, y eso lo metió en líos en más de una ocasión.

Y, bueno, verlos juntos era algo especial. Siempre supe que él tenía un gran corazón, pero con Jules, era como si brillara más. Ella lo hacía mejor, más fuerte, más feliz. Y aunque a veces me costaba admitirlo, estaba claro que Jules era lo mejor que le había pasado.

KAREN SIRKO: Desde el primero momento supe que Graham era un tipo romántico perdido. Ya sabes, de esos que buscan un amor perfecto, como si eso realmente existiera.

Mientras que Jules no era de esas chicas que se quedan en las sombras esperando a que las incluyan. Desde el momento en que llegó, se plantó en su lugar, y lo hizo con esa mezcla de encanto y seguridad. Graham la miraba como si hubiera encontrado algo que llevaba toda su vida buscando, y, honestamente, creo que lo hizo.

¿Si creo que son perfectos juntos? No sé si creo en la perfección, pero creo en ellos. Y eso ya es decir mucho.

GRAHAM DUNNE: Una vez le mostré un riff en el que estaba trabajando, algo que para mí era solo un boceto sin futuro. Y ella me dijo: 'Es bueno, sé que puedes hacerlo aún mejor.' No como una crítica, sino como si creyera en mí más de lo que yo creía en mí mismo. Creo que eso es lo que más me gustaba de ella: que siempre encontraba la manera de ver lo bueno en todo, incluso en mí.

Jules no solo cambió mi vida. La transformó. No hay otra manera de decirlo.

JULES WALLACE: Graham es todo lo que no sabía que estaba buscando. Es el tipo de persona que no necesitaba gritar para que lo notes. Estaba ahí, constante, sólido, pero cuando te detenías a mirarlo de verdad, te das cuenta de que tiene una profundidad que te atrapa, que te da calma y, al mismo tiempo, te emociona.

Lo curioso es que Graham creía que soy yo la que lo hacía mejor, pero si me preguntas, era al revés.

CAMILA DUNNE: Siempre he creído que las mejores relaciones son aquellas en las que ambos se hacen bien, no solo el uno al otro, sino a quienes los rodean. Y eso es lo que veía cuando los miraba a ellos.

Graham y Jules eran el tipo de pareja que simplemente tiene sentido. 

Creo que lo que más me gustaba de ellos es que no se eclipsaban, se iluminaban el uno al otro, y esa luz también nos alcanzaba a nosotros. Sí, se merecen. Y, siendo honesta, creo que todos nos merecemos un amor como el de ellos.