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「 𖦹‧₊˚ ⋆ᡣ𐭩 ˚₊‧ 」

El rico aroma que se generó entre la mezcla de chocolate y café fue lo que logró captar la atención de la azabache, la cual se despertaba de su profundo sueño. Volteo a ver el reloj junto a su mesa de luz, asegurándose de no haberse dormido al no sentir su despertador sonar como es costumbre.

—(07:23)—Parpadeo un par de veces antes de fijar la vista en la pantalla de su celular.

Refregando sus puños en su adormilados ojos, puso torpemente sus pantuflas para salir de su habitación, encontrándose a su mejor amiga con una apenas oíble música en la cocina.

—¿Liv? ¿Qué estás haciendo?—La mencionada volteó a verla con entusiasmo, dándole una dulce sonrisa.

—¡Buenos días Mars! ¿Cómo dormiste?—La azabache solo se aferró a su amiga, sintiendo pequeñas caricias en su cabello que Olivia le proporcionaba—¿Aún tienes sueño?—

—Dormí bien pero sabes cómo soy y me costó conciliar el sueño, ¿Cómo pasaron la noche tú y Yun? ¿Y qué haces despierta tan temprano?—

—Antes que nada, dormimos bien, alguna patada por parte de ella pero bueno, gracias por preguntar—Hizo una pausa para volver a la sartén y dar vuelta al panqueque que estaba haciendo—Pensé en levantarme para así poder hacerte el Desayuno, Yunan entra en un rato así que ya se lo prepararé, por mientras desayunamos juntas, como antes, ¿Te parece?—Esas palabras eran una caricia al alma en opinión de Marcy.

—Nada me gustaría más que eso—Sin lugar a duda había tenido que enfrentarse desde temprana edad a cosas que no tenía por qué, pero siempre teniendo a Olivia y Yunan como sus principales soportes, por eso las amaba como a nadie.

—¿Qué estás esperando? Anda a sentarte jovencita, enseguida te llevo todo—La azabache obedeció a la mayor, acomodando la mesa mientras tomaba asiento en la misma, dejando su mirada perderse en la vista que su ventana le proporcionaba—¿Hoy es martes no?—Buscó la mirada de Marcy, la cual asintió mientras volvía a posar sus ojos en la ventana.

—Que fea mañana hace hoy, está todo gris y parece que lloverá—Olivia se asomó por la cocina de la azabache, entregándole su chocolate caliente en su taza preferida de siempre, una que le había hecho Olivia en un taller de cerámica.

—¡Aún no puedo creer que tengas esta taza! Si harán años desde que te la hice—La de cabellos azules volvió a la cocina, terminando de agarrar lo que faltaba para tomar asiento junto a su azabache preferida.

—Como no guardarla si es un regalo que tú me diste—Le dedicó una dulce sonrisa.

—Volviendo al tema del clima, llévate un paraguas, vuelves a la tarde y seguramente lloverá, lo que menos quiero es que te resfríes y tengas que faltar al trabajo—Dió un sorbo a su café—¿A qué hora entras? Ya son las ocho menos diez.—

—Aun tengo tiempo, normalmente me levanto a las ocho ya que entro a las nueve, pero es como te he comentado, solo voy para seguir el proceso de mi libro y a la vez de muchos más que pueden suponer competencia en el futuro.—

—Vaya, que editorial rara...—Objetó la de cabellos azulados, dando un gran sorbo a su café.

—Rara pero prestigiosa, de las mejores de todos Los Ángeles, por lo que no puedo permitirme que desechen mi novela por un error tonto, es por eso que siempre voy en hora y a todos los días, los mismos ejectutivos de la empresa han hablado mal de otros autores que faltan o llegan tarde conmigo, yo solo me quedo callada escuchando, no vaya a ser que esto me termine perjudicando de alguna manera.—

—Nunca me contaste—Dió una pausa para así poder tomar su café—¿De qué trata tu novela? Claramente la voy a comprar, pero quiero irme preparando para la segunda novela de la única autora que me hizo llorar—Marcy dio una risa nerviosa mientras pensaba que pretexto tirarle.

—Bueno, sabes que no tienes ni que comprarlo porque yo te lo doy gratis, y de la trama te enterarás más adelante, el mismo día que salga—Una expresión confusa se presente en el rostro contrario.

—¿Y eso por qué? No se vale que yo me entere como todo el resto de lectores que tienes, ¿Que clase de amiga, perdón, hija, no le cuenta a su súper genial madre sobre qué va a tratar su próxima novela?—Simulo indignación al cruzarse de brazos, robándole una cálida risa a la azabache.

—Pues una genial, yo solo estoy protegiendo tu sorpresa—Dió un bocado a los panqueques, sin esperar a terminar de comer para continuar hablando—¿Y qué tiene que te enteres con el resto? Si, eres como mi madre, pero te tocará esperar como el resto.—

—¡No podes dejarme con esa curiosidad que me vas a matar! Mínimo decime de que es, Thriller, Ficción, Romance, algo—La mayor no se rendiría tan fácil, la conocía de pies a cabeza, algo se le tenía que escapar.

—Bueno, es de romance, pero eso es lo único que te voy a decir, no esperes que algo más salga de mi boca, mis labios están totalmente sellados—Se cruzó de brazos mientras actuaba como si realmente lo estuviesen, las ganas que contarle la carcomían, pero debía aprender a guardar el secreto.

—¿Romance? Cambio drástico a diferencia del otro—Ambas rieron, Olivia llevándose la mano al mentón para seguir pensando—Conque romance entonces, ¿De qué tipo? Esto va por camino raro Regina—Olivia comenzaba a sacarle la ficha de que había algo más detrás de todo.

—¿Y qué piensas? ¿Qué es un libro sobre ti? No sería capaz de escribir de ti... En realidad si, tienes una vida interesante, no sería mala idea para un tercer libro—Reposó su rostro en su mano mientras desviaba la vista, típico gesto que solía hacer al divagar por su mente, intentando despistarla al haberse ido de boca.

—No juegues de esa forma conmigo Wu—Una rápida risa se escapó de sus labios—Yo nunca insinué que fuese sobre mi, por lo que me parece raro que lo menciones, ¿Es sobre nosotras y una especie de amor maternal?—Marcy dejó escapar la carcajada que tenía dentro de ella, tenía que seguir simulando que Olivia no estaba por dar en el clavo—¡Esta Yun durmiendo!—Comenzó a ahogar como podía su risa, calmándose para volver a hablar.

—¡Lo siento! Fue inesperado—Secó una pequeña lágrima que resbalaba por su mejilla, pensando en que también debería dedicarse a la actuación porque lo estaba haciendo de maravilla—Puede que la historia te resuene, pero la inspiración viene de todos lados, no es que esté basado en alguien en concreto, pero puede que sientas que es algo familiar—Esa frase lo único que logró fue confundir más a Olivia.

—Ya entendí por dónde vas, siempre te dije que tu forma de escribir es como un espejo porque reflejas tal cual lo que deseas, ¿Es una especie de crónica de lo que vivimos?—

—Puede que sí como puede que no, hay momentos en los que te dejas llevar y terminas mezclando tus sentimientos con acontecimientos, ya sea que los hayas vivido, los estés viviendo o los vayas a vivir—Hizo una breve pausa para respirar—A lo mejor termines dándote cuenta que el libro no es más que situaciones ordinarias que nos toca vivir.—

—Deja de hacer esas charlas profundas para despistarme porque mira que no te está saliendo en lo más mínimo—La de ojos miel bufo, ganándose la risa contraria.

—¡Fue lo mejor que dije! Me siento ofendida de que no supieras apreciar mi gran frase.—

—Ajá, termina de comer rápido y anda a cambiarte que se te pasa la hora y tenes que estar en hora—Obedeció a su amiga, terminando de un sorbo su chocolate y metiéndose el resto del panqueque en su boca, saliendo corriendo—¿Cuántas veces tengo que decirte que no hagas eso que te podes atragantar? Peor que niña chica sos Marcy—Escuchó a la azabache reír para segundos después comenzar a toser—Está chica no tiene arreglo.—

Pasados un par de minutos y el reloj ya marcando las 08:15 de la mañana, Marcy se encontraba lista, salió de su habitación, con sus dientes y rostro ya lavados y cabello cepillado, dirigiéndose a la sala, encontrándose, ahora si, a una rubia con una cara bastante adormilada.

—Pareces un zombie Yun—La azabache rio, acercándose a la misma para que esta solo le revolviera los cabellos, saludo que tuvo desde siempre con la menor—¡Ya me había peinado Yunan!—Se acercó a su espejo para intentar acomodarlos lo mejor que pudo, viendo a la rubia tras ella riendo.

—¡No te quejes si ya sabes cómo soy!—Iba a cercarse con intención de repetir el gesto, pero la mirada amenazante que le lanzó su mujer la hizo parar en seco.

—No retrases más a la niña Juvina—Se recostó en el marco de la puerta, manteniendo la vista alta y los brazos cruzados, cosa que solo hizo que la rubia tragase grueso.

—Perdón mi amor—Marcy no pudo contener la risa—¿De qué te reís Wu?—

—Veo que te tienen bien controladita—Continuó con sus carcajadas—¡Ya me voy!—Saludo aún entre risas.

—¡Te quiero ver cuando seas novia de la rubia esa Regina!—

-,'‧ ᡣ𐭩₊˚ 𖦹

Marcy ya se encontraba de pie junto al andén señalizado, mirando fijamente la hora en el reloj de la pared. Una brisa fría hizo que un escalofrío recorriese su cuerpo de pies a cabeza.

—(Tendría que haber salido un poco más abrigada)—Pensó para sus adentros viendo las hojas de los árboles moverse fuertemente, notando que también había olvidado el paraguas que Olivia le dijo que tomase.

Fue un alivio ver el sol asomarse entre un par de nubes, calentándole el cuerpo con su radiante luz. Se percató de las luces del tren brillando a los lejos, acercándose cada vez más, por lo que permaneció tranquila en su lugar, comenzando a colocar sus audífonos para ir con su playlist, hasta que ella subiese y toda su atención fuese puesta en las bellas orbes azules como el cielo veraniego.

La azabache retrocedió un paso al ver el tren frenar, esperando que el mismo abrieses sus puertas para dejarla entrar a su vagón de siempre, el dos. Para su suerte, ese vagón iba casi siempre vacío, no sabría si por la hora o por qué, pero era mejor, no le gustaba estar aglomerada entre tantas personas ajenas a ella. Cerca de la estación de Sasha retiró sus auriculares y miró fija la misma puerta, esperando a verla cuanto antes.

No se hizo tardar, la de cabellos rubios había aparecido frente a ella, esperando a poder entrar. Su campera de cuero negra ondeaba sutilmente a causa de la brisa, la azabache notó como dio un suspiro una vez entró al vagón, buscando a algo o alguien con la vista, supuso que a ella, porque al verla se acercó dulce como siempre.

—¡Buenos días preciosa! ¿Me puede sentar a tu lado?—Marcy asintió casi al instante, tratando de calmarse ante el dulce apodo por el cual había sido llamada.

—¡Hola Sash! ¿Cómo estás?—Fijó sus orbes en las contrarias, perdiéndose al instante en aquella mirada tan profunda.

—Mucho mejor ahora que estoy con vos, ¿Tú Mars?—Se percató del cómo las mejillas de la menor se tornaban carmesí en un parpadeo, cosa totalmente tierna a opinión de la rubia—Perdón, no soy de hablar así, pero estar junto a una chica tan hermosa me pone así—Marcy liberó una risa, Sasha solo la contemplo, observando lo linda que se veía.

—Bueno, espero que eso sea que estás bien, yo también lo estoy—Cambió de tema, apartando la mirada mientras pensaba cómo seguir la charla.

—¿Cómo vas con tu libro? ¿De qué va a tratar? No llegaste a decírmelo porque habíamos llegado a mi parada, ahora soy toda oídos para ti por los siguientes 35 minutos—Le regaló una sonrisa, el corazón de Marcy solo pudo acelerarse.

—Bueno, es de la historia de amor de mis dos mejores amigas, son como unas madres para mí y siempre dieron todo y más por verme bien, se merecen esto y mucho más pero bueno, siento que es un lindo detalle.—

—¡Qué tierno Mar! Me tendrás que decir el nombre, apenas salga lo compraré, y sería un gran honor para mí que la bella autora me lo firmase—La azabache rodó los ojos, divertida por los tontos halagos que recibía, era igual a Yunan.

—Pensé que me habías dicho que no eras una persona fanática de la lectura—Recordó aquel comentario que le había hecho el miércoles pasado.

—La verdad que no, pero me encantaría leer cualquier cosa que tú escribas—Admitió, sus mejillas estaban sutilmente sonrosadas mientras le daba una tierna sonrisa—Antes de que me olvide, perdí mi número, ¿Te molestaría darme el tuyo?—Nuevamente la risa de Marcy se escuchó por el vagón, no podía creer que se enamorara de una chica con la que lleva dos días hablando por sus coqueteos tontos, sin mencionar su angelical belleza a ojos de la menor.

—De acuerdo, pásame tu celular—La rubia festejó, cosa que la hizo reír nuevamente.

—No puedo creer que funcionase, soy la reina del coqueteo—Admitió orgullosa, viendo como Marcy comenzaba a anotar su número.

—Si tú lo dices—La miró de reojo, devolviéndole su celular—Que frío hace allí afuera—Cambió el tema al entregarle el celular.

—¿Por qué te agendaste solo como "Marcy"? Que seca eres, ya lo cambiaré yo—Aquello despertó la curiosidad sobre que tenía en mente—Pero si, ¿Solo vienes así vestida?—Cuestiono, haciendo que Marcy se sobresalté y comience a fijarse en su vestimenta.

—¿Tiene algo despertó malo?—

—Estás hermosa, pero estás muy desabrigada, llévate mi campera, incluso lloverá, no te puedes resfriar Mars, y por lo que me haz contado eres muy de enfermarte—Su rostro enrojeció cual tomate al verla sacarse la campera mientras se la extendía.

—No puedo aceptarla Sash, tú también te resfriarás.—

—Yo nunca me resfrió, ¡El resfrió se Sashea!—Pensó lo que había dicho, cosa que hizo reír a Marcy—Sonó mejor en mi mente, de igual forma, llévatela Mars, porque sino igual te la doy a la fuerza—Por más que no quiso, tuvo que aceptarla—Se te vería muy bonita, luego envíame una foto de cómo te queda.—

Marcy solo asintió avergonzada, intentando cambiar el tema, y seguir la charla con la rubia que la tenía como idiota.

「 𖦹‧₊˚ ⋆ᡣ𐭩 ˚₊‧ 」

Un mes y medio que no actualizaba, perdón, pero ya volví (perdón la demora😓).

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