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「 𖦹‧₊˚ ⋆ᡣ𐭩 ˚₊‧ 」
La noche comenzaba a caer en la bella y vibrante ciudad de Los Ángeles. Marcy se encontraba corriendo de aquí para allá, terminando de ordenar su apartamento antes de que Olivia y Yunan llegasen al mismo.
Había pasado una muy linda tarde con Maddie, por lo que sus amigas, al no querer interrumpirla, optaron por tomarse un taxi y dejarla disfrutar junto a la de cabellos morados.
Esto ocasionó que Marcy perdiera sutilmente la noción del tiempo, faltando aproximadamente unos diez minutos para que llegasen y ella aún ordenando.
—¡Debí ponerme una alarma!—Murmuro frustrada, limpiando la pequeña gota que corría por su frente, continuando con su frenética tarea.
Para ambientar y motivarse más, puso su playlist de fondo, motivándola a continuar por otros diez minutos a terminar todo. Dio los últimos detalles, como acomodar el sofá, la mesa, barrer y alguno que otro mínimo detalle que sabía Olivia iba a notar. Una vez se aseguró de haber terminado, se permitió desplomarse en su sofá con su nintendo en mano, disfrutando de unos minutos de desconexión mientras jugaba, aprovechando el poco rato de quietud que se había ganado luego de un día tan movido.
A medida que los últimos rayos de Sol se ocultaban para dar paso a la salida de la Luna, dos jóvenes adultas comenzaban a caminar por los pasillos de aquel gran edificio, sintiendo el sonido de los tacones de una resonar, marcando su llegada. Se escuchó la puerta sonar tres veces, eran golpes secos pero suaves, Marcy sabía mejor que nadie de quien se trataba.
Se apresuró en aprolijar ágilmente sus cabellos, suspirando mientras colocaba la llave en la cerradura y abría la puerta con una sonrisa que le era imposible ocultar.
—¡Mars!—Ambas adultas gritaron al unísono mientras se abalanzaban sobre la menor, la cual aceptó gustosamente a él abrazo de sus amigas.
—¡Bienvenidas chicas!—Una amplia pero firme sonrisa se mantenía en sus labios, reflejando tanto la calidez que sentía en ese momento como en la alegría de volver a tenerlas con ella.
—¿Sigues con ese tema pendiente?—Una expresión confusa se reflejó en el rostro de la menor—Ya sabes, la chica del tren—Yunan alzó una ceja.
—Más o menos, pero bueno, tenía cosas para actualizarlas sobre ella—La curiosidad creció dentro de la rubia
—¿Qué chica? ¡¿Marcy está de novia y no me lo dijeron?!—Olivia negó tranquilamente, observando el rubor esparcirse por el rostro de la de ojos miel.
—¡Claro que no! ¿No le contaste a Yun, Liv?—La de cabellos azules pareció recordar su pequeño accidente.
—¡Claro que le conté!—Reposó su mano en su mentón—¿En serio no lo hice?—
—¡No!—La rubia protestó.
—¿Estás segurísima de que yo no te lo conté? Tú te olvidas de todo—Replicó Olivia con una sonrisa más nerviosa.
—Liv, Amor, te estoy diciendo que no—Respondió Yunan con un tono más firme, pero con cierta gracia ante el rostro de su esposa.
—Ay, perdón entonces—Dejó escapar una risa nerviosa, aferrándose al cuello de su novia mientras le dejaba un corto pero suave beso en la mejilla.
—Bueno, ahora más tarde les cuento, ¡Primero cuéntenme todo sobre su luna de miel!—Ambas se dieron una mirada cómplice—¿Cómo estuvo eso? ¿Italia si es como lo imaginábamos de pequeñas, Liv?—
—¡Y mil veces mejor! No sé ni por dónde comenzar a contarte—Olivia comenzó el relato—¡Estuvo tan genial! Visitamos tantos lugares, museos, ¡El arte y arquitectura renacentista es tan hermoso! Dios Mars, apenas pueda vas a viajar con nosotras por toda Italia, ¡Te lo juro!—La azabache asintió gustosa a la propuesta.
—¡Encantada de ir con ustedes!—Volteó su vista en dirección a la rubia—¿Y a ti qué te pareció Yun?—
—No paraba de hablar un solo segundo de la Pizza, yo creo que si hubiese sido posible, se habría traído una cómo souvenir—Se ganó la mala mirada de su esposa, cosa que hizo reír a la azabache y la de cabellos azules.
—¿Y qué tiene? ¡Es muy buena! Mars, tenías mucha razón en lo que dicen sobre lo rico de la pizza, ¡Fue lo mejor de todo el viaje!—Las risas continuaban llenando el ambiente—No es por nada Marbles, ¿Pero sabes lo rico que es una Pizza napolitana en Florencia? ¡Yo ya le dije a Liv que le haré un altar a esa Pizza!—Marcy se echó para atrás en su sofá, tomando su estómago mientras sus risas se hacían cada vez más y más fuertes.
—Incluso dijo que, de haber sabido antes lo rica que era la pizza en Italia, me habría escondido el anillo de matrimonio en una—La risa de Marcy no cesaba, aquel comentario por parte de Olivia solo la hizo reír más.
Pasados un par de segundos, logró volver a recobrar la compostura, sintiendo el olor a chocolate propagarse por su departamento.
—¿Tienen hambre? Hace un rato puse a hacer chocolate caliente, ¿Quieren un poco? No prometo que sea tan bueno como una Pizza napolitana en Florencia, pero tiene lo suyo—Sus amigas negaron con una pequeña sonrisa en sus labios, observando a Marcy irse rápido a servirse un poco para volver cuanto antes con ellas.
Al volver, observó como sus amigas ya se habían acomodado en su sala, volviendo a sacar tema de conversación.
—¿Cómo está ese chocolate? ¿Tan buenos como los que te hacía de pequeña?—La menos negó.
—Ninguno de los que haga se va a igualar a los tuyos, solo tú tienes esa magia en tus manos—Olivia soltó una nueva risa ante el halago de su mejor amiga—Me alegra que volvieran con tantas historias, ¿Cómo estuvo Venecia? Ambas estaban muy emocionadas por ir.—
—¡Venecia fue algo tan mágico! Es un lugar muy pintoresco, los canales de agua y como se trasladan mediante barcos es muy hermoso, pero sin lugar a duda lo mejor fue cuando Yunan se cayó de la góndola—No pudo evitar volver a reír ante el recuerdo, haciendo el rostro de Yunan enrrojecer.
—¡Me caí por tu culpa! ¡Olivia!—Le dio un pequeño golpe en el muslo a su esposa, intentando hacer que se callara.
—¿Era en serio? ¡Pensé que era una broma de mal gusto!—Marcy se acopló a su amiga—¿Cómo hiciste para caerte y por qué fue culpa de Olivia?—
—Mira, para empezar no me caí, me tuve que tirar—Aclaró su garganta—Digamos que tu querida amiga había llevado un espejo de mano que se había comprado en una tienda de antigüedades allí en Vencía—Hizo una pausa para proseguir—Le dije que tuviera cuidado, pero no me hizo caso... ¿Adivina a qué persona se le terminó cayendo el espejo en el canal de Venecia?—
—¡Ya te pedí perdón de mil maneras distintas! ¡Incluso te compré una pizza!—Objetó Olivia.
—El gesto pierde el valor si te burlas de mí—Intentó hacerse la ofendida, aguantando la risa por la cara de su mujer—Y bueno, como la genial novia que soy, obviamente que me tire para rescatar el objeto de mi mujer, la cual me agradeció con unas cálidas carcajadas.—
—¡Eso sí que es mentira! Te ayude a subir y te pregunté mil veces si estabas bien, una vez confirme que si no pude evitar reírme, Yun, ¡Te tiraste en los canales por tu propia cuenta! ¡El chico que llevaba la góndola no sabía qué hacer y eso también me dio gracia!—Olivia recordó el momento con cierta gracia, cosa que no parecía darla a Yunan.
—Ay chicas, son todo un caso, sí que fue un viaje divertido, aunque no me imagino cuando le cuenten esto a sus hi—Se vio interrumpida por la rubia.
—También nos perdimos en Florencia—Dejó escapar de sus labios la más alta, haciendo que la risa de Marcy volviese a escucharse—Y eso fue por la culpa de Olivia... ¡Así como también el que me tirara por el canal!—
—¡Te tiraste a voluntad propia! Yo no te pedí que salvarás mi espejo de mano... ¡Pero gracias por hacerlo!—Se aferró al brazo de su novia.
—Esos cambios de humor Liv, con razón soy tan bipolar—La azabache rió ante la mala expresión que le dedicó su amiga.
—Bueno, como te decía, era algo tarde por la noche, habíamos salido de un restaurante en el cual comimos una muy rica pizza—Hizo una pausa ante el recuerdo, haciendo reír a su amiga—Estábamos intentando volver al hotel, yo recordaba el camino pero Olivia quería hacer una pequeña desviación para poder recorrer un poco más la ciudad.—
—¿En plena noche? Solo a ti se te ocurren esas cosas Olivia.—
—¡Es una ciudad preciosa! Merecía ser recorrida a cada hora—Negó cruzándose de brazos—El asunto es que tiene muchas calles estrechas que parecen callejones, me metí por una y empezaron a aparecer más... Y cuando quisimos acordar no sabíamos en donde estábamos paradas—Pareció recordarlo con una tierna sonrisa—¡Pero basta de hablar de nosotras! ¿Que tenías para contarnos sobre esta chica?—
—¡Por el amor a Dios! ¿De qué chica me están hablando? No es lindo que hablen de cosas que no entiendo—Protestó Yunan.
—Bueno, para resumírtelo...—Marcy se vió nuevamente interrumpida por la misma.
—¿Cuál "Para resumírtelo" ni cuál nada? Tú me cuentas todo tal cual ya mismo, y más te vale que con todos los detalles Wu.—
—Bueno bueno—Aclaró su garganta—Desde que me mudé, noté que, el tren que yo tomo a la mañana para ir a la editorial, lo comparto con una chica que se me hacía muy hermosa.—
—Y como te pones nerviosa y te entran esas ganas de salir corriendo, en estos dos meses que pasaron no le dirigiste ni un "Hola", ¿O me equivoco?—Los ojos de la rubia reflejaban cierta burla.
—Tenes toda la razón, Yun—Hizo una pausa—Claro, eso es lo que te hubiera respondido si me lo hubieras dicho ayer, pero como estamos hablando de Hoy, lamento informarte que si, te equivocaste—Ambas jóvenes se dieron una mirada cómplice, pensando en la lluvia de preguntas que le harían a continuación.
—¿Le hablaste? ¡Esa es mi Mars!—Olivia se acercó para abrazarla, entusiasmada—¿Cómo se dio la charla?—
—Cuanto te apuesto a que la que habló primero fue su no novia.—
—¡Cállate Yunan! Mi intención en hacerlo estuvo, no tengo la culpa que ella se me adelantara—La mencionada soltó una risa a la cual no tardó en acoplarse.
—Bueno, al menos pudiste hablar con ella, ¡Cuéntanos cómo fue todo!—
—Parece ser que accidentalmente el viernes se me cayó el broche verde que tú me regalaste en el tren, ¡Aún no sé cómo si esto jamás había pasado! Según Annie es obra del destino, pero bueno—Olivia soltó una pequeña risa.
—Esa Anne, igual tiene razón, es raro que se te cayera de la nada.—
—¡Lo sé! Pero bueno, parece que ella lo agarró y esperó a volver a verme el lunes para poder devolvérmelo y hablar conmigo—Se encogió de hombros, sintiendo un calor recorrer su rostro.
—¡Qué tiernas! ¿Cómo surgió la charla? Digo, ¿Te lo devolvió y enseguida preguntó sobre ti o como es el asunto?—
—Me lo dió y bueno, después de agradecerle de mil maneras, le pregunté qué podía hacer para compensarla, dado que salvó mi objeto más preciado—Sus dos amigas la veían con total atención—Y bueno, me dijo que dejándola sentarse a mi lado y regalándole mi nombre.—
—Comenzó con los típicos coqueteos estúpidos, Yunan hizo exactamente lo mismo—Marcy soltó una risa ante la expresión en el rostro de Olivia.
—Y acá estamos años más tarde, casadas e inclusive nos recorrimos Italia como luna de miel, vos los llamas así pero bien que funcionaron los "coqueteos estúpidos"—Parecía orgullosa de sí, ignorando como su mujer golpeaba sutilmente su frente con su palma—Continúa contándonos Mars, ¿Cómo es ella? ¿Sabes su nombre?—
—¿Cómo no lo va a saber? Dios mío Yunan.—
—En verdad pasó algo curioso, me lo olvidé por los nervios y gracias a Madd me acordé—Marcy dejó escapar una risa nerviosa mientras sus amigas se daban una mirada cómplice.
—Solo a vos te pasan estas cosas Regina Wu, ¿Entones como se llama?—Esta vez Olivia inició la pregunta.
—Su nombre es Sasha, es alta, tiene un corto pero lindo pelo rubio y tiene los ojos más hermosos que yo alguna vez vi—Hizo una pausa, intentando calmar su acelerado corazón—Son color azul, pero no cualquier tono de azul, es ese azul de los bellos atardeceres veraniegos, y eso que yo odio el verano, pero sus ojos, ¡Es muy bonita! ¡Les juro que parece un ángel de lo hermosa que es!—Tapo su rostro mientras una sonrisa boba se formaba en el mismo, cosa que enterneció a sus amigas—Me dijo que tenía un nombre muy bonito, después de eso comenzamos hablando de cosas triviales, como opinando sobre las malas canciones que ponen en el tren y luego un poco sobre cada una, pero no mucho más que eso.—
—¿Y después qué pasó?—Ambas seguían con la mirada fija en su amiga, esperando que continuara el relato.
—Nos tuvimos que despedir, ella se baja un par de estaciones antes que la mía, por lo que asumo volveremos a hablar mañana cuando tome el tren.—
—¿No le pasaste tu número? Dios Mars, insisto en que solo tú eres así de tonta—Se acercó a su amiga para poder darle un pequeño golpe en la cabeza, con el cual pareció no medir su fuerza, dado que la azabache comenzó a sobarse la misma.
—¡Yunan! No seas tan mala con ella... Aunque razón tenes, ¡Por favor Mars!—
—¡Ay no me den un sermón! Bastante tuve con Anne hoy a la mañana, ¡Siempre contra mi!—
—Vos solita te lo buscas, ¡Yo no te eduqué así Marcy! ¡Yo siempre te dije que debías de tener el valor de afrontar cosas que no quieres!—Olivia dio una mirada confusa a su esposa.
—Cual educar ni cual nada, si la que la cuidaba por las tardes era yo, que tú te me acoplases no te da el derecho de decir que la criaste, ¡Literalmente la ayudabas a hacer todo lo que no debía!—
—Pensé que la pelea era contra mi, no contra ustedes.—
「 𖦹‧₊˚ ⋆ᡣ𐭩 ˚₊‧ 」
Top peores redacciones en la historia de la humanidad, número uno: las de Sofía. Ay amigo, con este capítulo la literatura no murió, directamente nunca existió.
M encanta q yo en esta historia no soy Sasha o Marcy, yo soy Yunan chicos (o la hija del sasharcy pero ajá)
Pero bueno, perdón por demorarme tanto, yo juro que lo intenté seguir de mil formas, pero si, además de tener bloqueo en lo único q pienso es mi novia como q está complicado el asunto (ahre que dos personas leen esto)
Capítulo dedicado a LaMejorMarcynista , no me odies por demorar en actualizar xfi
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