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「 𖦹‧₊˚ ⋆ᡣ𐭩 ˚₊‧ 」

Marcy se bajó de aquel vagón con la mayor sonrisa boba en sus labios. Finalmente, lo había hecho, ¡Le había hablado!
Esto no podía quedarse así, por lo que llamó a Anne para contarle sobre su gran hazaña mientras caminaba a la editorial.

"¡Marbles! ¿Pasa algo?"

—ANNIE, ¡LO HICE, LE HABLE A LA RUBIA LINDA DEL TREN!—

"¡ESA ES MI MAR-MAR! ¿Cómo surgió la charla?"

—¿A qué no adivinas quién efectivamente había perdido su broche en el tren? ¡Te dije que en mi apartamento no había rastro de él!—

"¡Ay Marcy! Igual, fue raro que tu broche se saliera de tu cabello, hace años lo llevas ahí mismo y nunca había pasado nada... ¡A lo mejor fue obra del destino! ¡Quería que hablaran!"

—Bendito sea ese broche que hizo que le hable a la linda esa—

"Igual, por lo que me dices, quien inició la charla fue ella"

—Detalles insignificantes, ¿Eso realmente importa?—

Escuchó la risa de Anne, se imaginó el rostro de decepción que tendría y le fue imposible no sumarse a ella.

"Y bueno, ¿Cómo se llama?"

—...—

"¿Lo olvidaste? ¿Es en serio, Marcy?"

—¡Estaba nerviosa, ¿Bien?! No me juzgues más—

"Llevas más de dos meses esperando saber su nombre para olvidartelo, eres todo un caso Wu"

—Empezaba con S, ¡Te aseguro que lo tengo en la punta de la lengua! Era... ¿Sandra? ¿Sana?... ¿Saira tal vez?—

"..."

—No No, ¡No era Saira! Ya lo tengo, ¡Te lo juro!... ¿Era Sabrina?—

"Bien, si sigues nombrando todos los nombres femeninos que inicien por S, estaremos todo el día aquí"

—¿Cómo puede ser que lo olvidara?—

"Ya tendrás el resto del día para recordarlo, mínimo quiero creer que sabes más sobre ella"

—¡Claro que si! Tiene 22, está estudiando psicología infantil, su color favorito es el rosa, es hija única de un matrimonio de padres divorciados, le gusta—

"¿Tanta confianza hicieron que ya te contó que tiene padres divorciados?"

—Así parece, bueno, como decía, le gustan mucho los deportes y parece no gustarle mucho estudiar, como a vos—

"¡Ya me gusta! Volviendo al tema, ¿Se pasaron sus números? ¿Instagrams? ¿Mails? ¿Direcciones para enviarse palomas mensajeras? ¿Algo?"

—¡Ay Anne por favor! ¡Hablamos solo 40 minutos! ¿Cómo le voy a pedir el número?—

"Pidiéndoselo"

—¿Cómo puede ser que eso no se me haya ocurrido antes? ¡Eres tan inteligente Annie! ¡Me solucionaste el problema!—

"Ya lo sé, soy sorprendente"

—¡A ver si tomas en cuenta tu consejo tan increíble y me hablas a Terri!—Habló con cierto noto sarcástico y de burla.

"¡Deja de meterla cada que podes!"

—¡Vos haces lo mismo con la rubia linda! Bueno, te dejo que ya estoy a media cuadra de la editorial, solo quería contarte que hablé con el amor de mi vida—

"Mucho «amor de tu vida» pero bien que ni te acordas su nombre, de todas formas, también me voy, está por llegar mi profe, ¡Adiós Marbles!"

La azabache finalizó aquella llamada, frustrada por haberse olvidado el nombre que tanto tiempo estuvo esperando descubrir.

—(¿Cómo lo pude haber olvidado?)—Pensó para sus adentros, jalando la puerta e ingresando a la editorial.

—¡Buenos días Mars!—Maddie la saludo con una sonrisa—¿Gustas un chocolate caliente? Allá hay una máquina—Señaló hacia una esquina de la habitación.

—¡Hola Mads! ¿Es nueva esa máquina?—La menor asintió—Ya desayuné en casa, ¡Pero gracias!—Maddie frunció el ceño—¿Pasa algo? ¿Tengo algo en los dientes?—

—No no, ¿Estás bien? Tienes una mirada pensativa en tu rostro, sin mencionar la cara de muerta que traes, ¿Dormiste mal anoche?—Nada se le escapaba a aquella chica, generando que Marcy soltara una risa.

—Si dormí mal, pero no es por eso—La menor escuchaba con atención a su amiga—¿Recuerdas la chica del tren que te conté la otra vez?—Asintió—¡Finalmente hablamos!—

—¡Qué bueno Mar! Pero para que estés así, hay algo más.—

—¡Olvide su nombre! ¿Puedes creerlo? Ya me sé toda su vida, ¡Pero su nombre no!—Maddie rió divertida—Flour, no es divertido.—

—Ya ya, ¡Lo siento!—Continuó carcajeándose un poco más, ganándose la mala mirada de la mayor—¿Mínimo su apellido? ¿La letra por la que su nombre iniciaba o terminaba?—

—Empieza por S, y estoy más que segura que también le seguía una A—Afirmó su mano en su mentón—Creo que también terminaba en A, pero eso sí que no lo recuerdo bien.—

—Ay Mar, eres todo un caso—La azabache recostó su rostro en el mostrador de su amiga, sintiendo pequeñas palmaditas en su cabello—No va a ser la última vez que la veas, se cuezan todos los días, mañana le vuelves a preguntar y ya.—

—¡Eso jamás!—Volvió a recobrar la postura—¡Voy a pasar la vergüenza de mi vida Mads!—

—Si vos decís—El sonido del teléfono la sacó de si, respondiendo al mismo—Si, enseguida señor—Puso el teléfono en su lugar—¡El señor Leviathan ya te está esperando Mar-Mar! Y si queres, por mientras, voy pensando nombres con S—Se ganó un abrazo de su amiga.

—¡Era un nombre corto!—Gritó antes de correr a la oficina, consiguiendo la risa de Maddie como respuesta.

—¡Un gracias nunca Wu! ¡Me debes una salida a donde quiera!—Escuchó la voz de la azabache aceptar antes de una puerta cerrarse—(Bueno, a ver cuál de los miles de nombres que existen con S es el de la futura novia de Marcy).—

-,'‧ ᡣ𐭩₊˚ 𖦹

La taiwanesa finalmente se encontraba saliendo de aquella oficina, tronando los huesos de su adolorida espalda y cuello ante la incomodidad que sintió. Esas sillas eran demasiado duras para su gusto.

—(No se para que me llaman a escuchar las propuestas de otras personas, pensé que hoy harían el último análisis a mi obra antes de poder corregirla y finalmente publicarla, me maté día y noche para terminarla y entregarla en tiempo y forma para que aún no le hayan dado ni un solo vistazo)—Bufó, observando la hora en el gran reloj contra la pared.

—¿Marbles? ¿Qué haces aquí?—La voz de su amiga interrumpió sus pensamientos—¿Por qué aún no te fuiste? Tendrías que haberte ido hace dos horas al menos.—

—Hay formas más amables de decirme que no me queres aquí Madd—Ambas soltaron una risa—¡Se extendió lo que pareció una eternidad! Con todo el respeto del mundo, ¿A mí que carajos me importa las ideas de los demás? ¡Yo solo quiero que publiquen mi libro de una vez!—Maddie comenzó a reír ante las expresiones molestas de Marcy.

—Por suerte hablaste con mucho respeto—Ese comentario le sacó una sonrisa a Marcy—¡Tu cara de enojo es tan graciosa!—La azabache rodó los ojos—Supongo que te llaman porque en verdad ven el increíble talento que tenes para escribir, a lo mejor buscan que puedas aconsejar o demás a personas que recién están involucrándose en este mundo—Hizo una pausa—Tu ya publicaste un libro, vas por tu segundo y desde siempre estabas escribiendo y dibujando.—

—Puede que tengas razón.—

—Claro que la tengo, como siempre—Fijó su vista en su amiga—¿Tienes hambre? ¿Hace cuánto comiste?—

—Antes de tomar el tren.—

—¿Desde antes de las ocho no comes nada? ¡Marcy Wu vamos ya mismo a una cafetería!—La mencionada negó avergonzada ante la petición de su amiga.

—¡Estoy bien Madd! Además estás trabajando, no quiero molestarte.—

—Le avisaré al señor Leviathan que tomaré mi descanso un poco antes, ¡Vamos!—Su amiga saltó el mostrador, arrastrándola a una gran velocidad hasta la salida del establecimiento.

—¿No te dicen nada por andar saltando mostradores cuál rana? ¡Vaya imagen le das a la empresa!—Maddie soltó una risa, negando.

—¡Vamos! Desde pequeña sabes que soy inquieta, que les importa a ellos si yo salto—Cruzaron la calle, adentrándose en la cafetería que se encontraba en la esquina—¡Siempre vengo aquí para tomar mi descanso!—

—¡Es muy bonita!—El ambiente era calmo, un rico aroma a café y chocolate se adentraba en tus fosas nasales apenas ingresabas.

Había unas tres meses ocupadas, dos de ellas por personas trabajando en una computadora, la tercera por una joven que simplemente disfrutaba de algo rico mientras leía un libro.

—Las mesas de afuera son mis favoritas, corre una brisa suave y no muy helada—Marcy siguió a su amiga, tomando asiento en un pequeño banco al cual le daba el sol—¿Te traigo un chocolate caliente?—Asintió—¿Y nada más?—

—¡Un Brownie!—

—Vas a morirte de diabetes por tanto chocolate—Ignoró el comentario de su amiga, tomando su celular, encontrando más de un mensaje de su mejor amiga.

Sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo, la llamó cuanto antes para calmar sus nervios.

—¡Annie!—

"¡Mar-Mar! ¿Cómo estás?"

—Bien, ¿Pasó algo que me llamaste tanto? Estaba en una reunión y no vi el celular—

"Nada, era para saber si ya te habías acordado el nombre de la chica del tren"

—¡Casi me matas del susto Boonchuy! ¡Tengo 38 llamadas perdidas tuyas y 60 mensajes! ¡Pensé que te había pasado algo grave, como un accidente o algo!—

"¿Tantas? Para mí te llamé unas seis veces y te ménade diez mensajes, pero no me cambies el tema"

—Dios mío Savisa, tú sí que no cambias—

"Para que negártelo, ¡Ahora habla!"

–Nada de nada aún, tampoco me puse a pensarlo detenidamente, como te dije estaba en una reunión sumamente aburrida, ¡Casi me duermo y todo! Pero seguro a la noche lo recuerde—

"Eso me recuerda, ¿No tenías que ir a buscar a Yunan y Olivia al aeropuerto?"

—Olivia me avisó que su vuelo se retrasó, demorarán más de lo previsto, por mientras vine con Mads a merendar algo ya que no como nada desde la mañana—

"¡Ay Marcy! Mi madre te habría insultado en tailandés mientras te hablaba de lo importante de que comas bien y te preparaba algo rico, ¡Deja de saltearte las comidas!"

—¡No es intencional! A veces de los nervios se me revuelve todo y no como por las dudas—

"Está bien, bueno, ¡Disfruta con Maddie!"

—¡Luego te llamo Annie!—

Finalizó la llamada, observando como su amiga se acercaba con la bandeja con sus pedidos.

—¿Cuánto debo de ir a pagar, Madd?—Sacó su monedero, esperando a que dijera cuánto para sacar la cantidad.

—Nada, yo pagué todo—Marcy bufo, negando.

—¡Maddie Flour! No tenías por qué, dime cuánto es que te debo que te lo devuelvo—Maddie volvió a negar.

—¡Yo te invité Marcy! Además, en la escuela muchas veces me pagabas el almuerzo cuando a mí se me olvidaba el dinero, ¡Déjame compensarte!—

—¡Maddie tenías 7 años y yo 9! Me correspondía ayudarte, pero bien, solo por esta vez lo dejaré pasar—Una sonrisa victoriosa se dibujó en el rostro de la más chica.

—¡Siempre gano!—Ambas rieron, probando sus bebidas—Volviendo al punto del cual hablábamos hoy, ¡Te busqué posibles nombres de tu linda susodicha!—El repentino comentario la hizo ahogarse con la bebida, tosiendo mientras sentía su rostro calentarse.

—¡Maddie! Dios santo—Negó avergonzada, intentando tapar sus rosados pómulos con el gran brownie—¡Está muy bueno!—

—Deja de hacerte la tonta así te digo los nombres—Guardo silencio, dejándola seguir—Tengo unos cuantos, Sara, Salma, Saida, Sana, Samara, Sam, Sally—Observó como su amiga negaba—Después tengo estos un poco más peculiares, como Sabi, Sasha, Sahi...—

—¿Cuál fue el que dijiste antes de Sahi?—Sus ojos color miel se iluminaron, ¡Ese era!

—¿Sasha?—La azabache asintió—¿Sasha? ¡Soy increíble!—

—¡Sos la mejor Mads! ¡Gracias en serio!—Se acercó a su amiga para así poder abrazarla.

—Encantada de ayudar a mi lesbiana favorita con sus crisis lésbicas—Soltó una risa—Hablando de lesbianas, ¿Cómo están Yunan y Olivia?—

—¡De maravilla! Hace nada estaba hablando de ellas con Annie, ¡Hoy vuelven de su luna de miel!—

—¿En serio? ¡Qué lindo!—Marcy asintió—¿Se mudaron aquí? Pensé que se quedarían viviendo en nuestro pueblo.—

—Por temas de trabajo les conviene más venirse para aquí, se van a estar quedando en mi departamento hasta que puedan encontrar uno para ellas—Algo pareció rondar la cabeza de la menor.

—¡Tienes que invitarme a conocerlo!—

—¡Cuando quieras sabes que eres bienvenida Madd!—Hizo una pausa para darle un sorbo a su batido.

—Ya iré un día de estos, pero bueno, ¿Ya les hablaste de la sorpresa?—

—¿Cuál sorpresa?—

—No sé, ¿Tal vez que tu libro es sobre su historia de amor y se lo vas a dedicar a ellas por ser las primeras en estar ahí para ti?—

—¡Hablabas de esa sorpresa!—Asintió, riéndose de su amiga—Aún no, si todo sale bien saldrá cerca de su aniversario y mi idea es regalárselos.

—¿Ellas leen tu libros no?—Asintio.

—Olivia, Yunan no es muy fan de la lectura, nunca lo fue—Sonrió divertida—¡Fui la primera en hacer llorar a Olivia con un libro! Ella nunca es de llorar, pero con el final de primera novela si, me siento privilegiada—Tomó un gran sorbo de su chocolate caliente, saboreando el dulce sabor.

—¿Está rico? Te ves feliz—Maddie comenzó a reír ante el rostro de su amiga.

—¡Está muy bueno! ¿Tu que te pediste? ¿Un capuchino?—Observo a su amiga asentir.

—También está rico, en serio que no entiendo cómo es que no te gusta el café, ¡Es lo más rico que puede existir!—Marcy negó.

—¡Claro que no! Es demasiado fuerte para mi gusto.—

—¡Vamos Marbles! ¡Pruébalo que seguro te va a gustar!—

—No lo creo Mads.—

—¡Ay vamos Marcy! Ni que lo fueras a escupir cual niña chica—Le extendió la tasa a la azabache frente a ella.

Marcy la observó unos cortos segundos, oliéndola antes de acercarla a sus labios rosados y dejar una pequeña cantidad entrar en su cavidad bucal.
Al instante en que hizo eso, sintió el fuerte sabor amargo del café esparcirse por la misma. No podía tragarlo, intentó pero simplemente le era muy asqueroso. Escupió la pequeña cantidad a su costado de golpe, haciendo estallar a Maddie en carcajadas.

—¡Nunca más voy a probar esa mierda!—Sacó la lengua mientras su rostro mostraba una notable cara de disgusto, tomando una servilleta y limpiando su boca.

—¡Marcy! ¡Por favor!—Maddie agarraba su estómago, aún riéndose de su amiga.

「 𖦹‧₊˚ ⋆ᡣ𐭩 ˚₊‧ 」

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