Una vez que el contingente de la república fue destruido, el gran almirante ordenó a su flota replegarse, ya que la destrucción de la nave rebelde no pasaría inadvertida por la nueva república, y eso atraería visitantes no bienvenidos. Así, quedando solo su nave insignia el 'quimera', en la órbita del planeta.

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Mientras tanto, Kazuma, bajo situación de presión, trató de analizar si alguno de los botones de aquella cápsula, podría salvarlos a el y a Aqua de caer a una muerte segura, al estrellarse a gran velocidad en la superficie del planeta.

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- ¡Kazuma! ¡Kazuma! ¡Haz algo ¡Haz algo! ¡¡¡Waaaa!!! ¡No quiero morir! ¡¡NO QUIERO MORIR!! - Decía la diosa de pelo azul con lágrimas en sus ojos.

- ¡Estoy intentando! ¡¡¡Cálmate y déjame pensar diosa inútil!!! - Decía Kazuma, tratando de calmarse y no pensar en que están cayendo.

"Mierda, no entiendo nada, solo veo botones y botones... Maldición, si hubiera sabido que moriría así, hubiera preferido reencarnar en mi querido Japón... Vamos Kazuma, piensa, piensa, debe haber algo que pueda hacer. ¡¡¡Maldición!!!"

En eso, el castaño decide dejar todo a la suerte, resignándose a que él y Aqua morirán. Oprime un botón al azar.

Para suerte de los dos, aquel botón activa los propulsores de la cápsula, reduciendo su velocidad de caída y salvándolos por el milagro, no de la diosa, sino del castaño; aunque en realidad, el milagro es de los dos, ya que sin el accidente de la chica al sentarse, hubieran sufrido un peor destino... tal vez.

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Mientras tanto, de vuelta en el destructor estelar, el almirante está furioso, ya que a los miembros de su nave se les fue "un poquito" la mano, y no dejaron sobrevivientes, con excepción de la cápsula donde iba la pareja invocada en este mundo.

- ¡Dije claramente que los quería vivos, que no entendió capitán Pellaeon!

- Lo sé almirante, el responsable de la ejecución de la maniobra fue el teniente Tchel.

- Bien, entonces creo que alguien tendrá que ser ejecutado por esta "mala maniobra", si no pongo el ejemplo, estos errores seguirán ocurriendo.

El hombre de piel azul y ojos rojos chasqueó sus dedos, haciendo que lo que parecía más una criatura o un monstruo con un cuchillo apareciera detrás de el teniente.

- No... No por favor no. - Suplicó el teniente, sin ningún resultado, mientras el alienígena con el cuchillo cortó su cabeza de un tajo.

- Bien, eso dará el ejemplo, mi palabra se cumple al pie de la letra y punto, entendió, capitán Pellaeon.

El hombre, un humano con un bigote blanco y capitán de la nave, tragó saliva.

- S-Sí, almirante. - Dijo el capitán, con una gota de sudor y nerviosismo corriendo por su frente, ya que al próximo error, la cabeza que sería cortada sería la suya.

- Podeis volver a tu lugar Rukh.

El alien y guardespaldas del almirante, guardó su arma y volvió a su sitio. Mientras tanto, un anciano con túnica miraba por la ventana directamente hacia el espacio, más específicamente, mirando hacia aquel planeta verdoso, debido a la jungla.

- Aun, aun puedo sentir esa presencia, aun sigue con vida. - Dijo el maestro Jedi.

- Almirante, hemos revisado las grabaciones de seguridad, parece que el crucero de la república desplegó varias cápsulas de escape antes de caer; aunque la mayoría fueron destruidas, parece que una logró llegar a la superficie.

- Bien, prepare un equipo de búsqueda, y esta vez teniente, asegúrese de que no haya "errores".

El oficial solo tragó saliva.

- S-Si, como ordene.

- Y bien, maestro C'baoth, ¿podría decirme de quien se trata?

- No... estoy... muy seguro, esta presencia... hace que la fuerza gire alrededor de ella, como si fuera un sol, y 'la fuerza' gire a su alrededor, alrededor de esta, no se parece a nada que haya sentido antes en mi vida.

- Mmm, interesante, si es tan poderosa como dice, tal vez me sea de mucha utilidad. Capturaré a la persona poseedora de esta presencia antes de que estos rebeldes que se llaman así mismos "la nueva república", le pongan mano encima; esta vez, seré yo quien tenga la ventaja.

Sin saberlo, ahora la chica de pelo azul será manzana de la discordia entre las fuerzas que quieren controlar esta galaxia. Y hablando de ella y de Kazuma...

La cápsula con la pareja cayó justo en medio de una jungla, más precisamente en un pantáno. 

- Aqua... ¡Aquaaaa! 

- ¿Eh? ¿Ya es de mañana? Déjame descansar nini, hoy es día de descanso en la obra y quiero dormir todo el dia... shushu.

- De qué rayos hablas Aqua, ¿Obra?... Si quieres quedarte aquí es tu problema, diosa crea problemas, yo no me quedaré a ahogarme en este pantano.

- ¿P-Pantano? - En ese momento, Aqua abrió sus ojos, y ve como lentamente el vehículo donde ella y Kazuma están, lentamente se hunde en aguas color café.

- ¡Kazuma! ¡Kazuma! ¡No me dejes aquí! ¿¡No abandonarías a tu diosa a su suerte cierto!?

- Mmm, déjame pensarlo...

- ¿Ehh? Sácame, Sácame de aquí por favor, haré lo que tu quieras, lo juro, solo no dejes que una diosa se hunda.

- ¿Enserio? Vale, ¿dijiste que lo que quiera cierto?

-...

(Rayos, ¿¡qué acabo de decir!?) Dice Aqua en su mente.

- Bien, toma mi mano. - Dice Kazuma mientras ya ha abierto la escotilla y le tiende su mano a Aqua.

Mientras la pareja salta y cae en la orilla, la cápsula de escape se hunde en el fondo de aquel pantano.

- Uff, por poco, espero que eso sea el último peligro... - Pronto, el castaño se dará cuenta de que no.

- Puahh, esstoy toda cubierta de barro.

- Tu fuiste la que se sentó en aquel botón, ahora no te quejes, agradece que estamos vivos.

- T-Tienes razón, lo siento... 

(Bueno, al menos lo reconoce, tal vez Aqua no es tan mala persona como creí), dice Kazuma en su mente.

Aqua usó su habilidad de purificar para convertir el barro de sus ropas en agua, por lo que ahora solamente estaban empapados, pero límpios.

- Bueno, y ahora que hacemos, estamos perdidos y en medio de la nada, ¿sabes donde estamos Aqua?

- No sé, se supone que mi habilidad debía anular la invocación, no esperaba llegar a algún lugar...

(Es una inútil), pensó Kazuma, como normalmente lo haría aun si hubieran llegado a aquel mundo medieval, sin embargo, aquí se dará cuenta de que ella será su única posibilidad de sobrevivir y tener una vida en este mundo inesperado.

- Bueno, tengo sed, ¿podrías hacer algo al respecto?

- Déjamelo a mí, no por nada soy la diosa del agua.

Aqua puso su mano en aquel pantano, y empezó a conjurar su hechizo.

- ¡Purification! ¡Purification!

Gracias a este, aquel pantano se fue convirtiendo en una laguna de agua cristalina y pura, de la cual Kazuma pudo beber y saciar su sed.

- (Vaya, esto es bueno, puede que traerla conmigo no haya sido tan malo después de todo).

- Bien Aqua, iré por algo de leña para encender fuego, quédate aquí.

- No no, por favor Kazuma-san, no me dejes sola, no me dejes sola.

La chica empezó a llorar y sacar lágrimas.

(Diablos, es tan linda). Dijo Kazuma en su mente.

- Esta bien, puedes venir conmigo, pero solo no estorbes ¿bien?

Aqua se aferró al castaño, como si fuera una persona con la que se siente segura y salva, con quien se siente cómoda.

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Después de un rato, Kazuma finalmente pudo encender una fogata, después de reunir leña de la jungla.

- Oye, ¿cómo es que sabes tanto sobre supervivencia si solo eres un nini hikikomori?

- ¡No soy un hikikomori!... Además, no creas que solo me la pasaba holgazaneando y nada más, ¿conoces minecraft?

- ¿Mine...qué?

- Olvidalo.

Mientras los dos se reunían junto a la fogata, del pantano, más bien laguna, se escucharon unos ruidos extraños.

- Aaah, ¿Kazuma que fue eso?

- N-No lo sé, ¿será que vino de aquél pantano o la cueva?

La verdad es que eso ya no importaría, ya que detrás de ellos aparecería la primera criatura alienígena que han visto en su vida.

¿Qué le deparará a esta pareja? Lo averiguaremos...