Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

29. Miles de razones

La luz de la luna entraba delicadamente por la cortina blanca que cubría el ventanal frente a mi cama, yo seguía inmóvil, inhalando el olor a sándalo que desprendía el incienso que hace al menos media hora saqué de un cajón que no abría hace meses, George alguna vez dijo que funcionaba para apaciguar el alma o mínimo encontrar un buen sueño. En apariencia, mintió.

Eran aproximadamente las 3 de la mañana, y yo no podía cerrar los ojos, y lo más tormentoso era que tampoco podía obligar a mi mente a dejar de pensar.

Las ideas que tuve en el parque al lado de la ex esposa de Paul no dejaban de molestarme. Rodaban por mi cabeza una y otra vez, era algo excesivo, y realmente asustaba.

Analizaba todas las circunstancias que me habían traído hasta aquí.

Después de todo, estoy con quien quiero estar, ¿que eso no es lo importante?

Por qué no estaba bien si ya tenía lo que quería y por lo que tanto había luchado.

Toda mi vida tuve la idea de que si querías triunfar debías pasar por lo que te impidiera que lo lograras, y eso hice siempre. Pasé por Mimi, pasé por ciertas órdenes de Brian, saqué a Jane del camino y estuve con Paul ignorándola por completo, protegí mi carrera y me casé con Yoko. Incluso sacrifiqué mi propia felicidad para mantenerme siendo admirado y querido por todos. Sonará soberbio pero si quisiera y me esforzara, haría que Paul olvidara a Linda y se quedara conmigo.

El punto es que no sé si yo tenga la fuerza para arrebatarle a la rubia -lo que después de todo- le pertenece.

Me he equivocado muchísimas veces, con toda la gente a la que he querido a lo largo de mi vida, y luego de todo entiendo que un error más podría ser fatal y definitivo.

Tengo miles de razones para irme.

Tomé un suspiro largo y retiré las sábanas de mi cuerpo. Mis pues descalzos hacían sonar levemente el piso de madera mientras me acercaba al mueble donde reposaba el incienso.

El olor dejó de emanar y me alejé hasta llegar al armario, de donde saqué unos jeans y una playera.

No iba a perder el tiempo eligiendo mi vestimenta, nadie estaría despierto a las 3 de la mañana como para ver y detenerse a analizar mi ropa.

Antes de salir tomé las llaves del auto y una chaqueta que coloqué en mi torso mientras cerraba la puerta detrás de mí.

Tomé un suspiro previo a subir al carro, rogando de nuevo no matarme en la búsqueda de concluir una de mis estupideces. Creo que esa no lo era.

Los faros delanteros del vehículo hacían visible la neblina que se movía lentamente por el helado aire americano, y que sólo era interrumpida por pequeñas gotas de lluvia que caían al asfalto.

Con un poco de suerte encontraría a McCartney despierto, había dormido toda la tarde, yo pude presenciar su sueño.

Intenté imaginarme cómo sería estar frente a Paul, cómo sería pedirle una respuesta a una cuestión aún no formulada.

Quizá sólo debía preguntarle si a la mañana siguiente se iría con Linda, eso me respondería todo.

El tiempo no ayudó demasiado, el trayecto se convirtió en algo tremendamente corto, y sin darme cuenta, el hospital estaba frente a mí.

-Buenas noches-murmuré con las manos en los bolsillos, pasando al lado del sujeto que cuidaba la puerta. Él simplemente asintió con la cabeza y continuó mirando la lluvia.

De pronto, esa puerta blanca que ya me resultaba tan familiar se encontraba frente a mí. Mis manos comenzaron a temblar, haciéndome pensar que debía desistir e irme a casa de vuelta a la cama.

Sólo necesito una para quedarme.

Esa estúpida puerta jamás había sido tan imponente.

La abrí después de algunos segundos de titubeo, sin cuidado alguno. Paul estaba ahí, despierto, como lo esperaba.

-¿John?-dirigió la vista del techo a mis ojos, parecía sorprendido -¿Qué hora es? ¿Qué haces aquí?-Mi respiración comenzó a agitarse por los nervios, quería salir corriendo, pero tenía que hacerlo.

-Sólo necesito una para quedarme-repetí para mí, intentando que él no escuchara. No tuve éxito.

-¿De qué hablas, John? Comienzas a asustar...

-¿Me amas?



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro