15. Estamos Juntos
Narra John
—¡Primo Jules!—exclamó Stella con entusiasmo y fue a abrazarlo, Julian se alejó de mí y levantó a la hija de Paul con una enorme sonrisa en el rostro.
—¡Stella! Mira como has crecido ¡Estás hermosa!—la elogió mi hijo, la pequeña rubia lo besó en la mejilla.
Estaba tan atento mirando la tierna escena que no me di cuenta de la cara de angustia de Paul hasta segundos después.
—Jude...—mustió McCartney, mi hijo puso a Stella en el piso y miró al bajista con un poco de seriedad.
—Vamos a jugar con tu hermano, cariño—le dijo Linda extendiéndole la mano después de sentir tan tenso el ambiente, Stella aceptó y se alejaron rápidamente.
—Es...sorprendente verlos de nuevo juntos—nos dijo mientras la sonrisa reaparecía en él.
—Estaba tan preocupado, Julian...—Paul lo abrazó —¿Por qué no me habías llamado?—se separaron.
—Bueno, después de lo que le pasó a papá quise venir a verlo, pero aún soy menor de edad. Fue muy complicado convencer a mi madre para que me dejara viajar solo...después de todo optó por acompañarme, justo ahora está en un hotel cerca de aquí—miró a Paul y después me inspeccionó a mí—quería saludarte, tío, pero no pensé encontrar aquí a mi padre.
—Bueno, Paul y yo hemos arreglado todos nuestros conflictos.
—No, no todos...—lo interrumpí
—Pero esas son cosas no tienen importancia si tomamos en cuenta que retomamos nuestra amistad.—Julian negó con la cabeza y rió, ¿Qué diablos le hace gracia?
Se acercó a mí y me abrazó otra vez.
—Por fin encontraste a alguien a quien amar.—susurró y dio palmadas en mi espalda, yo sonreí e imité su gesto.
Julian y yo estuvimos platicando en el jardín de Paul hasta que el sol amenazó con meterse. Mi hijo no quiso ir a saludar a Yoko, lo cual me evitó un momento bastante incómodo. Yoko no había sido la mejor persona con Julian cuando él aún era un niño, simplemente hay cosas que no van a poder ser solucionadas jamás.
Julian se fue y prometió llamar en cuanto llegara al hotel con Cynthia.
¿Cómo la estará pasando la rubia? Seguramente a ella también la habrán estado atormentando con preguntas, pero ella no supo nada hasta que se me ocurrió abrir la boca.
La noche había caído, ya estaba en mi habitación con Yoko cuando escuché que llamaban a la puerta, me puse de pie de inmediato y atendí al llamado, era Paul.
—No es tan tarde y creí que era buena idea comenzar con la canción...me han llegado algunas ideas—levantó los hombros, no me miraba.
Me giré a ver a mi esposa, que había escuchado todo, sólo asintió. Sabía que Yoko imaginaba lo que sucedía, pero tenía temor a confirmarlo.
Di un paso fuera y cerré la puerta detrás de mí. Paul y yo comenzamos el recorrido hasta uno de mis sitios favoritos; su estudio de música.
—Y bien, Paulie—crucé las piernas en aquel precioso sillón negro.—¿Qué hacemos?—McCartney tomó varias hojas de su escritorio.
—Pues, hace un par de horas me vinieron algunas frases a la cabeza y...—dejó de mirar el papel y me vio a mí.—Deja de mirarme así, John, me pones nervioso—reí. Ni siquiera me había dado cuanta de la manera en que lo veía.
—No puedo verte de otra forma, querido.—una débil sonrisa se dibujo en él. Paul dejó las hojas de papel y fue a sentarse a mi lado.
—Si yo confiara en ti ahora, ¿volverías a marcharte?—Su pregunta me tomó por sorpresa, pero a pesar de eso, estaba seguro de la respuesta.
—Si tu confiaras en mí de nuevo, no haría las estupideces que hice antes. Te diré algo, cuando estaba a punto de morir, tu imagen vino a mi cabeza, en ese instante me di cuenta la falta que me haces, y por eso estamos aquí, sentados en el mismo sillón en donde exactamente ayer hicimos el amor. Jamás te dejaría de nuevo, Paul.—acaricié su mejilla y le di un pequeño beso en la nariz.—Podremos con esto, Paul, juntos podremos con esto.—Me abrazó, hundió la cabeza en mi pecho, le correspondí.
•§•
03 de Febrero de 1981
Era el día, por fin. Después de tantos años el momento había llegado. Paul y yo veíamos como gente con micrófonos y cámaras se instalaba en el auditorio que había en las oficinas de Apple en Nueva York, el pelinegro parecía bastante nervioso, sólo estábamos él y yo, nuestras respectivas esposas estaban en casa, lo que McCartney y yo haríamos no nos lo perdonarán jamás.
El reloj marcaba las 5 de la tarde en punto. Paul y yo caminamos juntos hasta el par de sillas que estaban detrás de una mesa frente a un imponente ejército de periodistas ansiosos por la nota desde hace casi un mes. Noté como Paul tragó saliva y respiró profundo, estaba muy nervioso, yo también lo estaba, pero alguien de los dos debía estar sereno, esta ocasión sería yo.
Después de un muy breve saludo, me dispuse a hablar.
—Antes que nada, quiero aclarar que ni el señor McCartney ni yo responderemos ninguna pregunta, todos sabemos por qué están aquí y aclararemos todo ahora. —Al ver que ninguno objetó, suspiré y tomé la mano de Paul por encima de la mesa.
—Estamos aquí juntos para confirmar que es cierto que Paul y yo tuvimos una relación hace años—mencioné con firmeza.
—Y que después de una larga separación entre John y yo—habló Paul arrebatándome la palabra.—Hemos comprendido que ni él ni yo podemos vivir separados, así que estamos juntos—rió—de nuevo, creo que nunca estuvimos alejados de verdad.
—Si esto llegara a afectar nuestra imagen ante ustedes, tenemos confianza en que nuestro público sabrá diferenciar el talento de nuestra vida personal y lo tomarán con el mayor respeto posible.—Dije apretando más la mano de Macca en cada palabra.
—Nosotros no tendríamos por que estar haciendo esto si la prensa no hiciera un escándalo por algo tan simple.—Paul parecía molesto.
—Dos personas amándose, no le veo lo extraño.—finalicé y me levanté de la silla para irme con Paul tomado de mi mano.
¿Me extrañaron, eh? 8 días sin actualizar, tampoco es tanto 😛
¿Van a ir a la exposición de The Beatles en el D.F.? Por que yo espero ir :)
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