
17.
Estaba sentado en el sofá del salón de su casa.
Por alguna razón, ese día no quería ir al trabajo.
No sabía si era por tener la última conferencia con Wonho, por la situación tensa de la semana pasada o porque ya no quería verle la cara a Marcus.
- ¿Estas bien?
La voz femenina lo sacó de sus pensamientos rápidamente y se paró para conversar intentando maquillar el hecho de que no tenía una excusa para seguir en la casa a esas horas.
- Si Laura... ¿Por qué estás en casa? Pensé que estarías trabajando.
- Hyungwon dejé de trabajar hace dos semanas que empezó mi licencia de maternidad...
Hyungwon se sintió un tonto por no darse cuenta, la verdad era que casi nunca se veían sobre todo porque Marcus últimamente lo obligaba a salir demasiado tarde del trabajo.
- Oh, lo había olvidado... ¿Cuando nace el bebé?
- Sólo faltan dos semanas...
- Vaya... tengo poco tiempo.
- ¿Hm?
Hyungwon rápidamente intentó encubrir lo que había dicho aprovechándose del hecho de que lo había dicho en un susurro.
- Que ya falta poco tiempo...
- Ah, eso... así es... ¿No irás al trabajo? Creo que se te hace tarde.
Ella miró el reloj de la sala comprobando sus palabras.
Hyungwon se sintió un poco alarmado ya que no podía decir que no quería ir, pero se mantuvo en calma.
- Eh... si... ya me tengo que ir...
Laura lo miro preocupada.
- ¿Tomaste desayuno?
- No... No te preocupes, se me antojaron unos panqueques, conozco un lugar donde los hacen deliciosos, compraré unos por allí.
Comenzó a caminar hacia la salida.
- Hyungwon...
Él se giró para mirarla.
- Si pasa algo puedes hablarlo con María y conmigo... No dudes en llamar ¿Vale?
Hyungwon asintió y salió de la casa.
Laura ya empezaba a conocerlo, ya sabía cuando estaba mintiendo, ya sabía que le pasaba algo y no quería hablar.
Se subió al auto y se dirigió a su trabajo. No pudo evitar pensar en las palabras de Laura y en el largo día que le esperaba.
Y tenía razón.
Su día fue cansado, había mucho trabajo por tan poca paga y lo peor de todo era tener que estar soportando las sinvergüenzadas de Marcus.
Ni siquiera había tenido hambre en todo el día.
Se le estaba haciendo costumbre eso de comer menos cada día que pasaba.
Y la peor parte era que vería de nuevo a Wonho, su Wonho.
Y esta vez quizá por última vez.
Una parte de él quería seguir poniendo excusas para verlo, pero eso sería descarado de su parte y si Marcus se daba cuenta quizá se formaría un lío tremendo.
No quería meter a Wonho a problemas y menos con un tipo como Marcus.
No soportaría la culpa de saber que lo echaran de la Asociación por culpa suya.
Suspiró cansadamente mientras ordenaba los últimos papeles para la conferencia.
De cierta forma, dolía.
Su cabeza también dolía de tanto pensar, no había tenido un descanso en todo el día.
Volvió a suspirar.
- Espero que esos suspiros sean por mi...
La voz le provocó un tremendo susto que casi se cayó de espaldas.
¿No se suponía que estaba solo?
¿Qué hacía el allí?
- Eh... hola... ¿Qué haces aún aquí? Pensé que estabas en tu casa bebiendo una copa de vino o algo así.
El hombre rió.
- Claro que no guapo, te extrañe en todo el día, apenas tuviste tiempo hoy.
No, no había pasado tan ocupado, estaba evitandolo.
- Ah, si... muchas cosas que hacer, ya sabes...
El hombre se acercó un par de pasos a Hyungwon.
Su corazón latía rápidamente, sus manos sudaban, intentó dar un paso hacia atrás pero por desgracia el escritorio de la sala de conferencias le cerraba el paso.
No quería que pasara una vez más.
Estaba cansado y adolorido de ser usado de esa manera.
Marcus se acercó a besarle el cuello, mientras su mano derecha lo rodeaba por la cintura apretandolo contra su cuerpo.
Hyungwon estaba al borde de las lágrimas, él no quería.
- Marcus... no... yo, no...
Rápidamente la mano izquierda de Marcus fue a parar a su boca impidiendo que siguiera hablando.
Hyungwon se sentía frustrado ¿Por qué era tan débil? Deseaba tener la fuerza de Wonho y golpear a Marcus allí mismo, pero tenía miedo.
Apretaba los ojos con fuerza intentando no llorar mientras que las manos de Marcus intentaban quitarle la ropa.
Pero en ese momento se escuchó un suave estornudo que los hizo voltear.
Hyungwon abrió los ojos rogando al cielo que no fuera la persona que él creía que era.
Pero para su mala suerte si era él.
Un Wonho resfriado apareció en la sala caminando tranquilamente.
Marcus se incorporó dejando a Hyungwon libre quien intentó acomodarse la ropa lo mejor que pudo.
- Parece que llegué en mal momento... si no me esperaban ya, quizá sería mejor que me vaya y programamos esto para otro día...
Marcus salió a su encuentro con la falsa sonrisa que le regalaba a todos.
- ¡Pero que tonterías dices! Estábamos esperandote para tu conferencia numero...
Miró a Hyungwon rápidamente para que respondiera por él.
Hyungwon hablo con un hilo de voz.
- La última.
- ¡Exacto! La última... Que alegría saber que estas a nada de comenzar como miembro activo de la Asociación.
Wonho asintió.
No le había creído ni una de sus palabras.
- Y bien... ahora iré a mi oficina a terminar unos asuntos y te dejo a este chico travieso para que termine con su trabajo.
Wonho lo miró serio mientras Marcus comenzaba a caminar hacia la salida de la sala, Hyungwon se limitaba a terminar de ordenar los papeles que tenía sobre el escritorio.
- ¿No se supone que ese es tu trabajo?
La voz de Wonho se escuchó molesta y Marcus se giró para mirarlo, incluso Hyungwon levantó su vista de los papeles.
Lo último que quería era una pelea entre esos dos.
Marcus se rió nuevamente, pero Wonho mantenía su semblante serio.
- ¿Es mal profesor este chico travieso?
Miró a Hyungwon.
- Oh Hyungwon quizá debería despedirte, ya sabes que odio recibir quejas de ti... Pero como sé que no quieres perder tu empleo... Sólo voy a darte un pequeño castigo guapo...
Hyungwon agachó la cabeza nuevamente y Wonho no despegaba los ojos de Marcus.
- ¿Puedes dejar de hacer insinuaciones sexuales mientras yo estoy aquí?
Marcus rió nuevamente.
- Oh lo siento Hoseok, había olvidado lo que decía tu perfil sobre tu personalidad, ahora me retiro, espero que disfrutes tu última conferencia.
Y salió del lugar.
Wonho caminó en silencio hacia su asiento y cuando por fin se acomodó otro suave estornudo salió de su boca.
- Estas... resfriado.
Hyungwon se sentía un estúpido, lo había dejado en ese estacionamiento, parado bajo la lluvia y sin abrigo, con la cabeza hecha un lío.
Había sido egoísta.
Wonho lo miró inexpresivo.
- Gracias, no me había dado cuenta.
Hyungwon se maldijo internamente, sabía que Wonho no se enfermaba seguido, pero cuando lo hacía, un resfriado podría durarle semanas.
- Wonho... yo quiero...
- Hyungwon he venido por la conferencia y te agradecería que comenzarás de una maldita vez, porque tengo otros asuntos importantes que atender.
Hyungwon asintió.
Se lo merecía, él había provocado muchos malos sentimientos en el corazón de Wonho, porque él había sido sincero y todo lo que le había dado a cambio de esa sinceridad había sido rechazo y las escenitas de Marcus.
No dijo nada más respecto al tema.
Comenzó a dar la conferencia.
La última.
No habían opiniones de parte de Wonho.
No habían risas.
No habían malos chistes.
No había cena.
Y la chispa que la semana anterior había visto en sus ojos, ahora sólo era un relámpago de dolor.
Un estruendoso dolor.
Se sentía culpable por eso, apenas prestaba atención a lo que decía pero se veía obligado a continuar con el único motivo de entretener a Wonho más tiempo a su lado.
Pero inevitablemente, al igual que todo en la vida, la conferencia llegó a su fin.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro