Le causaba algo de celos y envidia ver lo felices que eran Minhyuk y Xiu juntos. Sentía que estorbaba, molestaba y hasta que ellos pensaban que él no se encontraba allí.

¿Por qué comenzaba a sentir este tipo de cosas? Él debería estar feliz por ambos. Aunque aún no fueran nada.

YangMi había asistido a las clases de historia, pero aquello no le importó. Ni lo emocionó. No causaba nada en él.

Y tampoco se podía dar la oportunidad, Xiu se sentaba con él y su presencia era más que bienvenida todos los días junto a él. No quería hacer absolutamente nada para que ella se fuera de ese lugar.

—¿Seguro que no quieres que me siente en otro banco, Wonho? —la castaña rojiza tocó su hombro con suavidad para captar su atención

—Seguro. —sentenció —Me siento mejor contigo.

La castaña asintió y sobó la espalda ajena en modo de disculpas. Disculpas que no debía dar pero que se sentía obligada a brindar.

—¿Cómo va todo con Minhyuk? —preguntó curiosamente

La castaña rojiza observó todo el aula antes de responder aquella pregunta que la hacía dudar de muchas cosas de su vida.

—Todo va bien, somos buenos amigos si a eso te refieres. —sonrió—Quizás me guste un poco, pero mi corazón ya está ocupado y hasta donde sé, el de él se encuentra igual al mío. Y no, no por mí.

Un extraño malestar se hizo presente en él. Un malestar que no entendía ni quería entender.

—Uhm, ya veo. —susurró—Que pena, ustedes hacían muy linda pareja.

—Quizás. —sonrió—Pero no estamos destinados.

Ho Seok sonrió con un poco de vergüenza.

¿Qué era eso de estar destinados?